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Esfera ( 2 )

Esfera. Encuentra docenas de esfera con fotos para copiar y compartir.


Cada vez que usted opta por no ocultar su tatuaje, usted está limitando su esfera social, porque no son populares en las grandes empresas.


Helen Fisher


La búsqueda de la verdad y la belleza es una esfera de actividad en la que se nos permite seguir siendo niños toda la vida.


Albert Einstein




En debería ser el deber de cada soldado para reflexionar sobre las experiencias del pasado, en el esfuerzo por descubrir las mejoras, en su esfera particular de acción, que son factibles en un futuro inmediato.


B. H. Liddell Hart


Los niños enseñan entre sí automáticamente cómo usar la tecnología, pero no van a enseñar a los demás acerca de la historia de la democracia, o la importancia de tomar la voz en la esfera pública para crear un cambio social.


Howard Rheingold


El Medio Oriente tiene el porcentaje de desempleo más alta de todas las regiones del mundo tenemos la mayor cohorte de jóvenes de la historia que entra en el mercado que la frustración se traduce en la esfera política, cuando la gente tiene hambre y sin empleo.


King Abdullah II


Bancos negros, por lo general, han fracasado debido a la gente, les enseña que sus propios pioneros en los negocios no pueden funcionar en esta esfera, retiraron sus depósitos.


Carter G. Woodson




La virtud es algo que tienes que ser bueno en, como tocar el trombón o tolerar perforaciones en las fiestas. Ser un ser humano virtuoso requiere práctica, y los que son brillantes en el ser humano (lo que los cristianos llaman los santos) son los virtuosos de la esfera moral - los Pavarottis y Maradona de la virtud.


Terry Eagleton


Honor a los hombres lo que se encuentra dentro de la esfera de sus conocimientos, pero no se dan cuenta de lo dependientes que son de lo que hay más allá de ella.


Zhuangzi


La mayoría de la poesía en la época moderna se ha retirado a la esfera privada, dando la espalda a la esfera política.


Terry Eagleton




La televisión se ha levantado la fabricación de la banalidad de la esfera de la artesanía y la colocó en el de una industria importante.


Nathalie Sarraute


Extiendo que el tema del aborto, que extiendo a la llamada cuestión de los derechos gay, creo que este es un principio la libertad y de acuerdo con el análisis en la esfera económica.


William Weld


Dos o tres veces había yo te amé,

Antes de darme tu rostro o el nombre ;

Así, en una voz , por lo que en una llama sin forma

Los ángeles nos afectan a menudo , y worshipp'd ser ;

   Aún cuando , a donde fueras , me encontré ,

Algunos encantadora gloriosa nada que yo vi.

   Pero desde mi alma , cuyo amor es niño ,

Toma extremidades de carne, y nada más podía hacer,

   Más sutil que el padre es

El amor no debe ser, pero tener un cuerpo demasiado ;

      Me doy amor preguntar, y ahora

Que asume tu cuerpo , me permito ,

Y fijarse en tus labios , los ojos y la frente .



Mientras tanto, al amor de lastre pensé,

Y lo más constante que ha ido,

Con mercancías que hundir la admiración,

Vi que tenía la pinaza de amor overfraught ;

   Ev'ry tu cabello por amor al trabajo en

Es mucho, demasiado , algunos instalador debe ser buscada ;

   Pues, ni en nada , ni en las cosas

Extreme y scatt'ring brillante, puede amar inherentes ;

   Entonces, como un ángel , la cara y las alas

Por aire , puro , ya que , sin embargo, puro, doth desgaste,

   Así que tu amor puede ser la esfera de mi amor ;

      Solo tal disparidad

Como es "aire y los ángeles " pureza ,

' El amor de Twixt las mujeres y de los hombres, será jamás .


John Donne


Un hombre no tiene por qué avergonzarse de tener un mono por abuelo. Si hubiera un antepasado del que debería sentir vergüenza al recordarlo sería más bien un hombre que no se conforma con un éxito equívoco en su propia esfera de actividad, se sumerge en cuestiones científicas de las que no tiene conocimiento real, solo para ocultarlos con una retórica sin sentido, y distraer la atención de sus oyentes del tema en cuestión mediante digresiones elocuentes y apelaciones calificadas a prejuicios religiosos.


Thomas Henry Huxley




?«Tales son en sus principios elementales que concibe a priori el entendimiento humano y están destinados a servir de materiales para todas las futuras construcciones políticas.? ?Pero,? ?aunque esos cuatro tipos? (?monarquía,? ?comunismo,? ?democracia,? ?anarquía?) ?aunque sugeridos a la vez por la naturaleza de las cosas y el sentimiento de la libertad y del derecho,? ?no son para realizarlos en sí mismos ni con todo el rigor de sus leyes.? ?Son concepciones ideales y formulas abstractas que no pueden pasar a realidad,? ?aunque por ellas se constituyan empírica e intuitivamente todos los gobiernos de hecho.? ?La realidad es compleja por su propia naturaleza:? ?lo simple no sale de la esfera de lo ideal ni llega a lo concreto.? ?Poseemos en esas formulas antitéticas los elementos de una constitución regular,? ?de la futura constitución del genero humano?; ?pero será necesario que pasen siglos y se desenvuelva ante nuestros ojos toda una serie de revoluciones antes que del cerebro que ha de concebirla,? ?es decir,? ?del cerebro de la humanidad,? ?se desprenda la fórmula definitiva.


Pierre Joseph Proudhon


Lo mismo cabe decir de las formas de lucha en la esfera política. Las formas de lucha en la esfera política son aún más variadas que las formas de hacer la guerra. Cambian con arreglo al desarrollo económico, social y cultural, conforme a la situación de las clases, a la correlación de las fuerzas en lucha, al carácter del Poder, de acuerdo, en fin, con las relaciones internacionales, etc.


Iósif Stalin


Complementando la tarea que le fue asignada el 24 de enero de 1939, que consistía en encontrar una solución, mediante emigración y evacuación, al problema judío tan ventajosa como fuese posible, por la presente le encomiendo la tarea de realizar todos los preparativos necesarios en asuntos logísticos y financieros para traer una solución completa al problema judío en la esfera de influencia alemana en Europa. Cualquier otra agencia gubernamental relacionada cooperará plenamente con usted. Además, solicito me envíe con la mayor brevedad posible un plan general concerniente a las medidas organizativas, factuales y materiales necesarias para el cumplimiento de la solución final al problema judío.


Hermann Göring


El sufrir es muy largo y no puede dividirse por los estaciones del año. Sólo nos es posible señalar su presencia y advertir su retorno. Para nosotros el tiempo no avanza: gira. Parece formar un círculo alrededor de este eje: el dolor. La paralizadora inmovilidad de una vida regulada, hasta en sus más ínfimos detalles, por una rutina inmutable, de suerte que conforme, bebemos, nos paseamos, dormimos y rezamos ? o por lo menos, nos arrodillamos para rezar ? conforme a los inflexibles dictados de un reglamento de hierro; esa inmovilidad que hace que cada día sea, con todos sus horrores, y hasta en sus más pequeños detalles, idéntico a sus hermanos, parece comunicarse a aquellas fuerzas exteriores, cuya existencia es una perpetua variación. Nada sabemos de la siembra ni de las cosechas, de los segadores doblados sobre las espigas o de los vendimiadores deslizándose entre las vides; de la hierba del jardín, ornada con el blanco manto de las flores caídas, sobre la cual se hallan esparcidos los frutos maduros. Nada sabemos, nada podemos saber.

Para nosotros sólo hay una estación, la del dolor. Parece incluso como si nos hubieran arrebatado hasta el sol y la luna. Fuera podrá brillar el día con tonos azulados o dorados, pero la luz que se filtra por el espeso cristal del ventanillo con barrotes de hierro bajo el cual nos hallamos sentados, es mísera y mortecina. En nuestra celda vecina reina constantemente la penumbra, y la noche invade siempre nuestro corazón. Y todo movimiento se detiene, igual que en el girar del tiempo, en la esfera del pensamiento.


Oscar Wilde


Pensamientos nocturnos.

¡Silencio y oscuridad! ¡Solemnes hermanas!
gemelas desde la noche antigua,
que amamanta el tierno pensamiento para razonar,
y sobre la razón construye resolución,
(esa columna de verdadera majestad en el hombre)
ayúdame: te daré gracias en la tumba;
el sepulcro, tu reino: de allí caerá esta farsa,
una víctima sagrada para tu triste santuario.
Pero, ¿qué eres?

Tú, que pusiste en fuga
el primer silencio, cuando las estrellas de la mañana,
exultando, aullaron sobre la esfera naciente;
oh, tú, cuya palabra de la sólida oscuridad golpeó
esa chispa, el sol; también golpeó la sabiduría de mi alma;
mi alma, que vuela hacia tí, su confianza, su tesoro,
como avaros a su oro, mientras que otros descansan.

A través de esta opacidad de la naturaleza, y del alma,
esta doble noche transmite un rayo compasivo,
para aligerar, y alegrar. Oh, guía mi mente,
(una mente que se alejará de su aflicción)
llévala a las variadas escenas de la vida y la muerte;
y de cada escena, las más nobles verdades inspiran
menos mi conducta que mi canción;
enséñame mi mejor razón, la razón; mi mejor voluntad;
enséñame rectitud; y arreglar mi firme resolución
de sabiduría y amor, y pagar su largo retraso:
no permitas que el cuenco de tu venganza,
sobre esta cabeza dedicada, se vierta en vano.


Edward Young


Sobre tema de Ella Wheeler, dedicado a mi amigo C. M. S.

Como Fray Luis tras de su largo encierro
«Decíamos ayer...» también digamos.
¿Han pasado años? En la cuenta hay yerro,
O nosotros con ellos no pasamos.

Donde ayer lo dejamos, dulce dueño.
Recomencemos. Recogiendo amantes.
Los rotos hilos del antiguo sueño.
Sigamos arrullándolo como antes.

Respetuosa apartemos la mirada
de tumbas que haya entre partida y vuelta.
Y si hubiere una lágrima ya helada
ruede al calor del corazón disuelta.

Olvidemos la herrumbre que en el oro
de la rica ilusión depuso el llanto,
y los hielos que pálido, inodoro
dejaron el jardín que amamos tanto.

Olvidemos el hado que hizo injusto
de nuestros corazones su juguete,
y regalemos la orfandad del gusto
con el añejo néctar del banquete.

¡No es tarde, es tiempo! Olvida la ígnea huella
que al arador pesar cruzó en frente.
Para mis ojos tú siempre eres bella
yo para ti soy llama siempre ardiente:

Llama que hoy mismo a mi pupila fría
surge desde el recóndito santuario
pese a la nieve que en mi sien rocía
el invierno precoz del solitario.

Mírame en estos ojos que tu imagen
extáticos copiaron tantas veces.
Allí estas tú, sin lágrimas que te ajen
ni tiempo que interponga sus dobleces.

Búscame sólo allí, que yo entretanto
en los tiernos abismos de tus ojos
torno a encontrar mi disipado encanto,
la juventud que te ofrendé de hinojos.

¡Mi juventud!, espléndida al intenso
reverberar de tu alma ingenua y pura,
con brisas de verano por incienso,
y por palma de triunfo tu hermosura.

¡Mi juventud!, por título divino
espigadora en todo lo creado;
nauta en persecución del vellocino
de cuanto fuese de tu culto agrado.

Islas de luz del cielo, margaritas
de colgantes jardines y hondos mares,
néctar de espirituales sibaritas,
soplos de Dios a humanos luminares:

Las miradas del sabio más profundas
y del tal vez más sabio anacoreta;
las perlas de Arte, hijas de amor fecundas;
la suma voz de todo gran poeta.

Esas trombas de lírica armonía,
infiernos de pasión divinizados,
en que nos arrebatan a porfía
todos los embelesos conjurados:

Auras de aquella cima do confluyen
Hermosura y Verdad, pareja santa,
y las dos una misma constituyen,
y espíritu de amor sus nupcias canta.

Buscar palabra al silencioso drama
de la contemplación, mística guerra
entre Dios, Padre amante que reclama
al eterno extranjero de la tierra;

y esta madre de muerte, inmensa y bella
Venus que al por nos nutre y nos devora,
y presintiendo que escapamos de ella
con tanto hechizo nos abraza y llora.

Leer amor en tanta ruda espina
que escarnece a la fe y angustia al bueno.
Mostrar flores del alma en la ruïna,
luz en la oscuridad, oro en el cieno.

La flor de cuanto existe, oro celeste,
único que halagando tu alma noble
brindara en vago esparcimiento agreste
a nuestro doble ser regalo doble;

tal era mi tributo. Una confianza,
una sonrisa, una palabra tuya,
retorno abrumador, que en mi balanza
Dios, no un mortal, será quien retribuya.

Pero todo en redor, la limpia esfera,
el bosque, el viento, el pajarillo amable
semejaba, en tu obsequio, que quisiera
pagar por mí la dádiva impagable.

Aún veo sobre el carbón de tus pupilas
el arrebol fascinador de ocaso;
veo la vacada, escucho las esquilas:
va entrando en su redil paso entre paso.

Escucha, recelosa de la sombra,
la blanda codorniz que al nido llama
y al sentirnos parece que te nombra
y que por verte se empinó en la rama.

Escúchate a ti misma entre el concento
de aquella fiesta universal de amores,
cuando nos coronaba el firmamento
ciñéndonos de púrpura y de flores.

Esas flores murieron. Pero ¿has muerto
tú, fragancia inmortal del alma mía?
Años y años pasaron. Pero ¿es cierto
o es visión que existimos todavía?

Juntos aquí como esa tarde estamos,
y el mismo cielo es ara suntuosa
de aquel amor que entonces nos juramos
y hoy, en los mismos dos, arde y rebosa.

Ahí está el campo, el mirador collado,
el pasmoso horizonte, el sol propicio;
la cúpula y el templo no han variado.
Vuelva el glorificante sacrificio.

¿Y no ha herido tal vez tu fantasía
que aquella tarde insólita, imponente,
fue sólo misteriosa profecía
de este rnisteriosísimo presente. . . ?

En aquel hinmo universal, un dejo
percibí melancólico; y al fondo
de una lágrima tuya vi el bosquejo
del duelo que hoy en lo pasado escondo.

Pasó... Pero esa tarde en su misterio
citó para otra tarde nuestra vida.
Y hela aquí. El alma recobró su imperio
del sol abrasador a la caída.

¡La tarde!, la hora del perfecto aroma,
la hora de fe, de intimidad perfecta,
cuando Dios sobre el sol que se desploma
el infinito incógnito proyecta.

Cuanto es ya el suelo en fuego y tintes falto,
es de ardiente el espíritu y profundo;
y abiertas las esclusas de lo alto
flotamos como en brisas de otro mundo.

Ve cómo el blanco Véspero fulgura,
pasando intacto el arrebol sangriento.
¡Es la Amistad!, la roca firme y pura
que sirve a nuestro amor de hondo cimiento.

Nadie dejó de amar si amó de veras.
Cuando en árido tronco te encarnices
con la segur, tal vez lo regeneras
si son como las nuestras sus raíces.

Y antes te sonará más dulcemente
templada en el raudal de los gemidos,
la antigua voz que murmuraba ardiente
la música de mi alma en tus oídos.

¿Han pasado años?... Puede ser. ¿Quién halla
que el Tiempo sólo arrumbe o dañe o borre?
¡Cuánta espina embotó! ¡Qué de iras calla!
¡Su olvido a cuántos míseros socorre!

Para los dos el ministerio suyo
fue de ungido de Dios y extremo amigo.
Te veo sagrada, y sacro cuanto es tuyo,
y como de un cristal al casto abrigo.

En torno a ti, y a cuanto es tuyo, encuentro
halo de luz, atmósfera de santo;
como al santuario a visitarte hoy entro
y algo hay solemne en tu adorable encanto.

¡Dulce es sentir que hay almas, y que aman!
Su amor... inerme el tiempo para ellas...
Las vuelve, al Dios que férvidas aclaman,
como Él las hizo... jóvenes y bellas.

Han pasado años, sí... ¡por fin pasaron!
¡Rudo tropel que atravesó el camino!


Rafael Pombo


La naturaleza de Dios es un círculo cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna.


Empedocles


Ahora está bastante claro para mí que no hay esferas sólidas en los cielos, y las que han sido ideadas por los autores para salvar las apariencias, sólo existen en su imaginación, con el fin de permitir que la mente pueda concebir el movimiento que siguen los cuerpos celestes.


Tycho Brahe


Hay múltiples esferas donde, dada una organización intervencionista, imposible resulta evitar el favoritismo.


Ludwig von Mises


La colaboración intelectual entre dos individuos puede producir una fusión entre ambas esferas de conciencia de un grado tan increíble que lleguen incluso a fundirse dando una unidad empírica


Erwin Schrödinger


Hay dos clases de propaganda: la propaganda racional a favor de la acción que está de acuerdo con el ilustrado interés propio de quienes la hacen y de aquellos a quienes está dirigida, y la propaganda no racional que no está de acuerdo con el interés propio de nadie, sino que está dictada, y excitada, por pasiones, ciegos impulsos e inconscientes ansias y temores. En lo que se refiere a las acciones de los individuos, hay móviles más elevados que el ilustrado interés propio, pero, cuando hay que emprender una acción colectiva en las esferas de la política y la economía, el ilustrado interés propio es probablemente el más alto de los móviles efectivos. Si los políticos y sus electores actuaran siempre para promover el interés propio a largo plazo, de ellos mismos o de su
país, este mundo sería el paraíso terrenal. Según son las cosas, actúan frecuentemente contra sus propios intereses, meramente para satisfacer sus pasiones menos loables.


Aldous Huxley