Disuelve
Disuelve. Encuentra docenas de disuelve con fotos para copiar y compartir.
La filosofía implica una movilidad libre en el pensamiento, es un acto creador que disuelve las ideologías.
Martin Heidegger
A veces el viento origina una ola agitada que produce una montaña de espuma sedosa y luego se disuelve en los surcos no arados del agua
Jack Kerouac
Canción
Canción para los que saben
lo que es llorar...
¿Quién pudiera darte al viento
e irse al viento en el cantar!
Canción como lluvia fina
sobre el mar,
que se disuelve y es nube
que sube y vuelve a llorar...
Canción que en el alma es lluvia,
canción que es llanto en el mar...
¡Quién pudiera darte al viento
e irse al viento en el cantar!
Canción para los que saben
lo que es llorar...
¿Quién pudiera darte al viento
e irse al viento en el cantar!
Canción como lluvia fina
sobre el mar,
que se disuelve y es nube
que sube y vuelve a llorar...
Canción que en el alma es lluvia,
canción que es llanto en el mar...
¡Quién pudiera darte al viento
e irse al viento en el cantar!
Enrique González MartÃnez
Nocturno
Duermes como la noche duerme:
con silencio y con estrellas.
Y con sombras también.
Como los montes sienten el peso de la noche,
así hoy sientes tú esos pesares
que el tiempo nos depara:
suavemente y en paz.
Te han llovido las sombras,
pero estás aquí, abrazando en la almohada
(en negra noche)
toda la luz del mundo.
Yo pienso que la noche, como la vida, oculta
miserias y terrores,
más tú duermes a salvo,
pues en el pecho llevas una hoguera de oro:
la del amor que enciende más amor.
Gracias a él aún crecerá en el mundo
el bosque de lo manso
y seguirán girando los planetas
despacio, muy despacio, encima de tus ojos,
produciendo esa música
que en tu rostros disuelve la idea del dolor,
cada dolor del mundo.
Reposas en lo blanco
como en lo blanco cae en paz la nieve,
duermes como la noche duerme
en el rostro sereno de esa niña
que todavía ignora
aquel dolor que habrá de recibir
cuando sea mujer.
Otra noche,
la nieve de tu piel y de tu vida
reposan milagrosamente al lado
de un resplandor de llamas,
del amor que se enciende en más amor.
El que te salvará.
El que nos salvará.
Duermes como la noche duerme:
con silencio y con estrellas.
Y con sombras también.
Como los montes sienten el peso de la noche,
así hoy sientes tú esos pesares
que el tiempo nos depara:
suavemente y en paz.
Te han llovido las sombras,
pero estás aquí, abrazando en la almohada
(en negra noche)
toda la luz del mundo.
Yo pienso que la noche, como la vida, oculta
miserias y terrores,
más tú duermes a salvo,
pues en el pecho llevas una hoguera de oro:
la del amor que enciende más amor.
Gracias a él aún crecerá en el mundo
el bosque de lo manso
y seguirán girando los planetas
despacio, muy despacio, encima de tus ojos,
produciendo esa música
que en tu rostros disuelve la idea del dolor,
cada dolor del mundo.
Reposas en lo blanco
como en lo blanco cae en paz la nieve,
duermes como la noche duerme
en el rostro sereno de esa niña
que todavía ignora
aquel dolor que habrá de recibir
cuando sea mujer.
Otra noche,
la nieve de tu piel y de tu vida
reposan milagrosamente al lado
de un resplandor de llamas,
del amor que se enciende en más amor.
El que te salvará.
El que nos salvará.
Antonio Colinas
Deixis En Fantasma
Aquello.
No eso.
Ni
-mucho menos- esto.
Aquello.
Lo que está en el umbral
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fiel al borde de mí mismo
que ni el viento arrebata, ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la noche apaga.
Tenue cabo de brisa
que me ataba a la vida dulcemente.
Aquello
que quizá hubiese sido
posible,
que sería posible todavía
hoy o mañana si no fuese
un sueño.
Aquello.
No eso.
Ni
-mucho menos- esto.
Aquello.
Lo que está en el umbral
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fiel al borde de mí mismo
que ni el viento arrebata, ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la noche apaga.
Tenue cabo de brisa
que me ataba a la vida dulcemente.
Aquello
que quizá hubiese sido
posible,
que sería posible todavía
hoy o mañana si no fuese
un sueño.
Ãngel González
Mujer de Ausencia
Mujer de ausencia,
escultura de música en el tiempo.
Cuando modelo el busto
faltan los pies y el rostro se deshizo.
Ni el retrato me fija con su química
el momento justo.
Es un silencio muerto
en la infinita melodía.
Mujer de ausencia, estatua
de sal que se disuelve, y la tortura
de forma sin materia.
Mujer de ausencia,
escultura de música en el tiempo.
Cuando modelo el busto
faltan los pies y el rostro se deshizo.
Ni el retrato me fija con su química
el momento justo.
Es un silencio muerto
en la infinita melodía.
Mujer de ausencia, estatua
de sal que se disuelve, y la tortura
de forma sin materia.
Gerardo Diego
Paraíso Final
Luchando, cuerpo a cuerpo, nos queremos de veras
y es fuego de mi carne la flor de tu mejilla.
El beso en su volumen iguala a la semilla
que brota verdemente con dos hojas primeras.
En la concha del ámbar manan las primaveras
un arroyo sereno de miel y manzanilla.
Tiene la tierra plumas de mirlo y abubilla;
pían en nuestro abrazo canarios y jilgueras.
El nácar se disuelve en manantial de leche,
en torrente de vino, de aceite y de resina:
No hay nada como el lirio que tanto nos estreche.
Hay en cueva de nata paladar de paloma
y en jardines cerrados para el sol que declina
paraísos abiertos del tacto y del aroma.
De "Tigres en el jardín"
Luchando, cuerpo a cuerpo, nos queremos de veras
y es fuego de mi carne la flor de tu mejilla.
El beso en su volumen iguala a la semilla
que brota verdemente con dos hojas primeras.
En la concha del ámbar manan las primaveras
un arroyo sereno de miel y manzanilla.
Tiene la tierra plumas de mirlo y abubilla;
pían en nuestro abrazo canarios y jilgueras.
El nácar se disuelve en manantial de leche,
en torrente de vino, de aceite y de resina:
No hay nada como el lirio que tanto nos estreche.
Hay en cueva de nata paladar de paloma
y en jardines cerrados para el sol que declina
paraísos abiertos del tacto y del aroma.
De "Tigres en el jardín"
Antonio Carvajal
No es verdad que el matrimonio sea indisoluble. Se disuelve fácilmente en el aburrimiento.
Chumy Chúmez
...la composición se disuelve, la complexión se cambia, la figura se muda, el ser se altera, la fortuna varía, permaneciendo siempre los elementos lo que son en sustancia y perseverando el principio material único (que es la verdadera sustancia de las cosas, eterna, ingenerable, incorruptible) en aquello mismo que fue siempre.
Giordano Bruno
No importa cuán profundamente asentado puede ser el problema, lo desesperada que sea la perspectiva, la forma en que cuán confusa sea la maraña, cuán grande es el error. Una realización suficiente de amor lo disuelve todo.
Emmet Fox
La locura es la ruptura absoluta con la obra de arte, sino que constituye el momento constitutivo de la abolición, que se disuelve en el tiempo la verdad de la obra de arte.
Michel Foucault
Swift tiempo rápido, emplumado con horas de vuelo, se disuelve la belleza de la ceja más justa.
Lord Chesterfield
Sostenga firmemente que nuestra fe es idéntica a la de los antiguos. Negar esto, y usted disuelve la unidad de la Iglesia.
Tomás de Aquino
Visual sorpresa es natural en el Caribe, sino que viene con el paisaje, y se enfrentó con su belleza, el suspiro de la historia se disuelve.
Derek Walcott
Creo que el mundo está en constante decadencia desde el siglo sexto antes de Cristo. Y , en cualquier caso, tocó definitivamente fondo en 1789. No soy multiculturalista, sino cosmopolita, que es lo contrario. El relativismo multiculturalista es un genocidio cultural contra todas las culturas, porque las disuelve en un gazpacho de ácido sulfúrico. No me interesa que las cosas cambien, sino profundizar en ellas.
Fernando Sánchez Dragó
La felicidad está hecha de una sustancia tan liviana que fácilmente se disuelve en el recuerdo, y si regresa a la memoria lo hace con un sentimiento empalagoso que la contamina y que siempre he rechazado por inútil, por dulzón, y en últimas por dañino para vivir el presente: la nostalgia.
Héctor Abad Faciolince
Nuestra alma no es por sí misma inmortal, sino mortal. Pero es también capaz de la inmortalidad. Si no conoce la verdad, muere y se disuelve con el cuerpo, pero resucita luego y juntamente con el cuerpo, en la consumación del mundo, para recibir como castigo una muerte inmortal?.
Taciano
Algo hace quien pasa de una luz
a menos claridad, quien surca oscuro
el transitar del aire a menos aire.
Quien se encomienda a algún anochecer.
Quien trata realidades con el nombre
que en la noche, sin más, le sale al paso.
Quien vive en transición. A cada paso
se insinúa el instante de una luz
de la que nadie sabe aún el nombre.
Tan sólo sé que late ahí en lo oscuro,
como la hoguera del anochecer
entabla un parloteo con el aire.
Hasta que apaga el fuego el mismo aire
y es desnudez la estela de su paso:
aflora entonces el anochecer
que la llama ocultaba entre la luz
como si, brusca dueña de lo oscuro,
tomara decisiones en su nombre.
Vivir es intentar ponerle nombre
a las cosas que marchan a su aire.
Y nos acoge un indagar oscuro
en el que es inseguro cada paso.
Las palabras son una escueta luz
que tiembla hasta que vuelve a anochecer.
Anochece tras cada anochecer
y sólo sé nombrarlo con tu nombre,
tú la única certeza, tú la luz;
la melodía que le robo al aire.
Tú, senda sin temor. Contigo paso
por la alegría de un camino oscuro.
Si vamos tú y yo juntos no es oscuro,
no es tan grávido el simple anochecer.
La soledad es así un rito de paso
que se disuelve al pronunciar tu nombre:
se abre una ventana y entra el aire
y es casi el movimiento de la luz.
La luz encuentra luz entre lo oscuro.
Respiro el aire de este anochecer.
Lleva tu nombre y anda con tu paso.
a menos claridad, quien surca oscuro
el transitar del aire a menos aire.
Quien se encomienda a algún anochecer.
Quien trata realidades con el nombre
que en la noche, sin más, le sale al paso.
Quien vive en transición. A cada paso
se insinúa el instante de una luz
de la que nadie sabe aún el nombre.
Tan sólo sé que late ahí en lo oscuro,
como la hoguera del anochecer
entabla un parloteo con el aire.
Hasta que apaga el fuego el mismo aire
y es desnudez la estela de su paso:
aflora entonces el anochecer
que la llama ocultaba entre la luz
como si, brusca dueña de lo oscuro,
tomara decisiones en su nombre.
Vivir es intentar ponerle nombre
a las cosas que marchan a su aire.
Y nos acoge un indagar oscuro
en el que es inseguro cada paso.
Las palabras son una escueta luz
que tiembla hasta que vuelve a anochecer.
Anochece tras cada anochecer
y sólo sé nombrarlo con tu nombre,
tú la única certeza, tú la luz;
la melodía que le robo al aire.
Tú, senda sin temor. Contigo paso
por la alegría de un camino oscuro.
Si vamos tú y yo juntos no es oscuro,
no es tan grávido el simple anochecer.
La soledad es así un rito de paso
que se disuelve al pronunciar tu nombre:
se abre una ventana y entra el aire
y es casi el movimiento de la luz.
La luz encuentra luz entre lo oscuro.
Respiro el aire de este anochecer.
Lleva tu nombre y anda con tu paso.
Ãlvaro GarcÃa