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Dominar ( 2 )

Dominar. Encuentra docenas de dominar con fotos para copiar y compartir.


En la historia se habla,
hombres tan sabios,
Manejaron al mundo por muchos años,
crearon guerras, tomaron el mando,
descubrieron su fuerza
desde la edad de piedra.

Hombres tan sabios, que conquistaron al mundo
pero son tan tontos para que ella,
permanezca a su lado…
dan todo por sentado, ya no le dices te quiero,
ya no le dices te amo…

Es lógico, gran guerrero,
que la mujer de tus sueños, se deje atrapar
por quien ofrece amor del bueno.
deja de ser un neandertal,
Sé aquel sabio,
que la vuelva a conquistar.
cada mañana al despertar...

Hombre tan fuerte, que construiste
tantos monumentos, y no sabes admirar
aquel que muere por tus besos.
lógico, arquitecto, no te has dado cuenta
que a un lado tuyo esta el monumento perfecto.

Y tu poeta, incansable buscador de lo bello,
escribes tus canciones, poemas y versos
a la musa que te quita el sueño, pero no vez
que por las noches hay alguien,
que en secreto escucha tus versos
y sueña con ser la musa de tu inspiración.

Aun así, después de tantas guerras
después de tantas victorias,
de dominar la tierra, no comprenden aun
que una mujer, no quiere halagos
solo la primera vez...

Hombre de mil guerras,
aprende a librar la mas difícil de todas ellas.
mantener a tu lado a la musa y sus encantos.
recuerda que una mujer, no es una guerra.
Es una victoria, si se descuida...
Será la peor de tus derrotas.


Enaiiad Lebasí


Las personas siempre, ó casi siempre, que hemos sufrido una decepción en el amor hablamos de este sentimiento como lo peor, incluso lo catalogamos como pérdida, pecamos diciendo: “EL QUE SE ENAMORA PIERDE”.

Por qué? Porque mejor no nos damos cuenta que esos momentos gratos de risas fueron al lado del ser que amamos, que luego de esa pelea por cualquier cosa llegó la reconciliación con la persona que amamos, que aquellas lágrimas porque pelearon fueron recompensadas con besos apasionados cuando tocó pedir disculpas, ó tal vez porque no pensamos en el día que perdonamos aquello que creímos no perdonar jamás y no porque perdimos el orgullo, si no que no nos dejamos dominar por la ira, ó esa vez que aprendimos a pedir disculpas y no porque nos hicimos vulnerables si no que dejaste atrás la soberbia.

Pero muchas veces preferimos decidir aceptar perdías cuando hemos ganado la oportunidad de vivir una relación que nos lleno en muchos momentos y nos ha enseñado cosas nuevas.

Justificamos con ese decir y que no es que esa persona nunca me amo, pero aprendimos a entregar todo por nada y seguiste la señal de Jesucristo.

En fin con el amor se gana si se quiere y se pierde lo necesario.


FalaII III IX




La correcta persistencia trae fortuna. Se desvanece la lamentación. Para dominar la región de los demonios fue preciso un gran esfuerzo, pero al cabo de tres años obtenieron honores y recompensas. El Hombre Superior brilla por su sinceridad. Habrá buena fortuna. Solo la perseverancia puede lograr el éxito en tiempos difíciles.
Hay augurios de grandes éxitos finales.


I CHING


Progresando en la rectitud, un hombre llega a ser capaz de dominar y regir un país. De la conjugación de la tenacidad y la apacibilidad surge la garantía de una actividad incesante. Así el Hombre Superior permanece digno y virtuoso, inclinando al pueblo a la bondad.


I CHING


Está bien tener temores,
pero dejarse dominar por
ellos es una aberración


J.O. Barcia Santos


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente




Matthei llegó solo a La Moneda, y la Fuerza Aérea, con el respeto que me merece, no es para dominar un Ejército... Cuando llegó Matthei me dijo 'aquí vengo'. '¿Viene a qué?', le dije. El venía a representar que tomaba el mando


Augusto Pinochet


Los que deseamos acumular riqueza debemos recordar que los verdaderos líderes del mundo han sido siempre hombres que han sabido dominar, para su uso práctico, las fuerzas invisibles e intangibles de la oportunidad que está por surgir, y han convertido esas fuerzas (o impulsos de pensamiento) en rascacielos, fábricas, aviones, automóviles, y toda forma de recurso que hace la vida más placentera.


Napoleon Hill


Se trata, a medida que se concentran las fuerzas de producción, de obtener de ellas el máximo de ventajas y de neutralizar sus inconvenientes (robos, interrupciones del trabajo, agitaciones y cábalas); de proteger los materiales y útiles y de dominar las fuerzas de trabajo.


Michel Foucault




Me levanto hoy para discutir el proyecto de ley de Reforma Nacional de Inteligencia. Felicito a mis colegas en ambas cámaras por su duro trabajo para llegar a un acuerdo. Al igual que con cualquier conferencia, se escucha cada voz, pero nadie puede dominar y debe alcanzarse un compromiso.


Ted Stevens


Ningún hombre perfectamente dueño de su lenguaje llega a dominar otro.


George Bernard Shaw


Si se trata de mover de un tirón las hamburguesas en McDonalds, la mejor hamburguesa de aleta en el mundo. Sea lo que sea que usted tiene que dominar su arte.


Snoop Dogg


Algún día, después de dominar los vientos, las olas, las mareas y la gravedad, vamos a aprovechar la energía del amor, y por segunda vez en la historia del mundo, el hombre habrá descubierto el fuego.


Pierre Teilhard de Chardin




Pueden dominar el mundo mientras nos pueden convencer nuestro dolor pertenece a un orden es la muerte por hambre peor que la muerte por suicidio, que una vida de hambre y el suicidio ...?


Adrienne Rich


Ganar cien victorias en cien batallas no es el colmo de la habilidad. Dominar al enemigo sin luchar es la cima de la habilidad.


Sun Tzu


No podemos tener un conocimiento completo de una sola vez. Tenemos que empezar por creer, a continuación, después podemos ser llevados a dominar las pruebas por nosotros mismos.


Tomás de Aquino


Ahora que las mujeres son jockeys, árbitros de béisbol, los científicos atómicos, y ejecutivos de empresas, tal vez algún día puedan dominar el estacionamiento en paralelo.


Bill Vaughan


Nos quedamos encantados de tener a Nigel como productor. El único problema es que Nigel es tan famoso que parece dominar la mayoría de las entrevistas sin estar allí.


Stephen Malkmus


Con demasiada frecuencia, la queja no es sobre objeción de principio por razones morales, pero la objeción de oportunista por razones de interés propio. Para corregir esta situación, tenemos que trabajar en dominar el arte de la comunicación.


Julian Baggini


Mis dos niñas tienen la autoestima muy alta, ya que ambos fueron capaces de dominar ciertas cosas, yo diría que eso es bueno para su confianza.


Amy Chua


La primera vez que nos encontramos con él no suponemos que el Amor resulta tan difícil de dominar.


Robert Bridges


Tienes que poner lo que se aprende en la práctica y hacerlo una y otra vez hasta que sea un hábito. Yo siempre digo, 'Ver no es creer. Si lo hace para creer. " Hay mucho que aprender acerca de la aptitud, la nutrición y las emociones, pero una vez que lo hace, usted puede dominar en lugar de ellos el dominio de ti.


Brett Hoebel


No basta con una idea positiva cuando se les da una oportunidad de sobrevivir y prosperar para dominar a todo un ejército de pensamientos negativos.


Robert H. Schuller


Somos tan arrogantes, nos olvidamos de que no somos la causa de la evolución, no somos el punto de la evolución. Somos parte de la evolución. Por desgracia, creemos que hemos sido creados para dominar el planeta, de dominar la naturaleza. ¿No es cierto.


Ted Danson


La paciencia que va con el juego, las pequeñas cosas que van junto con el juego, tienes mucho más tiempo para pensar en el golf que usted hace en el fútbol - tienes que mantener tus pensamientos positivos. No estoy seguro de que tengo que dominar.


John Elway


Tienes que dominar no solo el arte de escuchar a la cabeza, también debe dominar la auscultación del corazón y escuchar su intestino.


Carly Fiorina




Yo creo que cada jugador de ajedrez sentidos la belleza, cuando tiene éxito en la creación de situaciones que contradicen las expectativas y las normas, y él logra dominar esta situación.


Vladimir Kramnik


¿Es posible que los niveles de alfabetización están cayendo porque los jóvenes australianos están creciendo en una cultura en la que pueden estar entretenidos e informados, y en el que puedan comunicarse de manera efectiva, sin tener que dominar cualquier pero las habilidades de alfabetización más elementales?


Hugh Mackay


Después de todo, es difícil de dominar la vida y el trabajo igual de bien. Así que si usted está obligado a fingir uno de ellos, más vale que sea la vida.


Joseph Brodsky


A menudo hablamos de amor, cuando en realidad deberíamos estar hablando de la unidad de dominar o de dominar, con el fin de confirmar a nosotros mismos como agentes activos, el control de nuestro propio destino y dignos de respeto de los demás.


Thomas Szasz


El hombre que puede dominar a una cena-mesa de Londres puede dominar el mundo.


Oscar Wilde


Tres cosas han sido difíciles de domesticar: los océanos, los tontos y mujeres. Pronto podríamos ser capaces de dominar los océanos, los tontos y las mujeres tendrán un poco más.


Spiro T. Agnew


Tiempo = Vida, por lo tanto, perder el tiempo y la pérdida de su vida, o dominar su tiempo y dominar su vida.


Alan Lakein


Al dominar las emociones de otras personas, el tiempo tiene que venir cuando se tendrá que pagar, y en gran medida, por ese privilegio.


Ethel Waters


Piense en el éxito como un juego de azar en el que usted tiene control sobre las probabilidades. Al comenzar a dominar los conceptos de realización personal, que están aumentando sus probabilidades de lograr el éxito.


Bo Bennett


Cada persona que ha llegado a dominar una profesión es un escéptico al respecto.


George Bernard Shaw


No podemos dominar la naturaleza sino por obediencia a ella.


Francis Bacon


Con estos hombres y mujeres que trabajan a favor de la causa con todo su corazón, con la cabeza fría y manos hábiles vamos a dominar cada destino.


Gustav Krupp


Mira a países como China, que están decididos a dominar todas las áreas de tecnología limpia, poner un montón de dinero en el viento, solar, vehículos eléctricos y baterías de almacenamiento. Impotencia política de los Estados Unidos, causada por su terrible partidismo, los verá quedan atrás.


Malcolm Turnbull


Durante la Guerra Fría, estábamos interesados ??porque teníamos miedo de que Rusia y los Estados Unidos iban a ir a la guerra. Teníamos miedo de que Rusia iba a dominar el mundo. Cada país se convirtió en un campo de batalla.


Fareed Zakaria