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Frases de justicia ( 2 )

Frases de justicia. Encuentra docenas de frases de justicia con fotos para copiar y compartir.


Para hacer la vida soportable, hay que acostumbrarse a las injurias del tiempo y a las injusticias de los hombres.


Nicolas Chamfort


a mas represion mas lucha






Paga el bien con el bien , pero el mal con justicia


Confucio


La paciencia comienza con lágrimas y, al fin, sonríe.


Ramón Llull


No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón.


Juan Pablo II


La injusticia, allí donde se halle, es una amenaza para la Justicia en su conjunto.


Martin Luther King




Más vale poco con justicia, que mucho con derecho.


Luis Peña Kanafany


No hay tiranía más cruel que la que se perpetra bajo el escudo de la ley y en nombre de la justicia.


Barón De Montesquieu


La justicia te proporcionará paz, y también trabajos.


Ramón Llull




Las palmas son novias que esperan: y hemos de poner la justicia tan alta como las palmas!.


José Martí


La justicia requiere poder, inteligencia y voluntad, y se asemeja al águila.


Leonardo Da Vinci


Toda la justicia social descansa en estos dos axiomas: el robo es punible y el producto del robo es sagrado.


Anatole France


Al ir en busca de la justicia voy a tener que alejar el mal sin exasperación ni impaciencia.


Paulo Coelho




Yo no soy entendida en política ni economista. Soy simplemente una mujer que padeció, que perdió a su marido, a sus padres, a sus hijos y a sus amigos. Yo sé que el mundo tendrá que compartir colectivamente la responsabilidad. Los alemanes pecaron criminalmente, pero lo mismo hicieron las demás naciones aunque sólo sea por negarse a creer y a afanarse día y noche en salvar a los desventurados y desposeídos, por cuantos medios estuviesen a su alcance. Sé que si la gente de todo el mundo se propone que de ahora en adelante reine una justicia indivisible y que no haya más Hitlers, algos se conseguirá. Indudablemente, todos aquellos cuyas manos se hayan manchado con sangre nuestra, bien sea directa bien indirectamente, tienen que pagar por los crímenes que han cometido, lo mismo si son hombres que si son mujeres.


Olga Lengyel


y fue la mano de la Diosa Justicia y de las leyes compensatorias la que hizo que el adversario principal del germanismo austríaco, el Archiduque Francisco Fernando, cayera bajo el mismo plomo que él ayudó a fundir.


Adolf Hitler


Sabe que una injusticia descarada duele más que un castigo merecido.


Xavier Velasco


En lugar de juzgar a la gente por sus méritos y defectos individuales, nos concentramos en un par de detalles de información sobre ellos y a continuación los colocamos en una serie de casillas previamente establecidas.
Con eso nos ahorramos el esfuerzo de pensar, al precio en muchos casos de cometer una profunda injusticia.


Carl Sagan


En consecuencia la historia, la misma condición humana exige testimonio, su señoría, y si no damos testimonio por la verdad y por la justicia estamos condenados a la esclavitud de la mentira, de los poderosos, de la impunidad y de la tragedia que es nuestra propia historia


Elisa Carrió


¿Quiénes escriben la Historia? ¿Qué hechos se favorecen y cuáles se minimizan o se ocultan? Éstas no son preguntas hechas desde la suspicacia, sino desde el pensamiento. Y que los historiadores no se ofendan. La cuestión es hasta qué punto se puede presentar la verdad sin falsearla. Precisamente los mejores historiadores se harían estas preguntas, lo mismo que los mejores críticos y estudiosos de la Literatura se preguntan si tenemos el canon correcto, si se ha hecho y se está haciendo justicia con lo que se escribe y con quien lo escribe.


Beatriz Villacañas


Para valorar a los partidos políticos según el criterio de la verdad, de la justicia, del bien público, conviene comenzar discerniendo sus características esenciales. Se pueden enumerar tres:


Simone Weil


La fe es el combustible de una vida de justicia


Dave Earley


Los liberales, por el contrario, levantaron cabeza. Fluyeron a raudales las frases liberales sobre el progreso, la ciencia, el bien, la lucha contra la injusticia, los intereses populares, la conciencia popular, las fuerzas populares, etc. etc.


Lenin


Pero en un libro de 'Lecturas para
Mujeres,' no todo debía ser comentarios caseros y canciones de cuna. Se cae también en error cuando, por especializar la educación de la joven,
se la empequeñece, eliminando de ella los grandes asuntos humanos,
aquellos que le tocan tanto como al hombre: la justicia social, el trabajo,
la naturaleza.


Gabriela Mistral


Necesitamos una democracia sólida que amplíe derechos y garantías y que lleve justicia y solidaridad para todos.


Hermes Binner


Por lo cual, el estado de naturaleza es más bien el estado de la injusticia, de la violencia, del impulso natural desatado, de los hechos y los sentimientos inhumanos.


Georg Wilhelm Friedrich Hegel


Abre tu corazón para recibir el mejor regalo imaginable: Jesús se ha dado a Sí mismo por ti, muriendo y sirviéndote, para estar contigo por toda la eternidad. Recibe esto. Aléjate de tu pecado y de tu propia justicia. Hazte como un niño. Confía en Él. Confía en Él. Confía en Él con tu vida.


John Piper




¿Pero se ha de tomar literalmente esta máxima? No, lo mismo que la que dice que nos arranquemos el ojo si nos es ocasión de escándalo. Llevada adelante con todas sus consecuencias, seria condenar toda represión, aun cuando fuese legal, y dejar el campo libre a los malos quitándoles todo miedo; si no se pusiera un freno a sus agresiones, muy pronto serían víctimas suyas todos los buenos. El mismo instinto de conservación, que es una ley de la naturaleza, dice que no debe uno presentar voluntariamente el cuello al asesino. Con estas palabras, pues, Jesús no prohibió la defensa; sino que "condenó la venganza". Diciendo que se presenta una mejilla cuando se ha herido la otra, es decir, bajo otra forma, que no debe volverse nunca mal por mal, que el hombre debe aceptar con humildad todo lo que tiende a rebajar su orgullo; que es más glorioso para él ser herido que herir, sobrellevar con paciencia una injusticia que cometerla él mismo; que vale más ser engañado que engañar y ser arruinado que arruinar a los demás. Es, al mismo tiempo, la condenación del duelo que no es otra cosa que un alarde de orgullo. La fe en la vida futura y en la justicia de Dios, que nunca deja el mal impune, puede sólo dar la fuerza para soportar con paciencia los tiros dirigidos a nuestros intereses y a nuestro amor propio y por esto decimos sin cesar: Dirigid vuestras miradas al porvenir, pues cuanto más os elevéis con el pensamiento sobre la vida material, menos os atormentarán las cosas de la tierra.


Allan Kardec


.. que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte. -Ahora -dije yo- comprendo lo que dices; si es verdad o no, voy a tratar de verlo. Has contestado, Trasímaco, que lo justo es lo conveniente.


Platón


Querido hermano: Recibo atónito tu carta y me asombro de los sanos consejos que en ella me das.
Tienes formado muy mal concepto de las fuerzas republicanas y excesivamente bueno de las monárquicas y de lo que representa el trono.
Siguiendo la monarquía en España, ya conoces el rumbo de la nación. La nobleza, que se considera casta superior, en su mayoría descendientes bastardos de otros nobles, viviendo a costa del país al amparo de la monarquía, con delegaciones regias, negocios dudosos, puestos políticos influyentes, y escarneciendo a las clases inferiores -más morales cuanto más inferiores- con sus desenfrenos de todos conocidos.
El alto clero y las congregaciones, que tienen su principal apoyo en la dinastía reinante, asfixiando las libertades públicas con sus demandas y desafueros, llevándose en forma directa o indirecta un buen trozo del presupuesto, mientras el país languidece y la incultura perdura por falta de escuelas y elementos de enseñanza, pues en los presupuestos no queda dinero para tan perentorias atenciones.
Los príncipes, infantes y demás parientes más o menos cercanos al trono, hacen truculentos negocios con el amparo que les presta el poder.
El ejército, que debiera ser servidor de la nación, hoy sólo sirve al trono y, para proteger a éste, se atreve a ametrallar al pueblo ansioso de recuperar su soberanía, atropellada y escarnecida por la dictadura borbónica.
Mientras, el ejército se apropia el oficio de verdugo de la nación, descuida su eficiencia guerrera y es tan sólo una caricatura de lo que debiera ser.
En cambio, se lleva la tercera parte de los presupuestos nacionales.
La vieja política, desacreditada, dando origen al golpe de Estado del año 23, llegó a aquel punto de descrédito, gobernando, o mejor dicho, desgobernando las clases monárquicas en cooperación con el poder moderador - por no llamarle absoluto - de ese trono que tanto defiendes.
En la monarquía no aparecen valores nuevos. Las mismas causas de antaño producirán los mismos efectos.
Tras una nueva etapa de desgobierno, funesta, desde luego, vendrá otra etapa de dictadura, que completará la labor de la dictadura anterior, terminando de ahogar todo espíritu liberal y ciudadano y convirtiéndonos en lo que son hoy algunas repúblicas americanas.
Los pocos ciudadanos que pueden, para no morir a manos reaccionarias tendrán que emigrar, perdiéndose para España los valores que ellos representan.
Los generales -incapaces- que hoy se agrupan en torno del trono para defenderlo, no llevan otras miras que evitar la llegada de un orden nuevo, en el que por su incapacidad no tendrían puesto decoroso; y para salvar su actual posición privilegiada, defienden a su señor con instinto y dote de esclavos, tratando de poner una vez más el ejército enfrente del pueblo.
Esto, que sucedió otras veces, ya no lo conseguirán, y el soldado y el oficial se pondrán al lado de aquél para ayudarle a sacudir sus yugos legendarios y hacer justicia, su justicia, la verdadera justicia, la justicia popular.
El pueblo paga al ejército y al trono para que le sirvan y no para que lo tiranicen, y cuando se cansa de pagar servidores desleales, está en su legítimo derecho a prescindir de ellos.
El trono rompió la constitución, que es el pacto que tenía con el pueblo; roto el pacto, al pueblo, sólo al pueblo, corresponde rehacerlo o elegir el régimen de gobierno que le ofrezca más sólida garantía de progreso y bienestar.
Un régimen que por evoluciones parlamentarias y no por revoluciones sangrientas consiga que no sea un mito el significado de las tres palabras "Libertad, Igualdad, Fraternidad".
Ese régimen no puede ser ya la monarquía, puesto que ha demostrado cumplidamente que sólo satisface sus egoísmos, sin importarle un ardite las necesidades del país.
El mundo en pocos años ha evolucionado rápidamente. Casi todas las naciones de Europa están hoy constituidas en repúblicas, lo están todas las de América. Los que sentimos el culto de la patria, debemos quererla republicana, única forma de que progrese y se coloque al nivel del resto de Europa, respecto al cual vamos atrasados muchos años.
Una república moderada sería la solución al actual estado de cosas.
Ella atraería a la gobernación del país a las clases privilegiadas sin espantarlas ni ponerles enfrente, como sucedería con el establecimiento de una república radical.
Los elementos más radicales la respetarían, porque verían siempre en ella la posibilidad de evolucionar hacia sus ideales, tratando de ganar puestos en los comicios con su conducta, sus programas y una adecuada propaganda.
El país se gobernaría en definitiva como quisiera y evitaríamos la llegada de una revolución que camina con pasos de gigante y que cuanto más tarde más violenta ha de ser.
Dices en tu carta con un profundo desconocimiento que las izquierdas son averiada mercancía. ¡Mercancía y bien averiada son las derechas! ¡Ya hemos visto cómo se vendían o alquilaban! Lo poco bueno que en ellas quedaban, se ha marchado a la república, por no convivir con tanto profesional de la indignidad y de la falta de decoro. Los partidos monárquicos ¡¡ésos sí que son averiada mercancía!!


Francisco Franco


Pues ahí, no aquí [... ] siguen morando en nidos y en «boudoirs», en cortes de justicia y en oficinas los que nos aman; los que nos honran, vírgenes y hombres de negocios; abogados y médicos; los que prohíben, los que niegan, los que respetan sin saber por qué, los que alaban sin comprender; la todavía muy numerosa (alabado sea Dios) tribu de los decentes; que prefieren no ver; anhelan no saber; aman la oscuridad; esos todavía nos adoran, y con razón; porque les hemos dado riqueza, prosperidad, comodidad, holgura.


Virginia Woolf


El tema del amianto?, a ella le imprime cierto rumbo. Hace que el cáncer parezca algo más importante que una pequeña desgracia personal, que parezca algo más que pura y absurda mala suerte. La conecta con el mundo. Con la historia, con la política, con la justicia. Y entiendo por qué se aferra a eso. Porque creo que ésa es la parte más dura cuando uno enferma, vivir en un universo separado de todos los demás, como exiliado en un país extranjero.


Lionel Shriver


La justicia se irrita, sea cualquiera el lugar adonde la conduzcan hombres devoradores de presentes que ultrajan las leyes con juicios inicuos.


Hesíodo


En esos momentos no es el dolor físico lo que más hiere, sino la humillación y la indignación provocadas por la injusticia, por la cruda irracionalidad de todo aquello.


Viktor Frankl


No se puede luchar contra la injusticia del destino. Lo único que se puede hacer es sufrirla y esperar un mañana diferente.


Jodi Picoult


Has oído decir que ésta es una época de crisis moral. Tú mismo lo has dicho, con temor y a la vez con la esperanza de que esas palabras no tuvieran un significado real. Te has quejado de que los pecados del hombre están destruyendo al mundo y has llegado a maldecir a la naturaleza humana por negarse a practicar las virtudes que le exigías. Como para ti la virtud consiste en el sacrificio, has exigido más sacrificios ante cada sucesivo desastre. En el nombre de la vuelta a la moralidad, has sacrificado todo aquello que creías era la causa de tus sufrimientos. Has sacrificado a la justicia por la misericordia. Has sacrificado a la independencia por la unidad. Has sacrificado a la razón por la fe. Has sacrificado a la riqueza por la necesidad. Has sacrificado a la autoestima por la negación de ti mismo. Has sacrificado a la felicidad por el deber.


Ayn Rand


Son implacables, predican amor, justicia y caridad, y para imponerlas cometen atrocidades.


Isabel Allende


Vosotros, aquí abajo, estáis diciendo: revolución, revolución; la palabra revolución, amigos míos, es una palabra fácil de emplear, pero muy difícil de ejecutar. Tenemos que vencer, oídmelo bien; no podemos, no debemos trastornar cruelmente y tontamente el país; sería peor la falta de trabajo, el caos, sería mil veces peor que los problemas que tiene la República; tenemos que ir todos los días reformando una cosa, cambiando otra, sin cesar, cambio profundo, obras profundas, diariamente, todos los días. Queréis revolución. Hacedla primero dentro de vuestras almas. El amor a la humanidad, el amor a la Patria, el saber luchar, el saber hacer sacrificios, sin amilanarse, eso es la revolución : amor al progreso y a la justicia, de todos los días, venciendo todos los obstáculos y todos los trabajos.


José María Velasco Ibarra


Allá, en el Congo, conviviendo con la injusticia y la violencia, había descubierto la gran mentira que era el colonialismo y había empezado a sentirse un 'irlandés', es decir, ciudadano de un país ocupado y explotado por un Imperio que había desngrado y desalmado a Irlanda


Mario Vargas Llosa


Bajo un gobierno que encarcela a cualquiera injustamente, el lugar apropiado para el justo es también la prisión. Y hoy, el sitio adecuado, el único que Massachusetts ha proporcionado para sus espíritus más libres y menos desalentables está en sus prisiones, donde han de ser separados y enajenados del Estado, por acción de este, dado que ellos ya lo han hecho por sus principios. Allí es donde debieran dar con ellos el esclavo fugitivo y el prisionero mejicano en libertad condicional, y el indio venido a denunciar las injusticias hechas a su raza; en este terreno de exclusión, pero más libre y honorable, donde el Estado coloca a aquellos que no están con él sino contra él, el único hábitat donde, en un Estado esclavizador, el hombre puede vivir con honor.


Henry David Thoreau


Tenemos que tener fe en que la bondad puede prevalecer sobre la maldad, la honestidad sobre la corrupción, y la justicia sobre la impunidad.


Fernando Elizondo Barragán