Autores

Populares

Recientes

Temáticas


Frases para Facebook

frases de amor

frases romanticas

frases cortas de amor

frases de desamor

te extraño

frases de despedida

poemas de desamor

frases para enamorar

frases tristes

frases de reflexion

frases de agradecimiento

frases lindas

frases de amistad

frases de aliento

frases para pensar

Frases de enfermedad

Frases de enfermedad. Encuentra docenas de frases de enfermedad con fotos para copiar y compartir.


Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad.


Lao Tse


El aburrimiento es la enfermedad de las personas felices.


Abel Dufresne




La juventud es una enfermedad que se cura con los años.


George Bernard Shaw


La tristeza es un don del cielo, el pesimismo es una enfermedad del espíritu.


Amado Nervo


Solamente los cobardes y miedosos piensan que solo a ellos les vendrán todas la enfermedades, se convierten así en hipocondríacos, para desgracia de su familia, ya que se sienten ignorados por estos.


Pacoyo


Cuando gozamos de salud, fácilmente damos buenos consejos a los enfermos.


Tácito




La tristeza es una enfermedad en la que cada paciente debe tratarse a sí mismo.


Voltaire


Es indudable y evidente que no son cristianos si creemos lo que ha dicho el Señor: los cristianos viven en santidad, ellos viven en iniquidad; los cristianos aman a Dios, ellos aman al mundo; los cristianos son humildes, ellos son orgullosos; los cristianos son amables, ellos son impulsivos; los cristianos tienen el sentir que hubo también en Cristo Jesús,19 ellos están muy lejos de alcanzarlo. Por lo tanto son tan cristianos como son arcángeles. Sin embargo, creen que lo son y pueden presentar numerosas razones para probarlo. En primer lugar, durante toda su vida los han llamado así, y fueron bautizados hace muchos años; han adoptado «las ideas cristianas», comúnmente llamadas fe cristiana o católica; usan «formas de culto cristianas», como lo hicieron sus padres antes que ellos, y, finalmente, viven una «buena vida cristiana» al igual que el resto de sus vecinos. ¿Quién, entonces, se atreverá a pensar o decir que estas personas no son cristianas? Sin embargo, no tienen un ápice de auténtica fe en Cristo o de verdadera santidad interior. ¡Jamás han experimentado el amor de Dios o fueron hechos partícipes del Espíritu Santo!20 17. ¡Pobre gente! No hacen otra cosa que engañarse a sí mismos. Ustedes no son cristianos; son entusiastas en grado sumo. Me podrán decir: «Médico, cúrate a ti mismo».21 De acuerdo, pero primero deben conocer qué enfermedad tienen. Toda su vida se reduce al entusiasmo, en el sentido de que viven imaginando que recibieron la gracia de Dios cuando no es así. Como consecuencia de este tremendo error, continúan equivocándose día tras día, hablando y actuando bajo una apariencia que en verdad no les pertenece. De aquí surge esa incoherencia tan palpable y visible que atraviesa todas sus acciones, y que es una extraña mezcla de paganismo real y cristianismo imaginario. Sin embargo, como tienen a la gran mayoría de su lado, guiándose por los números siempre podrán argumentar que son las únicas personas en su sano juicio, y que son dementes quienes no compartan sus ideas. Pero esto no altera la verdadera naturaleza de las cosas. Ante los ojos de Dios y de sus ángeles, y aun ante los hijos de Dios en la tierra, ustedes no son otra cosa que dementes, entusiastas nada más.


Justo L. González


Está muy bien hacer un concierto por un niño que tiene una enfermedad. Pero los autores pagan unos impuestos de cojones, más que Cristiano Ronaldo, y no tienen derecho de imagen que les permita aminorar la carga fiscal o irse a paraísos fiscales, sino que pagan sus impuestos. Pues con mis impuestos quiero que la sanidad pública cure a ese niño.


Teddy Bautista




«La vejez es la más grande de las desgracias de la humanidad, una enfermedad crónica que debe ser combatida por el progreso de la ciencia».


Manuel Mira


La locura es aquella enfermedad que sólo nos amenaza cuando ya sus uñas se han alojado en las entrañas, de modo que pelear contra ella es también despedazarnos el vientre, oprimirnos los pulmones, perder el miedo a la muerte como se pierden la inocencia y el amor.


Xavier Velasco


El amor es una grave enfermedad mental.


Platón


Creo que si un hombre se atreviera a vivir su vida plena y totalmente, a dar forma a cada sentimiento, expresión a cada pensamiento, realidad a cada ensueño? creo que el mundo cobraría de nuevo un ímpetu de alegría, que olvidaríamos todas las enfermedades del medievalismo, y tornaríamos al ideal helénico? a algo quizá más bello, más rico que el ideal helénico. Pero hasta el más audaz de nosotros tiene miedo de sí mismo. La mutilación del salvaje tiene su trágica supervivencia en la renuncia de sí mismo que frustra nuestras vidas. Y somos castigados por ello. Cada impulso que luchamos por estrangular, germina en el espíritu y nos envenena. El cuerpo peca una vez, y acaba con su pecado, pues la acción es una especie de purificación. Nada queda entonces, excepto el recuerdo de un placer, o la voluptuosidad de un arrepentimiento. El único medio de librarse de una tentación es ceder ante ella. Resistan, y su alma enfermará de deseo por las cosas que se ha prohibido a sí misma, y de concupiscencia por aquello que sus leyes monstruosas han hecho ilícito y monstruoso. Se ha dicho que los grandes acontecimientos del mundo tienen lugar en el cerebro. En el cerebro también, y sólo en el cerebro, tienen lugar los grandes pecados del mundo.


Oscar Wilde




Qué tremendamente aburrida es la enfermedad y cuánto le ocupa a uno la cabeza al mismo tiempo.


Ray Loriga


Los terrenos bajos son húmedos, lo cual provoca enfermedades y dificulta el combate.


Sun Tzu


Esa es una gran enfermedad de las dumas. No sois capaces de ver que el amor es capaz de grandes cosas. Algo dentro de ti llora desconsoladamente, urbanita.


Laura Gallego García


Cuando las penas del corazón se convierten en enfermedades, estamos perdidos.


Frédéric Chopin


Si una persona, por una razón fisiológica elige esta forma de vida me merece mi máximo respeto. Otra cuestión es que la homosexualidad sea o no una virtud. Hay que tener mucho cuidado hoy en día porque no se puede decir que la homosexualidad se sufre o se padece. No es políticamente correcto decir que es una enfermedad, una carencia, una deformación de la naturaleza propia del ser humano. Eso que decía cualquier diccionario de Psiquiatría diez años atrás, hoy no se puede decir. Está clarísimo que, en este sentido, mi pensamiento es el de la Iglesia: respeto máximo a la personas. Pero, lógicamente, creo que el fenómeno de la homosexualidad es algo que perjudica a las personas y a la sociedad. A la larga pagaremos las consecuencias como las han pagado otras civilizaciones. Yo no digo que se reprima, pero entre no reprimirlo y promoverlo hay un margen.


Bernardo Álvarez


En mi experiencia, estas guerras en paises del tercer mundo no se ganan con balas sino con enfermedades, y no hablo de armas biológicas sino de desidia, de brutalidad, de olvido y de marginalidad?
? Florencia Bonelli, Caballo de Fuego: Congo


Florencia Bonelli


¿Sabes por qué se llama síndrome premenstrual?

?No te atreverás ?amenazó ella?. Sólo las mujeres pueden hacer chistes de eso.

?Porque la expresión «enfermedad de las vacas locas» ya estaba cogida.

Al diablo la sartén. Miró a su alrededor buscando un cuchillo.

?Sal de esta casa.


Linda Howard


Tu medicina está dentro de ti, y tú no la ves. Tu enfermedad viene de ti mismo, y tú no te das cuenta.


Idries Shah


Cuando hayamos aliviado lo mejor posible las servidumbres inútiles y evitado las desgracias innecesarias, siempre tendremos, para mantener tensas las virtudes heroicas del hombre, la larga serie de males verdaderos, la muerte, la vejez, las enfermedades incurables, el amor no correspondido, la amistad rechazada o vendida, la mediocridad de una vida menos vasta que nuestros proyectos y más opaca que nuestros ensueños - todas las desdichas causadas por la naturaleza divina de las cosas.


Marguerite Yourcenar


Es cierto que el hombre primitivo era impotente ante algunas de las cosas que le amenazaban; la enfermedad por ejemplo. Pero podían aceptar el riesgo de la enfermedad estoicamente. Es parte de la naturaleza de las cosas, no es culpa de uno, a no ser que sea la culpa de algo imaginario, un demonio impersonal. Pero los temores de la persona moderna tienden a estar HECHOS POR EL HOMBRE. Ya no son el resultado del azar, son IMPOSICIONES de otras personas, en cuyas decisiones, como individuo, es incapaz de influir. Consecuente-mente se siente frustrado, humillado y furioso.


Theodore Kaczynski


La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen. Mientras, en los pueblos indígenas no hay calvos, porque comemos otras cosas.


Evo Morales


Estoy harta del tiempo, dijo, lo que trae se lo lleva sin misericordia. Trae el amor, lo gasta y se lo lleva. Se lleva la memoria, los recuerdos, se va con tus fuerzas. También trae el dolor y, si se aguanta, queda una herida con la que toca vivir hasta que el maldito tiempo decida llevárselo a uno. Y no por las buenas, sino que nos deja alguna enfermedad para que conozcamos la eternidad antes de irnos.


Jorge Franco


De motor del desarrollo capitalista, el militarismo se ha vuelto una enfermedad capitalista.


Rosa Luxemburgo




Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus... Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad.


Viktor Frankl


La experiencia de ese año de enfermedad le infundió un ardiente deseo de vivir, como si el premio por el sufrimiento fuera haber descubierto la piedra filosofal, la esquiva sustancia de los alquimistas capaz de transformar el plomo en oro y rejuvenecer.


Isabel Allende


Al mismo tiempo, y aun prescindiendo por completo del esclavizamiento general que entraña el sistema del trabajo asalariado, la clase obrera no debe exagerar a sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos, pero no cura la enfermedad. No debe, por tanto, entregarse por entero a esta inevitable lucha guerrillera, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado. Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de "¡Un salario justo por una jornada de trabajo justa!", deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: "¡Abolición del sistema del trabajo asalariado!


Karl Marx


Francis Collins obtuvo su doctorado en Química por la Universidad de Yale y se graduó como médico en la Universidad de Carolina del Norte. Ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a la investigación en los institutos nacionales de salud pública de los Estados Unidos, donde desde 1999 dirige el proyecto Genoma Humano en el que participan 18 países. Ha identificado el gen de la neoplasia endocrina múltiple y ha realizado búsquedas extensas en la población finlandesa de los genes que producen la sensibilidad a la diabetes. Ha promovido nuevas formas de clonación para estudiar los genes de la fibrosis quística, de la neurofibromatosis y de la enfermedad de Huntington.


Francis Collins


Existen venenos tan sutiles que para conocer sus propiedades hay que probarlos. Existen enfermedades tan extrañas que uno tiene que sufrirlas para comprender su esencia


Oscar Wilde


No es extraño que esos pobres premodernos estuviesen locos y fueran miserables y desgraciados. Su mundo no les permitía llevar fácilmente las cosas; no les permitía ser juiciosos, virtuosos, felices. Con madres y amantes, con prohibiciones para las que no estaban condicionados, con las tentaciones y los remordimientos solitarios, con todas sus enfermedades y su aislante dolor, por fuerza sentían intensamente las cosas. Y sintiéndolas así ¿Cómo podrían lograr ser unos seres estables?


Aldous Huxley


Hipócrates[207], tras sanar muchas enfermedades, enfermó él y murió. Los


Marco Aurelio


La esencia de la enfermedad es tan oscura como la de la vida.


Novalis


Curar la enfermedad de Gran Bretaña con el socialismo es como intentar curar la leucemia con sanguijuelas.


Margaret Thatcher


Soy el remedio sin receta y tu amor mi enfermedad


Andrés Calamaro


La deidad superior ordena que todas las criaturas vivas sufran -consumidas por enfermedad o gritando con cobertura corporal de sangre-, y que luego llega un día en que todas tienen que morir. (?) Si un agente da patadas frecuentes a un perro? si golpea con bofetones de mano a la compañera reproductiva? si ese agente asesina con puñal a un compañero, eso imita la lección correcta de la deidad? (Comunicado 5º).


Chuck Palahniuk


El cáncer era y es mío, es mi enfermedad, la he generado yo. Por lo tanto, tengo que mirarlo de frente y amigarme con lo que me he provocado.


Rebeca Ghigliotto


Mi justificación ?ante nadie? es mi enfermedad. Si a alguien le rompen un tendón o un ligamento no lo acusan de «desarmonía física», no lo acusan porque llora y se lamenta. A mí me sucedió algo y yo estoy enferma. Lo anoto porque no tengo a quién decírselo.


Alejandra Pizarnik


Las miserias de la enfermedad nos igualan, no hay ricos ni pobres, al cruzar este umbral los privilegios se hacen humo y nos volvemos humildes. Mi


Isabel Allende