Es-muy-triste-ver-como ( 2 )
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Dulce y triste, como un amor sobrecogido por largos suspiros de lo profundo de un sauce poco a poco va saliendo la luna.
Yosano Akiko
El Arroyo
¿Te acuerdas?
El arroyo fue la serpiente buena...
Yo muero extrañamente...
No me mata la Vida,
¿Te acuerdas?
El arroyo fue la serpiente buena...
Fluía triste y triste como un llanto de ciego
cuando en las piedras grises
donde arraiga la pena
como un inmenso lirio se levantó tu ruego.
Mi corazón, la piedra más gris y más serena,
despertó en la caricia de la corriente y luego
sintió cómo la tarde, con manos de agarena,
prendía sobre él una rosa de fuego.
Y mientras la serpiente del arroyo blandía
el veneno divino de la melancolía,
tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza,
la coroné de un beso fatal, en la corriente
vi pasar un cadáver de fuego... Y locamente
me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza.
¿Te acuerdas?
El arroyo fue la serpiente buena...
Yo muero extrañamente...
No me mata la Vida,
¿Te acuerdas?
El arroyo fue la serpiente buena...
Fluía triste y triste como un llanto de ciego
cuando en las piedras grises
donde arraiga la pena
como un inmenso lirio se levantó tu ruego.
Mi corazón, la piedra más gris y más serena,
despertó en la caricia de la corriente y luego
sintió cómo la tarde, con manos de agarena,
prendía sobre él una rosa de fuego.
Y mientras la serpiente del arroyo blandía
el veneno divino de la melancolía,
tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza,
la coroné de un beso fatal, en la corriente
vi pasar un cadáver de fuego... Y locamente
me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza.
Delmira Agustini
Xviii
¡Qué hermoso es ver el día
coronado de fuego levantarse,
y a su beso de lumbre
brillar las olas y encenderse el aire!
¡Qué hermoso es tras la lluvia
del triste Otoño en la azulada tarde,
de las húmedas flores
el perfume aspirar hasta saciarse!
¡Qué hermoso es cuando en copos
la blanca nieve silenciosa cae,
de las inquietas llamas
ver las rojizas lenguas agitarse!
¡Qué hermoso es cuando hay sueño
dormir bien... y roncar como un sochantre...
y comer... y engordar... ¡y qué fortuna
que esto solo no baste!
¡Qué hermoso es ver el día
coronado de fuego levantarse,
y a su beso de lumbre
brillar las olas y encenderse el aire!
¡Qué hermoso es tras la lluvia
del triste Otoño en la azulada tarde,
de las húmedas flores
el perfume aspirar hasta saciarse!
¡Qué hermoso es cuando en copos
la blanca nieve silenciosa cae,
de las inquietas llamas
ver las rojizas lenguas agitarse!
¡Qué hermoso es cuando hay sueño
dormir bien... y roncar como un sochantre...
y comer... y engordar... ¡y qué fortuna
que esto solo no baste!
Gustavo Adolfo Becquer
El Cuarto Cerrado
Mis ojos han visto
el cuarto cerrado;
cual inmóviles labios su puerta...
está silenciado!...
Su oblonga ventana, como un ojo abierto,
vidrioso me mira;
como un ojo triste,
con mirada que nunca retira
como un ojo muerto.
Por la grieta salen
las emanaciones
frías y morbosas;
¡ay, las humedades como pesarosas
fluyen a la acera:
como si de lágrimas,
el cuarto cerrado un pozo tuviera!
Los hechos fatales
nos oculta en su frío reposo...
¡cuarto enmudecido!
¡cuarto tenebroso
con sus penas habrá atardecido
cuántas juventudes!
¡oh, cuántas bellezas habrá despedido!
¡cuántas agonías!
¡cuántos ataúdes!
Su camino siguieron los años,
los días;
galantes engaños
y placenterías...;
en el cuarto fatal, aterido,
todo ha terminado;
hoy sus sombras el ánima oprimen:
¡y está como un crimen
el cuarto cerrado!
Mis ojos han visto
el cuarto cerrado;
cual inmóviles labios su puerta...
está silenciado!...
Su oblonga ventana, como un ojo abierto,
vidrioso me mira;
como un ojo triste,
con mirada que nunca retira
como un ojo muerto.
Por la grieta salen
las emanaciones
frías y morbosas;
¡ay, las humedades como pesarosas
fluyen a la acera:
como si de lágrimas,
el cuarto cerrado un pozo tuviera!
Los hechos fatales
nos oculta en su frío reposo...
¡cuarto enmudecido!
¡cuarto tenebroso
con sus penas habrá atardecido
cuántas juventudes!
¡oh, cuántas bellezas habrá despedido!
¡cuántas agonías!
¡cuántos ataúdes!
Su camino siguieron los años,
los días;
galantes engaños
y placenterías...;
en el cuarto fatal, aterido,
todo ha terminado;
hoy sus sombras el ánima oprimen:
¡y está como un crimen
el cuarto cerrado!
José MarÃa Eguren
El Diamante
Hoy, en una mano burda instintiva, deforme, he visto el diamante más bello que pueda encender el Milagro... Parecía vivo y doloroso como un espíritu desolado... Vi fluir de su luz una sombra tan triste, que he llorado por él y por todos los bellos diamantes extraviados en manos deformes...
Hoy, en una mano burda instintiva, deforme, he visto el diamante más bello que pueda encender el Milagro... Parecía vivo y doloroso como un espíritu desolado... Vi fluir de su luz una sombra tan triste, que he llorado por él y por todos los bellos diamantes extraviados en manos deformes...
Delmira Agustini
Sobre Unos Lirios
(APUNTES)
I
Mancebos como príncipes,
os habéis alejado del jardín
y crecéis en mi alma,
en algún oculto declive.
Morados y blancos, malvas y amarillos
son los colores de vuestras vestiduras,
y espolvoreados de plata
desafiais al tiempo.
Cuando sopla la brisa
de mi corazón enamorado,
sonreís lentamente
como si recordarais.
II
Os llevaba conmigo,
como un manojo de príncipes
que rodean al maestro
en el ejercicio de la mañana.
Luego engalanabais
mi mísera vivienda,
pero vuestros verdes espadines
me recordaban nuestra distancia.
III
Os amo,
flores lejanas,
jóvenes reyes
del monte misterioso.
Comprendo que hayáis huido
del jardín y su gente;
nada atrae allí
a vuestra altiva sencillez.
Entre estas cuatro paredes,
¿os resultaré un triste inoportuno?
Y sin embargo vuestro dulce aroma
me llega como la respiración de un amigo.
IV
Desde muchos años,
nadie había sabido acompañarme
con esta gentileza
que me cautiva.
Cautivadores sois,
inexpresables,
y vuestra presencia ha sido en estos días
como el sueño de mi juventud.
Cuando la pálida púrpura
del capullo se aje,
¿qué imagen entristecedora
os llevaréis de mí?
V
Os puse junto al recuerdo
de una jovencilla desaparecida,
porque me gusta rodearme
de seres que no dañan al amor.
Quizás entre ella y vosotros
hay un diálogo inefable
que yo nunca entendería,
porque soy un hombre.
De "Las iusiones"
(APUNTES)
I
Mancebos como príncipes,
os habéis alejado del jardín
y crecéis en mi alma,
en algún oculto declive.
Morados y blancos, malvas y amarillos
son los colores de vuestras vestiduras,
y espolvoreados de plata
desafiais al tiempo.
Cuando sopla la brisa
de mi corazón enamorado,
sonreís lentamente
como si recordarais.
II
Os llevaba conmigo,
como un manojo de príncipes
que rodean al maestro
en el ejercicio de la mañana.
Luego engalanabais
mi mísera vivienda,
pero vuestros verdes espadines
me recordaban nuestra distancia.
III
Os amo,
flores lejanas,
jóvenes reyes
del monte misterioso.
Comprendo que hayáis huido
del jardín y su gente;
nada atrae allí
a vuestra altiva sencillez.
Entre estas cuatro paredes,
¿os resultaré un triste inoportuno?
Y sin embargo vuestro dulce aroma
me llega como la respiración de un amigo.
IV
Desde muchos años,
nadie había sabido acompañarme
con esta gentileza
que me cautiva.
Cautivadores sois,
inexpresables,
y vuestra presencia ha sido en estos días
como el sueño de mi juventud.
Cuando la pálida púrpura
del capullo se aje,
¿qué imagen entristecedora
os llevaréis de mí?
V
Os puse junto al recuerdo
de una jovencilla desaparecida,
porque me gusta rodearme
de seres que no dañan al amor.
Quizás entre ella y vosotros
hay un diálogo inefable
que yo nunca entendería,
porque soy un hombre.
De "Las iusiones"
Juan Gil-Albert
Estoy Viva Como Fruta Madura...
Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.
No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.
Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.
Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.
Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.
Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.
No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.
Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.
Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.
Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.
Gioconda Belli
Una Pobre Conciencia
A Bernardo Ortiz de Montellano
Un anciano consume su tabaco
en la vieja cachimba de nogal.
La tarde es solamente un cielo opaco
y el recuerdo amarillo de un rosal.
El anciano dormita...
Es tan triste la tarde para ver
un reloj descompuesto, y la infinita
crueldad de un calendario con la fecha de ayer.
Y silencio, un silencio propicio
para rememorar cómo canta una boca la lectura
de la antigua conseja familiar.
En el fino paisaje se depura
una tristeza del atardecer,
y el reloj descompuesto parece una dolida
conciencia de caoba en la pared.
Una pobre conciencia, cuya charla
con la vieja cachimba de nogal
es el agrio murmullo de un postigo
y el recuerdo amarillo del rosal.
A Bernardo Ortiz de Montellano
Un anciano consume su tabaco
en la vieja cachimba de nogal.
La tarde es solamente un cielo opaco
y el recuerdo amarillo de un rosal.
El anciano dormita...
Es tan triste la tarde para ver
un reloj descompuesto, y la infinita
crueldad de un calendario con la fecha de ayer.
Y silencio, un silencio propicio
para rememorar cómo canta una boca la lectura
de la antigua conseja familiar.
En el fino paisaje se depura
una tristeza del atardecer,
y el reloj descompuesto parece una dolida
conciencia de caoba en la pared.
Una pobre conciencia, cuya charla
con la vieja cachimba de nogal
es el agrio murmullo de un postigo
y el recuerdo amarillo del rosal.
José Gorostiza
Reproches
Como el cansancio se abandona al sueño
así mi vida a ti se confiaba...
Cuando estaba en tus brazos, dulce sueño,
te quería dejar ....y no acababa...
Y no acababa.....¡Y tú te desasiste,
sorda y ciega a mi llanto y a mi anhelo,
y me dejaste desolado y triste,
cual un campo sin flores y sin cielo!
¿Por qué huiste de mi? ¡Ay quién supiera
componer una rosa deshojada;
ver de nuevo, en la aurora verdadera,
la realidad de la ilusión soñada!
¿Adonde te llevaste, negro viento,
entre las hojas secas de la vida,
aquel nido de paz y sentimiento
que gorjeaba al alba estremecida?
¿En qué jardín, de qué rincón, de dónde
rosalearán aquellas manos bellas?
¿Cuál es la mano pérfida que esconde
los senos de celindas y de estrellas?
¡Ay quién pudiera hacer que el sueño fuese
la vida!, ¡Que esta vida fría y vana
que me anega de sombra, fuera ese
sueño que desbarata mi mañana!
Como el cansancio se abandona al sueño
así mi vida a ti se confiaba...
Cuando estaba en tus brazos, dulce sueño,
te quería dejar ....y no acababa...
Y no acababa.....¡Y tú te desasiste,
sorda y ciega a mi llanto y a mi anhelo,
y me dejaste desolado y triste,
cual un campo sin flores y sin cielo!
¿Por qué huiste de mi? ¡Ay quién supiera
componer una rosa deshojada;
ver de nuevo, en la aurora verdadera,
la realidad de la ilusión soñada!
¿Adonde te llevaste, negro viento,
entre las hojas secas de la vida,
aquel nido de paz y sentimiento
que gorjeaba al alba estremecida?
¿En qué jardín, de qué rincón, de dónde
rosalearán aquellas manos bellas?
¿Cuál es la mano pérfida que esconde
los senos de celindas y de estrellas?
¡Ay quién pudiera hacer que el sueño fuese
la vida!, ¡Que esta vida fría y vana
que me anega de sombra, fuera ese
sueño que desbarata mi mañana!
Juan Ramón Jiménez
El Vampiro
En el regazo de la tarde triste
Yo invoqué tu dolor... Sentirlo era
Sentirte el corazón! Palideciste
Hasta la voz, tus párpados de cera,
Bajaron... y callaste... y pareciste
Oír pasar la Muerte... Yo que abriera
Tu herida mordí en ella -¿me sentiste?-
Como en el oro de un panal mordiera !
Y exprimí más, traidora, dulcemente
Tu corazón herido mortalmente,
Por la cruel daga rara y exquisita
De un mal sin nombre, hasta sangrarlo en llanto!
Y las mil bocas de mi sed maldita
Tendí á esa fuente abierta en tu quebranto.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¿ Por qué fui tu vampiro de amargura ?...
¿ Soy flor ó estirpe de una especie obscura
Que come llagas y que bebe el llanto ?
En el regazo de la tarde triste
Yo invoqué tu dolor... Sentirlo era
Sentirte el corazón! Palideciste
Hasta la voz, tus párpados de cera,
Bajaron... y callaste... y pareciste
Oír pasar la Muerte... Yo que abriera
Tu herida mordí en ella -¿me sentiste?-
Como en el oro de un panal mordiera !
Y exprimí más, traidora, dulcemente
Tu corazón herido mortalmente,
Por la cruel daga rara y exquisita
De un mal sin nombre, hasta sangrarlo en llanto!
Y las mil bocas de mi sed maldita
Tendí á esa fuente abierta en tu quebranto.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
¿ Por qué fui tu vampiro de amargura ?...
¿ Soy flor ó estirpe de una especie obscura
Que come llagas y que bebe el llanto ?
Delmira Agustini
La Oscuridad Del Siglo
Hubiera sido un samurai,
un ser parco con precisión de tigre.
O en un mercado aquella prostituta
de los dientes enormes y picados.
Morir en un crepúsculo sangriento
o entregar por monedas mi calor.
Escribí sin embargo estas palabras
desde un siglo sin brillo, oscuro, triste,
como una, mujer fea que abandona
intacta, sin gozarla, el enemigo.
Al hombre oscuro y vil que renuncié
lo hubiérais alejado de los niños,
mas confiáis en mi apariencia bondadosa
y no delataré mi enfermedad.
Nada sabréis de sus secuelas, nada
del hombre que acompaña vuestros días.
De "Los ojos del extraño" 1990
Hubiera sido un samurai,
un ser parco con precisión de tigre.
O en un mercado aquella prostituta
de los dientes enormes y picados.
Morir en un crepúsculo sangriento
o entregar por monedas mi calor.
Escribí sin embargo estas palabras
desde un siglo sin brillo, oscuro, triste,
como una, mujer fea que abandona
intacta, sin gozarla, el enemigo.
Al hombre oscuro y vil que renuncié
lo hubiérais alejado de los niños,
mas confiáis en mi apariencia bondadosa
y no delataré mi enfermedad.
Nada sabréis de sus secuelas, nada
del hombre que acompaña vuestros días.
De "Los ojos del extraño" 1990
Vicente Gallego
Pensamiento de Amor
Dejé un instante de pensarte. Había
sucedido algo en ti cuando volviste.
Venías más nostálgico, más triste,
seco tu sol que iluminó mi día.
Alguien -sé quién- que yo no conocía,
alguien que calza sueños de oro, y viste
almas dolientes, te pensó. Caíste
al pozo donde muere la alegría.
¿Por qué fuiste pensado, malherido,
pensamiento de amor? ¿Cómo han podido
pasarte el corazón de parte a parte?
¿Por qué volviste a mí, sufriendo, a herirme?
¿No recuerdas que tengo que ser firme?
¿Es que no ves que tengo que matarte?
Dejé un instante de pensarte. Había
sucedido algo en ti cuando volviste.
Venías más nostálgico, más triste,
seco tu sol que iluminó mi día.
Alguien -sé quién- que yo no conocía,
alguien que calza sueños de oro, y viste
almas dolientes, te pensó. Caíste
al pozo donde muere la alegría.
¿Por qué fuiste pensado, malherido,
pensamiento de amor? ¿Cómo han podido
pasarte el corazón de parte a parte?
¿Por qué volviste a mí, sufriendo, a herirme?
¿No recuerdas que tengo que ser firme?
¿Es que no ves que tengo que matarte?
José Hierro
A Veces Una Hoja Desprendida
A veces una hoja desprendida
de lo alto de los árboles, un lloro
de las ninfas que pasan un sonoro
trino de ruiseñor, turban mi vida.
Vuelven a mí medrosos y lejanos
suaves deliquios, éxtasis supremos;
aquella estrella y yo nos conocemos,
ese árbol, esa flor son mis hermanos.
En el abismo del dolor penetra
mi espíritu, bucea, va hasta el fondo,
y es como un libro misterioso y hondo
en que puedo leer letra por letra.
Un ambiente sutil un aura triste
hacen correr mi silencioso llanto,
y soy como una nota de ese canto
doloroso de todo lo que existe.
Me cercan en bandada los delirios...
¿Es alucinación..., locura acaso?
Me saludan las nubes a su paso
y me besan las almas de los lirios.
¡Divina comunión!... Por un instante
son mis sentidos de agudeza rara...
Ya sé lo que murmuras, fuente clara;
ya sé lo que me dices, brisa errante.
De todo me liberto y me desligo
a vivir nueva vida, de tal modo,
que yo no sé si me difundo en todo
o todo me penetra y va conmigo.
Mas todo huye de mí y el alma vuela
con torpes alas por un aura fría,
en una inconsolable lejanía,
por una soledad que espanta y hiela.
Por eso en mis ahogos de tristeza,
mientras duermen en calma mis sentidos,
tendiendo a tus palabras mis oídos
tiemblo a cada rumor, naturaleza;
y a veces una hoja desprendida
de lo alto de los árboles, un lloro
de las linfas que pasan, un sonoro
trino de ruiseñor, turban mi vida.
A veces una hoja desprendida
de lo alto de los árboles, un lloro
de las ninfas que pasan un sonoro
trino de ruiseñor, turban mi vida.
Vuelven a mí medrosos y lejanos
suaves deliquios, éxtasis supremos;
aquella estrella y yo nos conocemos,
ese árbol, esa flor son mis hermanos.
En el abismo del dolor penetra
mi espíritu, bucea, va hasta el fondo,
y es como un libro misterioso y hondo
en que puedo leer letra por letra.
Un ambiente sutil un aura triste
hacen correr mi silencioso llanto,
y soy como una nota de ese canto
doloroso de todo lo que existe.
Me cercan en bandada los delirios...
¿Es alucinación..., locura acaso?
Me saludan las nubes a su paso
y me besan las almas de los lirios.
¡Divina comunión!... Por un instante
son mis sentidos de agudeza rara...
Ya sé lo que murmuras, fuente clara;
ya sé lo que me dices, brisa errante.
De todo me liberto y me desligo
a vivir nueva vida, de tal modo,
que yo no sé si me difundo en todo
o todo me penetra y va conmigo.
Mas todo huye de mí y el alma vuela
con torpes alas por un aura fría,
en una inconsolable lejanía,
por una soledad que espanta y hiela.
Por eso en mis ahogos de tristeza,
mientras duermen en calma mis sentidos,
tendiendo a tus palabras mis oídos
tiemblo a cada rumor, naturaleza;
y a veces una hoja desprendida
de lo alto de los árboles, un lloro
de las linfas que pasan, un sonoro
trino de ruiseñor, turban mi vida.
Enrique González MartÃnez
El Piano de Genoveva
Piano llorón de Genoveva, doliente piano
que en tus teclas resumes de la vida el arcano;
piano llorón, tus teclas son blancas y son negras,
como mis días negros, como mis blancas horas;
piano de Genoveva que en la alta noche lloras,
que hace muchos inviernos crueles que no te alegras:
tu música es historia de poéticos males,
habla de encantamientos y de princesas reales,
de los pequeños novios que por robar los nidos
una tarde nublada se quedaron perdidos
en el bosque; y nos cuenta de la niña agraciada
que recibió regalos de sus once madrinas,
que no invitó a la otra a sus bodas divinas
y que sufrió por ello los enojos del hada.
Me pareces, ¡oh piano!, por tu voz lastimera,
una caja de lágrimas, y tu oscura madera
me evoca la visita del primer ataúd
que recibí en mi casa en plena juventud.
Piano de Genoveva, te amo por indiscreto;
de tu alma a todo el mundo revelas el secreto;
cuentas, uno por uno, todos sus desengaños.
Piano llorón, la hermosa más hermosa del valle,
se nos ha vuelto triste porque tiene treinta años
y no hay por todo el pueblo quien ronde por su calle.
Genoveva, regálame tu amor crepuscular:
esos dulces treinta años yo los puedo adorar.
Ruégale tú que al menos, pobre piano llorón,
con sus plantas minúsculas me pise el corazón.
Piano llorón de Genoveva, doliente piano
que en tus teclas resumes de la vida el arcano;
piano llorón, tus teclas son blancas y son negras,
como mis días negros, como mis blancas horas;
piano de Genoveva que en la alta noche lloras,
que hace muchos inviernos crueles que no te alegras:
tu música es historia de poéticos males,
habla de encantamientos y de princesas reales,
de los pequeños novios que por robar los nidos
una tarde nublada se quedaron perdidos
en el bosque; y nos cuenta de la niña agraciada
que recibió regalos de sus once madrinas,
que no invitó a la otra a sus bodas divinas
y que sufrió por ello los enojos del hada.
Me pareces, ¡oh piano!, por tu voz lastimera,
una caja de lágrimas, y tu oscura madera
me evoca la visita del primer ataúd
que recibí en mi casa en plena juventud.
Piano de Genoveva, te amo por indiscreto;
de tu alma a todo el mundo revelas el secreto;
cuentas, uno por uno, todos sus desengaños.
Piano llorón, la hermosa más hermosa del valle,
se nos ha vuelto triste porque tiene treinta años
y no hay por todo el pueblo quien ronde por su calle.
Genoveva, regálame tu amor crepuscular:
esos dulces treinta años yo los puedo adorar.
Ruégale tú que al menos, pobre piano llorón,
con sus plantas minúsculas me pise el corazón.
Ramón López Velarde
Muerto de Amor
No lo sabe mi brazo, ni mi pierna,
ni el hilo de mi voz, ni mi cintura,
ni lo sabe la luna que está interna
en mi jardín de amor y calentura.
Y yo estoy muerto, sí, como una tierna
rosa, o una gacela en la llanura,
como una agua redonda en la cisterna
o un perro de amarilla dentadura.
Y hoy que es Corpus, Señor, he paseado
mi cadáver, de amor iluminado,
como un espantapájaro siniestro.
La gente, sin asombro, me ha mirado
y ninguno el sombrero se ha quitado
para rezarme un triste padrenuestro.
No lo sabe mi brazo, ni mi pierna,
ni el hilo de mi voz, ni mi cintura,
ni lo sabe la luna que está interna
en mi jardín de amor y calentura.
Y yo estoy muerto, sí, como una tierna
rosa, o una gacela en la llanura,
como una agua redonda en la cisterna
o un perro de amarilla dentadura.
Y hoy que es Corpus, Señor, he paseado
mi cadáver, de amor iluminado,
como un espantapájaro siniestro.
La gente, sin asombro, me ha mirado
y ninguno el sombrero se ha quitado
para rezarme un triste padrenuestro.
Rafael de León
Encuentro En Ti La Luz Estremecida
Encuentro en ti la luz estremecida
y un honesto temblor siempre soñado,
vibrando en juventud, limpio y alado,
un bienestar de soledad henchida,
y estos ojos de hierba humedecida
que cumplen su mirada, armonizado
el viento y el celeste azul logrado,
como un jardín bajo la brisa herida.
Yo te he buscado, amante, en el tranquilo
encendimiento firme de tu frente,
como triste abandono de azucena,
y te encuentro, presente, en el sigilo
de mi ágil corazón, tan dulcemente
ungido por tu voz loca y serena.
Encuentro en ti la luz estremecida
y un honesto temblor siempre soñado,
vibrando en juventud, limpio y alado,
un bienestar de soledad henchida,
y estos ojos de hierba humedecida
que cumplen su mirada, armonizado
el viento y el celeste azul logrado,
como un jardín bajo la brisa herida.
Yo te he buscado, amante, en el tranquilo
encendimiento firme de tu frente,
como triste abandono de azucena,
y te encuentro, presente, en el sigilo
de mi ágil corazón, tan dulcemente
ungido por tu voz loca y serena.
Germán Bleiberg
Cuando una mujer tiene la capacidad de hacerte inmensamente feliz o miserablemente triste, es sencillamente que la amas como a ninguna.
Jose R. Mondragón Posada
HOLA CORAZON. ¿SABES?
Te extraño mucho¡¡¡
He querido olvidarte pero no he podido.
He intentado no pensar en ti pero más te recuerdo.
Cuando voy por las calles y miro las parejas caminando de la mano, no puedo evitar que los recuerdos invadan mi mente.
Hay ocasiones en las que me encuentro sola y no puedo evitar recordarte y preguntarme donde estarás y si todavía te acuerdas de mí.
En ocasiones en las que sin motivo alguno y sin perder evitarlo suelto el llanto abrazando tú fotografía y se me viene a la mente miles de bellos momentos que pasamos juntos, aquellos momentos en los que sin motivo alguno nos decíamos cuanto nos queríamos. En esos momentos en los que yo me sentía plena.
No sebes ¿cuánto te extraño? ¿Cuánto me haces falta?
A veces me gustaría regresar el tiempo y poderte decir cuánto te amo, y lo muy feliz que era al estar junto a ti¡¡¡
Hoy solo me queda tu recuerdo y mi triste realidad que es esta soledad.
Hay ocasiones en las que me reclamo a mi misma porque te sigo necesitando si tú almejar ya ni te acuerdas de mí, que si ya te has olvidado de todo lo que hemos pasado.
En ocasiones cuando mi corazón me exige que te busque mi conciencia me grita que no lo haga, que a lo mejor él ya no quiere saber más de mí.
Hoy en día creo que lo único que me queda es dejar que el tiempo haga lo suyo.
Dejar que el tiempo sane la herida que dejaste.
Que el lugar que tú ocupas en este momento, mañana lo ocupara otro que si lo quiera. Que el vacio que tengo hoy lo olvidare ya no lo sentiré así solo quedara como una experiencia de amor y desamor que por ti yo sentí.
Por último solo te quiero decir que no te guardo rencor, y que tampoco todo lo que te he dicho es un reproche solo es como me siento cada vez que me acuerdo de ti.
Que te deseo lo mejor en todo lo que hagas y que espero que seas muy feliz que siempre hagas lo que tu corazón te dicte, que él nunca se equivoca. Si ge tu camino que en el vienen muchas cosas buenas, que si en el te tropiezas levántate, que lo, que te haga caer te dejara una experiencia que te ara mejor persona.
Nomas te pido que no me olvides que tan siquiera me guardes como un lindo recuerdo por lo que algún día llegamos hacer.
Te amo y me haces falta pero no te preocupes que el tiempo ara lo suyo.
Atte.: tu chaparra
Te extraño mucho¡¡¡
He querido olvidarte pero no he podido.
He intentado no pensar en ti pero más te recuerdo.
Cuando voy por las calles y miro las parejas caminando de la mano, no puedo evitar que los recuerdos invadan mi mente.
Hay ocasiones en las que me encuentro sola y no puedo evitar recordarte y preguntarme donde estarás y si todavía te acuerdas de mí.
En ocasiones en las que sin motivo alguno y sin perder evitarlo suelto el llanto abrazando tú fotografía y se me viene a la mente miles de bellos momentos que pasamos juntos, aquellos momentos en los que sin motivo alguno nos decíamos cuanto nos queríamos. En esos momentos en los que yo me sentía plena.
No sebes ¿cuánto te extraño? ¿Cuánto me haces falta?
A veces me gustaría regresar el tiempo y poderte decir cuánto te amo, y lo muy feliz que era al estar junto a ti¡¡¡
Hoy solo me queda tu recuerdo y mi triste realidad que es esta soledad.
Hay ocasiones en las que me reclamo a mi misma porque te sigo necesitando si tú almejar ya ni te acuerdas de mí, que si ya te has olvidado de todo lo que hemos pasado.
En ocasiones cuando mi corazón me exige que te busque mi conciencia me grita que no lo haga, que a lo mejor él ya no quiere saber más de mí.
Hoy en día creo que lo único que me queda es dejar que el tiempo haga lo suyo.
Dejar que el tiempo sane la herida que dejaste.
Que el lugar que tú ocupas en este momento, mañana lo ocupara otro que si lo quiera. Que el vacio que tengo hoy lo olvidare ya no lo sentiré así solo quedara como una experiencia de amor y desamor que por ti yo sentí.
Por último solo te quiero decir que no te guardo rencor, y que tampoco todo lo que te he dicho es un reproche solo es como me siento cada vez que me acuerdo de ti.
Que te deseo lo mejor en todo lo que hagas y que espero que seas muy feliz que siempre hagas lo que tu corazón te dicte, que él nunca se equivoca. Si ge tu camino que en el vienen muchas cosas buenas, que si en el te tropiezas levántate, que lo, que te haga caer te dejara una experiencia que te ara mejor persona.
Nomas te pido que no me olvides que tan siquiera me guardes como un lindo recuerdo por lo que algún día llegamos hacer.
Te amo y me haces falta pero no te preocupes que el tiempo ara lo suyo.
Atte.: tu chaparra
bbsolax100mpre
Sé que estoy triste,no estoy en mi mejor momento pero sé que esto no es para siempre. Como siempre siempre digo renaceré cual ave fénix me cueste lo que me cueste,sé que lo lograré.
Politicos y periodistas comparten el triste destino de tener que hablar hoy ya de cosas que hasta mañana no comprenderan totalmente.
Helmut Schmidt
En este triste país, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.
Mariano José De Larra
Despedida
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
Jorge Luis Borges
Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras.
William Shakespeare
Estados de Ánimo
A veces me siento como un águila en el aire ...
( A propósito de una canción de de Pablo Milanés )
Unas veces me siento
como pobre colina,
y otras como montaña
de cumbres repetidas,
unas veces me siento
como un acantilado,
y en otras como un cielo
azul pero lejano,
a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde,
te acerques y te mires..
te mires al mirarme.
A veces me siento como un águila en el aire ...
( A propósito de una canción de de Pablo Milanés )
Unas veces me siento
como pobre colina,
y otras como montaña
de cumbres repetidas,
unas veces me siento
como un acantilado,
y en otras como un cielo
azul pero lejano,
a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde,
te acerques y te mires..
te mires al mirarme.
Mario Benedetti
Los niños son como Dios, llenos de ternura, paz y con el lenguaje universal del Amor.
Pedro Pantoja Santiago
como decirte q te extraño, si nunca te he sentido a mi lado
como decirte q te amo sin el miedo de no saber quien eres
como desear compartir mi vida con tigo si cada vez t siento tan lejos
como saber q me amas si no estoy segura de q exista el amor
son tantas las preguntas sin respuestas q me inspiras
el mundo es incirto para mi, no se q pasara en mi vida
de lo q estoy segura es del inmenso sentimiento q me inspiras
como decirte q te amo sin el miedo de no saber quien eres
como desear compartir mi vida con tigo si cada vez t siento tan lejos
como saber q me amas si no estoy segura de q exista el amor
son tantas las preguntas sin respuestas q me inspiras
el mundo es incirto para mi, no se q pasara en mi vida
de lo q estoy segura es del inmenso sentimiento q me inspiras
daficavi
Sonríe aunque solo sea una sonrisa triste, porque más triste que la sonrisa triste, es la tristeza de no saber sonreír.
SonRiE¡¡¡¡ Aunque tu sonriza sea triste porque mas vale una sonriza triste que la tristeza de no poder sonreir¡¡¡
jordan
Nunca dejes de sonreír ni siquiera.
Cuando estés triste, porque nunca!
sabes quien pueda enamorarse de tu sonrisa...
Cuando estés triste, porque nunca!
sabes quien pueda enamorarse de tu sonrisa...
Jackselins Arteaga
Ama al amigo y en tiempos difíciles será más que un hermano.
Amigos son los ángeles que nos levantan de las caídas, cuando nuestras alas no recuerdan como volar.
Amigos son los ángeles que nos levantan de las caídas, cuando nuestras alas no recuerdan como volar.
Amaury RodrÃguez
TENGO MIEDO...
Tengo miedo, de Quererte, de tenerte, de perderte, de sentir en mi la muerte cuando pasas junto ami...
Tengo miedo, y estoy triste por el beso que me distes, porque mi alma confundistes con tu forma de querer.
Tengo miedo de que seas un sueño que se queme como un leño y en el fuego de mi empeño leño y fuego se pudieran confundir.
Tengo miedo por tu duda, me fatiga estar buscando la palabra que te diga que te quiero, y me obligues tantas veces a llorar.
Tengo miedo, te confieso, y me pierdo en el abismo de tus ojos, tus besos, en ese instante que yo anhelo en el fondo mas sublime de mi triste corazon...
Tengo miedo, de Quererte, de tenerte, de perderte, de sentir en mi la muerte cuando pasas junto ami...
Tengo miedo, y estoy triste por el beso que me distes, porque mi alma confundistes con tu forma de querer.
Tengo miedo de que seas un sueño que se queme como un leño y en el fuego de mi empeño leño y fuego se pudieran confundir.
Tengo miedo por tu duda, me fatiga estar buscando la palabra que te diga que te quiero, y me obligues tantas veces a llorar.
Tengo miedo, te confieso, y me pierdo en el abismo de tus ojos, tus besos, en ese instante que yo anhelo en el fondo mas sublime de mi triste corazon...
Pablo Neruda
La desilucion despiadadamente a dejado un mal sabor en mis labios que no logro endulsar si no tengo un amor nuevamente, es triste no ayarlo, y encontrarlo y no tenerlo, tenerlo y no besarlo, verlo y no habrazarlo
¿como se explica esto?
¿como se explica esto?
Romanet figueroa vergara
Un hermano es un amigo que nos da la naturaleza y un amigo es un hermano que nos da la sociedad.
El amigo seguro se conoce en la acción insegura.
Te amo, te quiero, te adoro, te lo diría todo el día como un loro
La vida es hermosa, pero es mas hermosa , porque te tengo a mi lado. Te amo
El amor, para que sea auténtico, debe costarnos
El amor es como Don Quijote: cuando recobra el juicio es para morir
El amor no es solo un sentimiento. Es también un arte
Cuando los sabios se enamoran parecen tontos; cuando se enamoran los tontos, parecen tan tontos como antes
El amor conquista todas las cosas, démosle paso al amor
El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio
Nadie es capaz de evitar el amor, y nadie es capaz de evitar que su amor se acabe
Los enamorados creen siempre, y por error, que su amor ha nacido gracias al encuentro de un ser excepcional. La razón es más bien que el amor preexistente busca su objeto en el mundo y, si no lo encuentra, lo crea
Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer; y lo único que hace falta para que este amor se disipe es seguir teniéndola demasiado cerca
No hay sentimiento que valga; el amor es una ocupación como otra cualquiera
La medida del amor es amar sin medida...San Agustin
Un amigo es aquel que sin importar lo que pase siempre estará contigo.
Tener algo que me recuerde a ti es admitir que puedo olvidarte.
Cuando estés triste porque tu ventana del alma está cerrada, grita mi nombre o murmura entre lágrimas, que si ahí estoy yo sabrás que la amistad ha llegado conmigo.
Cuando se extraña un amigo, es estar junto a él y no poder tenerlo.
Quien tiene un amigo, tiene un tesoro.
Si el amor te es difícil, aquí te será fácil
desconocido
El amigo seguro se conoce en la acción insegura.
Te amo, te quiero, te adoro, te lo diría todo el día como un loro
La vida es hermosa, pero es mas hermosa , porque te tengo a mi lado. Te amo
El amor, para que sea auténtico, debe costarnos
El amor es como Don Quijote: cuando recobra el juicio es para morir
El amor no es solo un sentimiento. Es también un arte
Cuando los sabios se enamoran parecen tontos; cuando se enamoran los tontos, parecen tan tontos como antes
El amor conquista todas las cosas, démosle paso al amor
El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un horrible precipicio
Nadie es capaz de evitar el amor, y nadie es capaz de evitar que su amor se acabe
Los enamorados creen siempre, y por error, que su amor ha nacido gracias al encuentro de un ser excepcional. La razón es más bien que el amor preexistente busca su objeto en el mundo y, si no lo encuentra, lo crea
Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer; y lo único que hace falta para que este amor se disipe es seguir teniéndola demasiado cerca
No hay sentimiento que valga; el amor es una ocupación como otra cualquiera
La medida del amor es amar sin medida...San Agustin
Un amigo es aquel que sin importar lo que pase siempre estará contigo.
Tener algo que me recuerde a ti es admitir que puedo olvidarte.
Cuando estés triste porque tu ventana del alma está cerrada, grita mi nombre o murmura entre lágrimas, que si ahí estoy yo sabrás que la amistad ha llegado conmigo.
Cuando se extraña un amigo, es estar junto a él y no poder tenerlo.
Quien tiene un amigo, tiene un tesoro.
Si el amor te es difícil, aquí te será fácil
desconocido
Victor Hugo