Embriaguez
Embriaguez. Encuentra docenas de embriaguez con fotos para copiar y compartir.
El arte de amar se reduce a decir exactamente lo que el grado de embriaguez del momento requiera.
Stendhal
Cuando se tiene cierta moral de combate, de poder, hace falta muy poco para dejarse llevar, para pasar a la embriaguez, al exceso.
Marguerite Duras
¡Hablamos de milenarissssmo! ¡Cojones ya! El milenarismo va a llegar...(pompas de embriaguez)
Fernando Arrabal
¿A qué mal no conduce la embriaguez? Revela los secretos, exagera nuestras esperanzas y nos arroja a la pelea.
Horacio
Tú que vendes tu vino por dinero, ¿qué podrás comprar con el dinero que sea mejor que la embriaguez del vino?
Omar Jayam
-Lo esencial de la embriaguez es el sentimiento de fuerza y de plenitud. Bajo esta influencia nos abandonamos a las cosas y las obligamos a tomar algo de nosotros mismos.
Friedrich Nietzsche
En el naufragio de la embriaguez, puede observarse que lo único que sobrenada es el amor propio.
Honoré de Balzac
Pues bien, con respecto a la embriaguez dijimos que habían de renunciar a ella. Porque nadie es menos propio, creo yo,que de un guardián el embriagarse y no saber ni en qué lugar de la tierra se halla.
Platón
Y no disculparse del exceso cometido en la embriaguez de la cólera, es más insensato aún que cometerlo. Es el orgullo sosteniendo la estupidez
Ignacio Manuel Altamirano
Antes de casarse, Emma se había creído enamorada; pero como la felicidad que hubiera debido resultar de aquel amor no había llegado, pensó que necesariamente debía de haberse equivocado. Y trataba de averiguar qué significaban exactamente en la vida las palabras 'dicha', 'pasión' y 'embriaguez', que tan hermosas le habían parecido en los libros
Gustave Flaubert
La experiencia de la vida es la pasión de beberla hasta la embriaguez profunda, cantar, bailar, decir versos hermosos y luego dormir.
Gioconda Belli
Y yo respiro, y ando, y caigo, y giro y vuelvo a ver los árboles sedientos y los pájaros disparados en la embriaguez de la música del viento y estoy inmóvil y absorto y maravillado de un día más en el pecho ardiendo.
César Brañas
Narciso
Narciso no era bello ni hermoso.
Lo embriagó su propia pequeñez,
su rostro en el otro rostro.
No halló la paradoja,
la secreta lámpara,
los jaspes,
el centro de luz entre sus cejas.
No tuvo por dentro un auriga,
ni la espada para vencer al tigre,
ni bebió de la tórrida, altiva respiración de los dragones.
Lo hallé muerto,
como las flores remotas que desconocen su origen
y su aroma
El eco no lo pudo salvar
de la muerte
de la embriaguez,
de su oscura bastardía.
De "El claustro elegido"
Narciso no era bello ni hermoso.
Lo embriagó su propia pequeñez,
su rostro en el otro rostro.
No halló la paradoja,
la secreta lámpara,
los jaspes,
el centro de luz entre sus cejas.
No tuvo por dentro un auriga,
ni la espada para vencer al tigre,
ni bebió de la tórrida, altiva respiración de los dragones.
Lo hallé muerto,
como las flores remotas que desconocen su origen
y su aroma
El eco no lo pudo salvar
de la muerte
de la embriaguez,
de su oscura bastardía.
De "El claustro elegido"
MÃa Gallegos
Estival Ii
Leilah: de tu esplendor rezuma un vino
que es en mis venas sosegado fuego
y arrobada embriaguez cuando te aspiro.
Leilah: con el estío de tu risa
se madura la mies de los deseos
para soñar tu cándida vendimia.
Leilah: cruzando mares de silencio
sobre la playa de tu voz marina
suspiran caracolas de desvelo.
Leilah, tus manos son la tibia rada
donde mecen -veleros despojados-
la ternura y el sueño su nostalgia.
Leilah: de tu esplendor rezuma un vino
que es en mis venas sosegado fuego
y arrobada embriaguez cuando te aspiro.
Leilah: con el estío de tu risa
se madura la mies de los deseos
para soñar tu cándida vendimia.
Leilah: cruzando mares de silencio
sobre la playa de tu voz marina
suspiran caracolas de desvelo.
Leilah, tus manos son la tibia rada
donde mecen -veleros despojados-
la ternura y el sueño su nostalgia.
Carlos López Narváez
Día Trece
Mi corazón retrógrado
ama desde hoy la temerosa fecha
en que surgiste con aquel vestido
de luto y aquel rostro de ebriedad.
Día trece en que el filo de tu rostro
llevaba la embriaguez como un relámpago
y en que tus lúgubres arreos daban
una luz que cegaba al sol de agosto,
así como se nubla el sol ficticio
en las decoraciones
de los calvarios de los Viernes Santos.
Por enlutada y ebria simulaste,
en la superstición de aquel domingo,
una fúlgida cuenta de abalorio
humedecida en un licor letárgico.
¿En qué embriaguez bogaban tus pupilas
para que así pudiesen
narcotizarlo todo?
Tu tiniebla
guiaba mis latidos, cual guiaba
la columna de fuego al israelita.
Adivinaba mi acucioso espíritu
tus blancas y fulmíneas paradojas:
el centelleo de tus zapatillas,
la llamarada de tu falda lúgubre,
el látigo incisivo de tus cejas
y el negro luminar de tus cabellos.
Desde la fecha de superstición
en que colmaste el vaso de mi júbilo,
mi corazón obscurantista clama
a la buena bondad del mal agüero;
que si mi sal se riega, irán sus granos
trazando en el mantel tus iniciales;
y si estalla mi espejo en un gemido,
fenecerá diminutivamente
como la desinencia de tu nombre.
Superstición, consérvame el radioso
vértigo del minuto perdurable
en que su traje negro devoraba
la luz desprevenida del cenit,
y en que su falda lúgubre era un bólido
por un cielo de hollín sobrecogido...
Mi corazón retrógrado
ama desde hoy la temerosa fecha
en que surgiste con aquel vestido
de luto y aquel rostro de ebriedad.
Día trece en que el filo de tu rostro
llevaba la embriaguez como un relámpago
y en que tus lúgubres arreos daban
una luz que cegaba al sol de agosto,
así como se nubla el sol ficticio
en las decoraciones
de los calvarios de los Viernes Santos.
Por enlutada y ebria simulaste,
en la superstición de aquel domingo,
una fúlgida cuenta de abalorio
humedecida en un licor letárgico.
¿En qué embriaguez bogaban tus pupilas
para que así pudiesen
narcotizarlo todo?
Tu tiniebla
guiaba mis latidos, cual guiaba
la columna de fuego al israelita.
Adivinaba mi acucioso espíritu
tus blancas y fulmíneas paradojas:
el centelleo de tus zapatillas,
la llamarada de tu falda lúgubre,
el látigo incisivo de tus cejas
y el negro luminar de tus cabellos.
Desde la fecha de superstición
en que colmaste el vaso de mi júbilo,
mi corazón obscurantista clama
a la buena bondad del mal agüero;
que si mi sal se riega, irán sus granos
trazando en el mantel tus iniciales;
y si estalla mi espejo en un gemido,
fenecerá diminutivamente
como la desinencia de tu nombre.
Superstición, consérvame el radioso
vértigo del minuto perdurable
en que su traje negro devoraba
la luz desprevenida del cenit,
y en que su falda lúgubre era un bólido
por un cielo de hollín sobrecogido...
Ramón López Velarde
La embriaguez, la ira y locura corren igualmente; sino que las dos primeras son voluntarias y mudables y la tercera es perpetua
Pachacútec
El día en que un deportista deja de pensar sobre todas las cosas de la felicidad en su propio esfuerzo y la embriaguez del poder y el equilibrio físico que se deriva de ella, el día en que le consideraciones de la vanidad o interés asumen el control, en el día de su ideal se morir.
Pierre de Coubertin
Si solo 'sentirse bien' podría decidir, la embriaguez sería la experiencia humana sumamente válida.
William James
El deseo de hacer daño, la embriaguez momentánea con el dolor, es el vacío legal a través del cual el pervertido se mete en la mente de los hombres comunes.
Jacob Bronowski
El buen comportamiento a lo largo de la temporada navideña es para ser bebido. Esta embriaguez culmina en la víspera de Año Nuevo, cuando te pones tan borracho que besar a la persona que está casada con.
P. J. O'Rourke
Escribir una novela es uno de esos ritos modernos de paso, me parece, que nos llevará a un mundo inocente de la alegría, la embriaguez, y el buen humor, a un estado de nerviosismo crónico y el análisis permanente de estados de cuenta bancarios.
J. G. Ballard
Me estremezco al pensar en cuál ha de ser el resultado de una lucha entre sistemas tan distintos; uno de nosotros ha de prevalecer y el otro será destruido, en cualquier caso no podemos existir ambos de forma segura. De su parte está la inmensa riqueza de su imperio, recursos intactos, experiencia y práctica en las armas, una soldadesca veterana, una serie ininterrumpida de victorias, disposición a resistir las dificultades, unión, orden, disciplina, frugalidad y vigilancia. De la nuestra se encuentra una hacienda vacía, hábitos lujosos, recursos agotados, espíritus quebrantados, una soldadesca tosca e insubordinada, y codiciosas reyertas; no hay respeto por la disciplina, el libertinaje se extiende por todas partes, los hombres se complacen en la embriaguez y la depravación, y, lo peor de todo, el enemigo está acostumbrado a la victoria, y nosotros a la derrota. ¿Podemos dudar de cuál ha de ser el resultado?7
Niall Ferguson
Se habla de supermercados del sexo, que tienen un catálogo bastante completo de su oferta porno; pero les falta lo esencial. Y es que el objetivo mayoritario de la búsqueda sexual no es el placer, sino la gratificación narcisista, el homenaje que una pareja deseable rinde a la propia perfección erótica. [... ] la meta que se persigue [... ] es la embriaguez narcisista de la conquista.
Michel Houellebecq
En la primavera de 1943, repetí la síntesis de LSD-25. Como en la primera síntesis, sólo obtuve unos pocos centigramos del compuesto. En el paso final de la síntesis, durante la purificación y cristalización de la dietilamida del ácido lisérgico en forma de tartrato (sal de ácido tartárico), fui interrumpido en mi trabajo por sensaciones inusuales. La siguiente descripción de este incidente procede del informe que envié entonces al profesor Stoll:
?El pasado viernes, 16 de abril de 1943, me vi obligado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y marcharme a casa, afectado por una inquietud notable, combinada con un ligero mareo. En casa me tumbé sumido en un estado no desagradable, como un estado de embriaguez, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada?.
?El pasado viernes, 16 de abril de 1943, me vi obligado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y marcharme a casa, afectado por una inquietud notable, combinada con un ligero mareo. En casa me tumbé sumido en un estado no desagradable, como un estado de embriaguez, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada?.
Albert Hofmann
Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.
Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.
Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.
Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.
Pablo Neruda
Mas no soy para ti... ¡Si entre tus brazos
la suerte loca me arrojara un día,
al terrible contacto de tus labios
tal vez mi corazón... se rompería!
Nunca será... para mi negra vida
la inmensa dicha del amor no existe...
sólo nací para llevar en mi alma
todo lo que hay de tempestuoso y triste.
Y quisiera morir... ¡pero en tus brazos,
con la embriaguez de la pasión más loca,
y que mi ardiente vida se apagara
al soplo de los besos de tu boca!
la suerte loca me arrojara un día,
al terrible contacto de tus labios
tal vez mi corazón... se rompería!
Nunca será... para mi negra vida
la inmensa dicha del amor no existe...
sólo nací para llevar en mi alma
todo lo que hay de tempestuoso y triste.
Y quisiera morir... ¡pero en tus brazos,
con la embriaguez de la pasión más loca,
y que mi ardiente vida se apagara
al soplo de los besos de tu boca!
Manuel MarÃa Flores