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Frases Alegres ( 2 )

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Cuando alegre al argumento que yo venga, aunque armado con hechos y alegres, Que la Providencia me proteja de El necio como adversario, cuyo pensamiento para él un reino es donde está la razón carece de dominio, que llama perjuicio convicción y opinión prejuicios.


Phyllis McGinley


Me pone triste cuando me encuentro con hermanas que no son alegres. Puede ser que sonríen, pero con solo una sonrisa que podría ser asistentes de vuelo!


Papa Francisco




Bueno, yo no sé que estoy bien no más que cualquier otra persona está bien, que llevar una vida feliz y muy completo - Tengo un matrimonio feliz y mis hijos son todos alegres, y nadie criticando conmigo , personalmente.


L. Ron Hubbard


Los dos momentos más alegres del año son la mañana de Navidad y el fin de la escuela.


Alice Cooper


¿Cuántos héroes famosos y alegres han vivido un día demasiado largo?


Jean-Jacques Rousseau


Enamorarse es maravilloso, pero nunca me siento atraído por canciones alegres en sí, por lo que cada vez que se sienta a escribir una canción de desamor y que está feliz en el amor, es como, 'OK, ahora tengo que volver a una triste lugar para conseguir algo bueno ".


Miranda Lambert




Oh Espíritu Santo, descienda abundantemente en mi corazón. Ilumina los rincones oscuros de la vivienda y de dispersión no haces tus alegres descuidado.


Saint Augustine


Siempre que recuerdo los momentos más alegres de mi vida estás tú presente. Gracias por todo Amiga y que tengas un cumpleaños lleno de mucha felicidad.




Con la música triste, o la música que se percibe como triste, hay un sentido de solidaridad que pueden ser muy poderosos. Mis canciones son alegres para mí.


J. Tillman




Si usted me preguntó si quería más experiencias alegres de mi vida, yo no estaría muy seguro de que yo, precisamente porque demuestra una emoción tan difícil de manejar.


Zadie Smith


La mayoría de nosotros experimentamos una vida llena de momentos maravillosos y momentos difíciles. Pero para muchos de nosotros, incluso cuando estamos más alegres, hay miedo detrás de nuestra alegría.


Thich Nhat Hanh


No nos pongamos nostálgicos con el fin de este año, sintámonos alegres por todo lo vivido, por todo lo aprendido. Renovemos nuestras energías y recibamos este nuevo año con alegría con el corazón cargado de esperanzas. ¡Feliz Año Nuevo!.




oh Lesbos, donde los besos lánguidos o alegres, ardientes como soles, frescos como sandías, son adorno de noches y días de gloria


Charles Baudelaire




Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: 'No vayas a lastimarte', y también: 'Cuidado con los escalones'.


Julio Cortázar


Cuando esteis más alegres... .


Alejandro Magno


Y mañana, cuando tu primavera se derrumbe como la arquitectura de una flor, cuando te huyan todas las miradas y se te nieguen todas las sonrisas; cuando las noches alegres te vuelvan sus espaldas, y a puntapiés la música te arroje de su loco reinado; entonces volverás al suburbio, y será en una tarde con olor de aguas muertas, y el eco de tus pasos en la calle despertará recuerdos y exaltará fantasmas. Y cuando al fin descienda la lluvia de tus ojos una voz de muchacha cantará en algún patio:
Cascabel, cascabelito,
ríe, ríe y no llores


Leopoldo Marechal


¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza,
trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!

¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su sayo de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.

El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.

¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno?

Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monesterio!


Arthur Rimbaud


LA VENUS CALLIPYGA

Hubo en la Grecia dos siracusanas,
Que teni?an un trasero portentoso;
Y, por saber la cual de las hermanas
Lo teni?a ma?s gentil, duro y carnoso,
Desnudas se mostraron a un perito
Que, despue?s de palpar con dulce apremio,
Ofrecio? a la mayor su mano, en premio.
Tomo? su hermano el no menos bonito
De la menor; alegres se casaron,
Y, tras ma?s de una grata peripecia,
En honor de las dos un templo alzaron,
Con el nombre de: «Venus, nalga recia.»
No se? que? intencio?n hubiera sido,
Mas fuera aqueste el templo de la Grecia
Al que ma?s devocio?n habri?a tenido.


Jean De La Fontaine


Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.

A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.

De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.

Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.

Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.

Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.

Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.

Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.



Pablo Neruda


Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.


Pablo Neruda


El hijo de rana, Rinrín renacuajo
Salió esta mañana muy tieso y muy majo
Con pantalón corto, corbata a la moda
Sombrero encintado y chupa de boda.

-¡Muchacho, no salgas!- le grita mamá
pero él hace un gesto y orondo se va.

Halló en el camino, a un ratón vecino
Y le dijo: -¡amigo!- venga usted conmigo,
Visitemos juntos a doña ratona
Y habrá francachela y habrá comilona.

A poco llegaron, y avanza ratón,
Estírase el cuello, coge el aldabón,
Da dos o tres golpes, preguntan: ¿quién es?
-Yo doña ratona, beso a usted los pies

¿Está usted en casa? -Sí señor sí estoy,
y celebro mucho ver a ustedes hoy;
estaba en mi oficio, hilando algodón,
pero eso no importa; bienvenidos son.

Se hicieron la venia, se dieron la mano,
Y dice Ratico, que es más veterano :
Mi amigo el de verde rabia de calor,
Démele cerveza, hágame el favor.

Y en tanto que el pillo consume la jarra
Mandó la señora traer la guitarra
Y a renacuajo le pide que cante
Versitos alegres, tonada elegante.

-¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,
pero es imposible darle gusto ahora,
que tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa.

-Lo siento infinito, responde tía rata,
aflójese un poco chaleco y corbata,
y yo mientras tanto les voy a cantar
una cancioncita muy particular.

Mas estando en esta brillante función
De baile y cerveza, guitarra y canción,
La gata y sus gatos salvan el umbral,
Y vuélvese aquello el juicio final

Doña gata vieja trinchó por la oreja
Al niño Ratico maullándole: ¡Hola!
Y los niños gatos a la vieja rata
Uno por la pata y otro por la cola

Don Renacuajito mirando este asalto
Tomó su sombrero, dio un tremendo salto
Y abriendo la puerta con mano y narices,
Se fue dando a todos noches muy felices

Y siguió saltando tan alto y aprisa,
Que perdió el sombrero, rasgó la camisa,
se coló en la boca de un pato tragón
y éste se lo embucha de un solo estirón

Y así concluyeron, uno, dos y tres
Ratón y Ratona, y el Rana después;
Los gatos comieron y el pato cenó,
¡y mamá Ranita solita quedó!


Rafael Pombo