Autores

Populares

Recientes

Temáticas


Frases para Facebook

frases de amor

frases romanticas

frases cortas de amor

frases de desamor

te extraño

frases de despedida

poemas de desamor

frases para enamorar

frases tristes

frases de reflexion

frases de agradecimiento

frases lindas

frases de amistad

frases de aliento

frases para pensar

Distinto ( 3 )

Distinto. Encuentra docenas de distinto con fotos para copiar y compartir.


Bahaism le da una visión plural, y una gran cantidad de aspectos del hinduismo le dan un marco moral, sin rendición de cuentas distinto del sistema kármico. No hay movimiento lineal o punto de responsabilidad para con Dios.


Ravi Zacharias


Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir.


Steve Jobs




Durante mucho tiempo, nuestro hijo era un niño con autismo, que era un cierto tipo de desafío. Ahora que es un adolescente con autismo - y un adolescente que se da cuenta niñas - nos enfrentamos a algo completamente distinto.


Claire Scovell LaZebnik


Mainstream cine plantea preguntas solo para proporcionar una respuesta inmediata a ellos, para que puedan enviar a casa a espectador tranquilizó. Si en realidad teníamos las respuestas, entonces la sociedad parece muy distinto de lo que es.


Michael Haneke


Los negros son inferiores a los de raza blanca. Los negros constituyen un grupo totalmente distinto, que ensombrecen el país con el germen... del mal.


David Wilmot


Creo Bonos del personaje es distinto: él es británico, tiene un cierto código que vive, que es incorruptible... él es un héroe clásico, pero también es falible. Él tiene demonios internos, los conflictos internos, y él es un romántico.


Barbara Broccoli




PSICOLOGÍA SOCIAL, LA AMISTAD ES VIDA
AMISTAD Y SILENCIO
La amistad se nutre más de la comunicación que del silencio. Sin embargo, el silencio es precisamente en algunos casos el medio de comunicación que utilizan los amigos: es necesario tanto saber estar en silencio como transmitir lo que uno lleva dentro.

Asistir al desvelamiento de un secreto, al desvelamiento de la intimidad de las personas, produce en el ser humano un enmudecimiento del espíritu, un sentimiento de gratitud por lo que se percibe como un don o regalo inmerecido, una impresión de estar pisando terreno sagrado. De hecho, todos podemos remitirnos a alguna ocasión en la que, en conversación íntima con un amigo, al acabar de escuchar, no hemos encontrado palabras adecuadas para decir nada. En esos casos, quizá la prueba de mayor gratitud o de "correspondencia" sea precisamente el silencio; un silencio, eso sí, cuajado de respuesta.

Hay veces en las que no se puede decir nada... porque las palabras lo estropean todo. Hay cosas que la única contestación que merecen o que exigen es el silencio; hay cosas con las que solo puede mantenerse conversación en silencio. Porque o el lenguaje es limitado, o uno es limitado, o ambas cosas. Pero algunas cosas, si se expresan, se profanan. Así ocurre en las experiencias de encuentro: con un amigo, con un paisaje, una obra de arte. En esos momentos, pronunciar algo es mancharlo; hablar es romperlo. Algunas veces la comunicación con las cosas y también con las personas requiere como condición que haya silencio; solamente silencio. Y no un silencio para llenar, sino como medio de entendimiento.

Cuando se tiene la suerte de topar con alguien que tiene algo -poco o mucho- que decir; cuando se tiene la suerte de que esas personas te abran sus puertas y dejan que te asomes y penetres en su mundo interior, en la mayor parte de los casos solo se puede contestar enmudeciendo. Y ese silencio quiere ser entonces un homenaje: la mayor muestra de agradecimiento y de admiración. Porque no se trata de un silencio vacío sino pletórico de contenido: no significa carencia sino plenitud.

El silencio es importante en la amistad. Estar con un amigo es también poder estar en silencio sin miedo a que éste tenga que romperse y sin sentir la necesidad perentoria de tener que llenarlo con palabras. No hay verdadera amistad entre dos amigos si no saben disfrutar y valorar su silencio. El silencio es en sí mismo un espacio y un tiempo para compartir. Rico de contenido y esencialmente valioso porque supone una íntima comunión de espíritus.

LA INTERIORIDAD
La amistad está también muy relacionada con la interioridad. Entre dos amigos ésta es más rica y sólida cuanta mayor sea la intimidad, la interioridad de cada uno de ellos. Hay quienes tienen un gran mundo interior; tienen mucho que decir porque son personas que integran en sí todo lo que hay a su paso: una frase que ha dicho en clase el profesor, la actitud de tal o cual persona, la satisfacción de haber llegado al pico de la montaña, la crisis que le produce una situación difícil de trabajo, un libro que ha leído, los tirones de la madurez.

Así es como las personas se van enriqueciendo por dentro y como su interioridad cobra cada vez mayor volumen: integrando la experiencia, la vivencia personal y las de las otras personas. Aprendemos también a través de las vivencias de los demás, de la experiencia ajena. Quien está atento a su alrededor aprovecha todo intensamente.

Se puede aprender a sentir de un modo distinto al propio; se puede aprender a pensar de manera diferente a la que uno piensa; se puede aprender a valorar cosas que yo no valoro. Escuchar a las personas y tratar de ser ellas, nos permite conocer el mundo desde mil perspectivas diferentes a las nuestras. Y eso conlleva ampliación personal, crecimiento, enriquecimiento, altura, perspectiva y profundidad. La interioridad rica hace que la relación entre los amigos se amplíe. Una amiga me decía hace poco -hablando de otra persona-la satisfacción que le producía tratar con ella "porque es de esas personas que tienen algo que aportar".

El conocimiento que alimenta la intimidad es-una vez más-el que sabe mirar, sabe escuchar, sabe estar. La sola convivencia con las personas, o el mero estar junto a las cosas o entre las cosas (junto al mar rodeado de un bellísimo paisaje, o entre las obras magníficas del Louvre) no basta. Más de una vez las ratas habrán correteado por los pasillos del Louvre; sin embargo, todavía no hemos tenido ocasión de encontrarlas embelesadas frente a la Venus de Milo, tras haber pasado frente a ella toda la noche. Para las personas, las que son capaces de ello, las cosas tienen una historia que contar, la naturaleza tiene algo que transmitir y todo lo que encuentran es capaz de darles un mensaje.

El hombre con interioridad es capaz de ver sentido a todas las cosas; y en cierto modo de darles él mismo el sentido puesto que es él quien lo capta, lo descubre y -en ese sentido lo crea, lo recrea. Por eso, forma parte del "tesoro" de la amistad tener amigos con un gran mundo interior.

La amistad de las personas es un regalo. El regalo es mayor cuanta mayor sea la interioridad y la intimidad compartida. Esta debe cuidarse y en ella juega un papel muy importante el saber mirar porque puede franquearnos el paso al alma del amigo.
Una vez dentro, el mundo se abre ante nosotros de un modo desconocido y luminoso que provoca en nosotros muy diversos sentimientos (admiración, compasión, respeto, etc.), pero siempre el de "desear el bien del amigo, por el amigo mismo" (Aristóteles).


Diego Torrente


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


Cada momento es un momento de creación, y cada momento de creación encierra infinitas posibilidades. Puedo hacer las cosas como siempre o evaluar todas las demás posibilidades, intentar algo nuevo y distinto, potencialmente más gratificante. Cada momento nos brinda una nueva oportunidad y una nueva decisión.


Shakti Gawain




No ser nadie más sino tú mismo, en un mundo que está haciendo todo lo posible, día y noche, para hacer que tú seas alguien distinto, significa luchar la más dura batalla que cualquier ser humano pueda enfrentar y nunca dejar de luchar.


E. E. Cummings


La concepción estática hasta ahora dominante llevaba inexorablemente a presuponer que en cierto sentido los recursos estaban dados y eran conocidos, por lo que el problema económico de su distribución se consideraba distinto e independiente del que planteaba la producción de los mismos. En efecto, si los recursos están dados, posee excepcional importancia el cómo habrán de distribuirse entre los diferentes seres humanos tanto los medios de producción como el resultado de los diferentes procesos productivos.

Todo este planteamiento ha sido demolido por la nueva concepción dinámica de los procesos de mercado y por la nueva teoría económica de la función empresarial. Ésta ha puesto de manifiesto que todo ser humano posee una innata capacidad creativa que le permite apreciar y descubrir las oportunidades de ganancia que surgen en su entorno, actuando en consecuencia para aprovecharlas. Consiste, por tanto, la empresarialidad en la capacidad típicamente humana para crear y descubrir continuamente nuevos fines y medios. Desde esta concepción, los recursos no están dados, sino que tanto los fines como los medios son continuamente ideados y concebidos ex-novo por los empresarios, siempre deseosos de alcanzar nuevos objetivos que ellos descubren que tienen un mayor valor. Y si los fines, los medios y los recursos no están dados, sino que continuamente están creándose de la nada por parte de la acción empresarial del ser humano, es claro que el planteamiento ético fundamental deja de consistir en cómo distribuir equitativamente "lo existente", pasando, más bien, a concebirse como la manera más conforme a la naturaleza humana de fomentar la creatividad.


Jesús Huerta de Soto


Este es el punto que se pierdan los lectores que la falta de escenas de sexo caliente lamento de licor, probablemente porque no tienen la edad suficiente para entender que una relación apasionada puede ser de distinto sexo nada.


Poppy Z. Brite


La vida solo tiene sentido si se trueques que día a día por algo distinto de sí mismo.


Antoine de Saint-Exupery




El cuerpo humano es esencialmente algo distinto de un organismo animal.


Martin Heidegger


Cada vez sentía mayor desprecio por las tesis de la moderna filosofía natural. Qué distinto sería si lod científicos se dedicaran a la búsqueda de los secretos de la inmortalidad y del poder; aquellas metas, aunque sin valor real, estaban llenas de grandeza.


Mary Shelley


Creo que no debemos ver el mundo de los libros como algo fundamentalmente distinto del mundo de Internet. Sí, el Internet contiene una gran cantidad de videos de ardillas montando patinetas, pero también puede ser un lugar que facilita grandes conversaciones sobre libros.


John Green


Quiero decir, si usted está dirigiendo actores para hacer una cosa y luego dirigirlos a hacer algo completamente distinto, porque lo único que quería que hicieran posible que no funcione, entonces usted está haciendo añicos su confianza en el proyecto.


Atom Egoyan


(...) En París es distinto. La gente se aleja, la gente se va empequeñeciendo, y uno tiene tiempo, aunque no quiera, de decirle adiós. En África no, allí la gente habla, te cuenta sus problemas, y luego una nube de humo se los traga y desaparece, como desapareció Belano aquella noche, de golpe.


Roberto Bolaño


El secreto para mí entender es que no estoy tratando de ser alguien distinto a quien realmente soy. La gente quiere sincera, liderazgo refrescante. Y yo siempre he tratado de ir con soluciones. Ya sabes, siempre he tratado de decir, así es como conseguimos nuestra economía en crecimiento, aquí es por eso que tenemos nuestra deuda bajo control. Eso es lo que ofrece a Mitt Romney.


Paul Ryan


Predestinación: así solo puede escribirse bajo el más espantoso dolor; y entonces significa algo muy distinto. Pero el mismo motivo, nadie puede citarlo como una verdad, aun cuando el mismo lo dijera bajo tormento. No es una teoría. O también: no es la verdad a primera vista parece expresarse con estas palabras. Más que una teoría, es un suspiro o un grito.


Ludwig Wittgenstein


El Poder Judicial debe mantenerse completamente distinto al poder Legislativo y Ejecutivo en el Estado. Esta separación es necesaria tanto para asegurar la independencia de las funciones judiciales y para impedir que sean influenciados por los intereses de las partes o por la voz del pueblo.


Henry Brougham


Mi fórmula para expresar la grandeza en el ser humano es el amor fati: no querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad. No solo soportar lo necesario, y menos aún disimularlo-todo idealismo es mendacidad frente a lo que es necesario, sino amarlo.


Friedrich Nietzsche


Para el monolingüe no hay sino una lengua desde donde se piensa un solo mundo, y lo distinto siempre se da -si es que se da- peligrosamente: en traducción.


Sylvia Molloy


Que no te avergüence pensar distinto, vergüenza deben sentir los que siempre piensan igual.


Alex Pimentel


Y ese es el problema. Quiero que la gente sepa que soy cuidadoso con mis escritos, y trato de mantener ciertos niveles de calidad. Pero la mayoría de este 'Humor' de Internet es simplemente estupido. Imagino que mis mayores fanáticos que han seguido mis cosas más de cerca son capaces de distinguir el material falso, porque el tono de voz es muy distinto. Pero un fan normal no tiene forma de saber, y me molesta que algunas personas puedan creer que son capaces de escribir estas cosas


George Carlin


En la vida real era muy distinto. Todo el mundo es sospechoso. Todo el mundo está absorto.


John Katzenbach




No cabía predecir lo que había de suceder, porque, con todo lo dotado de vida, las cosas ocurrían siempre, por una razón u otra, de modo distinto.


Jack London


Yo tampoco sé lo que soy. ¿Hombre del puente? ¿Cirujano? ¿Soldado? ¿Esclavo? Solo son etiquetas. Dentro, soy yo. Un yo muy distinto del que era hace un año, pero no puedo preocuparme por eso, así que sigo adelante y espero que mis pies me lleven adonde necesito ir.

-Kaladin


Brandon Sanderson


El viento cesó, la lluvia se fue, se fue con el brillo del sol en tu piel. Y fue en ese instante en que yo te crucé, fue en tu mirada que volví a nacer. Desde tus brazos todo alrededor se ve distinto.


RBD (band)


En la continua necesidad de goce y prueba de cosas siempre nuevas se me antoja un rasgo de pequeñez, falta de vida interior, alejamiento de la Naturaleza y mediana o defectuosa capacidad de comprensión. Es a los niños pequeños a los que siempre hay que mostrarles algo nuevo y distinto para que no estén descontentos.


Robert Walser


Cada idioma es un modo distinto de ver la vida.


Federico Fellini


El plan Daniel sea distinto a otros métodos. Está construido sobre el poder de Dios para ayudarte a cambiar, no solamente sobre tu propia fuerza de voluntad. Seamos sinceros. La fuerza de voluntad funciona durante unas semanas, o quizá durante un mes o dos como mucho. Por eso los propósitos de Año Nuevo nunca duran. Intentar cambiar solo con la fuerza de voluntad es agotador. Puedes mantenerlo un tiempo, pero se siente artificial y estresante obligarte a ser distinto simplemente con la fuerza de voluntad.


Rick Warren


El modo esencial de ver a las mujeres, el uso esencial al que se destinaban sus imágenes no ha cambiado. Las mujeres son representadas de un modo completamente distinto a los hombres, y no porque lo femenino sea distinto a lo masculino, sino porque siempre se supone que el espectador ideal es varón y la imagen de la mujer está destina a adularle.


John Berger


Las cualidades de la juventud y las cualidades de la vejez son las mismas cualidades, pero el efecto que producen es muy distinto. Mire, la realidad es que las cualidades de la juventud no se le toman a mal a la juventud, pero las cualidades de la vejez se le toman a mal a la vejez. Un joven puede mentir sin que se rompa por ello la crisma, pero un aciano que miente se rompe la crisma. A un joven no lo condenan para la eternidad, pero a un viejo se le condena para la eternidad. Un joven que bizquea puede hacer un efecto divertido; una persona vieja bizca produce un efecto repelente. En el caso de un joven, se dice que aún hay esperanza de que un día no bizquee. En el caso de las personas viejas que bizquean no existe ninguna esperanza de que un día no bizqueen. No. No hay posibilidad. Un joven con un pie torcido suscita nuestra compasión, no nuestro asco; un viejo con un pie torcido, sin embargo, solo suscita nuestro asco. Un joven que tiene las orejas de soplillo nos hace reír, un viejo con orejas de soplillo nos sume en el desconcierto y pensamos: qué feo es este hombre que, durante toda su vida, ha tenido esas feas orejas de soplillo. Un joven en una silla de ruedas produce en nosotros emoción. Un viejo en una silla de ruedas nos precipita en la desesperanza. Un joven sin dientes puede parecernos más o menos interesante. Un viejo sin dientes, sin embargo, nos da náuseas, nos hace vomitar. La juventud le lleva siempre ventaja a la vejez, y puede hacer y dejar de hacer lo que quiera. Su estupidez no nos repele, su desvergüenza nos resulta soportable. La vejez, sin embargo, no puede permitirse la estupidez sin que le den en la cabeza y la desvergüenza de la vejez es al fin y al cabo, como sabemos, lo más abominable que existe. De un joven se dice: ¡sí, ya se le pasará! De un viejo, sin embargo, se dice: ¡ese no cambia! Realmente, sin embargo, las cualidades de la juventud y las cualidades de la vejez son las mismas cualidades.


Thomas Bernhard


continuamos viviendo cada uno a su manera, incluso ahora. Por profunda y fatal que sea la perdida, por importante que sea lo que nos han arrancado de las manos, aunque nos hayamos convertido en alguien completamente distinto y solo conservemos, de lo que antes eramos, una fina capa de piel, a pesar de todo, podemos continuar viviendo, asi, en silencio


Haruki Murakami


En un mundo distinto todo seria diferente.


José Luis Coll


Marie Curie no fue sólo la primera mujer en recibir un premio Nobel y la única en recibir dos, sino también la primera en licenciarse en Ciencias en la Sorbona, la primera en doctorarse en Ciencias en Francia, la primera en tener una cátedra? Fue la primera en tantos frentes que resulta imposible enumerarlos. Una pionera absoluta. Un ser distinto. También fue la primera mujer en ser enterrada por sus propios méritos en el Panteón de Hombres Ilustres (sic) de París.


Rosa Montero


En griego, «regreso» se dice nostos. Algos significa ?sufrimiento?. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos ?añoranza?; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morriña del hogar. En inglés sería homesickness, o en alemán Heimweh, o en holandés heimwee. Pero es una reducción espacial de esa gran noción. El islandés, una de las lenguas europeas más antiguas, distingue claramente dos términos: söknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morriña del terruño. Los checos, al lado de la palabra ?nostalgia? tomada del griego, tienen para la misma noción su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas más conmovedoras es styska se mi po tobe: ?te añoro; ya no puedo soportar el dolor de tu ausencia?. En español, ?añoranza? proviene del verbo ?añorar?, que proviene a su vez del catalán enyorar, derivado del verbo latino ignorare (ignorar, no saber de algo). A la luz de esta etimología, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estás lejos, y no sé qué es de ti. Mi país queda lejos, y no sé qué ocurre en él. Algunas lenguas tienen alguna dificultad con la añoranza: los franceses sólo pueden expresarla mediante la palabra de origen griego (nostalgie) y no tienen verbo; pueden decir: je m? ennuie de toi (equivalente a «te echo de menos» o ?en falta?), pero esta expresión es endeble, fría, en todo caso demasiado leve para un sentimiento tan grave. Los alemanes emplean pocas veces la palabra ?nostalgia? en su forma griega y prefieren decir Sehnsucht: deseo de lo que está ausente; pero Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido (una nueva aventura), por lo que no implica necesariamente la idea de un nostos; para incluir en la Sehnsucht la obsesión del regreso, habría que añadir un complemento: Senhsucht nach der Vergangenheit, nach der verlorenen Kindheit, o nach der ersten Liebe (deseo del pasado, de la infancia perdida o del primer amor).


Milan Kundera


Ay, amor mío, no estoy triste, no, pero te quiero. Es un modo distinto de sufrir.


Jaime Sabines


Que quien por un vidrio mira / que hace algún color distinto / todo cuanto ve con él / está del color del vidrio.


Agustín Moreto