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Frases de olvido de amor ( 4 )

Frases de olvido de amor. Encuentra docenas de frases de olvido de amor con fotos para copiar y compartir.


El amor es el susurro del alma ,es la tempestad en medio de calma , es el recuerdo en medio del olvido , es el secreto cuando todo sean ido.


Maria feliz


Hoy que te tengo a mi lado puedo ver las cosas de una manera totalmente diferente..yo pensaba que nunca mas me iba a enamorar.que nunca mas iba a poder sentir el amor..pero gracias a vos todo eso se fue al olvido...hoy me siento muy feliz a tu lado..puedo sentir la felicidad que había perdido..siento que TE AMO..
cada día me enamoras mas...ahora que volvi ver el amor ..te pido un favor..no me dejes ..no me abandones nunca!...te quiero mucho ...
quiziera vivir toda la vida con vos....
te amo leo granda!...yo karen .s!..tu novia


kren




Despedida Al Piano

Tristes los ojos, pálido el semblante,
de opaca luz al resplandor incierto,
una joven con paso vacilante
su sombra traza en el salón incierto.

Se sienta al piano: su mirada grave
fija en el lago de marfil que un día
aguardó el beso de su mano suave
para rizarse en olas de armonía.

Agitada, febril, con insistencia
evoca al borde del teclado mismo,
a las hadas que en rítmica cadencia
se alzaron otra vez desde el abismo.

Ya de Mozart divino ensaya el estro,
de Palestrina el numen religioso,
de Weber triste el suspirar siniestro
y de Schubert el canto melodioso.

-¡Es vano! -exclamó la joven bella,
y apagó en el teclado repentino
su último son, porque sabía ella
que era inútil luchar contra el destino.

-Adiós -le dice-, eterno confidente
de mis sueños de amor que el tiempo agota,
tú que guardabas en mi edad riente
para cada ilusión alguna nota;

hoy mudo estás cuando tu amiga llega,
y al ver mi triste corazón herido,
no puedes darme lo que Dios me niega:
¡la nota del amor o del olvido!


Salvador Díaz Mirón


el primer amor es el verdadero los demas son solo para olvidar


eduardo hernandez


Si alguna ves amaste y no te amaron, juraron amarte y te engañaron, olvida los sufrimientos que te dieron y recorda lo fliz que con esas mentiras te hicieron... Y si olvidar quisieras recuerda q llorar es recordar lo perdido y volver a amar es el verdadero olvido




Hace mil años parece,
me enseñazte a no caer
y aun mas a quererte.
Con dulces palabras
me ayudabas a olvidar
los estragos que en mi alma
marcaban mi dignidad.
Cuando estaba lejos de ti,
recordaba lo aprendido,
pero hace ya algún tiempo
cuando estabas lejos,
mi debilidad volvio,
no pude soportarlo,
no me mantuve en pie,
me deje caer...
me arraste...
hacia un olvido,
hacia el terrible abismo.
Ahora soy lo que fui
y no puedo regresar a ti,
pues ya pasaron mil años
y se que te has olvidado de mi.


Aide Lucatero Birrueta




Mi error fue darte mi cariño , mi CASTIGO es ahora tu OLVIDO....


julieta martinez ramirez


Ya no... quiero más amor

No es para quedarnos en casa, que hacemos una casa,
no es para quedarnos en el amor, que amamos,
y no morimos, para morir...
Tenemos sed y paciencias de animal.



No he sentido más amor
desde que el último se fue,
no he podido controlar el dolor
desde que aquella Luz dejo de ser,
ya no... quiero más amor
tu ya no estás aquí,
y que duro el desamor
que has ocasionado en mí.

Y si pasa por mi lado tu fantasma en la alborada,
no me oye, no mira, ni siquiera me respira,
apareces como un hada y aunque jodes mi mañana
necesito que me abraces, que me beses,
como antes,
pero el sol trae consigo, tu desprecio
y sin motivo, te alejas de mi lado
y al arrullo del olvido te vuelvo a esperar sentado.


Carlos Ariel Garrido Mendoza


Te espero; hace más de un año que te fuiste, dejandome el recuerdo del sabor desabrido de un rancio limón. Y yo queriendote querer, quedarme contigo, los dos, y tu no... Pero ya no estabas aquí, solo quedaba aquel recuerdo amargo, entonces, te supuse olvidada. Ahora te consiento en mis sueños y lloro tu ausencia. Quiero volver, aunque me fui. Quiero acabar lo poco que quedo y olvidar tu recuerdo, para poder mirarte a los ojos, por los que aún veo... borroso. Intento buscar y largarme con cualquiera que se parezca a ti, pero estoy más triste que nunca y te siento más cerca aunque no estes aquí.

Ya no tomo en los bares, no hago nada en exceso, ya no lloro como antes, y empero el dolor de tu ausencia en mi alma insiste en no largarse como tu lo hiciste. Tu, la que querias quedarte a mi lado, cuando nos la jugo la vida, tu me la jugaste a mi, sin mirarme a los ojos y explicare por qué, el fin; y si supieras como te echo de menos cuando aprieta el frio, cuando nada es mio.

Hace más de un año que te fuiste y hoy que estoy más triste que nunca, por fin comprendí, que los días en que podia tomar decisiones en nombre de mi corazón eran días idos y que por gritar al filo de la aurora no se me olvida que no puedo olvidarte y me sentí abandonado a una suerte, que a pesar de mis errores, no creía merecer, y sabiendo que jamás nos vamos a perdonar lo que pasó te espero. Mientras tanto,me cuentan que el olvido no te sienta tan mal.

Y tu que no me querías cerca me ofreces quedarme contigo, y Yo, que deje de sufrir por lo inevitable supuse que acepte al prolongar mi silencio, ante tu propuesta. Que va!!!; es más maravilloso sentirte aunque no estés. Así, te recuerdo amorosa, por qué para que dormir contigo, si ya no estamos juntos, si no es lo mismo venir, que irse llorando.


Carlos Ariel Garrido Mendoza




Y ahí está ella
pensando en lo que un día fue
en el pasado que no será más que un recuerdo
un recuerdo que se perderá en el olvido.

Y ahí está ella
llenando su vacío con recuerdos de su amor
intentando rescatar los buenos momentos
esos que no se repiten y que no volverán.

Ella no se siente mucho mejor
pero prefiere estar llena de recuerdos que de nada
ya sabe como se siente
y cree no ser capaz de soportarlo.

Y ahí está ella, como si no estuviera
parece que está viva, pero por dentro está casi muerta
siente un dolor punzante, que le quita las ganas de todo
las ganas de vivir.

Y se encara con la realidad
con la imagen imaginaria de su amor y el origen de su dolor,
"Pienso en ti cada día, sin poder evitarlo
termino presa de tu recuerdo,
y sin darme cuenta, me sumerjo en un mar de lágrimas
lágrimas que conducen al fondo de mi alma,
aunque ahí ya no queda nada
todo está vacío, cubierto de una oscuridad fría y pétrea
donde ya no hay ninguna chispa de luz,de vida
donde ya no queda nada más que la esperanza rota de que estaríamos juntos, donde ya no me encuentro ni a mí misma, donde al final no quedó nada ni de ti y ni de mi."


lyricalgirl


Infame Turba

Nunca supimos qué pájaro era aquel
que cantaba al besarnos...

Al besarnos el alba
sería la alondra ilustre,
el vano timbalero de Verona,
diana floreciendo en el dormido alféizar,
salvas inoportunas,
diligentes clarines matinales
hostigando al amante perezoso
su ligera fanfarria.

Nunca supimos qué pájaro era aquel
que cantaba...

Que cantaba en la noche,
ruiseñor, geiser puro
de lágrimas brotando, silenciosa
perla de la armonía, copa lívida
desbordando tristeza y ebriedad.
Voz sacra de la luna. A su conjuro,
espectral médium pálido,
entre la fronda ensimismada surgen
invocadas estatuas.

Nunca supimos qué pájaro era aquel...

Era aquel mirlo blanco
que llamaba desde la oscura tarde,
cuco, péndulo primaveral
pausadamente hiriendo en el recuerdo.
Ribera del amor, aparejadas
las aves, las sonrisas, golondrinas,
paloma de collar, colibrí, pechirrojo,
pueblan libres el ámbito.

Nunca supimos qué pájaro...

¿Qué pájaro del frío, aguzanieves
del olvido, avefría, nevatilla,
trémulas patas sobre ramas yertas,
con sus picos hurgando en el sonoro
corazón, tronco vivo retumbante,
cavaban tumbas al helor del tiempo?

Nunca supimos...

Supimos bien si aquel reclamo era
gorjeo artificial, ruedas, tornillos,
un jilguero mecánico, espejuelos
o canario de cuerda, fidelísima
tórtola de latón y purpurina,
selvática viuda desolada.

Nunca...

Sí, nunca nos besamos.


Pablo García Baena


No Es El Amor Quien Muere...

No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.

Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?

Solo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Solo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.

Fantasmas de la pena,
A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.

Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando la impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.

No, no es el amor quien muere.


Luis Cernuda


Galán

Aquí está ya el amor.
La luna crece en el espacio virgen.
Desnudo, el desvelado hacia la aurora siente
resbalar por su cuerpo un agua de sonrisas.
Los álamos palpitan de finos corazones
y lento va el cortejo de los enamorados suspirante
en la noche,
deshojando el jazmín de las vihuelas.
Una mano enjoyada de anillos y serpientes
hunde sus uñas sabias de placer en los durmientes núbiles
y fría en su belleza la alta madrugada respira
en las glicinas.

Él piensa:
"Ah, caminar a solas bebiendo tu embeleso
por el vientre sombrío de la playa
donde el mar, a nuestros pies descalzos,
rompe en astros su voz amarga y su desdén.
Un rumor de guitarras perezosas
en los puertos azules donde la palma florecida mece,
ebria, su danza lánguida
nos dirá que el amor es tan solo un sorbo de verano.
Viviremos bajo un dolmen de yedras y de lluvias
en las suaves colinas enrojecidas de frutos
y la dicha fugaz apartará sumisa para vernos
los pámpanos silvestres dorados por el ala de
los abejarucos.
Ah, morir, quiero morir con tu nombre en mis labios."

La noche unge con sus sacros óleos los ojos del amante.
Juglares y doncellas
que ofrecían manzanas de amor entre columnas
duermen bajo una brisa de besos que deshace sus
cabellos floridos
y solo el ruiseñor, el príncipe nocturno,
asciende por las altas graderías de la luna
y en su pluma suave
una rosa de láudano crece esparciendo olvido.

El piensa entre los sueños:

"Quiero morir cantando junto al mar".


Pablo García Baena




Muerte Del Olvido

Se me murió el olvido
de repente.

Inesperada-
mente,
se le borraron las palabras
y fue desvaneciéndose
en el viento.

En busca suya el corazón tocaba
todas las puertas.
Nadie. Nada.

Y allí donde estuviera se instaló
de nuevo,
el doloroso amor,
el implacable,
interminable-
mente.


Meira Delmar


Mujer Dormida

¿Dormida? ¿Hecha cuajado río o luna?
¿Fuera de ti, pálida voz de la tierra?
¿Labio de mármol que oscuro anhelo calla?
No oso acercar manos que tiemblan
a la desnuda y yerma saudade de tu cuerpo.
Bajo las pestañas no sé qué cabalgadas;
qué perfecci6n de bosques y senderos;
qué bueyes con cuernos de laurel adornados
con pardas muchachas en los lomos florecidas.
O nada, o solo el negro sueño, olvido;
dos profundos pozos sin eco y sin llegada,
tu frente sin huella un mar de nieve,
el corazón como una estrella acostumbrada.
Y el blanco amor que te cubre, nube,
granizo es ya, que te conserva, nítida,
como una paloma posada más allá del arrullo.
Lejos de ti; amarte, verte de lejos;
la cabellera, mortaja de tu sueño.
En soledad, sin hombres y sin dioses.
Grises peñascos; mazorcas huecas; hiedra.

De "Anillos de agua"


Ricardo Carballo Calero


Quiero escribirle una cancion
si, a usted que nunca me abandono
a quien hice llorar alguna vez
y cuando lloré me escucho

Quiero decirle en una oracion
que sin darme cuenta perdi su corazón
que aun consiente de lo que hacia
nunca vi detras del telon
eras tu mi único amor

Voy a explicar en este escrito
como usted es lo que mas quiero hoy
voy a decirle al mundo que me arrepiento
que usted en mi sigue siendo, mi único amor

Tal vez algún día yo tome una desicion
y me vaya aun mas lejos de lo que hoy ya estoy
pero mi corazón, le aseguro desde aquel adios,
con usted se quedo

Nunca dudaria de usted
pues nunca te escuche mentir
nunca dudes que en mi
encontraras lo que necesites
lo que quieras, aqui estou por ti.


Tovléz


Isla En La Tierra

Al norte el frío y su jazmín quebrado.
Al este un ruiseñor lleno de espinas.
Al sur la rosa en sus aéreas minas,
y al oeste un camino ensimismado.

Al norte un ángel yace amordazado.
Al este el llanto ordena sus neblinas.
Al sur mi tierno haz de palmas finas,
y al oeste mi puerta y mi cuidado.

Pudo un vuelo de nube o de suspiro
trazar esta finísima frontera
que defiende sin mengua mi retiro.

Un lejano castigo de ola estalla
y muerde tus olvidos de extranjera,
mi isla seca en mitad de la batalla.


Sara de Ibáñez


Hojas Secas

¡En vano fue buscar otros amores!
¡En vano fue correr tras los placeres,
que es el placer un áspid entre flores,
y son copos de nieve las mujeres!

Entre mi alma y las sombras del olvido
existe el valladar de su memoria:
que nunca olvida el pájaro su nido
ni los esclavos del amor su historia.

Con otras ilusiones engañarme
quise, y entre perfumes adormirme.
¡Y vino el desengaño a despertarme,
y vino su memoria para herirme!

¡Ay, mi pobre alma, cuál te destrozaron
y con cuánta inclemencia te vendieron!
Tú quisiste amar ¡y te mataron!
Tú quisiste ser buena ¡y te perdieron!

¡Tanto amor, y después olvido tanto!
¡Tanta esperanza convertida en humo!
Con razón en el fuego de mi llanto
como nieve a la lumbre me consumo.

¡Cómo olvidarla, si es la vida mía!
¡Cómo olvidarla, si por ella muero!
¡Si es mi existencia lúgubre agonía,
y con todo mi espíritu la quiero!

En holocausto dila mi existencia,
la di un amor purísimo y eterno,
y ella en cambio, manchando mi conciencia,
en pago del edén, diome el infierno.

¡Y mientras más me olvida, más la adoro!
¡Y mientras más me hiere, más la miro!
¡Y allá dentro del alma siempre lloro,
y allá dentro del alma siempre expiro!

El eterno llorar: tal es mi suerte;
nací para sufrir y para amarla.
¡Solo el hacha cortante de la muerte
podrá de mis recuerdos arrancarla!


Manuel Gutiérrez Nájera


Soneto Insistente

Cuando presiente el corazón la gloria
de ser libre por gracia del olvido,
me llegue entre la noche, como el ruido
del mar en la distancia, tu memoria.

Con ella viene la tenaz historia
de lo que pudo ser y nunca ha sido.
Arduo amor ni ganado ni perdido,
batalla sin derrota y sin victoria.

Cada vez que en mi mano reverdece
la rama del olvido y aparece
después de la tormenta la alegría,

algo tuyo regresa de la nada
y de nuevo destruye la dorada
esperanza fugaz de un claro día.


Meira Delmar


de La Captura Nocturna de Halcones

POR DESLUMBRAMIENTO

La muerte es una alondra descubierta en la noche.
Ahora sé que, transida, con su brazo
fervoroso de arándanos me acecha.
De mi alcoba, tan lejos maduraba,
tan secreta y tan dulce, certera de mi olvido,
que solo tras el mar, en otra orilla,
su manto desplegaba de ternura.
Fue preciso el camino. Andar
por otras tierras, absorber
otra luz, otra lengua, sigilosa
y terrible su huella por las piedras.
Con mis ojos la he visto.
Estuvimos tan cerca, que el fulgor
de su música, como nieve bajaba,
ciega al mar, por mi cuerpo.
Fue un instante de amor. Solo el tacto
luminoso y atroz de la distancia.
Mas vivo, desde entonces,
develada, viviendo por morir.
Por bajar, o ascender, y en el infierno
de su efímera mano, venturosa,
sucumbir finalmente
de hermosura o maldad.

De Arte de cetrería, Col. Juan Ramón Jiménez, Huelva 1989


Juana Castro


“Carta a la Soledad…”

"Sombras negras en mi corazón, un millón de recuerdos, sensaciones que asfixian un alma abandonada, son algunas de las tantas cosas que me dejo tu desamor, tu rechazo. Hace ya tanto tiempo que mantengo la fe de una vida a tu lado, que lucho incesantemente por la dicha de tu ser, que dedico los segundos a encontrar la razón de mi locura de amor. Más todo esfuerzo es inútil, banal, sombrío. El fin de este martirio esta a punto de llegar...

Esta es mi carta a la soledad, carta que dedico a quien me ha hecho tan feliz y tan desdichado al mismo tiempo, (Patty). Miles de razones existen para amarte con desesperación, para maldecir o bendecir a la vida. Para creer que Dios me dio el más grande regalo que un hombre puede recibir, y también para pensar que este puede ser el mayor castigo que alguien indigno pueda merecer...

No se si por algún motivo merecía tu desprecio, tal vez solo fue el destino, pero aún así luche contra toda adversidad, siempre queriendo ser algo mas en tu vida. Quise ocupar un lugar que ya estaba reservado y al final, solo quedamos mi alma y yo al fondo de un abismo sin salida. Como imaginar que tú ya tenías otro amor, cuando siempre quise y creí ser el único. Tu soledad es mi soledad, a ella le cuento todas mis tristezas y añoranzas, es la ausencia de tu piel la ausencia de mi corazón, de mis ganas de vivir. A pesar de tanto dolor y sufrimiento en mi ser, te sigo amando como el primer día, y sabemos que este amor no morirá con el invierno...

Esta es mi carta al dolor, a la tristeza, a cualquier sentimiento que desnude un corazón destrozado. Pero también es mi carta a la esperanza de olvido, al consuelo, al tiempo que se desvanece como la neblina y con el, los recuerdos. No me queda mas que aceptar la verdad que me agobia, una verdad en donde una vida juntos no es opción, solo es un sueño…

Que mas puedo pedir que no sea tranquilidad en mi alma, cuando se que solo fuiste una ilusión en mi mente, algo que no va mas allá de mis sueños. Buscando tu amor solo penumbras encontré. Solo me queda resignarme a la vida que me espera, al camino que debo seguir, lleno de tristezas y soledad. Solo me queda despedirme del mundo en que sufrí y llore…Esta es mi carta a la soledad...”


Rodolfo Martínez García


Ojos Verdes

Ojos verdes de Marta de Nevares.
Ojos, ¿negros tal vez? de Dorotea.
Ojos azules, clara luz febea
de Camila Lucinda. ¡Qué avatares

de amor sin contención! Gozos, pesares,
gozos... Esto es amor. Quien no lo crea,
mírese en unos ojos, que se vea
en unos ojos de mujer. Cantares:

esos ojos que vemos no son ojos
porque nosotros los veamos, ojos
son porque nos ven. Mas la ceguera

de Marta, y el olvido, los despojos
de tanta lumbre extinta... Y tu canción
se eleva al fin hacia la luz primera.


Vicente Gaos


Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.


Benjamin Franklin


Jaguar de Agua

Yocantoporquenopuedoeludirlamuerte,
porqueletengomiedo,porqueeldolormemata.
Laquieroyacomosequiereelamormismo.
Suterrornecesito,suhuesomondoysumisterio.
Llenodelfervordelamanzanaysucorrosivafragancia,
lujuriosocomounhombrequesólounaideatiene,
angustiadamentecarnalconlamismamuertedevorante,
yomeconsumoaullandolatraicióndelosdioses.

Soledadmía,ohmuertedelamor,ohamordelamuerte,
quenuncahayvida,nunca,¡nunca!sinosóloagonía.
Enmismanosdefangogimeunapalomaresplandeciente
porqueelamoryelsueñosonlasalasdelavida.

Medueleelaire...Meoprimentusmanosabsolutas,
rojasdebesosyrelámpagos,denubesyescorpiones.
Soledaddesoledades,yoséquesiestristetodoolvido,
mástristeesaúntodorecuerdo,ymástristeaúntodaesperanza.

Porqueelamorylamuertesonlasalasdemivida,
queescomounángelexpulsadoperpetuamente.


Mía Gallegos


Llévame Contigo

¿No me ves sumergida en el silencio,
y amordazada en soledad y olvido?
Al pasar por la sombra de mi vida,
dame la mano y llévame contigo.

Te esperé tantos años sin saberlo,
perdida dentro de mi laberinto…
ahora que me has abierto la salida,
dame la mano y llévame contigo.

No quiero abrir el libro del pasado,
porque detesto cuanto en él he escrito;
uno en blanco abriré para tu pluma;
dame la mano y llévame contigo.

Llena mis hojas de apretada letra,
yo no quiero escribir, hazlo tú mismo,
enrojeciéndome de sangre y fuego;
dame la mano y llévame contigo.

Dondequiera que vayas, te acompaño,
porque haré tu camino mi camino;
déjame despertar en tus mañanas;
dame la mano y llévame contigo.

No he de mirar atrás, solo adelante;
perdí el pasado, y el futuro es mío;
no te quiero perder; dame la mano,
dame la mano y llévame contigo.


Francisco Alvarez


Dos Mujeres

Agua amarga de un mar cuya ribera
era el párpado azul. Qué cielo ido
de ese mar a otro mar, entristecido
de lágrimas también y azul ojera.

Yo las amé a las dos. La una era
triste y frágil y pálida de olvido.
Y la otra... ¿la otra?... hubiera sido
-si sido hubiese- igual a la primera.

¿Qué misterio de amor será este vano
ambicionar el fruto no caído,
cuando se tiene el fruto entre la mano?

Y soñar en un cielo descendido,
soñándolo lejano, y tan cercano
de una mar a otra mar el cielo ido.


Alberto Angel Montoya




Menos Que El Circo Ajado de Tus Sueños

Menos que el circo ajado de tus sueños
y que el signo ya roto entre tus manos.
Menos que el lomo absorto de tus libros
y que el libro escondido
de páginas en blanco.
Menos que los amores que tuviste
y que el tizne que alarga los amores.
Menos que el dios que alguna vez fue ausencia
y hoy ni siquiera es ausencia.
Menos que el cielo que no tiene estrellas,
menos que el canto que perdió su música,
menos que el hombre que vendió su hambre,
menos que el ojo seco de los muertos,
menos que el humo que olvidó su aire.

Y ya en la zona del más puro menos
colocar todavía un signo menos
y empezar hacia atrás a unir de nuevo
la primera palabra,
a unir su forma de contacto oscuro,
su forma anterior a sus letras,
la vértebra inicial del verbo oblicuo
donde se funda el tiempo transparente
del firme aprendizaje de la nada.
y tener buen cuidado
de no errar otra vez el camino
y aprender nuevamente
la farsa de ser algo.


Roberto Juarroz


Canción A La Cadena Del Blanco Amor

Ayer te volví a ver, barrio de mis once años
y encontré la mitad de mi nostalgia
apoyada en una clara cruz de malva,
custodiando una sal de blanca usanza,
sobre el delgado muro de tu casa.

Miré tu monasterio en la colina,
con tres siglos de paz en los aleros
y con palomas que abren en el cielo
su corazón de musical garbanzo.

Oí cantar los gallos, como entonces,
con sus sombreros de oro y hojas frescas;
miré la casa en que moría siempre
por hambre, por olvido y por decoro,
caballero macilento y solo.

Y vi un copo de lana que nevaba
en la biografía de la abuela.
El ángel de la rueca tenía sueño
y en sus alas de pana, la tristeza
había doblado en dos la antigua rueda.

Cómo te recordé dulce Lucía muerta,
con tu cesto de pan fuera de tiempo,
llorando de vacío en la vereda...
Desde entonces estás blanca de enero,
perdida en la salud azul del cielo
y para ya no despertarte... sueño.


César Dávila Andrade


La Muerta de Marfil

Contemplé, en la mañana,
la tumba de una niña;
en el sauce lloroso gemía tramontana,
desolando la amena, brilladora campiña.
Desde el túmulo frío, de verdes oquedades,
volaba el pensamiento
hacia la núbil áurea, bella de otras edades,
ceñida de contento.
Al ver oscuras flores,
libélulas moradas, junto a la losa abierta,
pensé en el jardín claro, en el jardín de amores,
de la beldad despierta.
Como sombría nube, al ver la tumba rara,
de un fluvión mortecino en la arena y el hielo,
pensé en la rubia aurora de juventud que amara
la niña, flor de cielo.
Por el lloroso sauce, lilial música de ella,
modula el aura sola en el panteón de olvido.
Murió canora y bella;
y están sus restos blancos como el marfil pulido.


José María Eguren


Los amores mueren de hastío, y el olvido los entierra.


Jean de la Bruyere


Así voy sin ti: perdido por entre gentes que anulan nuestro amor bajo su olvido.


Jorge Guillén


El amor es un ardiente olvido de todo.


Victor Hugo


Se me olvido que en el amor no hay que ser valiente.


Alejandro Sanz


¡El amor es más fuerte que la Muerte, y la Muerte más fuerte que el olvido!.


Francisco Villaespesa


Nueva Presencia

Venías de tan lejos como de algún recuerdo.

Nada dijiste. Nada. Me miraste a los ojos.
y algo en mí, sin olvido, te fue reconociendo.

Desde una azul distancia me caminó las venas
una antigua memoria de palabras y besos,

y del fondo de un vago país entre la niebla
retornaron canciones oídas en el sueño.

Mi corazón, temblando, te llamó por tu nombre.
Tú dijiste mi nombre... Y se detuvo el tiempo.

La tarde reclinaba su frente pensativa
en las trémulas manos de los lirios abiertos,

y a través de las nubes los pájaros errantes
abrían sobre el campo la página del vuelo.

Con los hombres cargados de frutos y palomas
interminablemente pasaba el mismo viento,

Y en el instante claro de los bronces mi alma,
llena de ángelus, era como un sitios del cielo.

Una vez, antes, antes, yo te había perdido.
En la noche de estrellas, o en el alma de un verso.

Una vez. No sé donde... Y el amor fue tan solo
encontrarte de nuevo.


Meira Delmar


Naufragio

El mar en Santa Bárbara es un claro
mastín de espuma. Ladra entre las rocas,
lame las finas manos de la arena,
va y viene por las conchas,
y a los lentos corderos de la tarde
hasta el redil del horizonte acosa.

Trae en los dientes algas, juega
con viejos corchos, con maderas rotas...
Acaso son oscuros, pobres restos
de un naufragio remoto. Por las olas
viene en la triste tabla carcomida,
hecha frío despojo, una congoja
humana, un pulso a flote
de corazón cegado, una memoria
de vidas por un mar ya sin orilla
hacia un día que ya no tiene aurora.

Contemplamos el mar. y nos miramos.
Tal vez aquí solloza,
en esas tablas, un amor, un sueño
que aún el olvido arrostra.

Y miramos el mar, cual si sintiéramos
que un oscuro naufragio nos convoca,
que olas del tiempo y soledad nos lanzan
contra arrecifes de tristeza, contra
mares de llanto sobre los que pasa
su helada mano un cielo sin memoria.


Leopoldo de Luis


El amor es el olvido del yo.


Henry Frédéric Amiel


Con Qué Dolor...

¡Con qué dolor, y válgame ser franco,
trazo los versos que a mi lado impetras!
Esta cuartilla de papel en blanco
me parece una lápida sin letras.

Tristísimo recuerdo me acongoja
y pienso, visionario como un zafio,
que escribo, no una endecha en una hoja,
sino sobre un sepulcro un epitafio.

No extrañes, no, que mi razón sucumba
a esta ilusión que envuelve algo de cierto
porque, ay, tu corazón es una tumba
desde el instante en que tu amor fue un muerto.

¡Tu amor! Ve el mío que cual ámbar de oro
paréceme que nunca se consume,
que ni siquiera sufre deterioro
aunque despida sin cesar perfume.

Mas ¿a dónde me lleva mi extravío?
Perdona a mi amargura ese reproche.
Por ti puedo decir como el judío:
¡un ángel ha pasado por mi noche!

Por ti en el molde general no cupe;
quise ovaciones, codicié oropeles
y en la tribuna y con la lira supe
ganar aplausos y obtener laureles.

Después... ¡mi gloria huyó con mi ventura
y, como nube tenebrosa, el duelo
ha cerrado en mi alma la abertura
que daba grande y esplendente al cielo!

Adiós. Dejo a tus plantas un gemido
y retorno a la sombra más espesa
pues vuelvo a la que reina en el olvido,
y no hay otra tan negra como ésa.


Salvador Díaz Mirón


Cena

Una historia de ayer traza tu fino
labio en carmín, y es hoy en tus ojeras.
Y hay un collar de olvidos y de esperas
si se yergue tu cuello alabastrino.
Las orquídeas ensayan tu destino
en un haz de fugaces primaveras,
y se curvan tu labio y tus ojeras
a la vez sobre el llanto y sobre el vino.
Pero no lloras. Elegante y ducha
en el amor, sonríes a la pena.
Un llanto oculto con tu risa lucha,
y así bebes y ríes. Mas la cena
es ya el recuerdo de otra cena. Escucha:
son los "Cuentos de los bosques de Viena".


Alberto Angel Montoya


Noviembre

A mi padre

Me acodé en el balcón:
las estrellas giraban,
musicales y suaves, como los crisantemos
de las huertas perdidas.
Toda la noche tiene manos inmaculadas
que pasar por las sienes que el cansancio golpea,
húmedos labios trémulos para tantas mejillas,
corazones acordes al par de sus silencios.

Me acordaba de ti,
del que no fueras nunca,
casi flor, casi germen, casi voz, casi todo
lo que nombra un deseo.
Aquél que hundió en la tierra su planta generosa,
los olivos que ceden su fruto a las escarchas;
el que alzaba su mano como si fuera un grito
poderoso y maduro sobre el marchito júbilo.

Me acordaba de ti,
como en noches pasadas,
tanto amor que se logra pero no se consuma
por no sé qué misterio,
y el corazón, tan lleno de flor y flor perenne,
de estrella y lunas fijas, de campo y campo abierto,
abría sus balcones hacia un paisaje oscuro
de paciencia y de adiós, de clemencia y de olvido.


Antonio Carvajal