Estanque
Estanque. Encuentra docenas de estanque con fotos para copiar y compartir.
¡Cómo me horroricé al verme reflejado en el estanque transparente! En un principio salté hacia atrás aterrado, incapaz de creer que era mi propia imagen la que aquel espejo me devolvía.
Mary Shelley
Por muy uniforme que sea tu vida por lo menos tienes algo que contarme. Pero la mía es un lago, un estanque quieto donde nada se mueve, en donde nada sobresale. Cada día que pasa se parece al anterior. Puedo decirte lo que haré dentro de un mes, dentro de un año, y considero esto no solo sabio sino afortunado.
Gustave Flaubert
La Cita
¡Adiós, amigo, adiós! ¡El sol se esconde,
la luna sale de la nube rota,
y Eva me aguarda en el estanque, donde
el cisne nada y el nelombo flota!
Voy a estrechar a la mujer que adoro.
¡Cuál me fascina mi delirio extraño!
¡Es el minuto del ensueño de oro
de la cita del ósculo en el baño!
¡Es la hora en que los juncos oscilantes
de la verde ribera perfumada
se inclinan a besar los palpitantes
pechos desnudos de mi dulce amada!
¡Es el momento azul en que la linfa
tornasolada, transparente y pura,
sube hasta el blanco seno de la ninfa
como una luminosa vestidura!
¡Es el instante en que la hermosa estrella
crepuscular se asoma con anhelo
para ver a otra venus que descuella
sobre el húmedo esmalte de otro cielo!
¡Es ya cuando las tórtolas se paran
y se acarician en los mirtos rojos,
y los ángeles castos se preparan
a ponerse las manos en los ojos!
¡Adiós, amigo, adiós! ¡El sol se esconde,
la luna sale de la nube rota,
y Eva me aguarda en el estanque, donde
el cisne nada y el nelombo flota!
Voy a estrechar a la mujer que adoro.
¡Cuál me fascina mi delirio extraño!
¡Es el minuto del ensueño de oro
de la cita del ósculo en el baño!
¡Es la hora en que los juncos oscilantes
de la verde ribera perfumada
se inclinan a besar los palpitantes
pechos desnudos de mi dulce amada!
¡Es el momento azul en que la linfa
tornasolada, transparente y pura,
sube hasta el blanco seno de la ninfa
como una luminosa vestidura!
¡Es el instante en que la hermosa estrella
crepuscular se asoma con anhelo
para ver a otra venus que descuella
sobre el húmedo esmalte de otro cielo!
¡Es ya cuando las tórtolas se paran
y se acarician en los mirtos rojos,
y los ángeles castos se preparan
a ponerse las manos en los ojos!
Salvador DÃaz Mirón
Fábula Del Aguador Y La Ciudad de Enfrente
Ella confunde la piel con algún río
y al corazón con la ciudad de enfrente
F. A. Dopico
Ella confunde la piel con un estanque
canta junto a mi oído su vieja melodía.
Yo le traía el agua
vaciaba la botija en sus arenas
mitigaba su sed.
La sed mi corazón en la ciudad de enfrente
un río subterráneo para mis pies cansados.
Yo ganaba su sed
y me iba a buscar frutas al pie de la montaña
para escanciar el néctar sobre sus dientes nuevos.
Un día no volví
al pie de la montaña era el abismo
pozo donde caer agua que hierve.
Ella confunde el corazón con una espera larga
canta junto a la fuente
espera por las aguas que no llegan.
Oh mi ciudad dormida
qué silbido recuerda a las aguas de antaño
que corriente vendrá de nuevo a tus orillas.
Ella confunde la piel con algún río
y al corazón con la ciudad de enfrente
F. A. Dopico
Ella confunde la piel con un estanque
canta junto a mi oído su vieja melodía.
Yo le traía el agua
vaciaba la botija en sus arenas
mitigaba su sed.
La sed mi corazón en la ciudad de enfrente
un río subterráneo para mis pies cansados.
Yo ganaba su sed
y me iba a buscar frutas al pie de la montaña
para escanciar el néctar sobre sus dientes nuevos.
Un día no volví
al pie de la montaña era el abismo
pozo donde caer agua que hierve.
Ella confunde el corazón con una espera larga
canta junto a la fuente
espera por las aguas que no llegan.
Oh mi ciudad dormida
qué silbido recuerda a las aguas de antaño
que corriente vendrá de nuevo a tus orillas.
Odette Alonso
El Estanque
¡El verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
está en olvido
miserable!
En las lejanas, bellas horas
eran sus linfas cantadoras,
eran granates y auroras,
a campánulas y jazmines
iban insectos mandarines
con lamparillas purpuradas,
insectos cantarines
con las músicas coloreadas;
mas, del jardín, en la belleza
mora siempre arcana tristeza:
como la noche impenetrable,
como la ruina miserable.
Temblaba Vésper en los cielos,
gemían búhos paralelos
y, de tarde, la enramada
tenía vieja luz dorada;
era la hora entristecida
como planta por nieve herida;
como el insecto agonizante
sobre hojas secas navegante.
Clara, la niña bullidora,
corrió a bañarse en linfa mora,
para ir luego a la fiesta
de la heredad vecina;
ya a su oído llegaba orquesta
de violín, piano y ocarina.
Brilló un momento, anaranjada,
entre la sombra perfumada,
con las primeras sensaciones
del sarao de orquestaciones.
¡Oh! en la linfa funesta y honda
fue a bañarse la virgen blonda;
de los amores encendida,
la mirada llena de vida. ..
¡EI verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
hoyes derrumbe
miserable!
¡El verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
está en olvido
miserable!
En las lejanas, bellas horas
eran sus linfas cantadoras,
eran granates y auroras,
a campánulas y jazmines
iban insectos mandarines
con lamparillas purpuradas,
insectos cantarines
con las músicas coloreadas;
mas, del jardín, en la belleza
mora siempre arcana tristeza:
como la noche impenetrable,
como la ruina miserable.
Temblaba Vésper en los cielos,
gemían búhos paralelos
y, de tarde, la enramada
tenía vieja luz dorada;
era la hora entristecida
como planta por nieve herida;
como el insecto agonizante
sobre hojas secas navegante.
Clara, la niña bullidora,
corrió a bañarse en linfa mora,
para ir luego a la fiesta
de la heredad vecina;
ya a su oído llegaba orquesta
de violín, piano y ocarina.
Brilló un momento, anaranjada,
entre la sombra perfumada,
con las primeras sensaciones
del sarao de orquestaciones.
¡Oh! en la linfa funesta y honda
fue a bañarse la virgen blonda;
de los amores encendida,
la mirada llena de vida. ..
¡EI verde estanque de la hacienda,
rey del jardín amable,
hoyes derrumbe
miserable!
José MarÃa Eguren
Estanque de Abril
¿Eres tú
o soy yo
Narciso?
Dejemos de beber en esa fuente
y vamos al regazo, amor mío
destapando la esencia
cuerpo a cuerpo no borroso
del tiempo sin fisura
ni compasión por los mortales
ajenos a la enorme
conversación de cuando se ama
en la vecindad de sus casas
cruzándonos la selva
de la tierra magnífica.
¿Eres tú
o soy yo
la maravilla
al fondo?
Si te duermes abandonarás
la poesía de mi estanque
la poesía del recuento
la poesía nido en alto
la poesía del rayo abril
la del tesoro cuando
se desgranan las horas
de tu boca
en mi ser como castigo.
Si tu cuerpo
oprime mi pensamiento
escribo lo mismo
de la travesía
y dudo si es amanecer
o si es noche, mediodía
crepúsculo pero sí hace
sabe a amor.
De: Pasión inédita
¿Eres tú
o soy yo
Narciso?
Dejemos de beber en esa fuente
y vamos al regazo, amor mío
destapando la esencia
cuerpo a cuerpo no borroso
del tiempo sin fisura
ni compasión por los mortales
ajenos a la enorme
conversación de cuando se ama
en la vecindad de sus casas
cruzándonos la selva
de la tierra magnífica.
¿Eres tú
o soy yo
la maravilla
al fondo?
Si te duermes abandonarás
la poesía de mi estanque
la poesía del recuento
la poesía nido en alto
la poesía del rayo abril
la del tesoro cuando
se desgranan las horas
de tu boca
en mi ser como castigo.
Si tu cuerpo
oprime mi pensamiento
escribo lo mismo
de la travesía
y dudo si es amanecer
o si es noche, mediodía
crepúsculo pero sí hace
sabe a amor.
De: Pasión inédita
Pureza Canelo
Cuando El Cansancio Es Grande Y Tiene Forma Oblicua,
se sienta en el rincón más tibio de la casa
y reconstruye el mapa completo de la isla:
El reborde de espuma rizado de gaviotas.
Los volcanes al sur,
al norte los barrancos.
La palma de su mano abierta bajo el cielo
en forma de caldera.
Las nubes esmaltadas,
el viento,
los muros de la casa,
y la abuela sentada en el sillón de mimbre
viendo morir los barcos encima del estanque.
En ese itinerario de océano amargos,
el llanto se repliega de nuevo en lo más hondo
a contemplar, sin ruido, el paso de las aves.
1985
se sienta en el rincón más tibio de la casa
y reconstruye el mapa completo de la isla:
El reborde de espuma rizado de gaviotas.
Los volcanes al sur,
al norte los barrancos.
La palma de su mano abierta bajo el cielo
en forma de caldera.
Las nubes esmaltadas,
el viento,
los muros de la casa,
y la abuela sentada en el sillón de mimbre
viendo morir los barcos encima del estanque.
En ese itinerario de océano amargos,
el llanto se repliega de nuevo en lo más hondo
a contemplar, sin ruido, el paso de las aves.
1985
Elsa López
Sobre el fin de Nínive. Monta la guardia en el muro. Vigila el camino y prepárate para el asalto, porque viene contra ti el destructor.
El escudo de sus valientes rojea, sus valientes están vestidos de púrpura. Los carros alistados brillan como antorchas y sus hombres llevan el rostro cubierto. Se lanzan a las calles y corren por las plazas, como antorchas encendidas, como relámpagos.
En la ciudad el rey llama a sus generales, pero tropiezan en su carrera; corren hacia la muralla y se coloca la pared de defensa. Se rompen los diques del río y se derrumba el palacio. La diosa ha sido llevada y desterrada y sus siervas lloran y gimen como palomas, y se dan golpes en el pecho. Nínive parece un estanque de aguas; pero de aguas que se van, todos huyen. Nadie vuelve cuando se le grita: "Detente".
El escudo de sus valientes rojea, sus valientes están vestidos de púrpura. Los carros alistados brillan como antorchas y sus hombres llevan el rostro cubierto. Se lanzan a las calles y corren por las plazas, como antorchas encendidas, como relámpagos.
En la ciudad el rey llama a sus generales, pero tropiezan en su carrera; corren hacia la muralla y se coloca la pared de defensa. Se rompen los diques del río y se derrumba el palacio. La diosa ha sido llevada y desterrada y sus siervas lloran y gimen como palomas, y se dan golpes en el pecho. Nínive parece un estanque de aguas; pero de aguas que se van, todos huyen. Nadie vuelve cuando se le grita: "Detente".
Sagradas Escrituras
ENCONTRARTE
Muero cada día en el ocaso
y nazco nuevamente con el alba
buscando eternamente en cada paso
el camino que me guíe hacia tu alma.
Un sendero colmado de ternura
con jardines florecidos de ilusión
su espacio impregnado de dulzura
y un estanque saturado de pasión.
Dime tú, mujer
¿Cuál es el margen que debo seguir?
Tan solo Dios, puede responder.
Entonces, rogaré en el anochecer
por tratar de no morir
y a tu lado lograr amanecer.
Muero cada día en el ocaso
y nazco nuevamente con el alba
buscando eternamente en cada paso
el camino que me guíe hacia tu alma.
Un sendero colmado de ternura
con jardines florecidos de ilusión
su espacio impregnado de dulzura
y un estanque saturado de pasión.
Dime tú, mujer
¿Cuál es el margen que debo seguir?
Tan solo Dios, puede responder.
Entonces, rogaré en el anochecer
por tratar de no morir
y a tu lado lograr amanecer.
HUGO F M OTERO
Como actor, lo interesante es lo que se esconde debajo de la superficie. ¿Quieres ser como un pato en un estanque - muy tranquilo en la superficie pero se bate lejos como debajo de locos.
Alexander Skarsgard
-Han encontrado a tu mujer y a tu hijo en el estanque. Están los dos muertos.
+¡¿ESTÁN QUÉ?!
-Sí hombre. El sitio ese donde viven los patos.
+¡¿ESTÁN QUÉ?!
-Sí hombre. El sitio ese donde viven los patos.
El matrimonio puede ser a menudo un lago tormentoso, pero el celibato es casi siempre un estanque caballo fangoso.
Thomas Love Peacock
Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
Pablo Neruda
1. BUSCA UN BUEN ESCONDITE.
Recuerda que deberás pasar oculto el resto de tu vida, así que elige un sitio alejado, peligroso, inaccesible para los demás, pero no olvides que sea cómodo y que haya una fuente de alimento cerca. Se recomiendan lugares solitarios como estanques con insectos, tiraderos de basura o bibliotecas escolares, en fin, deja volar tu imaginación.
Recuerda que deberás pasar oculto el resto de tu vida, así que elige un sitio alejado, peligroso, inaccesible para los demás, pero no olvides que sea cómodo y que haya una fuente de alimento cerca. Se recomiendan lugares solitarios como estanques con insectos, tiraderos de basura o bibliotecas escolares, en fin, deja volar tu imaginación.
Jaime Alfonso Sandoval