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Frases de memoria

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La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.


Gabriel García Márquez


No hay que convertir los momentos o memorias felices en métodos de tortura. Ese es el primer síntoma de un "cáncer" que da en el alma.


Hersson Piratoba




Se necesita un amigo para dejar de llorar. Para no vivir de cara al pasado, en busca de memorias perdidas. Que nos palmee el hombro, sonriendo o llorando, pero que nos llame amigo, para tener la conciencia de que aún estamos vivos


Vinicius de Moraes


Cuando los años cierren mi memoria...
aun así! siempre habrá algo que me llevara hasta ti...
y en ese instante mis labios pronunciaran tu nombre...!!


Jackselins Arteaga


La gratitud es la memoria del corazón.




El paso del tiempo condena al olvido la memoria de un país.


Arthur Miller




Soy un escritor que quisiera contribuir al rescate de la memoria secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina, tierra despreciada y entrañable.


Eduardo Galeano


La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos.


Cicerón


Decir amistad es decir entendimiento cabal, confianza rápida y larga memoria; es decir, fidelidad.


Gabriela Mistral




La memoria es ficción. Seleccionamos lo más brillante y lo más oscuro, ignorando lo que nos avergüenza, y así bordamos el ancho tapiz de nuestra vida


Isabel Allende


El mundo no recordará mucho tiempo lo que digamos hoy aquí... pero es nuestro deber, por respeto a su memoria que nosotros decidamos... que no hayan muerto en vano. Tengo la serena pero profunda convicción de que la sociedad y las consolidadas instituciones democráticas de España no permitirán que deshonren su memoria ni los ideales constitucionales de libertad que defendieron.


José Bono


Las memorias están llenas de caprichos, imágenes de cosas que vivimos y que todavía nos pueden sofocar con un pequeño detalle, un ruido insignificante


Paulo Coelho


Es posible que no haya otra memoria que la memoria de las heridas».


Czeslaw Milosz




Allí, pensó Mallarino, tenían origen nuestra insatisfacción y nuestras tristezas: en la imposibilidad de compartir con los otros la memoria


Juan Gabriel Vásquez


Alberto caminaba de vuelta a su casa, ensimismado, aturdido. El invierno moribundo se despedía de Miraflores con una súbita neblina que se había instalado a media altura, entre la tierra y la cresta de los árboles de la avenida Larco: al atravesarla, las luces de los faroles se debilitaban, la neblina estaba en todas partes ahora, envolviendo y disolviendo objetos, personas, recuerdos: los rostros de Arana y el Jaguar, las cuadras, las consignas, perdían actualidad y, en cambio, un olvidado grupo de muchachos y muchachas volvía a su memoria, él conversaba con esas imágenes de sueño en el pequeño cuadrilátero de hierba de la esquina de Diego Ferré y nada parecía haber cambiado, el lenguaje y los gestos le eran familiares, la vida parecía tan armoniosa y tolerable, el tiempo avanzaba sin sobresaltos, dulce y excitante como los ojos oscuros de esa muchacha desconocida que bromeaba con él cordialmente, una muchacha pequeña y suave, de voz clara y cabellos negros


Mario Vargas Llosa


Y nosotros leemos, y, a partir de esa lectura, creemos, votamos, discutimos, perdemos la memoria, nos olvidamos generosa, cretinamente, de que hoy dicen lo contrario de ayer, que hoy defienden ardorosamente a aquél de quien ayer dijeron pestes, y, lo peor de todo, que hoy ese mismo Aquél acepta, orgulloso y ufano, esa defensa.


Mario Benedetti


No quería hablar de eso y, cuando salía el tema, decía que se trataba de un absceso y fingía sentirse bien. ?Y, usted, tío, ¿cree que eso no era? normal? ?preguntó Stefan en voz baja sin presentir la ira que iban a provocar sus palabras. ?¡Normal! ¡Anormal! ¡Pero qué estás diciendo, pedazo de idiota! ¡Qué sabrás tú! Un moribundo normal, mira qué cosa? ¡normal! Como no podía arrancarse el cáncer del cuerpo, se lo arrancó de su memoria. Se mentía a sí mismo, se obligó a creer su propia verdad, obligó a los demás a creer, ¡yo qué sé qué era verdad y qué no! Que se encontraba mejor lo decía cada vez con voz más baja y cada vez lloraba más a menudo.


Stanislaw Jerzy Lec


El teléfono estaba sobre la colcha, pequeño, negro y siniestro. Lo miró sin tocarlo. Bip-bip. Aterrada. Bip-bip. Su zumbido iba mezclándose con las palabras de la canción, como si formase parte de ella. Porque los contrabandistas, seguían diciendo los Tigres, ésos no perdonan nada. El Güero había usado las mismas palabras, riendo como solía hacerlo, mientras le acariciaba la nuca y le tiraba el teléfono encima de la falda. Si alguna vez suena, es que me habré muerto. Entonces, corre. Cuanto puedas, prietita. Corre y no pares, porque ya no estaré allí para ayudarte. Y si llegas viva a donde sea, échate un tequila en mi memoria. Por los buenos ratos, mi chula. Por los buenos ratos.


Arturo Pérez-Reverte


Ignoro de qué sustancia extraordinaria está confeccionada la identidad, pero es un tejido discontinuo que zurcimos a fuerza de voluntad y de memoria.


Rosa Montero


Porque no es en las ideas socialistas donde puedan estar las dificultades, es en los errores que cometemos los hombres en cualquier tarea humana, en cualquier tarea social, en cualquier tarea revolucionaria. Somos los hombres los que a veces hemos copiado sin necesidad de copiar; somos los hombres los que nos olvidamos con las glorias de las memorias; somos los hombres los que nos aburguesamos o nos dejamos aburguesar; somos los hombres los que nos confundimos o nos dejamos confundir.


Fidel Castro


El margen sabe lo que el centro olvida, seguramente porque la memoria es el poder del vencido. El triunfador sabe que, como decía Nietzsche, "para ser feliz hay que olvidar", pero ese olvido, aunque le haga feliz, no le hace verdadero.


Reyes Mate


Me lleva tiempo evocar su rostro. Y conforme vayan pasando los años, más tiempo me llevará. Es triste, pero cierto. Al principio era capaz de recordarla en cinco segundos, luego éstos se convirtieron en diez, en treinta segundos, en un minuto. El tiempo fue alargándose paulatinamente, igual que las sombras en el crepúsculo. Puede que pronto su rostro desaparezca absorbido por las tinieblas de la noche. Sí, es cierto. Mi memoria se está distanciando del lugar donde se hallaba Naoko. De la misma forma que se está distanciando del lugar donde estaba mi yo de entonces.


Haruki Murakami


Los li­bros que uno ama apasionadamente producen la sensa­ción, cuando los abres por primera vez, de que siempre estuvieron ahí: aparecen en ellos lugares en los que no has estado, cosas que uno antes nunca ha visto ni oído, pero el acople de la memoria personal con esos lugares o cosas es tan rotundo que de algún modo acabas pen­sando que has estado allí.


Enrique Vila-Matas


La vida crece como un parásito de la memoria.


Fabrizio Mejía Madrid


Siempre me veo obligado [... ] a elaborar sobre el papel un plan [del asunto] y a rellenar sus distintas partes acudiendo a la memoria, ya por asociación de ideas, ya utilizando algún otro método. [... ] El resultado es una serie de encabezamientos principales y secundarios a partir de los cuales desarrollo el tema.


Michael Faraday


La interpretación de los sueños se mantiene o cae con [la hipótesis del inconsciente]. Sin ella, el sueño parece no ser más que un capricho de la naturaleza, un conglomerado sin sentido de fragmentos de la memoria sobrantes de los acontecimientos del día?.


Carl Gustav Jung




Y la memoria es el tormento de los celosos


Victor Hugo


la suerte de contar entre las piernas con algo que ofrecer: el recurso eterno de las mujeres en todas las miserias y todas las guerras, desde que el mundo tenía memoria. Los


Arturo Pérez-Reverte


Entonces acababa de cumplir 20 años, era viudo reciente y rico, estaba deslumbrado por la coronación de Napoleón Bonaparte, se había hecho masón, recitaba de memoria en voz alta sus páginas favoritas de Emilio y La Nueva Eloísa, de Rousseau, que habían sido sus libros de cabecera durante mucho tiempo, y había viajado a pie, de la mano de su maestro y con su morral a la espalda, a través de casi toda Europa.


Gabriel García Márquez


No hay razón para dar prioridad a los monumentos ante la vida; su propio monumento sólo tiene en este momento una significación: puede utilizarlo en provecho de su despreciado cuerpo; el hombreque está sentado a su lado le gusta, es joven y probablemente (con casi total seguridad) es el último hombre que le gusta y que puede tener; y eso es lo único importante; si luego ella le repugna y él derriba su monumento, da lo mismo, porque el monumento está fuera de ella, igual que la mente de él y su memoria están fuera de ella, y todo lo que está fuera de ella da lo mismo.


Milan Kundera


Nunca soy más yo mismo que cuando guardo silencio y escucho, cuando dejo a un lado mi fatigosa identidad y mi propia memoria para concentrarme del todo en el acto de escuchar, de ser plenamente habitado por las experiencias y los recuerdos de otros.


Antonio Muñoz Molina


Pocos profesores comprenden que la finalidad del estudio de la Historia no debe consistir en aprender de memoria las fechas y los acontecimientos, o a obligar al alumno a saber cuándo ésta o aquella batalla se realizó, cuándo nació un general o un monarca (casi siempre sin importancia real), o cuándo un rey puso sobre su cabeza la corona de sus antecesores. No, esto no es lo que se debe tratar. Aprender Historia quiere decir buscar y encontrar las fuerzas que conducen a las causas de las acciones que escrutamos como acontecimientos históricos. El arte de la lectura, como el de la instrucción, consiste en esto: conservar lo esencial, olvidar lo accesorio.


Adolf Hitler


Entrego, pues, mi labor y mi memoria al juicio del pueblo, por cuya noble causa he luchado constantemente.


Leandro Alem


¡Todavía aquí, Laertes! ¡A bordo, a bordo! ¡Qué vergüenza! El viento sopla en la popa de tu nave, y sólo aguardan tu llegada. Acércate. ¡Que mi bendición sea contigo! Y procura imprimir en la memoria estos pocos preceptos: No propales tus pensamientos ni ejecutes nada inconveniente. Sé sencillo, pero en modo alguno vulgar. Los amigos que escojas y cuya adopción hayas puesto a prueba, sujétalos a tu alma con garfios de acero, pero no encallezcas tu mano con agasajos a todo camarada recién salido sin plumas del cascarón. Guárdate de entrar en pendencia: pero, una vez en ella, obra de modo que sea el contrario quien se guarde de ti. Presta a todos tu oído, pero a pocos tu voz. Oye las censuras de los demás, pero reserva tu juicio. Que tu vestido sea tan costoso como tu bolsa lo permita, pero sin afectación a la hechura; rico, mas no extravagante, porque el traje revela al sujeto, y en Francia las personas de más alta alcurnia y posición son de esto modelo de finura y esplendidez. No pidas ni des prestado a nadie, pues el prestar hace perder a un tiempo el dinero y al amigo, y el tomar prestado embota el filo de la economía. Y, sobre todo, esto: sé sincero contigo mismo y de ello se seguirá, como la noche al día, que no puedes ser falso con nadie. ¡Adiós! Que mi bendición haga fructificar en ti todo esto.


William Shakespeare


El hambre de tierra, el cloc cloc de los huesos de sus padres, la impaciencia de su sangre frente a la pasividad de Pietro Crespi estaban relegados al desván de la memoria.


Gabriel García Márquez


Le ruego al lector que no vaya en busca de mensajes. Es un término que detesto porque me apena mucho, porque me obliga a vestir ropas que no son mías, que en realidad pertenecen a un tipo humano del que desconfío, el profeta, el adivino, el vidente. Yo no soy ninguno de ellos, soy un hombre normal con una buena memoria que cayó en un remolino y salió de allí más por suerte que por virtud, y que desde entonces ha conservado una cierta curiosidad por los torbellinos grandes y pequeños, metafóricos y reales.


Primo Levi


A veces dudo de mi memoria y me pregunto si únicamente seré capaz de recordar lo que nunca sucedió


Carlos Ruiz Zafón


La memoria es una maldición -pensó-, pero también es el mayor de los dones. Porque si pierdes la memoria lo pierdes todo.


Anne Rice


La felicidad está hecha de una sustancia tan liviana que fácilmente se disuelve en el recuerdo, y si regresa a la memoria lo hace con un sentimiento empalagoso que la contamina y que siempre he rechazado por inútil, por dulzón, y en últimas por dañino para vivir el presente: la nostalgia.


Héctor Abad Faciolince


En definitiva, ¿importa algo la memoria? "A veces me siento desdichada, nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos", murmuró Blanca, mientras repartía los duraznos en almíbar. Nos tocaron tres y medio a cada uno.


Mario Benedetti