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Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; sino pocos, buenos y bien conocidos.


Mateo Alemán


Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz


Mario Vargas Llosa




Es más necesario estudiar a los hombres que a los libros.


Francisco de La Rochefoucauld


Si un libro se puede leer impunemente, no vale la pena tomarse el trabajo. Cuando los libros están de veras vivos, respiran; y uno se los pone al oído y les siente la respiración y sus palabras son contagiosas, peligrosamente, cariñosamente contagiosas...


Eduardo Galeano


Como todo el mundo, solo tengo a mi servicio tres medios para evaluar la existencia humana: el estudio de mi mismo, que es el más difícil y peligroso, pero también el más fecundo de los métodos; la observación de los hombres; y los libros


Marguerite Yourcenar


La gente que escribe libros, rara vez son intelectuales. Los intelectuales son gente que hablan sobre los libros que han escrito otros.


Françoise Sagan




Me enojo de cosas, me pongo muy emocional intensa de cosas y así es como lo entiendo a cabo - con los libros, con la banda, por mi cuenta en el escenario, pero siempre es una especie de gemido.


Henry Rollins


Los libros poseen siempre más ingenio que los hombres con quienes nos encontramos.


Louise de Vilmorín


Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos, alguna frase que le enseña algo que ignora.


Mariano Jose de Larra




No hay dos personas que lean el mismo libro.


Edmund Wilson


Un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano.


Honoré de Balzac


Ante ciertos libros uno se pregunta: ¿quién los leerá?. Y ante ciertas personas, uno se pregunta. ¿qué leerán?. Y al fin, libros y personas se encuentran.


André Gide


Estamos progresando. En la edad media me habrían quemado y ahora se conforman con quemar mis libros.


Sigmund Freud




Nuestros libros, en cuanto dejan nuestras manos, tienen vida propia.


Natalie Zemon Davis


Me pasé la mañana luchando con la sensación de volutas descarriadas de un mundo intentando filtrarse por las grietas de otro. ¿Conocéis la sensación de empezar un libro nuevo antes de que el recuerdo del último haya tenido tiempo de cerrarse detrás de vosotros? Deja uno el libro anterior con ideas y temas ?personajes incluso? atrapados en las fibras de la ropa y cuando abre el libro nuevo siguen ahí.


Diane Setterfield


Un examen detallado del libro del obispo me ha convencido de que este no es una representación actualizada de los resultados de la erudición moderna, sino, por el contrario, es una revitalización de una escuela de crítica que estuvo en boga hace unos setenta años y que descartaba casi totalmente los resultados de las investigaciones de los últimos cincuenta años?.


Frederic Kenyon


Antes de casarse, Emma se había creído enamorada; pero como la felicidad que hubiera debido resultar de aquel amor no había llegado, pensó que necesariamente debía de haberse equivocado. Y trataba de averiguar qué significaban exactamente en la vida las palabras 'dicha', 'pasión' y 'embriaguez', que tan hermosas le habían parecido en los libros


Gustave Flaubert


Nuestros legisladores no han aprendido todavía el valor comparativo del libre cambio y la libertad, la unión y la rectitud hacia la nación. No tienen genio ni talento para hacerse preguntas humildes sobre impuestos y finanzas, comercio, manufactura y agricultura.


Henry David Thoreau


¡LA fatiga de ser amado, de ser amado de verdad! ¡la fatiga de ser objeto del fardo de las emociones ajenas! Convertir a quien quisiera verse libre, siempre libre, en el chico de los recados de la responsabilidad de corresponder, de la decencia de no alejarse, para que no se imagina que se es príncipe en las emociones y se reniega el máximo que puede dar un alma humana. ¡La fatiga de, en todo caso, tener forzosamente que sentir, tener forzosamente, aunque sin reciprocidad, que amar también un poco.!.


Fernando Pessoa


No sabemos cómo quería Copérnico que se llamara el libro.


Nicolás Copérnico


Cuando dejó libre la imaginación para contrastar el pasado y el presente, volvió agradecido a un libro, pues la lectura es lo único que puede ejercitar la mente y ahuyentar los pensamientos desagradables.


Jane Austen


Una vez visto mi modo de explicar el miedo que te tengo, podrías responder:

«Tú afirmas que yo simplifico las cosas cuando te doy toda la culpa de la relación que tengo contigo, pero creo que tú, pese a tus aparentes esfuerzos, simplificas cuando menos tanto como yo y además lo haces de manera mucho más ventajosa para ti.
En primer lugar, tú también rechazas cualquier culpa o responsabilidad de tu parte, en eso procedemos, pues, de la misma manera. Pero mientras que yo con toda sinceridad, tal y como lo pienso, te inculpo únicamente a ti, tú quieres ser al mismo tiempo ?superlisto? y ?superdelicado? absolviéndome también a mí de toda culpa. Esto último, obviamente, sólo lo consigues en apariencia (y eso es lo que quieres), y a pesar de toda tu ?fraseología? sobre esencia y naturaleza y contraste y desvalimiento, lo que resulta entre líneas es que yo he sido en realidad el agresor, mientras que tú, todo lo que has hecho, lo hiciste en defensa propia. Con esa falta de sinceridad, ya habrías conseguido bastante, pues has demostrado tres cosas, primero que eres inocente, segundo que yo soy culpable, y tercero que tú, por pura magnanimidad, estás dispuesto no sólo a perdonarme sino incluso -lo que es más pero
también menos a probar y hasta a creer -en contra por supuesto de la verdad- que también
yo soy inocente. Con eso ya te podría bastar, pero todavía no te basta. Se te ha metido en la cabeza que vives enteramente a mi costa. Admito que luchamos el uno contra el otro,
pero hay dos clases de lucha. La lucha entre caballeros, en la que miden las fuerzas
adversarios independientes: cada uno está solo, pierde solo, vence solo. Y la lucha del
parásito, que no sólo pica sino que chupa instantáneamente la sangre que necesita para
vivir. Eso es en el fondo el soldado profesional y eso eres tú también. Eres incapaz de
vivir; pero con el fin de instalarte en la vida cómodamente, libre de preocupaciones y sin
reprocharte nada, demuestras que yo te he quitado toda la capacidad de vivir y que me la
he metido en el bolsillo. Qué te importa entonces no ser capaz de vivir, yo soy el culpable de ello, tú en cambio te tumbas tranquilamente y dejas que yo te arrastre, física y espiritualmente, por la vida. (...)».

A ello respondo que la totalidad de esa objeción, que en parte puede volverse contra ti
mismo, no viene de ti sino de mí, precisamente. Esa desconfianza que tú tienes hacia todo
no es, sin embargo, tan grande como la que yo tengo frente a mí mismo y en la que tú me
has educado.


Franz Kafka


COn libros, mi vida sería posible... toda vida lo sería.


Oscar Wilde


Vivo entre dos mundos. La mitad del tiempo me gusta hacer las labores domésticas, me importa mucho mi aspecto, me interesan mucho los hombres y coqueteo maravillosamente (quiero decir que realmente les admiro, aunque me moriría antes de tomar la iniciativa; eso es cosa de hombres), nunca defiendo mi opinión en las conversaciones, y me gusta cocinar. Me gusta hacer cosas por los demás, sobre todo por los hombres. Duermo bien, me despierto a la hora en punto y no sueño. Solamente tengo un defecto:

Soy frígida.

En mi otra encarnación vivo tal cúmulo de conflictos que te parecería imposible que sobreviva, pero sí sobrevivo; me despierto enfurecida, me acuesto paralizada por el desánimo, me enfrento con lo nue sé perfectamente que es condescendencia y desprecio abstracto, me peleo, grito, me enojo con personas que ni siquiera conozco, vivo como si fuera la única mujer del mundo que está intentando conseguirlo todo, trabajo como una loca, lleno todo mi apartamento de notas, artículos, manuscritos y libros, me cabreo, no me importa, me pongo estridentemente pendenciera, a veces río y lloro en el espacio de cinco minutos de pura frustración. Tardo dos horas en dormirme y una en despertarme. Sueño ante mi mesa de despacho. Sueño en todos sitios. Voy muy mal vestida.

Pero ¡oh, cómo gozo la comida! Y ¡oh, cómo jodo!


Joanna Russ


Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
?¿Por qué lloras, si todo
en este libro es de mentira?
Y él respondió:
?Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.


Ángel González


Los libros están para recordarnos lo tontos y estúpidos que fuimos.


Ray Bradbury




Se creen sabios porque han juntado un montón de libros y se lo han comido. Me da risa, porque en realidad son buenos muchachos y viven convencidos de que lo que estudian y lo que hacen son cosas muy difíciles y profundas. En el circo es igual, y entre nosotros es igual. La gente se figura que algunas cosas son el colmo de la dificultad, y por eso aplauden a los trapecistas.


Julio Cortázar


No hay estadounidenses libres en este pais hasta que todos lo seamos.


Jackie Robinson


Más libros, más libres.


Enrique Tierno Galván


Padre, me has hecho tu hijo por medio de tu Espíritu. En tu bondad, me adoptaste y me libraste del pecado y la muerte. Recuérdame hoy lo que significa ser tu hijo y estar libre de esa ley. Me resulta muy fácil vivir mi día según mis propios términos. Ayúdame a vivirlo bajo la luz de tu gracia. Oro por mi familia y mis amistades. Ayúdalos a experimentar tu amor como su Padre y a sentir su herencia en tu Espíritu. Gracias por aceptarme tal como soy, pero sin dejarme permanecer igual. En el nombre de Jesús, amén.


Max Lucado


A veces vuelvo a leer mis libros de la escuela y me doy cuenta de que no tienen ningún contacto con la vida real, no enseñan nada de lo que vas a necesitar en la vida. A los ocho años, cuando escuché por primera vez a los Drifters por la radio, descubrí que había más verdad en una sola canción que en todo lo que me habían enseñado en la escuela. Esto es lo que intento decirle a la gente: buscad vuestras propias raíces y sed responsables de vuestras vidas.


Bruce Springsteen


¿Por qué correr estando libre y solo ver que nadie espera en destino? El árbol sabe descender, hacia el calor del centro mismo del abismo.


Luis Alberto Spinetta


Discutir con desconocidos anónimos en internet es un juego de idiotas porque casi siempre resultan ser ? o son indistinguibles de ? quinceañeros petulantes con cantidades infinitas de tiempo libre.


Neal Stephenson


Uno es los libros que ha leído, la pintura que ha visto, la música escuchada y olvidada, las calles recorridas. Uno es su niñez, su familia, unos cuantos amigos, algunos amores, bastantes fastidiosos. Uno es una suma mermada por infinitas restas.


Sergio Pitol


Por encima de todo, la ladrona de libros ansiaba volver al sótano a escribir o leer su historia una vez más. Ahora que lo pienso, sin duda se le veía en la cara. Se moría de ganas de reencontrar esa seguridad, ese hogar, pero era incapaz de moverse. Además, el sótano ya no existía. Era parte del paisaje desvastado.


Markus Zusak


Hay libros que no parecen escritos para que la gente aprenda, sino para que se entere que el autor ha aprendido algo.


Johann Wolfgang von Goethe


Los espíritus más libres y ligeros nos anuncian, con sus corrientes, el tiempo futuro. El viento del valle y las opiniones de la plaza pública sólo nos hablan del pasado.


Friedrich Nietzsche


Hay dos clases de felicidad. Una nos llega cuando las circunstancias son placenteras y estamos relativamente libres de problemas. El inconveniente con esta clase de felicidad es que es fugaz y superficial.


Billy Graham


Humean montañas de basura a ambos lados de la carretera. Seres andrajosos suben y bajan por ellas. Un adolescente, recostado sobre una pila de cartones y trapos, lee.
Ha encontrado un libro y lo lee con dificultad, pero hechizado.

Para él ha desaparecido el basural, sus manos heladas y sucias pasan las hojas del libro.

El adolescente ha terminado de leer su libro. Se encienden estrellas sobre la basura. Es la primera vez que lee un libro desde el comienzo hasta el final. Es la primera vez que descubre que alguien que no lo conoce y a quien nunca vio, sabe exactamente lo que le pasa y lo que piensa. Aprieta el libro. Llora. O casi. Acaba de comprender que no está solo en el universo. Hay alguien que lo entiende y se lo ha contado por medio de un libro. Vuelve a la primera página, a la primera frase. Se repite a sí mismo el nombre del autor. Es un escritor de otro país, de Alemania


José Sbarra


Me llamo Boris Balkan y una vez traduje La Cartuja de Parma. Por lo demás, las críticas y recensiones que escribo salen en suplementos y revistas de media Europa, organizo cursos sobre escritores contemporáneos en las universidades de verano, y tengo algunos libros editados sobre novela popular del XIX. Nada espectacular, me temo; sobre todo en estos tiempos donde los suicidios se disfrazan de homicidios, las novelas son escritas por el médico de Rogelio Ackroyd, y demasiada gente se empeña en publicar doscientas páginas sobre las apasionantes vivencias que experimenta mirándose al espejo.


Arturo Pérez-Reverte