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Ensueno

Ensueno. Encuentra docenas de ensueno con fotos para copiar y compartir.


Todo comienza con el ensueño de alguien.


Larry Niven


Era tu figura la flor de un nimbo de ensueño.


Gerardo Diego




La muerte es un ensueño sin ensueños.


Napoleón Bonaparte


Por lo general las mujeres de ensueño son una ilusión óptica.


Peter Ustinov


Busco tus labios con el amor
de un profano
que lo mancilla cuando sueñas con otro
soy el ladrón
de tus sueños
en besos ocultos
apeteciendo
tu fatigado cuerpo.

Sonríes levemente
cuando mis labios poso
sobre los tuyos...
bajeza mía en tu ensueño
risueño
con él juegas
en su cuerpo extasiado.

Me llevo al instante
la delicia de un beso efímero
vacío
...y como caminante me voy distante
buscando otros sendero
queriendo hallar
encontrar
besos duraderos


Miguel Visurraga


Mariposa de ensueño, te pareces a mi alma y te pareces a la palabra melancolía.


Pablo Neruda




Soy vecino de todos los elementos, especialmente de la libertad y del ensueño.


Luis Alberto Costales


Y mientras que el ensueño pertenece a todo el mundo, el delirio solo pertenece a los poetas.


Vicente Huidobro


Mi ideal bien poco pide: ser música de mí, música sorda. Ex libris del ensueño: un árbol verde y una paloma.


Agustín Acosta




El amor es un intento de cambiar un pedazo de un mundo de ensueño por una realidad.


Theodor Reik


La élite pretende mantener su ensueño de minoría despierta.


Gustavo Bueno


La vida es un ensueño, el amor su sueño. Y habrás vivido si has amado.


Alfred de Musset


La Cita

¡Adiós, amigo, adiós! ¡El sol se esconde,
la luna sale de la nube rota,
y Eva me aguarda en el estanque, donde
el cisne nada y el nelombo flota!

Voy a estrechar a la mujer que adoro.
¡Cuál me fascina mi delirio extraño!
¡Es el minuto del ensueño de oro
de la cita del ósculo en el baño!

¡Es la hora en que los juncos oscilantes
de la verde ribera perfumada
se inclinan a besar los palpitantes
pechos desnudos de mi dulce amada!

¡Es el momento azul en que la linfa
tornasolada, transparente y pura,
sube hasta el blanco seno de la ninfa
como una luminosa vestidura!

¡Es el instante en que la hermosa estrella
crepuscular se asoma con anhelo
para ver a otra venus que descuella
sobre el húmedo esmalte de otro cielo!

¡Es ya cuando las tórtolas se paran
y se acarician en los mirtos rojos,
y los ángeles castos se preparan
a ponerse las manos en los ojos!


Salvador Díaz Mirón




Cuando, Dormida Tú...

Cuando, dormida tú, me echo en tu alma
y escucho, con mi oído
en tu pecho desnudo,
tu corazón tranquilo, me parece
que, en su latir hondo, sorprendo
el secreto del centro
del mundo. Me parece
que legiones de ángeles,
en caballos celestes
-como cuando, en la alta
noche escuchamos, sin aliento
y el oído en la tierra,
trotes distantes que no llegan nunca-,
que legiones de ángeles,
vienen por ti, de lejos
-como los Reyes Magos
al nacimiento eterno
de nuestro amor-,
vienen por ti, de lejos,
a traerme, en tu ensueño,
el secreto del centro
del cielo.


Juan Ramón Jiménez


Yo sueño con tu amor... Una infinita dulzura sube del florido huerto... ¿Por qué el ensueño de una margarita, hoja tras hoja mi saudade arranca, si en la penumbra del balcón abierto falta esta tarde tu silueta blanca?.


Francisco Villaespesa


La Que Hoy Pasó Muy Agitada

¡Qué tarde regresas!... ¿Serán las benditas
locuaces amigas que te han detenido?
Vas tan agitada!... ¿Te habrán sorprendido
dejando, hace un rato, las casas de citas?

¡Adiós, morochita!... Ya verás, muchacha,
cuando andes en todas las charlas caseras:
sospecho las risas de tus compañeras
diciendo que pronto mostraste la hilacha...

Y si esto ha ocurrido, que en verdad no es poco,
si diste el mal paso, si no me equivoco
y encontré el secreto de esa agitación...

¿Quién sabrá si llevas en este momento
una duda amarga sobre el pensamiento
y un ensueño muerto sobre el corazón?


Evaristo Carriego


Doble Canción

I

Tengo una sed de vinos capitosos
-venusino furor, pugnas salaces,
ojos enloquecidos por el éxtasis,
bocas ebrias, frenéticos enlaces-.

Tú, Dinarzada, tú, fogosa mía,
tú, Melusina, vid de mis deseos:

¡dóname tu lagar tibio y recóndito!
quiero oprimir tus uvas!

Y tus vinos
exprimir!
-fulgurante filtro cálido
para mi sed de zumos citereos!

II

Tengo una sed de búdicos nirvanas
-xahareño no oír, callada acidia,
ojos enceguecidos por el éxtasis,
espiritual ardor, psíquica lidia-.

Tú, viaje azul, deliquio, noche intacta,
música..., oh tú, mi inasequible dueño:

¡llévame a tus refugios ataráxicos!
quiero tañer tus fibras!

y el prodigio
de tu entraña exprimir!
-don inefable
para mi sed de fugas y de ensueño.


León de Greiff


Siempre

¡Tú no sabes cuánto sufro! ¡Tú que has puesto mis tinieblas
en mi noche, y amargura más profunda en mi dolor!
Tú has dejado, como el hierro que se deja en una herida,
en mi oído la caricia dolorosa de tu voz.

Palpitante como un beso; voluptuosa como un beso;
voz que halaga y que se queja; voz de ensueño y de dolor...
Como sigue el ritmo oculto de los astros el Océano‚
mi ser todo sigue el ritmo misterioso de tu voz.

¡Oh, me llamas y me hieres! Voy a ti como un sonámbulo
con los brazos extendidos en la sombra y el dolor...
¡Tú no sabes cuánto sufro! Cómo aumenta mi martirio
temblorosa y desolada, la caricia de tu voz.

¡Oh, el olvido! El fondo oscuro de la noche del olvido,
donde guardan los cipreses el sepulcro del Dolor!
Yo he buscado el fondo oscuro de la noche del olvido,
y la noche se poblaba con los ecos de tu voz...


Ricardo Jaimes Freyre


Canción Del Recuerdo Intacto

Solo tú, verdadero, ningún dolor me diste.
Tu regalo perfecto no cabía en mis manos:
era el ramo fragante, el vino de alegría
y la espiga madura para el pan cotidiano.

Solo tú adivinaste el motivo secreto
que doblaba mi vida en curva de fracaso;
sólo tú me dijiste la palabra de aliento
que me mantiene recta a través de los años.

Por camino de sombras y vueltas de peligro
tu pie, firme y valiente, perseguía mis pasos.
¡Oh saltador de abismos, distancias y barreras!
¿Quién detuvo el impulso de tu amor obstinado?

Para saber quererme afinaste el sentido
volviendo suave y dulce lo violento y lo amargo.
Para alcanzar mi ensueño abriste alas veloces;
para poder copiarme fuiste un espejo claro.

Ardía en tus pupilas hoguera de fulgores,
se enredaba en tu lengua el arpegio de un canto,
y mecido en tus brazos, como un niño pequeño,
dormía sin temores mi corazón cansado.

Todos los que me amaron algún dolor me dieron
y todos los que amé un dolor me dejaron;
sólo tú me alegraste como un día de fiesta;
sólo el momento tuyo fue perfecto regalo.

Por eso, en hora quieta, en el pecho se esponja
el beso de ternura que revienta en los labios:
¡Música errante y vaga, azul de lejanía
lucero del silencio en lágrimas cuajado!


Claudia Lars


Un amor que razona, que contrata su ensueño, inevitablemente será un amor pequeño.


José Angel Buesa


Desamparo de Los Crepúsculos

Huyo de aquel dolor que me hizo un día
bajo el misterio incógnito del cielo
sangrar el alma silenciosamente...
¿A qué desde las áridas riberas
tender la vista al horizonte? -El claro
beso de luz en la extensión naufraga-
y antes de que la sombra me circuya,
apagaré mi espíritu intranquilo
en el fulgor violeta de la tarde...

Ya sobre el mar en gira tumultuosa
no veré más la convulsión enorme
que templó mi vigor, ni en la propicia
madurez halagüeña de los trigos
espaciaré los moribundos ojos;
ya no he de uncir las manos temblorosas
al tronco de los robles, cual solía
para trepar hasta el follaje ameno,
ni más sobre el fervor de la pradera
repicará la esquila de mis cantos;
no veré más el rayo de la luna
que se quebraba en los azules montes...
¡no veré más los ojos de los niños!

Tú, perfume y rumor del campo umbrío,
hacecillo de rosas ideales,
ánfora de virtud enaltecida
-tú- la maga de veinte primaveras,
lánguida novia de pupilas hondas
que cruzas bajo el árbol del ensueño,
¡perdóname! -la lumbre que redime
sobre los montes del confín no viene,
la fe desmaya, la ilusión desmaya,
la fuerza languidece y se desmaya...
y antes de que las sombras me circunden,
¡apagaré mi espíritu intranquilo
en el fulgor violeta de la tarde!


Porfirio Barba Jacob


Mientras de Luz Y de Esperanza Herido

Mientras de luz y de esperanza herido
mi corazón te piensa y te edifica,
un llanto luminoso purifica
tu cielo claro en claridad crecido.

Las aves hacia ti me han conducido,
cuando el silencio el cántico amplifica,
que en ti las luces íntimas explica,
y esta pasión, primaveral latido.

El alma te construye entre azucenas
sobre el paisaje que la brisa hiere,
donde los aires tiemblan en tu ensueño.

Tu nombre vivo fluye por mis venas,
y toda mi nostalgia te prefiere
en la espiga y la hierba de mi sueño.


Germán Bleiberg


Los fanáticos crean un ensueño y lo convierten en el paraíso de sus secta.


John Keats


O acaso cierta noche de amor y de locura yo vivía un ensueño y... y usted una aventura


José Angel Buesa


Los platónicos olvidan excesivamente que el amor es una física antes de ser un ensueño.


Remy De Gourmont


Lied I

Era el alba,
cuando las gotas de sangre en el olmo
exhalaban tristísima luz.

Los amores
de la chinesca tarde fenecieron
nublados en la música azul.

Vagas rosas
ocultan en ensueño blanquecino
señales de muriente dolor.

Y tus ojos
el fantasma de la noche olvidaron,
abiertos a la joven canción.

Es el alba;
hay una sangre bermeja en el olmo
y un rencor doliente en el jardín.

Gime el bosque,
y en la bruma hay rostros desconocidos
que contemplan el árbol morir.


José María Eguren




Antífona Del Amor Inmutable

Siempre habré de quererte como ahora:
¡Amor de luces blancas!...
¡Fuego de sol que me calienta el pecho
y no levanta llama!

Con esta misma música recóndita,
tan profunda y tan vaga
como el rumor inmenso que recoge
el caracol de nácar.

Con el íntimo verso que revienta
en sencillas palabras
y queriendo expresar todo lo bello,
casi no dice nada.

Con el goce callado de sentirte
en la raíz del alma:
savia celeste que mi anhelo yergue
hasta las nubes altas.

Con el ensueño renovado y fresco
y esta ternura clara
que apenas cuaja en la caricia leve,
como el roce de un ala.

...Siempre habré de quererte como ahora,
aunque después me vaya
errante y sola, con el llanto mudo,
y la emoción ahogada.

He de llevar en el oído fino
tu suave voz lejana
y en el pequeño corazón rebelde
tu misteriosa marca

Porque me amarra a ti nudo de siglos,
y saltando distancias
fui persiguiendo en encontrados rumbos
la huella de tu planta.

Porque llegué de la negrura densa:
una sombra agachada...
y en tus brazos de amparo se encendía
el resplandor del alba.

Porque el sollozo, retorcido y hondo,
colmando mi garganta,
soltó en la cuenca de tu mano tibia
su amargura salada.

Porque anclé mi inquietud en el remanso
de tu pureza intacta
y meció tu silencio transparente
mi vela desgarrada.

Porque encontraste la verdad oculta
bajo mi forma vana.
¡Y el mismo Dios, con su pupila eterna
me mira en tu mirada!


Claudia Lars


Quiero ser en tu vida

Quiero ser en tu vida, algo mas que un instante,
algo más que una sombra y algo más que un afán.
Quiero ser en ti misma una huella imborrable
y un recuerdo constante y una sola verdad.
Palpitar en tus rezos con temor de abandono.
Ser en todo y por todo complemento de ti.
Una sed infinita de carisias y besos,
pero no una costumbre de estar cerca de mí.
Quiero ser en tu vida, una pena de ausencia
y un dolor de distancia y una eterna amistad.
Algo mas que una imagen y algo más que el ensueño
que venciendo caminos llega, pasa y se va...
Ser el llanto en tus ojos y en tus labios la risa,
ser el fin y el principio, la tiniebla y la luz
y la tierra y el cielo... y la vida y la muerte.
Ser igual que en mi vida has venido a ser tú...


Martin Gales Jr.


Poema Del Amor Ajeno

Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
como queda un perfume donde había una flor.
Tú sabes que te quiero, pero no te lo digo;
y yo sé que eres mía, sin ser mío tu amor.

La vida nos acerca y a la vez nos separa,
como el día y la noche en el amanecer...
Mi corazón sediento ansía tu agua clara,
pero es un agua ajena que no debo beber...

Por eso puedes irte, porque, aunque no te sigo,
nunca te vas del todo, como una cicatriz;
y mi alma es como un surco cuando se corta el trigo,
pues al perder la espiga retiene la raíz.

Tu amor es como un río, que parece más hondo,
inexplicablemente, cuando el agua se va.
Y yo estoy en la orilla, pero mirando al fondo,
pues tu amor y la muerte tienen un más allá.

Para un deseo así, toda la vida es poca;
toda la vida es poca para un ensueño así...
Pensando en ti, esta noche, yo besaré otra boca;
y tú estarás con otro... ¡pero pensando en mí!


José Angel Buesa


Cancioncilla

Quise una vez y para siempre
-yo la quería desde antaño-
a ésa mujer, en cuyos ojos
bebí mi júbilo y mi daño...

Quise una vez -nunca así quise
ni así querré, como así quiero-
a ésa mujer, en cuyo espíritu
fundí mi espíritu altanero.

Quise una vez y desde nunca
-ya la querré y hasta que muera-
a ésa mujer, en cuya boca
gusté -otoñal- la Primavera.

Quise una vez -nadie así quiso
ni así querrá, que es arduo empeño-
a ésa mujer, en cuyo cálido
regazo en flor ancló mi ensueño.

Quise una vez -jamás la olvide
vivo ni muerto- a ésa mujer,
en cuyo ser de maravilla
remorí para renacer...

Y ésa mujer se llama... Nadie,
nadie lo sepa -Ella sí y yo-.
Cuando yo muera, digas -sólo-
quién amará como él amó?


León de Greiff


Llegada

Llegado marzo, esposa,
no sosiega la tierra.
El corazón avanza
nutrido por el gozo.
La dicha que marcea
como una gota fértil,
quiera colmar de anhelo
la clara sed del valle.

Llegado marzo, esposa,
los pulsos como fuentes
saltan, y salta el río,
y salta en la verdura
un latido sembrado
por la lluvia en los muertos,
que confían en marzo
como en la prima vera.

Llegado marzo, esposa,
se desmuere la tierra.
Cigüeñas a la vida
convocan, sin llamada.
Nada tiende hacia dentro.
¡Entreabren las ventanas!...
El almendro esperanza
y anuncia la ventura.

Llegado marzo, esposa,
la vida se hace novia,
don la existencia y dulce
promesa lo que tiembla.
¡Siento el hijo posible
como la encina siente
su rama fresca, y frutos
la parra reavivada!

Llegado marzo, esposa,
te quiero prometida;
te ensueño fértil, fresca
como ¡a hierba nueva;
dispuesta, madre, marzo,
colmo de mis afanes,
con prisa esposa, esposa
de campo hecho presagio.


Enrique Azcoaga


Más Breve

No te me vas que apenas te me llegas,
leve ilusión de ensueño, densa, intensa flor viva.

Mi ardido corazón, para las siegas
duro es y audaz...; para el dominio, blando...

Mi ardido corazón a la deriva...
No te me vas, apenas en llegando.

Si te me vas, si te me fuiste...: cuando
regreses, volverás aún más lasciva
y me hallarás, lascivo, te esperando...


León de Greiff


Voy Ausentándome de Mí

Voy ausentándome de mí.
Poco a poco, el lastre de ensueño cede
su sitio a la realidad doble
que es mi vida en transcurso.
¡otro ser dentro de mi carne
fragua su carne, su piel,
su corazón diminuto, mi estrella!

Asisto a la escisión silenciosa
con pasmo anhelante, con gozo
nuevo de verme en otros ojos míos,
de mis ojos hechos,
de mi sangre coloreados,
¡ay!, de toda cuanta soy.

Día por día el latido
es golpe que me recuerda, urgente,
valor que no tengo,
heroísmo que nunca soñé.

Y temo por el que estoy creando
en convenido misterio
dentro de mi soledad sin orillas
cerca de mi corazón, su estrella.


Carmen Conde


El ser humano es un varío incomprensible, Un fascinaste de ideales, Un cruel emperador de régimen astuto, Un insufrible enamorado, Un necio a favor de la justicia, un ensueño vivaz y un alma repleta de dadives sequías y victorias aplaudidas.


Yinellis González


desprenden marchitas hojas del árbol de mis sueños,
el viento danzante por el horizonte retorna en silencio,
se ha despejado la niebla del cielo eterno,
vagando por el viento soy polvo en busca de tus besos..

en mi mente, con fuego escrito tu nombre de ensueño,
el equinoccio nos cautiva y el viento danza en silencio,
la claridad de tu esencia estremece un misterio
enamorado me tienes anhelando tus besos...

desprenden marchitas de mi alma los miedos,
retumba en mi cuerpo suave melodia del viento,
lluvia calida acrisola mi corazón venerado,
enamorado me tienes inclusive en sueños suplicando.


Jesús Noriega


Megusta cuando callas por que estas asucente
me escuchas de lejos y mi voz no te toca
me parece ver tus ojos de ensueño cerrados
por un beso que te lleva ami
como las cosas llenas de mi alma
emerges de las cosas llenas del alma mia
hermosa te pareces a mi alma
que encierra en si la melancolia
me gusta cuando callas por que se que tu mente
esata aucente y mi voz no la escuchas
regresa a mi alma al escucharme de lejos
deja queme calle con tu cilencio
por que en el suspiro se quedan nuestros anelos
tan clara como la luz y simple como el rocio
asi es nuestros centimientos


yamia


Entre el olvido y el ensueño,te queda la esperanza del ensueño por que te olvidaron...ensueño hasta morir.


Miguel Visurraga Sosa


Entre el olvido y el ensueño
me queda el ensueño
hasta morir
...sin tí para que vivir.


Miguel Visurraga Sosa


En su inconsciente

Pasajero ensueño
de perturbada vida,
que en su inconsciente
anida deseos de vida


Miguel Visurraga Sosa


Año que se fue,fin de un sueño.
Año que llegó comienzo de un nuevo ensueño:
buscando caminos para llegar al amor.


Miguel Visurraga Sosa