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El sabio calla

El sabio calla. Encuentra docenas de el sabio calla con fotos para copiar y compartir.


El ignorante, si calla, será tenido por erudito, y pasará por sabio si no abre los labios.


Salomón


Sabio es el que calla porque no tiene razón. El que guarda su boca, aunque tenga razón es porque está casado o fuma en pipa


George Bernard Shaw




El hombre sabio, incluso cuando calla, dice más que el necio cuando habla


Thomas Fuller


El idiota grita, el inteligente opina y el sabio calla.


Refrán


TUYO SOY.

Ya no vivo yo Cristo vive en MÍ.
En las manos de Dios SOY un instrumento.
Me entrego A TI como una ofrenda.
Dependo DE TI en mi necesidad.
Jesús MI alfarero, YO su vaso.
Con el Señor SOY más que vencedor.

Mi vida TUYA es,
Mis sueños te lo entrego a ti,
Mi alma te pertenece
Porque TUYO SOY Señor Jesús.

En mi aflicción corro a ti,
En las pruebas conmigo estas,
Vas delante de mí como mi escudo
Porque TUYO SOY Señor Jesús.

Tú venciste todo con tu amor Digno Jesús.
Me salvaste y me lavaste,
Me hiciste sacerdote para JEHOVÁ.
Peleas mis batallas y me proteges
Porque SOY TU HIJO coheredero.

TUYO SOY por siempre
TE ALABO por siempre
TE AMO por siempre
SEÑOR JESÚS.


Victor Alfredo Ticlla Calla


El sabio es sabio porque ama. El loco es loco porque piensa que puede entender el amor.


Paulo Coelho




Si se es honrado y se nace pobre, no hay tiempo para ser sabio y ser rico.


José Martí


Piensa como un hombre sabio pero comunícate con el lenguaje de la gente.


William Butler Yeats


Cuando el corazón se agita, se ofrenda rutinariamente. Por eso, solo el sabio es capaz de agotar el sentido de la ofrenda.


Confucio




Vivir no es otra cosa que una resistencia inútil. El hombre sabio sabe que va a morir, pero vive y se resiste a la muerte tanto como puede..


Alejandro Dolina


El verdadero sabio solo es riguroso consigo mismo; con los demás es amable.


Plutarco


Hombre sabio, de sayas no hace caso.


Refrán


El sabio es amable, el necio es áspero.


Doménico Cieri Estrada




Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo.


Armando Palacio Valdés


En el pecho del sabio, aun sanada la herida, queda señal.


Séneca


La carga del sabio es ligera.


Doménico Cieri Estrada


Lo más sabio es el tiempo, porque esclarece todo.


Tales De Mileto


Una conversación con un hombre sabio vale más que diez años de estudio en libros.


Henry Longfellow Wadsworth


Por los defectos de los demás el sabio corrige los propios.


Publio Siro


El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y un cobardía ceder el paso a los indignos.


Epicteto


Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.


Confucio


Puedes decir si un hombre es sabio por sus preguntas.


Naguib Mahfouz


Lo que quiere el sabio, lo busca en sí mismo; el vulgo, lo busca en los demás.


Confucio


El sabio no enseña con palabras, sino con actos.


Lao Tse


Sabio es solamente quien permanece amo de sí mismo.


Mahabharata


No veo ningún rey sabio. Nadie puede escucharme. Tengo que morir.


Confucio




Aplícate tu propio bálsamo. Proclama por doquier tu enfermedad. Eso te restablecerá. Cuanto más emplees este tratamiento más digno y más sabio te harás.


Rubén Darío


Dijo un sabio a una campesina: ¿Qué darías por saber lo que yo sé? Respondiendo esta: Daría más por saber lo que no sabes.




El hombre inteligente habla de lo que conoce, el sabio calla para escuchar lo que aun no conoce...


Jose Rivas


Sobre tema de Ella Wheeler, dedicado a mi amigo C. M. S.

Como Fray Luis tras de su largo encierro
«Decíamos ayer...» también digamos.
¿Han pasado años? En la cuenta hay yerro,
O nosotros con ellos no pasamos.

Donde ayer lo dejamos, dulce dueño.
Recomencemos. Recogiendo amantes.
Los rotos hilos del antiguo sueño.
Sigamos arrullándolo como antes.

Respetuosa apartemos la mirada
de tumbas que haya entre partida y vuelta.
Y si hubiere una lágrima ya helada
ruede al calor del corazón disuelta.

Olvidemos la herrumbre que en el oro
de la rica ilusión depuso el llanto,
y los hielos que pálido, inodoro
dejaron el jardín que amamos tanto.

Olvidemos el hado que hizo injusto
de nuestros corazones su juguete,
y regalemos la orfandad del gusto
con el añejo néctar del banquete.

¡No es tarde, es tiempo! Olvida la ígnea huella
que al arador pesar cruzó en frente.
Para mis ojos tú siempre eres bella
yo para ti soy llama siempre ardiente:

Llama que hoy mismo a mi pupila fría
surge desde el recóndito santuario
pese a la nieve que en mi sien rocía
el invierno precoz del solitario.

Mírame en estos ojos que tu imagen
extáticos copiaron tantas veces.
Allí estas tú, sin lágrimas que te ajen
ni tiempo que interponga sus dobleces.

Búscame sólo allí, que yo entretanto
en los tiernos abismos de tus ojos
torno a encontrar mi disipado encanto,
la juventud que te ofrendé de hinojos.

¡Mi juventud!, espléndida al intenso
reverberar de tu alma ingenua y pura,
con brisas de verano por incienso,
y por palma de triunfo tu hermosura.

¡Mi juventud!, por título divino
espigadora en todo lo creado;
nauta en persecución del vellocino
de cuanto fuese de tu culto agrado.

Islas de luz del cielo, margaritas
de colgantes jardines y hondos mares,
néctar de espirituales sibaritas,
soplos de Dios a humanos luminares:

Las miradas del sabio más profundas
y del tal vez más sabio anacoreta;
las perlas de Arte, hijas de amor fecundas;
la suma voz de todo gran poeta.

Esas trombas de lírica armonía,
infiernos de pasión divinizados,
en que nos arrebatan a porfía
todos los embelesos conjurados:

Auras de aquella cima do confluyen
Hermosura y Verdad, pareja santa,
y las dos una misma constituyen,
y espíritu de amor sus nupcias canta.

Buscar palabra al silencioso drama
de la contemplación, mística guerra
entre Dios, Padre amante que reclama
al eterno extranjero de la tierra;

y esta madre de muerte, inmensa y bella
Venus que al por nos nutre y nos devora,
y presintiendo que escapamos de ella
con tanto hechizo nos abraza y llora.

Leer amor en tanta ruda espina
que escarnece a la fe y angustia al bueno.
Mostrar flores del alma en la ruïna,
luz en la oscuridad, oro en el cieno.

La flor de cuanto existe, oro celeste,
único que halagando tu alma noble
brindara en vago esparcimiento agreste
a nuestro doble ser regalo doble;

tal era mi tributo. Una confianza,
una sonrisa, una palabra tuya,
retorno abrumador, que en mi balanza
Dios, no un mortal, será quien retribuya.

Pero todo en redor, la limpia esfera,
el bosque, el viento, el pajarillo amable
semejaba, en tu obsequio, que quisiera
pagar por mí la dádiva impagable.

Aún veo sobre el carbón de tus pupilas
el arrebol fascinador de ocaso;
veo la vacada, escucho las esquilas:
va entrando en su redil paso entre paso.

Escucha, recelosa de la sombra,
la blanda codorniz que al nido llama
y al sentirnos parece que te nombra
y que por verte se empinó en la rama.

Escúchate a ti misma entre el concento
de aquella fiesta universal de amores,
cuando nos coronaba el firmamento
ciñéndonos de púrpura y de flores.

Esas flores murieron. Pero ¿has muerto
tú, fragancia inmortal del alma mía?
Años y años pasaron. Pero ¿es cierto
o es visión que existimos todavía?

Juntos aquí como esa tarde estamos,
y el mismo cielo es ara suntuosa
de aquel amor que entonces nos juramos
y hoy, en los mismos dos, arde y rebosa.

Ahí está el campo, el mirador collado,
el pasmoso horizonte, el sol propicio;
la cúpula y el templo no han variado.
Vuelva el glorificante sacrificio.

¿Y no ha herido tal vez tu fantasía
que aquella tarde insólita, imponente,
fue sólo misteriosa profecía
de este rnisteriosísimo presente. . . ?

En aquel hinmo universal, un dejo
percibí melancólico; y al fondo
de una lágrima tuya vi el bosquejo
del duelo que hoy en lo pasado escondo.

Pasó... Pero esa tarde en su misterio
citó para otra tarde nuestra vida.
Y hela aquí. El alma recobró su imperio
del sol abrasador a la caída.

¡La tarde!, la hora del perfecto aroma,
la hora de fe, de intimidad perfecta,
cuando Dios sobre el sol que se desploma
el infinito incógnito proyecta.

Cuanto es ya el suelo en fuego y tintes falto,
es de ardiente el espíritu y profundo;
y abiertas las esclusas de lo alto
flotamos como en brisas de otro mundo.

Ve cómo el blanco Véspero fulgura,
pasando intacto el arrebol sangriento.
¡Es la Amistad!, la roca firme y pura
que sirve a nuestro amor de hondo cimiento.

Nadie dejó de amar si amó de veras.
Cuando en árido tronco te encarnices
con la segur, tal vez lo regeneras
si son como las nuestras sus raíces.

Y antes te sonará más dulcemente
templada en el raudal de los gemidos,
la antigua voz que murmuraba ardiente
la música de mi alma en tus oídos.

¿Han pasado años?... Puede ser. ¿Quién halla
que el Tiempo sólo arrumbe o dañe o borre?
¡Cuánta espina embotó! ¡Qué de iras calla!
¡Su olvido a cuántos míseros socorre!

Para los dos el ministerio suyo
fue de ungido de Dios y extremo amigo.
Te veo sagrada, y sacro cuanto es tuyo,
y como de un cristal al casto abrigo.

En torno a ti, y a cuanto es tuyo, encuentro
halo de luz, atmósfera de santo;
como al santuario a visitarte hoy entro
y algo hay solemne en tu adorable encanto.

¡Dulce es sentir que hay almas, y que aman!
Su amor... inerme el tiempo para ellas...
Las vuelve, al Dios que férvidas aclaman,
como Él las hizo... jóvenes y bellas.

Han pasado años, sí... ¡por fin pasaron!
¡Rudo tropel que atravesó el camino!


Rafael Pombo


Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.


Sigmund Freud


El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el necio se queda sentado en él.


Proverbio Chino


Para obtener éxito en el mundo, hay que parecer loco y ser sabio.


Montesquieu


Todo lo que estimula nuestra vida, trayéndonos calor, frío, tristezas, es breve y es saludable. ¡Sopórtalo, entonces, como lo hace el sabio!


Mahabharata


Ningún nombre sabio ha querido nunca ser más joven.


Jonathan Swift


Un hombre nunca debe avergonzarse por reconocer que se ha equivocado, que es tanto como decir que hoy es más sabio de lo que fue ayer.


Jonathan Swift


Un hombre sabio debe tener dinero en su cabeza, pero no en su corazón.


Jonathan Swift


El cuerpo canta; la sangre aúlla; la tierra charla; la mar murmura; el cielo calla y el hombre escucha.


Miguel De Unamuno


Agradar cuando se recaudan impuestos y ser sabio cuando se ama son virtudes que no han sido concedidas a los hombres.


Edmund Burke


El sabio siempre quiere aprender; el ignorante siempre quiere enseñar.


Refrán