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El punto g de la mujer esta en el oido ( 4 )

El punto g de la mujer esta en el oido. Encuentra docenas de el punto g de la mujer esta en el oido con fotos para copiar y compartir.


En aquellas horas de amargura en que su vida se quebraba comprendió el valor del amor de una mujer. ¡Una mujer! sólo ella puede querer a un hombre pisoteado por botas de hierro. Allí está él, cubierto de escupitajos, y ella le lava los pies, le desenreda el pelo, acaricia sus ojos que se han vuelto apáticos. Cuanto más le han destruido el alma, cuanto más repugnante se ha convertido y más despreciable para el mundo, más querido es para ella. [... ] No todas las mujeres con las que te acuestas pueden ser tu mujer.


Vasili Grossman


Y allí estaba yo. Y ellas me vieron y yo las vi. ¿Y qué fue lo que vi? Ojeras. Labios partidos. Pómulos brillantes. Una paciencia que no me pareció resignación cristiana. Una paciencia como venida de otras latitudes. Una paciencia que no era chilena aunque aquellas mujeres fueran chilenas. Una paciencia que no se había gestado en nuestro país ni en América y que ni siquiera era una paciencia europea, ni asiática ni africana (aunque estas dos últimas culturas me son prácticamente desconocidas). Una paciencia como venida del espacio exterior. Y esa paciencia a punto estuvo de colmar mi paciencia.


Roberto Bolaño




LA MARIONETA

Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no diría todo lo que pienso,
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más,
entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos,
perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen,
Despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan,
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol,
dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón,
escribiría mi odio sobre hielo,
y esperaría a que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh
sobre las estrellas un poema de Benedetti,
y una canción de Serrat sería la serenata
que les ofrecería a la luna.

Regaría con lágrimas las rosas,
para sentir el dolor de sus espinas,
y el encarnado beso de sus pétalo...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

No dejaría pasar un solo día
sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos
y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están,
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,
sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas,
pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres
He aprendido que todo el mundo quiere vivir
en la cima de la montaña,
Sin saber que la verdadera felicidad está
en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido
aprieta con su pequeño puño,
por vez primera, el dedo de su padre,
lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre
solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,
cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,
pero realmente de mucho no habrán de servir,
porque cuando me guarden dentro de esa maleta,
infelizmente me estaré muriendo.


Gabriel García Márquez


Por Siempre

Si la esmeralda se opacara,
si el oro perdiera su color,
entonces, se acabaría
nuestro amor.

Si el sol no calentara,
si la luna no existiera,
entonces, no tendría
sentido vivir en esta tierra
como tampoco tendría sentido
vivir sin mi vida,
la mujer de mis sueños,
la que me da la alegría...

Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría
Jamás morirías
tampoco nuestro amor...
pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno
no necesitamos del sol
de la luna o los astros
para seguir amándonos...

Si la vida fuera otra
y la muerte llegase
entonces, te amaría
hoy, mañana...
por siempre...
todavía.


Mario Benedetti


Una vez más comprendí hasta qué punto la felicidad terrena está hecha a la medida del hombre. No es un ave rara a la que debemos perseguir un momento en el cielo y al siguiente en nuestra mente. La felicidad es un ave doméstica que se encuentra en el patio de nuestra propia casa.


Nikos Kazantzakis


Nunca se sufre tanto por amor como cuando volvemos a ver el objeto amado, o mejor cuando este está ausente.


Napoleón Bonaparte




¡MUJER! Eres novia, eres esposa, eres... Amante, eres madre... ¡MUJER!... Eres una rosa roja para la vida!
Y... un clavel para el amor.


Jackselins Arteaga


Mi Pobre Amor Se Está Yendo...

Mi pobre amor se está yendo...
yo me quedaré llorando...
La lluvia, leve, cayendo;
una nube, allá, glisando...

Mi pobre amor se está yendo.

Lejos, muy lejos!, soñando
la dulce amada, y tejiendo
su ilusión, me va matando...
Mi pobre amor se está yendo...

¿Qué pasa, que nada entiendo?
Qué pena se va a acercando?

La lluvia, leve, cayendo...
Una nube, allá, glisando...
La dulce amada tejiendo
su ilusión, que voy matando!

Mi pobre amor se está yendo...
Yo me quedaré llorando!


León de Greiff


Para una mujer, el primer beso es el final del principio; para un hombre, el comienzo del final.


Helen Rowland




No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.


Eduardo Galeano


Me duele una mujer en todo el cuerpo.


Jorge Luis Borges


En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.


Gabriel García Márquez


¡La mujer y el niño necesitan más cariño, que leche!.


Gloria Fuertes




Si yo fuese una mujer estaría desesperada. La existencia de buenas mujeres excede mucho de los hombres que se las merecen.


Robert Graves


La mujer actual tiene una obsesion por ser igual que el hombre, y no se por que, si el hombre es un pobre diablo desorientado.


Antonio López


Miedo

La sombra de una duda sobre mí se levanta
cuando llega el arrullo de tu voz a mi oído;
miedo de conocerte; pero en el miedo hay tanta
pasión, que me parece que ya te he conocido.

Yo adiviné el misterio cantor de tu garganta.
¿Será que lo he soñado? Tal vez lo he presentido:
mujer cuando promete y nido cuando canta;
mentira en la promesa y abandono en el nido.

Quizá no conocernos fuera mejor; yo siento
cerca de ti el asalto de un mal presentimiento
que me pone en los labios una emoción cobarde.

Y si asoma a mis ojos la sed de conocerte,
van a ti mis audacias, mujer extraña y fuerte,
pero el amor me grita: -¡si has llegado muy tarde!...


Andrés Eloy Blanco


Canción de La Hora Feliz

Yo tuve ya un dolor tan íntimo y tan fiero,
de tan cruel dominio y trágica opresión,
que a tientas, en las ráfagas de su huracán postrero,
fui hasta la Muerte... Un alba se hizo en mi corazón.

Bien se que aún me aguardan angustias infinitas
bajo el rigor del tiempo que nevará en mi sien;
que la alegría es lúgubre; que rodarán marchitas
sus rosas en la onda de lúgubre vaivén.

Bien sé que, alucinándome con besos sin ternura,
me embriagarán un punto la juventud y Abril;
y que hay en las orgías un grito de pavura,
tras la sensualidad del goce juvenil.

Sé más: mi egregia Musa, de hieles abrevada,
en noches sin aurora y en llantos de agonía,
por el fatal destino de dioses engañada
ya no creerá en nada... ni aún en la poesía...

¡Y estoy sereno! En medio del oscuro "algún día",
de la sed, de la fiebre, de los mortuorios ramos
-¡el día del adiós a todo cuanto amamos!-
yo evocaré esta hora y me diré a mí mismo,
sonriendo virilmente: -"Poeta, ¿en qué quedamos?"

Y llenaré mi vaso de sombras y de abismo...
¡el día del adiós a todo cuanto amamos!


Porfirio Barba Jacob


El Animal Que Llora, Ése Estuvo En Tu Alma Antes de Ser Amarillo;

el animal que lame las heridas blancas,

ése está ciego en la misericordia;

el que duerme en la luz y es miserable,

ése agoniza en el relámpago.


La mujer cuyo corazón es azul y te alimenta sin descanso,

ésa es tu madre dentro de la ira;

la mujer que no olvida y está desnuda en el silencio,

ésa fue música en tus ojos.


Vértigo en la quietud: en los espejos entran sustancias
corporales y arden palomas. Tú dibujas juicios y tempestades
y lamentos.


Así es la luz de la vejez, así

la aparición de las heridas blancas.

* * *

Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el
silencio de las últimas ramas.

Esto era el destino:

llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.


Antonio Gamoneda


de Agua Dulce

Nunca hubiera adivinado que un amor
fuera la corriente más subterránea
sin escaparse
que va del tibio heno a un pozo
y de ahí empedrada a los huertos
sin dividirse
pero yo sí ante tu acecho
y este poema
que no acierta a explicarse mejor.

Corriente de agua dulce
en las tardes de agosto
no vayas por el agua
al pozo...
Se escribe así en el viento
una cultura detrás del amor
nacida en los campanarios
empujando suertes, ventanas
de la aldea interior
que es una mirada a la boca
trenzados frente a frente.

En el pozo andamos.
Mi saya tirando a selva
Tu camisa a juego oscura
Mi pie todavía calzado
Tu cuello abierto de mil troncos
Esta mano qué sorpresa sin anillo.
Las tuyas ayudando a sacar agua.

Del pozo me quiero ir
sin escaparme.
El busto atardecer
desconocía si esto era amor
o dulce trampa
que tira su moneda
sin dividirme
al fondo de las aguas.
Ay, la saya nueva
y camisa a rayas
flotan abrazando
el cielo, el limo puro
que del heno a un pozo
ya no saben regresar
a casa.
Y Dios arriba, abajo
empapado también
en dulce trampa
hace de una mujer aldea
este poema
que no acierta a explicartse mejor.

De: Pasión inédita


Pureza Canelo


En Mis Rodillas

Sentada en mis rodillas y a mi cuello abrazada,
se ha detenido el tiempo, la palabra dormita,
el pensamiento inmóvil no se ocupa de nada,
e ignoran los oídos a quien murmura o grita.

Qué lejanas las sombras que las nubes proyectan,
y las dudas qué absurdas y qué insignificantes,
que aún estando en el fondo del alma, no la infectan,
y aún hiriendo sus teclas no suenan discordantes.

Flota la mente ausente en exótico nirvana,
el sentimiento fluye profundo pero lento,
y en la quietud serena ni el sentido se afana,
ni la ansiedad destruye la magia del momento.

La cabeza en el hombro resuelve los dilemas,
evade los conflictos y el horizonte amplía;
susurraré a tu oído uno de mis poemas,
y te amaré esta noche que es joven todavía.


Francisco Alvarez


No sé hasta qué punto un escritor puede ser revolucionario. Por lo pronto, está trabajando con el idioma, que es una tradición.


Jorge Luis Borges


Ola

Hacia la arena tibia se desliza
la flor de las espumas fugitivas,
y en su cristal navega el aire herido,
imperceptible, desplomado, oscuro
como paloma que de pronto niega
de su mármol idéntico el estío
o el miedo que en silencios se apresura
y solo huella fuese de un viraje,
melancólica niebla que al oído
dejara su tranquilo desaliento.
mas el aire es quien fragua, sosegado,
la caricia sombría, el beso amargo
que al fin fatigará el oculto aroma
de la arena doliente, deseosa,
ávida, estéril sombra pensativa,
cuerpo anegado en un cansancio oscuro
sometido al murmullo de aquel beso.

Hermosa así, desnuda, ya no es
la carne iluminada cual la flecha
que en el viento describe lujuriosa
el temblor que después ha de entregar;
ni es la boca ardiente, enamorada,
insaciable al contacto, al beso ávida
como profundo aroma silencioso;
Ni la pasión del fuego hacia el aliento
destruyendo lo inmóvil de la sombra
para precipitarla en lo que ha sido,
sino que, ya ternura del cautivo
que sabe dónde amor le está esperando,
quiebra su forma, pierde su albedrío
y en un instante de candor o ala
ahogada en un anhelo suspendido,
como ciega tormenta despeñada
abandónase al cuerpo que la acosa
y a su encuentro es caricia, oscura imagen
de rudo impulso convertido en plumas
o tinieblas perdidas para siempre,
y sabe cómo al fin la arena es tumba,
frontera temblorosa donde se abren
las flores fugitivas de la espuma,
resueltas ya en silencio y lentitud.


Alí Chumacero


Una Mujer En La Escalera

Escalón a escalón, una cansada
mujer asciende como si del centro
de la tierra subiera. De allá adentro
honda sombra retiene la mirada.

Implacable le impone la escalera
su destino de tramos sucesivos.
Muertos ahora parecen los que vivos
deseos fueron de la primavera.

Al mirarla subir tan abatida,
me pareció la imagen de la vida
resignada, y haciéndose la fuerte.

Mas sin embargo esta mujer está subiendo
la escalera infinita, ahora comprendo
que es la imagen segura de la muerte.


Leopoldo de Luis


El Estanque

¡El verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
está en olvido
miserable!
En las lejanas, bellas horas
eran sus linfas cantadoras,
eran granates y auroras,
a campánulas y jazmines
iban insectos mandarines
con lamparillas purpuradas,
insectos cantarines
con las músicas coloreadas;
mas, del jardín, en la belleza
mora siempre arcana tristeza:
como la noche impenetrable,
como la ruina miserable.
Temblaba Vésper en los cielos,
gemían búhos paralelos
y, de tarde, la enramada
tenía vieja luz dorada;
era la hora entristecida
como planta por nieve herida;
como el insecto agonizante
sobre hojas secas navegante.
Clara, la niña bullidora,
corrió a bañarse en linfa mora,
para ir luego a la fiesta
de la heredad vecina;
ya a su oído llegaba orquesta
de violín, piano y ocarina.
Brilló un momento, anaranjada,
entre la sombra perfumada,
con las primeras sensaciones
del sarao de orquestaciones.
¡Oh! en la linfa funesta y honda
fue a bañarse la virgen blonda;
de los amores encendida,
la mirada llena de vida. ..
¡EI verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
hoyes derrumbe
miserable!


José María Eguren


Nocturno

Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían, y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana que tengo a mi espalda.


Julio Cortázar


La Muchacha Del Balcón

La tarde bajaba por esa calle junto al puerto
Con paso lento, balanceándose, llena de olor,
Las viejas casas palidecen en tardes como ésta,
Nunca es mayor su harapienta melancolía
Ni andan más tristes de paredes,
En las profundas escaleras brillan fosforescencias
como de mar,
ojos muertos tal vez que miran a la tarde como si
recordaran,

eran las seis, una dulzura detenía a los desconocidos,
una dulzura como de labios de la tarde, carnal,
carnal,
los rostros se ponen suaves en tardes como ésta,
arden con una especie de niñez
contra la oscuridad, el vaho de los dancings.

Esa dulzura era como si cada uno recordara a una
mujer
Sus muslos abrazados, la cabeza en su vientre,
El silencio de los desconocidos
Era un oleaje en medio de la calle
Con rodillas y rostros de ternura chocando
Contra el "New Inn", las puertas, los umbrales de
color abandono.

Hasta que la muchacha se asomó al balcón
de pie sobre la tarde íntima como su cuarto con la
cama deshecha

donde todos creyeron haberla amado alguna vez
antes de que viniera el olvido.


Juan Gelman




Porque me tube que enamorar de ti si sabia perfectamente que no eras para mi

Por que verte hoy fue caer de nuevo amarte mas que ayer, extrañarte

Escuchar tu voz esta tarde fue asombroso
senti que podia volar, senti que podia volar
tocar tus manos sin querer fue perfecto
nada me podia ganar, nada me podia ganar

Escuchar tu risa que tanto extrañe estos años
fue el punto presiso para comenzar a llorar
y admitir mas que nunca antes lo mucho que no te e dejado de amar.


Tovléz


YO LA AMO

Hace mucho tiempo había una pareja muy feliz,
la joven era la mas linda que podía existir;
cuando de pronto fue al doctor y empezó a evitar a su novio,
a la semana ella lo llamó y le dijo que el doctor le diagnostico una enfermedad en la piel y que la cara se le estaba deformando y estaba a tal punto, que daba asco.

Al poco tiempo el novio la llamó y le dijo, que había ido al doctor y que este había dicho que estaba perdiendo muy rápidamente la vista,
y que la necesitaba, ella aceptó ya que él no la iba a poder ver, pasó el tiempo y ellos eran los mas felices del mundo;

Ella envejeció y murió, todos decían "pobre el esposo está ciego y la necesitaba";

en el velorio el esposo fue como si nada y un amigo le pregunto "no que estabas ciego?"
y él le respondió "no, nunca lo estuve pero si no le decía eso, ella nunca iba a aceptar, casarse conmigo,
y yo la amo"

Por:cancionXti




¿De dónde surgen las pasiones repentinas de un varón por una mujer, las pasiones hondas, entrañables? de lo que menos, de la sola sensualidad; pero cuando el varón halla juntos en una sóla criatura el desamparo, la debilidad y, a la vez, la altanería, en su interior es como si su alma quisiera desbordarse: queda conmovido y ofendido en un mismo instante. En ese punto brota la fuente del gran amor.


Friedrich Nietzsche


Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa, está peor que muerto.


Johann Wolfgang Von Goethe


La mujer puede tanto que hace pecar a un santo.


Refrán


Las personas más espirituales, suponiendo que tengan el máximo coraje, son también las que viven las tragedias más dolorosas: pero esas personas honran la vida justo porque ésta les opone su máxima hostilidad.


Friedrich Nietzsche


Ama y aprecia a la mujer y no abuses nunca de su debilidad, sería una infamia y una cobardía.


Paolo Mantegazza


La resistencia de una mujer no es siempre prueba de su virtud, sino más frecuentemente de su experiencia.


Anne De Lenclós


Uno no se mata por el amor de una mujer. Uno se mata porque un amor, cualquier amor, nos revela nuestra desnudez, nuestra miseria, nuestro desamparo, la nada.


Cesare Pavese


Quien sabe gobernar a una mujer sabe gobernar un estado.


Honoré De Balzac


Nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer.


Joaquín Sabina


Hace tiempo conviví casi dos años con una mujer hasta descubrir que sus gustos eran exactamente como los míos: los dos estábamos locos por las chicas.


Groucho Marx


Dos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho.


Pitágoras


El mejor matrimonio sería aquel que reuniese a una mujer ciega con un marido sordo.


Michel De Montaigne