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Frases de guerra ( 3 )

Frases de guerra. Encuentra docenas de frases de guerra con fotos para copiar y compartir.


Una generación nueva, que se dedica más que la última a temer a la pobreza y a adorar el éxito; crece para encontrar muertos a todos los dioses, tiene hechas todas las guerras y debilitadas todas las creencias del hombre.


Francis Scott Fitzgerald


A aquellas antiguas espadas, a aquellos ilustres aceros, que encaman las glorias pasadas... Y al sol que hoy alumbra las nuevas victorias ganadas, y al héroe que guía su grupo de jóvenes fieros, al que ama la insignia del suelo materno, al que ha desafiado, ceñido el acero y el arma en la mano, los soles del rojo verano, las nieves y vientos del gélido invierno, la noche, la escarcha y el odio y la muerte, por ser por la patria inmortal, ¡saludan con voces de bronce las trompas de guerra que tocan la marcha triunfal!...


Rubén Darío




Un ejército es una extraña obra maestra de combinación, en la que la fuerza resulta de una enorme suma de importancia. Así se explica la guerra hecha por la humanidad contra la humanidad, a pesar de la humanidad.


Victor Hugo


No se asusten de mi sindicalismo, nunca mejor que ahora estará seguro el CAPITALISMO, YA QUE TAMBIEN LO SOY, porque tengo estancia y en ella operarios[?] Lo que quiero es organizar estatalmente a los trabajadores para que el Estado los dirija y les marque rumbos, de esa manera se neutralizarán en su seno las corrientes ideológicas y revolucionarias que pueden poner en peligro nuestra sociedad capitalista de posguerra.


Juan Domingo Perón


Illien. Me gusta esa idea ?dijo mi madre?. Vendrían reyes de muy lejos a oír tocar a mi pequeño Kvothe.
?Su música pararía las riñas de taberna y las guerras de fronteras ?dijo Ben sonriendo.
?Mujeres salvajes ?añadió mi padre, entusiasmado? posarían los pechos en su cabeza.
Hubo un silencio atónito. Entonces mi madre dijo, despacio y con tono amenazante:
?Querrás decir «Bestias salvajes posarían la cabeza en su regazo».
?Ah, ¿sí?


Patrick Rothfuss


[Referido a los líderes del Frente Popular] «Cuanto se diga de los desalmados mentecatos que engendraron y luego nutrieron a los pechos nuestra gran tragedia, todo me parecerá poco? Lo que nunca pude concebir es que hubiesen sido capaces de tanto crimen, cobardía y bajeza. Hago una excepción. Me figuré un tiempo que Azaña era de diferente textura y tejido más noble? En octubre del 34 [golpe de estado contra el gobierno legítimo de la República por parte del PSOE y ERC] tuve la primera premonición de lo que verdaderamente era Azaña. Leyendo luego sus memorias del barco de guerra ?tan ruines y afeminadas? me confirmé. Cuando le vi y hablé siendo ya presidente de la República, me entró un escalofrío de terror al observar su espantosa degeneración mental, en el breve espacio de dos años, y adiviné que todo estaba perdido para España.


Ramón Pérez de Ayala




la guerra había hecho aflorar toda su fortaleza y su coraje


Ken Follett


Mientras que una gota de sangre humana se derrame en la tierra por la mano de los hombres, el verdadero reino de Dios aún no habrá llegado, reino de paz y de amor que debe para siempre jamás desterrar de vuestro globo la animosidad, la discordia y la guerra.


Allan Kardec


comprendió el papel decisivo que podrían tener los rayos X si conseguía llevarlos al frente, porque permitirían calibrar las fracturas y encontrar y extraer la metralla minimizando la violencia quirúrgica. En un tiempo récord, Madame Curie convenció de su proyecto a las autoridades, se apropió de los aparatos de rayos X que había en las universidades o en las consultas de los médicos movilizados, consiguió que le cedieran suficientes vehículos de motor en los que instalar los equipos y creó las «unidades móviles», que enseguida empezaron a ser denominadas popularmente «las pequeñas Curie». Instruyeron a toda prisa técnicos y enfermeras que supieran manejar el material, y la misma Marie aprendió a conducir y estuvo llevando coches y haciendo radiografías junto a las trincheras. Pero quien más trabajó en el proyecto fue Irène, su hija, que al comienzo de la guerra tenía diecisiete años y que se pasó la contienda realizando una extenuante y maravillosa labor con «las pequeñas Curie». De hecho, probablemente fueron las tremendas dosis de radiación que recibió Irène en esa época lo que acabaría matándola de leucemia a los cincuenta y nueve años. En total, se hicieron más de un millón de exploraciones con rayos X: el plan fue un verdadero éxito. Un efecto secundario del ingenioso esfuerzo de Marie fue que Francia le perdonó el adulterio. Ya no era judía ni extranjera y volvía a ser amada y respetable.


Rosa Montero




(Sobre la República de Weimar) "Hace ya mucho tiempo que mis esperanzas de ver una república alemana que merezca ser tomada en serio han desaparecido. Los tribunales son injustos, los funcionarios indiferentes y el pueblo es totalmente infantil. Aun hoy, de mil alemanes hay novecientos noventa y nueve que nada saben de la culpa de la guerra, que no la hicieron ni la perdieron, ni firmaron tampoco el Tratado de Versalles, al que consideran un rayo caído en un tiempo sereno.


Hermann Hesse


El monopolio del gobierno no es mejor que cualquier otro. Primero no regula bien y, sobre todo, no es barato, cuando uno no tiene miedo a la competencia, cuando los gobernados son privados del derecho de elegir libremente a sus gobernantes. Garantice a un tendero el derecho exclusivo del suministro de un barrio, prevenga a los habitantes de este barrio de la compra de cualquier bien de otras tiendas de comestibles en los alrededores, o incluso de su propio suministro de comestibles, y verá la detestable basura que el tendero privilegiado acabará vendiendo, ¡y a qué precios!. Usted verá cómo crecerá su riqueza a expensas de los desafortunados consumidores, la pompa real que mostrará para la mayor gloria de la vecindad. Bueno, lo que es cierto para los servicios más humildes no es menos cierto en el caso de los más elevados. El monopolio del gobierno no es de más valor que el de una tienda de comestibles. La producción de seguridad se convierte inevitablemente en costosa y mala cuando está organizada como un monopolio. Es en el monopolio de la seguridad que se encuentra la causa principal de las guerras que han arrojado desperdicios a la humanidad.


Gustave de Molinari


¿Qué valor daba Aznar a la vida humana cuando nos metió en una guerra injusta e ilegal?


Bibiana Aído


Ricardo murió porque había ido a Haití en un momento de conflicto. Murió porque Antena 3 lo enviaba a Madrid y él quería seguir en Nueva York. Murió porque sus crónicas desde Estados Unidos durante la guerra de Irak no gustaron al Gobierno español de entonces. Murió porque se fue a Haití por su cuenta, con sus ahorros y su instinto. Murió porque había pasado unos meses muy difíciles en su piso del Village. Murió porque, a diferencia de otros como yo, era incapaz de meterse en el hotel cuando empezaban los tiros. Murió porque se refugió con otras personas en un comercio mientras las balas barrían la calle y al cabo de un rato, cuando parecía que llegaban los americanos a salvarlos, fue Ricardo quien salió a comprobar si el peligro había pasado. Murió porque era como era. Murió porque tuvo mala suerte y lo mataron.


Enric González




A veces se preguntaba si los instintos del ser humano habían cambiado en ese tiempo, y siempre llegaba a la conclusión de que no. Por lo menos en los aspectos más básicos y primitivos. Le constaba que el hombre siempre había sido agresivo, ansioso por dominar, por controlar el mundo y todo lo que se encontraba en él. Las guerras en Europa y en Japón daban fe de ello


Nicholas Sparks


Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus... Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad.


Viktor Frankl


La Federación ha salido del gaucho, del rancho, del aislamiento de la provincia, de la barbarie; pero tenía una base poderosa y duradera... Cada provincia interior se reconcentró en sí misma, y al fin se fueron creando relaciones por la guerra, por las alianzas de los caudillos, por los tratados....


Domingo Faustino Sarmiento


La tragedia de esta guerra estriba en el hecho de que tres hombres geniales compiten entre ellos.


Adolf Hitler


La moral es la munición de la guerra.

?Moral no es más que otra palabra que se usa para todo. ¿Qué quiere decir? ¿Valentía o sanguinariedad, o no hacer preguntas indiscretas, o quiere decir lo que cada día nos dicen que quiere decir?


Mary Renault


A la barbarie nazi en Alemania debe seguirle la barbarie de la guerra en Europa, como el invierno sigue al otoño.


Hermann Hesse


Incluso en su faceta más brutal, la energía nuclear consiguió acabar con la guerra en el Pacífico [... ] Si no es por Hiroshima y Nagasaki hoy, en el año 2010, se seguiría combatiendo en el Pacífico.


Eduardo García Serrano


Excelentísima Canciller, no tengo intención de examinar el asunto del Holocausto. Sin embargo, ¿acaso no es razonable pensar en la posibilidad de que algunos países vencedores en la Guerra hayan querido fabricar un pretexto para, apoyándose en él, mantener permantemente avergonzado al pueblo del país vencido, con el fin de debilitar su vigor y su motivación para la acción e impedir que gocen del progreso y la autoridad que le es propio a ese país?.


Mahmud Ahmadineyad


Por otra parte, la visión española de las demás naciones europeas se reduce a su fachada oficial, a su figura convencional y esplendorosa. ¿Cuántos sospechan que las guerras civiles han sido en ellas -Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, los países eslavos- incomparablemente más frecuentes, largas, cruentas que en España? ¿Quién asocia la imagen de la guerra civil o la persecución religiosa a Francia o Inglaterra?


Julián Marías


Se cansó de la incertidumbre, del círculo vicioso de aquella guerra eterna que siempre lo encontraba a él en el mismo lugar, sólo que cada vez más viejo, más acabado, más sin saber por qué, ni cómo, ni hasta cuándo. Siempre había alguien fuera del circulo de tiza. Alguien a quien le hacía falta dinero, que tenía un hijo con tos ferina o que quería irse a dormir para siempre porque ya no podía soportar en la boca el sabor a mierda de la guerra y que, sin embargo, se cuadraba con sus últimas reservas de energía para informar: «Todo normal, mi coronel.» Y la normalidad era precisamente lo más espantoso de aquella guerra infinita: que no pasaba nada.


Gabriel García Márquez


Lo habitual en los sueños son las aventuras extrañas, asombrosas y terribles. Las tierras incógnitas vienen y van. Los sueños épicos se despliegan. Las guerras se luchan y se ganan. Los seres queridos se pierdan y se encuentran. Mientras dormimos, vivimos vidas completamente diferentes. Y después despertamos, con disgusto o alivio, como si no hubiera ocurrido nada.


William Joyce


Por ejemplo, en muchos países los pasaportes se concibieron en un principio como medida temporal en tiempos de guerra. [399] La ley de las consecuencias no intencionadas se aplica al auge del Estado del conocimiento.


Peter Burke


Santos tiene que decidir si es un presidente reformador, que lo llevaría a ser el presidente de la paz, o es si el presidente del estatus quo, que lo llevaría a ser el de la guerra.


Gustavo Petro




Siempre estamos en guerra. Estamos siempre en lucha con la muerte, y sabemos que al final va a ganar la muerte. En los conflictos armados eso es más visible, pero en la vida diaria sucede lo mismo. No podemos permitirnos el lujo de ser infelices todo el tiempo


Paulo Coelho


(...) en España particularmente yo creo que el uso de la palabra democracia esta clarísimo como eufemismo para hablar de otras cosas, y como ahora no se puede hablar de otras cosas, sobre todo después de la II Guerra Mundial, primero porque izquierdas y derechas ya no existen, es la democracia, porque estamos en la democracia, esto es lo que dicen Aznar y Zapatero, es la democracia, ¿por qué?, porque vamos a no meternos en líos, verdad, y por supuesto en el País Vasco es la democracia, porque los vascos son antidemócratas y que entonces no se puede asesinar porque es antidemocrático: mentira. Si eres aristócrata tampoco puedes asesinar, es que es una cosa tan ridícula, a mi me indigna, y la democracia tiene que acabar con la ETA; ¡cómo!, la democracia y la aristocracia. ¿Qué tiene que ver aquí la democracia con el asunto?.


Gustavo Bueno


Para los de bigote, para los de las guerras, para los de las torturas en Guantánamo, para los que no encontraron las armas de destrucción masiva, para los que no sabían ni que existían, para los que nos mintieron entonces, para los que nos mienten ahora, para los amigos del ex presidente del Gobierno, para los amigos del ex ministro del Interior, para los amigos de Bush, para los que si pierden unas elecciones se enfadan (...), para todos ellos, y en mi nombre, mi desprecio más despreciable" Pilar Manjón.


Pilar Manjón


En verdad, si no existía ya una confianza en el futuro ni un apego a la tierra ni una verdadera fe en las creencias, ¿por qué no volver al terreno del odio? Sólo de la derrota podía surgir algo nuevo; no ha sido así, pero eso no quita nada al hecho de que fuera la mejor razón para hacer la guerra: poderla perder.


Juan Benet


(hombre moderno)...; se ha convertido en espectador que goza y deambula y se encuentra ahora en una situación en que ni aún grandes guerras y revoluciones pueden apenas cambiar nada por un instante.


Friedrich Nietzsche


Ah ?dijo Iñigo, después de un intercambio de murmullos?. Ahora el problema parece ser el Sargento Detritus. No se permite que los trolls estén en esta parte de la ciudad durante el día, por lo que parece, si no es con un pasaporte firmado por su? propietario. Eh? en Joder los únicos trolls permitidos son los prisioneros de guerra. Tienen que llevar una identificación. ?Detritus es un ciudadano de Ankh-Morpork y mi sargento ?dijo. ?Aun con todo, es un troll. Quizás a favor de la diplomacia podrías escribir un breve? ?¿Necesito yo un pasapote? (...)?No me importa irme si? ?Cierra la boca, sargento. Eres un troll libre. Es una orden.


Terry Pratchett


El estatismo necesita la guerra; un país libre no. El estatismo sobrevive a través del saqueo; un país libre sobrevive produciendo.


Ayn Rand


Por primera vez desde que dejó Hungría se sintió feliz. Había atravesado dos guerras, tenía una bala alojada en la cabeza, había visto morir a sus compañeros, padeció la invasión de su país, sufrió la traición de la mujer que amaba, presenció la destrucción de su ciudad y la de su casa, le fueron incautados todos sus bienes, lo había perdido todo, debió exiliarse en un país extraño, lejano e inabarcable y aun así, tenía motivos para ser feliz.


Federico Andahazi


No es necesario tener mucha inteligencia para hallar detrás de cada guerra las mismas causas.


Emma Goldman


(La guerra) podría haber sido uno de mis errores.


Boris Yeltsin


Así es como en la guerra, el estratega victorioso solo busca la batalla después de que la victoria ya se ha ganado, mientras que aquel destinado a la derrota, primero pelea y después busca la victoria.


Sun Tzu


Nuestros enemigos querían desde un principio que Irán suspendiese las actividades nucleares, pero cuando se encontraron con nuestra oposición, pusieron en marcha una guerra psicológica y amenazaron con un ataque militar.


Mahmud Ahmadineyad


A Woodrow Wilson no lo amedrentaba la guerra. Su obra de teatro favorita era Enrique V, de Shakespeare, y le gustaba la cita: "Si es pecado codiciar el honor, soy el mayor de todos los pecadores".


Ken Follett


El LSD abrió mis ojos. Si sólo usamos una decima parte de nuestro cerebro, imaginate lo que podriamos lograr usando el resto. Si los políticos usaran LSD, no habría más guerras, o pobreza o hambre.


Paul McCartney