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Frases de juicio

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No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados. Porque con el mismo juicio que juzgareis habéis de ser juzgados, y con la misma medida que midiereis, seréis medidos vosotros.


Jesus Cristo


Si queréis formar juicio acerca de un hombre, observad quienes son sus amigos.


François Fénelon




No debemos tomar la terquedad de nuestros prejuicios como valor para defender nuestras opiniones.




Cada vez que emites un juicio o una crítica, estás enviando algo que terminará por volver a ti.


Louise Hay


La gente con prejuicios solo ve aquello que coincide con sus prejuicios.




El sentido común no es más que un depósito de prejuicios establecidos en la mente antes de cumplir dieciocho años.


Albert Einstein




Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia.


Leon Tolstoi


El amor es como Don Quijote: cuando recobra el juicio es que esta para morir.


Jacinto Benavente


Mientras la gente se deje arrastrar por su imaginación para formarse juicios errados sobre nuestra conducta y la califique basándose en meras apariencias, nuestra felicidad estará siempre, en una cierta medida, a merced del azar.


Jane Austen




El pueblo libio no se ha rendido y no se rendirá hasta el día del juicio final.


Muamar el Gadafi


Lo cierto es que yo hice un llamado a la unidad nacional. La respuesta fue de juicio político. Entonces, cual fue mi actuación: fue un gesto de renunciamiento. No es que yo por mí quisiera irme. Tenía toda la fuerza atrás si hubiera querido emplearla, hasta de las fuerzas armadas.


Fernando de la Rúa


Ni lo uno ni lo otro. Toda la obra de Costa está impregnada de un verdadero culto a la libertad. Y esto es a mi juicio más auténticamente representativo de la personalidad de Costa que unas cuantas frases pronunciadas o escritas las más de las veces a propósito de temas de los que provocaban con mayor agudeza su falta de ponderación y mesura, no tanto en las ideas como en las palabras.


Pablo de Azcárate


Cuando la mente está llena de prejuicios establecidos, no podrá injertar al Sufismo sobre ellos.


Idries Shah




Algo siempre entristece a las mujeres bellas, un aire melancólico las rodea; debe de ser el precio de la hermosura. O el precio de saber que ella no era la dueña de su brillo sino cada uno de los seres que la soñaba, la deseaba, la idolatraba o la reprobaba, porque la belleza despierta sentimientos opuestos, también despierta prejuicios, despierta envidia y rabia, ese es el precio que se paga. Los ojos que la contemplan se creen sus dueños y por eso alguien puede llegar a decir, con veneno en la lengua: nadie es perfecto. Eso es cierto. Nadie es perfecto y ella tampoco lo es, pero hay que ver cuánto se acerca.


Jorge Franco


que no debemos dejar nacer un desorden para evitar una guerra, pues acabamos no evitándola, y sólo la diferimos, lo que redunda a la postre en perjuicio nuestro.


Nicolás Maquiavelo


En el entusiasmo de sus descubrimientos la alta crítica ha aplicado al Nuevo Testamento pruebas de autenticidad tan severas que cien personajes antiguos ?por ejemplo, Hammurabi, David, Sócrates? se desvanecerían en la leyenda. A pesar de los prejuicios y las ideas teológicas preconcebidas de los evangelistas, ellos registran muchos sucesos que meros inventores hubieran dejado fuera, como la rivalidad que había entre los apóstoles por tener altos puestos en el Reino, cuando huyeron después que Jesús fue arrestado, la negación de Pedro [... ] Nadie que lea de estas escenas puede dudar que la figura tras ellas sea real.


Will Durant


Podría haber y, a mi juicio, debería haber leyes que impidieran a los candidatos, no solamente gastar más que determinada cantidad en sus campañas electorales, sino también recurrir a esa especie de propaganda antirracional que convierte en disparate todo el procedimiento democrático.


Aldous Huxley


No hay pasión que quebrante tanto la sinceridad del juicio como la ira.


Michel De Montaigne


Aquí, cuando las personas pierden el juicio, que es a menudo, son capaces de pegarse un tiro en el pie si creen que así dejarán cojo al vecino.


Carlos Ruiz Zafón


Los límites de lo posible en las cosas morales son más estrechos de lo que pensamos; nuestras debilidades, nuestros vicios, nuestros prejuicios son lo que restringen


Jean-Jacques Rousseau


La justicia se irrita, sea cualquiera el lugar adonde la conduzcan hombres devoradores de presentes que ultrajan las leyes con juicios inicuos.


Hesíodo


Entrego, pues, mi labor y mi memoria al juicio del pueblo, por cuya noble causa he luchado constantemente.


Leandro Alem


¡Todavía aquí, Laertes! ¡A bordo, a bordo! ¡Qué vergüenza! El viento sopla en la popa de tu nave, y sólo aguardan tu llegada. Acércate. ¡Que mi bendición sea contigo! Y procura imprimir en la memoria estos pocos preceptos: No propales tus pensamientos ni ejecutes nada inconveniente. Sé sencillo, pero en modo alguno vulgar. Los amigos que escojas y cuya adopción hayas puesto a prueba, sujétalos a tu alma con garfios de acero, pero no encallezcas tu mano con agasajos a todo camarada recién salido sin plumas del cascarón. Guárdate de entrar en pendencia: pero, una vez en ella, obra de modo que sea el contrario quien se guarde de ti. Presta a todos tu oído, pero a pocos tu voz. Oye las censuras de los demás, pero reserva tu juicio. Que tu vestido sea tan costoso como tu bolsa lo permita, pero sin afectación a la hechura; rico, mas no extravagante, porque el traje revela al sujeto, y en Francia las personas de más alta alcurnia y posición son de esto modelo de finura y esplendidez. No pidas ni des prestado a nadie, pues el prestar hace perder a un tiempo el dinero y al amigo, y el tomar prestado embota el filo de la economía. Y, sobre todo, esto: sé sincero contigo mismo y de ello se seguirá, como la noche al día, que no puedes ser falso con nadie. ¡Adiós! Que mi bendición haga fructificar en ti todo esto.


William Shakespeare


En cuanto al mandar, que parece tan fácil y hacedero, si se considera la debilidad del juicio humano y la dificultad de elección entre las cosas nuevas o dudosas, yo creo que es mucho más cómodo y más grato el obedecer que el conducir, y que constituye un reposo grande para el espíritu el no tener que seguir más que una ruta trazada de antemano, y el no tener tampoco que responder de nadie, más que de sí mismo:


Michel De Montaigne


Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.


Florencia Bonelli


Aunque en un principio me decepcionó ser calificado como un extremista, mientras seguía pensando sobre el asunto, gradualmente fui ganando una medida de satisfacción de la etiqueta. ¿No fue Jesús un extremista del amor?: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen." ¿No era Amós, un extremista de la justicia?: "Corra el juicio como las aguas y la justicia como arroyo impetuoso" ¿No era Pablo un extremista del Evangelio cristiano?: "Yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús". ¿No fue Martín Lutero, un extremista?: "Aquí estoy, no puedo hacer otra cosa, que Dios me ayude". ¿Y John Bunyan?: "Voy a permanecer en la cárcel hasta el fin de mis días antes de hacer una carnicería de mi conciencia". ¿Y Abraham Lincoln?: "Esta nación no puede sobrevivir como mitad esclava y mitad libre". ¿Y Thomas Jefferson?: "Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son ncreados iguales..." Así que la pregunta no es si vamos a ser extremistas o no, pero ¿qué clase de extremistas seremos. ¿Seremos extremistas por odio o por amor? ¿Seremos extremistas por la preservación de injusticia o por la extensión de la justicia?


Martin Luther King




(Cristo) Amaba a los ignorantes, como todos los poetas, pues sabía que siempre hay espacio en el alma de un ignorante para una gran idea. Pero no podía soportar a los necios, especialmente a aquellos embrutecidos por la educación, vale decir, a esas gentes que poseen un juicio a punto para todo, aunque no comprendan ninguno; un tipo, éste, especialmente moderno, y que describe Cristo bajo la forma de aquél que posee la llave de la sabiduría y no la sabe emplear, ni permite que la empleen los demás a pesar de que ésta, acaso, sirva para abrir la puerta del reino de Dios.


Oscar Wilde


Todos escuchamos desde niños que aquello que deseamos vivir es imposible. A medida que acumulamos años, acumulamos también las arenas de los prejuicios, los miedos, las culpas. Libérate de eso. No mañana, ni hoy por la noche, sino en este momento. Ya he dicho: muchos de nosotros creemos que herimos a las personas que amamos cuando lo dejamos todo en nombre de los sueños. Pero aquellos que realmente nos desean el bien anhelan vernos felices, aunque no comprendan lo que hacemos y aunque, en un primer momento, utilicen amenazas, promesas o lágrimas para impedirnos seguir adelante.


Paulo Coelho


Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él.

Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.

-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...

-Eliah, por favor...

-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...

-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.

-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.


Florencia Bonelli


Usted no quiere que piense. Cuando fuerza a un hombre a actuar contra su placer y a su juicio, es su pensamiento el que desea suprimir. Anhela convertirlo en un "robot". Pues bien, obraré de acuerdo con esto.


Ayn Rand


Si utilizara el ingenio que los buenos espíritus me dieron, entonces diría que esta dama no puede existir, pues ¿qué hombre en su sano juicio llamaría al sueño realidad? Sin embargo yo preferiría no ser cuerdo y prestar crédito a mis ojos hechizados


Isaac Asimov


Nadie puede estar orgulloso de que estemos regidos por instituciones como las policiales. Es ofensivo para la condición humana y a quiénes más les molesta algo así suele ser a los jóvenes, que son mucho más idealistas que uno y no tienen ninguna complicidad con el medio. En el mejor de los casos, la institución policial es algo que tenemos que tolerar como un prejuicio compartido. Una convención que debemos aceptar en función de los peligros que implica convivir en este sistema. Lo que tratamos de hacer es que en los ámbitos donde tocamos no haya policía, porque esto siempre genera quilombo. Lo que no podés proteger son las adyacencias del estadio.


Indio Solari


Ambición es, pero ambición generosa, la del que pretende mejorar su estado sin prejuicio de tercero.


Miguel de Cervantes


Cuando el gallo menudea
la garganta se me afina
y el juicio se me clarea.
Yo soy como el espinito
que en la sabana florea
le doy aroma al que pasa
y espino al que me menea.


Alberto Arvelo Torrealba


Cuando tratamos con personas, recordemos que no estamos tratando con criaturas lógicas. Estamos tratando con seres de emoción, seres humanos erizados de prejuicios, y motivados por el orgullo y la vanidad.


Dale Carnegie


[... ] podéis asegurar a Su Santidad que antes de sufrir la menor cosa en perjuicio de la religión o del servicio de Dios, perdería todos mis Estados y cien vidas que tuviese, pues no pienso, ni quiero ser señor de herejes... y si no se puede remediar todo como yo deseo, sin venir á las armas, estoy determinado de tomallas...


Felipe II de España


Vaya por las repúblicas a fin de que las cargas de la administración queden contrapesadas por la competencia y capacidad de los individuos y no se distribuyan los empleos sopesando los grados de la sangre, de la nobleza, de los títulos, de la riqueza, sino de las virtudes que engendran los frutos de las empresas, para que presidan los justos, contribuyan los pudientes, enseñen los doctos, guíen los prudentes, combatan los fuertes, aconsejen los que tienen juicio, manden los que tienen autoridad.


Giordano Bruno


Cuanto más te identificas con el pensamiento, con lo que te gusta o disgusta, con tus juicios e interpretaciones, es decir, cuanto menos presente estás como conciencia observante, más fuerte es la carga de energía emocional, seas consciente de ella o no. Si no puedes sentir tus emociones, si estás desconectado de ellas, acabarás sintiéndolas a un nivel puramente físico, como un problema o síntoma físico.


Eckhart Tolle


Los sacerdotes, las monjas, los frailes, cuando quieren dedicar sus vidas a Dios, hacen ayuno, es decir, no comen y no hacen el amor, al contrario de las únicas dos órdenes que ha dado Dios. Cuando los encuentre en el Juicio Universal, se enojará un poco: Sacerdotes, monjas, frailes, vengan acá un segundo. Disculpen, yo había dicho: "Creced y multiplicaos". Y Uds... ayuno y castidad. Posiblemente no han entendido. Tenía que decir: ¡Comed y haced el amor! Yo no quería escribir malas palabras en la Biblia. Pero... levántate ese hábito y a darle...


Roberto Benigni


Necesitamos, por ello, una persona conocedora de los ambientes menos gratos de nuestra sociedad, cuyo nombre pueda ensuciarse sin perjuicio de nadie, capaz de realizar por nosotros el trabajo y de la que, llegado el momento, podamos desembarazarnos sin empacho.


Eduardo Mendoza