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Duerme ( 2 )

Duerme. Encuentra docenas de duerme con fotos para copiar y compartir.


Romance de Los Vanos Encuentros

No preguntes quién pone en este canto
un alma destinada al sufrimiento
y un pobre corazón que te ama tanto.


I
Bronces de las ocho y media
nos llaman cada mañana
-entre tu casa y mi casa-
de dos cornisas y un breve saludos de camaradas.

¡Estás tan bella, vestida
de crujiente espuma blanca
baje ese sol de las ocho
que te ciñe y que te alaba!

Sus amarillas saetas
bordan en tu pelo el aura
que me recuerda las leves
imágenes de las santas.

(Pienso que rezarte a ti
tal vez me salvará el alma...)

II
Las campanas matinales
ponen música en la senda
por donde a tu escuela vas,
por donde voy a mi escuela.

Tontamente, tontamente
me vuelve la vieja idea
cada vez que nos cruzamos
en nuestras rutas opuestas:
pienso en el ayer que ataba
con una risa dos sendas,
cuando jamás nos cruzábamos
tú y yo en camino a la escuela.

Con una misma campana,
con una misma existencia,
y por una misma calle
con sol de las ocho y media...
Para nosotros, entonces,
había una sola escuela.

III
La señorita maestra
pasa vestida de blanco ;
en su oscuro pelo duerme
la noche aún, perfumado,
y en lo hondo de sus pupilas
yacen dormidos los astros.

Buenos días señorita
del caminar apurado;
cuando su voz me sonríe
olvido todos los pájaros,
cuando sus ojos me cantan
se torna el día más claro,
y subo la escalinata
un poco como volando,
y a veces digo lecciones.


Julio Cortázar


A La Orilla Del Sueño

A la orilla del sueño algo de mí despierta
Brasas que miran la otra parte que
como siempre
duerme

Hay una barca que se abre ante el mar como una espera
Hay una vertical sombra sin rostro que me invita a subir
A irme de viaje por estas aguas turbias
en estas horas que alzan su ramazón
su tallo oscuro
en el tiempo que crece antes del alba

Hora de gallos asustados
que concentran pavor bajo sus alas
Estancias tibias en donde irrumpe el frío
como un silbido de cristal

Alza su pecho gris la incertidumbre
Entra mi pie en la barca
Despierta la otra parte de mí
que siempre duerme
y unta un frío sudor sobre mi frente

Enciendo luz
Salto fuera del sueño

Tiemblo.

"Música solar" 1984


Efraín Bartolomé




Suelta Su Vago Humor de Vidrio

Suelta su vago humor de vidrio
contrito, mi alma; desde el fondo,
un burbujear de fango encrespa;
y el águila insomne que empollaba
en mí las brasas del valiente,
ya dormitando, cacarea.

Y así me van dejando, amigo;
así se enmustian mis guirnaldas.
Ni siquiera una pasión me mata:
de grietas torpes, de penumbras,
ciento de enfermedades sórdidas,
ya no me miro.

Ya mi fuerza
no anda con mis piernas; ni mis brazos
se cumplen moviéndose, ni medra
mi corazón en la alegría.

Luego, el ir viviendo, y el doliente
espejo, calvo en las almenas
de la cabeza; la oficina,
la mano cortada, la costumbre
de perder los gustos que uno amaba.

Piedra es mi lengua entre cenizas.
Pues cansado estoy, pues viejo a voces,
pues solamente voy jalando.
Un fruto seco reproducen
las costillas descorazonadas.

Ni por si acaso ya me miro;
en la cara aguanto, al descubierto
los resollares de la noche.

Pérfidamente, la vergüenza
benévola del carnicero,
vio la ilustración inalcanzable.

Y el vino y la sal y el pan y el agua
lloran, y me alejan sus guirnaldas
en conmistión; me desamparan
las brasas del poder, el águila
combustible; duerme el aspersorio
del orgullo, el verbo reviviente.

Amigo, amigo. Se enmustiaron
mis flores marchitas; en desgracia
recordando voy, como de vida.
Y para acabar, por no rendirme,
no canto ya ni me despido.


Rubén Bonifaz Nuño


Dentro, en tus ojos, donde calla y duerme un palpitar de acuario submarino, quisiera, licor tenue al difumino, hundirme, decantarme, adormecerme.


Gerardo Diego


Al que teniendo cama duerme en el suelo, no hay que tenerle duelo.


Refrán


Quien tiene paz y alegría, duerme bien de noche y gana bien el día.


Refrán




Eres, Amor...

Eres, amor, el brazo con heridas
y la pisada en falso sobre un cielo.
Eres el que se duerme, solitario,
en el pequeño bosque de mi pecho.
Eres, amor, la flor del falso nombre.

Eres el viejo llanto y la tristeza,
la soledad y el río de la virtud,
el brutal aletazo del insomnio
y el sacrificio de una noche ciega.
Eres, amor, la flor del falso nombre.

Eres un frágil nido, recinto de veneno,
despiadada piedad, ángel caído,
enlutado candor de adolescencia
que hubiese transcurrido como un sueño.
Eres, amor, la flor del falso nombre.

Eres lo que me mata, lo que ahoga
el pequeño ideal de ir viviendo.
Eres desesperanza, triste estatua
de polvo nada más, de envidia sorda.
Eres, amor, la flor del falso nombre.


Efraín Huerta


Si eres mi sangre cómo no estás en mis venas, pasando y repasando mi corazón que no duerme.


Juan Cunha


Puedo entregarme a ella en sus sueños, murmurándole sus propios poemas al oído mientras duerme a mi lado.


Yosano Akiko




El que mucho duerme poco aprende.


Refrán


Toda actividad militar esta relacionada, directa o indirectamente, con el combate. Es el fin por el cual un soldado es reclutado, equipado, armado y entrenado, y propósito por el cual come, duerme, bebe y marcha es, simplemente, que él debe luchar en el lugar y momento correcto.


Carl Von Clausewitz


Ni una sola hoja, no duerme ni la luna en este sauce.


Den Sute-jo


Silencios

Muere un amor en mitad de la esperanza
y un silencio sepulta su cadáver de pájaro.

Sangra una niña herida sobre un lecho lúbrico
y un silencio se esconde entre los trapos.

Deguellan un muchacho en una patria
y un silencio se oculta en sus zapatos

Cogen la libertad, la escupen, la desangran,
y un silencio terrible cierra los campanarios.

Alguien pone candados en los libros
y un silencio se aprieta en los armarios.

Fusilan un patriota en un rincón oscuro
y un silencio se fuga sobre los techos blancos.

Un millón de niñitos se nos muere de hambre
y un silencio se duerme contemplándolos.


Jorge Debravo




Según se prepara la cama, así se duerme.


Proverbio Judío


Déjate convencer, duerme esta noche conmigo. Que el amor se encuentra antes si se busca. Mira que casualidad si yo fuera tu hombre y la duda de haberte dado luz no te deja dormir nunca.


Ismael Serrano


Interior

Tu piel me devolvía
algo remoto. (¿Es esto
un Poema de amor?
¿Es un canto de duelo
o de esperanza? Un himno
triunfal o una nostalgia
acariciada sobre
la realidad?)
No había
nadie, sino nosotros.
(Los demás no existían.)
Una botella, un libro,
un cenicero. Ahora
la vida es de cristal,
de metal, de papel.
Ahora es la botella
más bella que una flor.
El cenicero tiene
el sonámbulo brillo
de las olas. El libro
es una roca... (¿Es esto
un poema de amor?)
En una habitación
en penumbra, entre el humo
que nos aleja... (¿Es esto
un Poema de amor?) 25
...sin hablar...(nada está
dicho aún...).
Olvidaba
otra cosa: la música
frutal, el corazón
errante de los siglos,
suena para nosotros.

Toqué tu frente como
si me fuera a morir
un instante después.
Igual que si me anclases
a la verdad. (¿Es esto
un poema de amor?
¿Fuimos sus criatura
melancólicas...?)

Libro,
botella, cenicero.
(No flor, ni ola, ni rocas.)
He llamado a las cosas
por su nombre, aunque el nombre
rompa el hechizo. Quiero
todo aquello que ha sido
el instante, su carne
y su alma (no solo
su alma), lo que el tiempo
roe (no lo que el tiempo
purifica).

Al contacto
de tu frente, los días
volaban desprendidos
de la copa. Pensé
que los días... ¿Amor
es eso que devuelve
el tiempo huido? ¿Eras
entonces el amor?
¿Me estoy cantando a mí,
recobrado y perdido?
¿Al amor, al que duerme
bajo tu piel, la pobre
criatura del cielo
destinada a morir
sin haber conocido
sus imposibles padres.


José Hierro


Nocturno

Duermes como la noche duerme:
con silencio y con estrellas.
Y con sombras también.
Como los montes sienten el peso de la noche,
así hoy sientes tú esos pesares
que el tiempo nos depara:
suavemente y en paz.

Te han llovido las sombras,
pero estás aquí, abrazando en la almohada
(en negra noche)
toda la luz del mundo.
Yo pienso que la noche, como la vida, oculta
miserias y terrores,
más tú duermes a salvo,
pues en el pecho llevas una hoguera de oro:
la del amor que enciende más amor.

Gracias a él aún crecerá en el mundo
el bosque de lo manso
y seguirán girando los planetas
despacio, muy despacio, encima de tus ojos,
produciendo esa música
que en tu rostros disuelve la idea del dolor,
cada dolor del mundo.

Reposas en lo blanco
como en lo blanco cae en paz la nieve,
duermes como la noche duerme
en el rostro sereno de esa niña
que todavía ignora
aquel dolor que habrá de recibir
cuando sea mujer.

Otra noche,
la nieve de tu piel y de tu vida
reposan milagrosamente al lado
de un resplandor de llamas,
del amor que se enciende en más amor.
El que te salvará.
El que nos salvará.


Antonio Colinas


Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.


Refrán


El recuerdo conserva una antigua retórica, se eleva como un árbol o una columna dórica, habitualmente duerme dentro de nuestros sueños y somos en secreto sus exclusivos dueños.


Silvina Ocampo


No Está El Aire Propicio

No está el aire propicio para estampar mejillas.
Se borraron la flechas que indicaban la ruta
más copiosa de pájaros para los que agonizan.
Se arrastran por los suelos nubes sin corazón
y a la garganta trepa la impostura del mundo.

No está el aire propicio para cantar tus labios,
tu nuca en desacuerdo con las leyes de fisica
ni tu pecho de interna geografia afectuosa.
Las tijeras gorjean mejor que las calandrias
y no vuelven ya nunca si remontan el vuelo
y aqui en mi cercanía tres libros se aproximan,
abiertos en la página donde muere una reina.

Qué dulce despertar el del amor que existe
y qué existencia clara la del ojo que duerme,
velado por las alas remotas de los párpados.

Pétalos de difuntas miradas, llueven, llueven
y llueven, llueven, llueven. Me sepultan los pies,
las rodillas, el vientre, la cintura, los hombros.
Van a enterrarme vivo; van a enterrarme vivo;

No está el aire propicio para soñar contigo.


Gerardo Diego


Eras, Instante, Tan Claro...

Eras, instante, tan claro.
Perdidamente te alejas,
dejando erguido al deseo
con sus vagas ansias tercas.

Siento huir bajo el otoño
pálidas aguas sin fuerza,
mientras se olvidan los árboles
de las hojas que desertan.

La llama tuerce su hastío,
sola su viva presencia,
y la lámpara ya duerme
sobre mis ojos en vela.

Cuán lejano todo. Muertas
las rosas que ayer abrieran,
aunque aliente su secreto
por las verdes alamedas.

Bajo tormentas la playa
será soledad de arena
donde el amor yazca en sueños.
La tierra y el mar lo esperan.


Luis Cernuda


Sosiego

Des fauves souvenirs
flambent dans tes prunelles
Lean Deubel

Duérme: será dulce tu sueño
igual que sombra de flabelos
perfumada y mullida bajo un árbol,
en tanto que la luna de los parques
alumbra en lloro tenue
las vigilias inmóviles del mármol.

¡Duérme! Bája los párpados azules
sobre esas lágrimas felices.
Enormes soles rojos
reverberan, y en radas de molicie
los barcos se empenachan
y ponen rumbo a piélagos ignotos.

Los recuerdos -leones taciturnos-
vagan por el jardín de tus pupilas
que rudo arcángel guarda.
Sobre tu corazón ya mis arrullos
en vesperal bandada
replegaron las alas peregrinas.

Duérme tu noche sosegante, ungida
por los serenos cármenes
de mi tardía adolescencia...

Duérme, que de tu sueño en los umbrales,
un efebo de cándida sonrisa
abre sobre tus pies la cabellera.


Carlos López Narváez


Canción A Una Muchacha Muerta

Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.

Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva solo un pájaro o mano.

Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.

Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.

Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde solo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.

¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!


Vicente Aleixandre


Tentación

No. De noche no. De noche
no, porque me miran ellas.
Sería un mudo reproche
el rubor de las estrellas.

Tan inocentes, tan puras,
con sus ojos ignorantes,
latiendo como diamantes
allá arriba en las alturas.

-Entonces, mira. Mañana
bajo el sol viejo y ardiente.
La luz ciega, muerde, aplana.
El alma duerme... y consiente.

-¿De día? No. Las estrellas
en el cielo están también.
¿No lo sabías? Sí. Ellas,
aunque invisibles, nos ven.


Gerardo Diego


Villancico En Central Park

Mañanicas floridas
del frío invierno
recordad a mi niño
que duerme al hilo.
Lope de Vega

Vistió la noche, copo a copo,
pluma a pluma,
lo que fue llama y oro,
cota de malla del guerrero otoño
y ahora es reino de la blancura.
¿Qué hago yo, profanando, pisando
tan fragilísimo plumaje?
Y arranco con mis manos
un puñado, un pichón de nieve,
y con amor, y con delicadeza y con ternura
lo acaricio, lo acuno, lo protejo.
Para que no llore de frío.


José Hierro


Fuerza es arrancarte de mi alma

Llegaste un día con esperanza
ese sabor de vida q en mi faltaba
la sensación de alegría q tanto anhelaba

Tu eras mi diario
como los rayos del sol cada mañana entrando por la ventana
como las estrellas q cada noche brillas unas cuantas y millones
como el aire q día y noche toca mis pulmones

Mal estar sin fin, probabilidades de vivir
eso me hacias sentir, aunq eras una sonrisa sin fin
cautivo en tus ojos me tenias a tus pies
sin mas de ti me enamore

Preso de tus palabras, de tu bella voz
alucinado y de mala fama, me causaba tu mirada
pero tus besos eran como brisa fresca de una mañana
tus besos eran mi única esperanza

Pronto te alejaste, y aun mas pronto te extrañe
cada mañana esa brisa q llenaba mi alma me hacía falta
con cada mirada recordaba tus dulces palabras
cada noche me hacía falta tu llamada

Hoy no busco ni quiero nada q me recuerde tu almohada
por las noches duerme mi esperanza
cuidando las estrellas a mi espalda
mientras cada mañana el sol guía mi mirada

Mal estar sin fin, probabilidades de vivir
eso me hacias sentir, aunq eras una sonrisa sin fin
cautivo en tus ojos me tenias a tus pies
sin mas de ti me enamore

Preso de tus palabras, de tu bella voz
alucinado y de mala fama, me causaba tu mirada
pero tus besos eran como brisa fresca de una mañana
tus besos eran mi única esperanza


Tovléz




Amparo-ezbá

Indecisa y cambiante, ¿eres amor o muerte?
¡Ay, ven, Amparo-Ezbá, que te estoy esperando!
Es la palpitación de origen quien podría
acogerte, y besarte, y ofrecerte un refugio
caliente de jazz-hot y trances convulsivos
como, cuando bailando, se pierde la conciencia.
Ven tú, amorosa, ven como la noche crece,
deseo sin objeto, tú que eres el no-objeto
y el placer imposible que en el límite busca
infinitudes ciegas. ¡Ay, no-tú, Ezbá, no-sí,
sí, ven, Ezbá, indecisa, transparente, inasible,
temblorosa de luces, soñadora, engañosa,
tú, tejido del iris, centelleo, sonrisa
hasta mi dulce llanto y a esos gritos salvajes
que no son el amor, o sí son, o al no ser
te llaman desde el centro del tornasol nocturno,
tiránica, traviesa, fascinante, escapada,
y niña, y absorbente como un vórtice suave,
y riendo, riendo, mortal como un pecado
que no existe mas haces con tu burla que exista,
tan cruel, encantadora, pasajera, incitante,
que líquida, impalpable, movimiento sin móvil,
descubres, deshuesada, la santa realidad!
Entonces flota el mundo casi feliz, dudoso,
y el recuerdo anochece lentísimo en la brisa.
Y tú, nunca creída, y tú, siempre sabida,
te ofreces para nada, te niegas para más,
como un antiguo ensalmo y un susurro al oído,
cuando ya todo duerme, y tú casi nos hablas,
o nos cantas, nos rezas, entonteces con nanas.
¡Oh tú, dime quién eres! ¡Oh Ezba, dime si existes!


Gabriel Celaya


Duérmete Ahora, Sentimiento Mío

Duérmete ahora, sentimiento mío.
Déjame en esta paz que me regalan
la silenciosa habitación, las suaves
luces, las tenues llamas.

Ya sé que ayer fue dura la congoja
y no sé cómo el corazón mañana
soportará romper con estos lazos,
con estas quietas brasas.

Pero no me perturbes esta noche
en que mi terca sangre se acompasa
al fluir de otras vidas más serenas,
al soplo de otra gracia.

Y tú, indiscreto pensamiento mío
pájaro equivocado de sus alas,
duerme también y deja que la noche
me abrigue, limpia, el alma.

De "Miradas sobre el agua"


Antonio Carvajal


Ella

Para Teresita López

Ella tiene
una mirada
que aletea
sobre el sueño.
A veces duerme.
Y cuando despierta,
sus ojos
tienen plumas
y destilan mar.

De "La Ciudad" 2001


Antonio María Flórez


El Amor Duerme En El Pecho Del Poeta

Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.

Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.

Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.

Pero sigue durmiendo, vida mía.
¡Oye mi sangre rota en los violines!
¡Mira que nos acechan todavía!


Federico García Lorca


Cae Impenitente Una Lluvia de Palos Una Virgen Se Lamenta

De noche cuando el eunuco
duerme
soñando con mi tercera muerte y mi corazón
divide el oro de la sangre
un pequeño temblor me habita por la boca.

Pulsar útiles arpas
entonces,
templar cálido hierro, cerrar
sobre algún sxo las manos aún gritando
sólo puedo morir, solo puedo morir,
quizás signifique
estar cerca
de mi soledad con un nudo.
Quizás signifique verter fotografías en una zona
a menudo extranjera
golpeando una arena cimentada.

Pero cuando duerme o se empeña en la venta de
mis bienes,
en mi rostro sobre el palo, solo queda
morir, sólo
queda morir, lo doloroso
es la mañana con himno y camareras,
lo doloroso
es mi cuerpo con andamiaje de ola como edificio
de
aire.

A las cinco se llena de mujeres como
un parque.

A las seis un viento que oscurece
lo recorre como un
sable.

De "Los versos del Eunuco" 1986


Luisa Castro


Cómo es que puedes verme a los ojos como puertas abiertas
guiándote profundamente dentro de mi corazón
donde me he vuelto tan entumecida sin un alma, mi espíritu duerme en algún lado, congelado
hasta que lo encuentres allí, y lo guíes nuevamente a casa

Despíertame, despiértame por dentro
no puedo despertar, despiértame por dentro
sálvame, dí mi nombre, y sálvame de la oscuridad
Despíertame, dile a mi sangre que fluya
no puedo despertar, antes de que me deshaga
sálvame, sálvame de la nada en que me he convertido

Ahora que sé lo que soy sin tí
no puedes simplemente abandonarme
exhala sobre mí, y hazme real
Tráeme a la vida

Despíertame, despiértame por dentro
no puedo despertar, despiértame por dentro
sálvame, dí mi nombre, y sálvame de la oscuridad
Despíertame, dile a mi sangre que fluya
no puedo despertar, antes de que me deshaga
sálvame, sálvame de la nada en que me he convertido
Tráeme a la vida
He vivido una mentira, no hay nada dentro mío
Tráeme a la vida
Conjelada por dentro, sin tus caricias, sin tu amor, cariño
solo tú éres la vida entre la muerte

Todo este tiempo no puedo creer que no haya podido ver
Me mantenía en la oscuridad, pero tu siempre estuviste en frente de mí
Parece como si hubiese dormido durante mil años
Debo abrir mis ojos a todo
sin un pensamiento, sin una voz, sin un alma
no me dejes morir aquí
debe haber algo más
Tráeme a la vida

Despíertame, despiértame por dentro
no puedo despertar, despiértame por dentro
sálvame, dí mi nombre, y sálvame de la oscuridad
Despíertame, dile a mi sangre que fluya
no puedo despertar, antes de que me deshaga
sálvame, sálvame de la nada en que me he convertido
Tráeme a la vida
He vivido una mentira, no hay nada dentro mío
Tráeme a la vida


gustavo a. bequer


Todos Los Santos

Suena la noche, suena el cautiverio
tenebroso, cadenas arrastradas
por el mármol. Inician !as maderas
y el metal la batalla de la orquesta,
la nublada obertura crece suave,
gotea la cera sobre el paño negro.
Si pudieras dormir. Agazapado
el volatín de los timbales salta,
ríe, te trae desnudo hasta la cama,
bufón de cresta roja, cascabeles.
Ya no puedes dormir. Estás conmigo,
ah vana sombra, aparta tu ternura,
tu torrente de lágrimas: la grave
camelia del oboe se desangra.
Ahí está la mancha. Leve, asciende,
voces humanas, órgano, los tubos
plateados del álamo en el bosque
tienen tu voz. Apaga los blandones,
retira antifonarios. Barbitúricos,
dosis letal de fiebre y laberinto,
tu cabellera flota todavía
por amargos violines del insomnio.
Sube el fagot, el panteón cerrado
ilumina la ojiva de las arpas,
pabilos crujen junto al hueco oscuro.
Humo es el sauce y su atabal ceniza.
Bebe en mi corazón. Cómo estremecen
las lilas, las violas, las sonoras
cajas el ritmo marcan de latidos.
Vuélvete a la pared. Están los sueños
exhumando el espectro. Rosas abren
por las trompas. Estallan las carcasas
de primavera, besos, huellas fulgen.
Duerme. El velorio sigue de las flautas,
pavanas para un tiempo ya difunto,
barraganía inútil del recuerdo.


Pablo García Baena


Hoy como cada año durante veintitrés, te recuerdo a cada minute, a cada instante, mi chele te he llamado siempre, pero hoy es especial, todos me han pedido que te olvide, que te deje descansar, pero me resisto a olvidarte, alguien me dijo ayer que estas como ángel a mi espera, lejos de la esfera; pero yo te he tenido siempre en el mismo lugar que se llama mis recuerdos, te he visto crecer eres bello, blanco alto y muy robusto, con voz grave y varonil, pero para mí eres mi bebe, aquel que me lleno de sueños e ilusiones cuando yo adolecente aun no comprendí, el porque me dejaste ese día, tu eres aquel que me dejo solitaria y triste después de acompañarme 9 meses y unos días, quisiera tener alas y volar por un día a ti, conocer y saber que estas bien, hoy quiero llorar, gritar, reir ,solo yo se que existes en mis pensamientos te describí, a mi has hablado; tu voz ,he escuchado cuando dulcemente me has dicho duerme mamá; ya no estes triste no sueñes más.
A veintitrés años de que te fuiste, hoy como ayer te recuerdo, un recuerdo si muy triste, pero en la lejanía y en mi soledad, donde solo tu puedes entrar, a solas con mi pluma te vuelvo a escribir como cada año, aunque mis cartas no puedas recibir.
Para decirte que te amo y que estas presente en cada instante de mi vida, que te he buscado en otras personas, te he oído cantar y cantas bello, te he oído orar y es maravilloso escucharte, te he visto caminar y te he perseguido sin darte alcanze, hemos conversado sin tener tus respuesta, pero estas aquí frente a mi, alguien me dijo que estoy loca y si fuera eso cierto que bella es la locura porque solo con ella te he podido persivir..
Tu mamá


Casta sulmeze


en el verde de tus ojos .duerme el mar en el claro de la luna tu mirada,en el negro de la noche tus cabellos es tu voz el trino alegre del sorzal...


Josefina Camacho


Cuando el corazón llora...
El alma entristece...
Y el amor...
En el eterno silencio...Duerme


Maria Teresa Marrujo Alvarez


Amor

Dentro, en tus ojos, donde calla y duerme
un palpitar de acuario submarino,
quisiera - licor tenue al difumino -
hundirme, decantarme, adormecerme.

Y a través de tu espalda, pura, inerme,
que me trasluce el ritmo de andantino
de tu anhelar, si en ella me reclino,
quisiera trasvasarme y extenderme.

Multiplicar mi nido en tus regazos
innumerables, que al cerrar los brazos
no encontrases mi carne, en ti disuelta.

Y que mi alma, en bulto y tacto vuelta,
te resbalase en torno, transparente
como tu frente, amor, como tu frente.


Gerardo Diego


Dulce Amor

Las cosas suceden así,
sencillamente:

Vuelven del trabajo
con sabor de cal viva entre los dientes.
la esposa les contempla con costumbre.
-¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.

Y cogen del pan,
como si fuera barro y arena,
un puñado tan sólo.
(Es pan de pobres, desalado y negro
y triste como el silencio de la casa toda.)

Y se marchan.

(La esposa les oye cerrar la puerta,
pero no dice nada. ¡Está tan cansada!
Prefiere aquella fría soledad
con olor de abandono.

Pudiera recordar su juventud y dormir,
pero ¿quién sueña o duerme?
Los pobres no recuerdan;
mueren como las piedras roídas de las murallas.

Ellos, en tanto, beben
un agrio vino con sabor de azufre;
y si ríen y gritan y golpean,
es porque -¡Dios, qué vida!-
da rabia beber sin alegría.

Acaso entonces lleguen hombres
de esos que velan por la paz de las familias,
y les hablen del dulce amor de las esposas
y del descanso junto al fuego,
escuchando, por la radio, una dulce canción,
mientras los niños buscan en el atlas
países coronados de yedras o corales...

Si esto sucede, gritan con más fuerza
y beben más vino agrio con sabor de azufre,
hasta que ya no saben dónde tienen los ojos,
ni por qué les duele el corazón.

Les arrojan con prisa.
La calle es larga, y en el firmamento
las estrellas relucen.

Regresan a la casa -¡oh dulce hogar!- llorando.
La esposa les contempla con costumbre.
-¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.


Victoriano Crémer


TU ME QUIERES BLANCA

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.


Alfonsina Storni


Liras

V
Voy a llorar sin prisa.
voy a llorar hasta olvidar el llanto
y lograr la sonrisa
sin cerrazón de espanto
que traspase mis huesos y mi canto.

Por el árbol inerme
que un corazón de pájaro calienta
y sin gemido duerme,
yal gran silencio enfrenta
sin esta altiva lengua cenicienta.
Por el cordero leve
de la pezuña tierna y belfo rosa;
por su vibrante nieve
que la tiniebla acosa
y al final de un relámpago reposa.
Por la hormiga azorada
que un bosque de cien hojas aprisiona;
por su pequeña nada
que al misterio no encona
y que la enorme muerte no perdona.
Por la nube que alcanza
los umbrales de un lirio sin semilla.
Lengua de la mudanza
sin éxtasis ni orilla,
que no sabe morirse de rodillas.
Por la hierba y el astro.
¿C6mo miden tus ojos, Dios oscuro?
Por el más leve rastro
de sombra contra el muro,
mi llanto ha abierto su cristal maduro.


Sara de Ibáñez