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Elegiré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Elegiré solo a los que me plazcan, y a ellos amaré y respetaré, pero no obedeceré ni daré órdenes. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solos cuando lo deseemos.


Ayn Rand


En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política.


Simón Bolívar




El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.


Platón


Obedece más a los que enseñan que a los que mandan.


Agustín De Hipona


Mi pasado tiene poco sentido, no veo orden, claridad, propósitos ni caminos, solo un viaje a ciegas, guiada por el instinto y por acontecimientos incontrolables que desviaron el curso de mi suerte.


Isabel Allende


La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las ordenes.


Charles Bukowski




Cuida el orden para que el orden te cuide a ti.


Agustín de Hipona


Poner orden en los pensamientos, en la vida, en todo lo que depende de nosotros y nos pertenece debe ser imperativo de conciencia.


Carlos Bernardo Gonzalez Pecotch


Mi sentimiento es que las naciones no pueden ser realmente una y que sus actividades no podrían llevar al bien común de la humanidad entera, a menos que se reconociera la ley familiar (de amor) en los asuntos nacionales e internacionales. Es decir, en el orden pacífico. Las naciones no pueden llamarse civilizadas sino en la medida que obedezcan a esta ley.


Mahatma Gandhi




sólo un insensato intentaría separar estos valores de modo que el precio legal difiera del natural. Estúpido, ¿qué digo?, malvado el gobernante que ordena algo que la gente común valora, digamos, en cinco, se venda por diez. Los hombres seguían en estos asuntos por una estimación común fundada en la consideración de la calidad de las cosas, así como en su abundancia y escasez. Sería vano que un príncipe buscará socavar estos principios del comercio. Más vale dejarlo en paz y no forzarlos, pues hacer lo contrario únicamente iría en detrimento del público. De monetae mutatione


Juan de Mariana


Constitucionalmente, caballeros, tienen al presidente, al vicepresidente y al secretario de estado, en ese orden, y si el presidente decidiera que quiere transferir el mando al vicepresidente, así lo hará. Por el momento, yo estoy al control aquí, en la Casa Blanca, pendiente del regreso del vicepresidente y en estrecho contacto con él. Si algo sucediera, lo comprobaría con él, por supuesto.


Alexander Haig


El desorden llega del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad brota de la fuerza.

Si quieres fingir desorden para convencer a tus adversarios y distraerlos, primero tienes que organizar el orden, porque sólo entonces puedes crear un desorden artificial. Si quieres fingir cobardía para conocer la estrategia de los adversarios, primero tienes que ser extremadamente valiente, porque solo entonces puedes actuar como tímido de manera artificial. Si quieres fingir debilidad para inducir la arrogancia de tus enemigos, primero has de ser extremadamente fuerte porque solo entonces puedes pretender ser débil.


Sun Tzu


Hubiera sido tan fácil organizar un esquema coherente, un orden de pensamiento y de vida, una armonía. Bastaba la hipocresía de siempre, elevar el pasado a valor de experiencia, sacar partido de las arrugas de la cara, del aire vivido que hay en las sonrisas o los silencios de más de cuarenta años. Después uno se ponía un traje azul, se peinaba las sienes plateadas y entraba en las exposiciones de pintura, en la Sade y en el Richmond, reconciliado con el mundo. Un escepticismo discreto, un aire de estar de vuelta, un ingreso cadencioso en la madurez, en el matrimonio, en el sermón paterno a la hora del asado o de la libreta de clasificaciones insatisfactoria. Te lo digo porque yo he vivido mucho. Yo que he viajado. Cuando yo era muchacho. Son todas iguales, te lo digo yo. Te hablo por experiencia, m?hijo. Vos todavía no conocés la vida.


Julio Cortázar




La educación de los militares, desde el soldado raso hasta las más altas jerarquías, les convierte necesariamente en enemigos de la sociedad civil y el pueblo. Incluso su uniforme, con todos esos adornos ridículos que distinguen los regimientos y los grados, todas esas tonterías infantiles que ocupan buena parte de su existencia y les haría parecer payasos si no estuvieran siempre amenazantes, todo ello les separa de la sociedad. Ese atavío y sus mil ceremonias pueriles, entre las que transcurre la vida sin más objetivo que entrenarse para la matanza y la destrucción, serían humillantes para hombres que no hubieran perdido el sentimiento de la dignidad humana. Morirían de vergüenza si no hubieran llegado, mediante una sistemática perversión de ideas, a hacerlo fuente de vanidad. La obediencia pasiva es su mayor virtud. Sometidos a una disciplina despótica, acaban sintiendo horror de cualquiera que se mueva libremente. Quieren imponer a la fuerza la disciplina brutal, el orden estúpido del que ellos mismos son víctimas».


Michail Bakunin


Cercano está el momento en que veremos si el pueblo manda, si el pueblo ordena, si el pueblo es el pueblo y no una multitud anónima de siervos.


Jorge Eliécer Gaitán


Familia y escuela, desde un punto de vista político, no son otra cosa que talleres del orden social burgués destinados a la fabricación de sujetos discretos y obedientes. El padre, según la imagen tradicional, es el representante de las autoridades burguesas y del poder del Estado en la familia. La autoridad del Estado exige de los adultos la misma actitud obediente y sumisa que impone el padre (?)
La limitación de la libertad de la actividad psíquica y de la crítica mediante la represión sexual es uno de los pilares más importantes del orden sexual burgués.
La intimidación y la atrofia sexuales, así como el despertar en los hijos el miedo a la autoridad por sus deseos, pensamientos y actos sexuales, constituyen el nudo del aparato psíquico con ayuda del cual la familia esclaviza a la juventud al capital


Wilhelm Reich


Cuando regresó, el hijo del posadero le entregó las ropas del guerrero, limpias y dobladas. Mikhon Tiq las subió al sobrado y las colocó en orden junto a sus armas. Eran ropas de estilo Ainari, aunque mezclado con algunos detalles bárbaros del Norte. Las botas, que el propio rapaz había encerado, estaban arrugadas en los tobillos, casi cuarteadas; botas de espadachín acostumbrado a doblar las piernas y girar los pies en la danza del combate. Las mangas de la casaca eran amplias. Sin duda su dueño las utilizaba para guardar en ellas las manos y ocultar así las emociones, según la costumbre de Áinar. Pero tenían corchetes de latón para que, llegado el momento de la pelea, pudieran ceñirse a las muñecas y no estorbar los movimientos. El talabarte, ya descolorido, tenía una pequeña vaina a la derecha para el colmillo de diente de sable que sólo los Tahedoranes podían llevar. A la izquierda había dos trabillas de piel con sendas hebillas para colgar la funda de la espada. Éste era otro detalle que lo delataba. Los guerreros normales llevan una sola hebilla, de forma que la espada cuelgue junto al muslo. Los maestros de la espada, sean Ibtahanes o Tahedoranes, necesitan dos para que la espada se mantenga horizontal; de esta manera pueden sujetar la vaina con la mano izquierda y extraer el arma a una velocidad fulgurante, en el movimiento letal conocido como Yagartéi que es en sí mismo un arte marcial. Pero lo que más llamaba la atención de Mikhon Tiq era la propia espada. Hacía años que no veía una auténtica arma de Tahedorán. La funda era de cuero repujado, reforzada con guarnición y punta de metal, y con dos pequeños bolsillos a ambos lados. Uno de ellos contenía una navaja con un pequeño gavilán en forma de gancho; de este modo servía de arma y a la vez de herramienta para desmontar la empuñadura de su hermana mayor. En la otra abertura había papel de esmeril para sacar filo a la hoja; aunque un Tahedorán sólo haría esto en una emergencia, pues los aceros dignos de tal nombre deben ser bruñidos y afilados por maestros pulidores. En torno a la empuñadura de la espada corría una fina tira de piel, enrollada y apretada con fuerza para evitar que la mano resbalara al aferrarla. Mikhon Tiq miró de reojo a Linar. Tenía el ojo cerrado; o dormía o estaba encerrado en su mundo interior. En cuanto al guerrero, su respiración bajo la manta era profunda y pausada. Mikhon Tiq sintió la tentación de desenvainar la espada para examinar la hoja. Pero aquello habría sido una afrenta, como desnudar a una doncella dormida, así que apartó las manos del arma y procuró pensar en otras cosas.


Javier Negrete


Siendo similares la estructura del cerebro y los nervios, es concebible que pueda haber masas de cohesores nerviosos en el cerebro cuya función especial puede ser la de recibir impulsos llegados sin conexión a través de secuencias de ondas del éter de un orden de magnitud apropiado. Röntgen nos ha familiarizado con un orden de vibraciones de extrema pequeñez en comparación con las más pequeñas ondas que hasta ahora hayamos conocido, y de dimensiones comparables a las distancias entre los centros de los átomos que componen el universo material, y no hay razón para suponer que aquí hayamos alcanzado el límite de frecuencia. Sabemos que la acción del pensamiento va acompañada de ciertos movimientos moleculares en el cerebro, y aquí tenemos vibraciones físicas capaces, desde su extrema pequeñez, de actuar directamente sobre las moléculas individuales, mientras que su rapidez se aproxima a la de los movimientos internos y externos de los mismos átomos.
La confirmación de los fenómenos telepáticos fue dada por muchos experimentos convergentes y por muchas ocurrencias espontáneas solo hasta entonces inteligibles. La prueba más variada, tal vez, se extrae del análisis de los procesos de la mente subconsciente, cuando éstos, ya sea por accidente o por diseño, son traídos al plano consciente...


William Crookes


Como la masa del pueblo es inconstante, apasionada e irreflexiva, y se halla además sujeta a deseos desenfrenados, es menester llenarla de temores para mantenerla en orden. Por eso los antiguos hicieron bien en inventar los dioses y la creencia en el castigo después de la muerte. Son más bien los modernos los que deben ser acusados de locura por su pretensión de extirpar tales creencias.


Polibio


La casa de los Iniciados gnósticos debe estar llena de belleza. Las flores que embalsaman el aire con su aroma, las bellas esculturas, el orden perfecto y el aseo hacen de


Samael Aun Weor


que no debemos dejar nacer un desorden para evitar una guerra, pues acabamos no evitándola, y sólo la diferimos, lo que redunda a la postre en perjuicio nuestro.


Nicolás Maquiavelo


Mejor es modificar nuestros deseos que la ordenación del mundo.


René Descartes


la Regla recordaba que nadie debía conquistar un reino si antes no conquistaba su propia alma. Teóricamente, cada templario debía antes conquistar su alma para Dios. La estancia en la Orden suponía una guerra personal contra el mundo, el demonio y la carne. Sólo hombres con paz en su alma podían ser guerreros. Si las pasiones habitaban en nuestros corazones, iríamos a la guerra acompañados de nuestras pasiones.


José Antonio Fortea


Yo creo que, originariamente, el cerebro de una persona es como un pequeño ático vacío en el que hay que meter el mobiliario que uno prefiera. Las gentes necias amontonan en ese ático toda la madera que encuentran a mano, y así resulta que no queda espacio en él para los conocimientos que podrían serles útiles, o, en el mejor de los casos, esos conocimientos se encuentran tan revueltos con otra montonera de cosas, que les resulta difícil dar con ellos. Pues bien: el artesano hábil tiene muchísimo cuidado con o que mete en el ático del cerebro. Solo admite en el mismo las herramientas que pueden ayudarle a realizar su labor; pero de estas sí que tiene un gran surtido y lo guarda en el orden más perfecto. Es un error el creer que la pequeña habitación tiene paredes elásticas y que puede ensancharse indefinidamente. Créame: llega un momento en que cada conocimiento nuevo que se agrega supone el olvido de algo que ya se conocía. Por consiguiente, es de la mayor importancia no dejar que los datos inútiles desplacen a los útiles.


Arthur Conan Doyle


Un acto de terror obliga a obedecer. Sin obediencia hay caos. Con obediencia llegan la paz y el orden. Primero obedecemos por temor. Después obedecemos por amor.

Marius Semeon Ortiz


William Nicholson


Las tendencias en el anarquismo que siempre he encontrado más persuasivas buscan una sociedad altamente organizada, que integre diferentes clases de estructuras (lugar de trabajo, comunidad y múltiples otras formas de asociación voluntaria), pero controladas por los participantes, no por aquellos que estén situados en una posición de dar órdenes (excepto, nuevamente, cuando la autoridad puede ser justificada, como es el caso algunas veces, en contingencias específicas).


Noam Chomsky




Nada es más necesario que la verdad y, con relación a ella, todo lo demás no tiene más que un valor de segundo orden.


Friedrich Nietzsche


Los idiolectos del pensamiento, las privacidades de lo no dicho son de un orden mucho más profundo e inalcanzable.


George Steiner


Fue Himmler, y sólo él, quien durante el curso de la guerra fijó el carácter definitivo de los campos de concentración. Sólo él daba las órdenes al servicio de Seguridad, sólo él tenía el derecho a hacerlo.


Rudolf Höss


Las leyes de la termodinámica, como se determinaron empíricamente, expresan el comportamiento aproximado y probable de los sistemas con un gran número de partículas, o, más precisamente, expresan las leyes de la mecánica de tales sistemas, ya que aparentamos no tener la finura de percepción para poder apreciar cantidades del orden de magnitud de las que se refieren a las partículas individuales, y que no pueden repetir sus experimentos con la suficiente frecuencia para obtener los resultados más probables.


Josiah Willard Gibbs


De este modo, con el liberalismo abandonado desde adentro, ya no había un Partido de la Esperanza en el mundo occidental, ni un movimiento de "izquierda" para llevar a cabo la lucha contra el Estado ni contra los restos inquebrantables del orden anterior. En este espacio, en este vacío creado por el agotamiento del liberalismo radical, se acomodó un nuevo movimiento: el socialismo. Los libertarios de hoy están acostumbrados a pensar que el socialismo es el polo opuesto del credo libertario. Pero esto es un grave error, responsable de una severa desorientación ideológica de los libertarios del mundo actual. Como hemos visto, el conservatismo fue el polo opuesto a la libertad y el socialismo, mientras que se colocaba a la "izquierda" del conservatismo, fue esencialmente un movimiento confuso que optó por la vía del medio. Fue, y sigue siendo, de la vía del medio, ya que trata de lograr fines liberales mediante el uso de medios conservadores.


Murray Rothbard


Se me ha llamado autoritario. Entiendo el ejercicio del poder como una voluntad fuerte, directora, creadora del orden y de los deberes de la ciudadanía. Esta ciudadanía tiene mucho de inconsciente todavía y es necesario dirigirla a palos. Y esto que reconozco que en este asunto hemos avanzado más que cualquier país de América. Entregar las urnas al rotaje y a la canalla, a las pasiones insanas de los partidos, con el sufragio universal encima, es el suicidio del gobernante, y no me suicidaré por una quimera. Veo bien y me impondré para gobernar con lo mejor y apoyaré cuanta ley liberal se presente para preparar el terreno de una futura democracia. Oiga bien: futura democracia.


Domingo Santa María


Cuando se alcanza el verdadero conocimiento, entonces la voluntad se hace sincera; cuando la voluntad es sincera, entonces se corrige el corazón [... ]; cuando se corrige el corazón, entonces se cultiva la vida personal; cuando se cultiva la vida personal, entonces se regula la vida familiar; cuando se regula la vida familiar, entonces la vida nacional tiene orden; y cuando la vida nacional tiene orden, entonces hay paz en este mundo. Desde el emperador hasta los hombres comunes, todos deben considerar el cultivo de la vida personal como la raíz o fundamento.


Confucio


El libro le fascinaba, o más exactamente le tranquilizaba. En cierto sentido no le decia nada nuevo, pero ahí radicaba parte de su magia. Decía lo mismo que habría dicho él, si hubiese podido poner en orden sus dispersas ideas. Era el producto de una inteligencia similar a la suya, solo que enormemente más poderosa y sistemática, y menos acobardada. Los mejores libros, comprendió, son los que te cuentan lo que ya sabías.


George Orwell


Recuerdo a los hombres famosos del pasado: Alejandro, Pompeyo, Julio César, Sócrates, y tantos otros; y me pregunto: Ahora ¿dónde están? ¡Cuánto han luchado, para luego morir y volverse tierra...! La vida no es sino un río de cosas que pasan y se pierden. Veo una cosa por un instante, y ya pasó; y otras y otras pasarán... Pronto me llegará la orden: -Te has embarcado; has navegado; has llegado; desembarca...


Marco Aurelio


Una mirada de reojo a mi sombrero de Hamlet. ¿Si me quedara súbitamente desnudo aquí mismo donde estoy sentado? No lo estoy. A través de las arenas de todo el mundo, seguida hacia el oeste por la espada llameante del sol, emigrando hacia tierras crepusculares. Ella marcha agobiada, schleppea, remolca, arrastra, trascina su carga. Una marea hacia el oeste, selenearrastrada, en su estela. Mareas, dentro de ella, miríadinsulada, sangre no mía, oinoma ponton, un mar vino oscuro. He aquí la criada de la luna. En sueños el signo líquido le dice su hora, le ordena abandonar el lecho. Leche nupcial natal mortal, cirioespectroiluminada. Omnis caro ad te veniet. Él viene, pálido vampiro, atravesando la tormenta con sus ojos, su velamen de murciélago navega ensangrentando el mar, boca al beso de su boca.

Vamos. Tomémoslo al vuelo, ¿quieres? Mis tabletas. Boca a su besar. No. Debe de haber dos. Pégalas bien. Boca al beso de su boca.

Sus labios dieron labios y boca a inmateriales besos de aire. Boca a su vientre. Antro, tumba donde todo entra. Del molde de su boca en su aliento fue exhalado sin palabras: ooeehah; estruendo de astros en catarata, igniciones esféricas bramando sevanvanvanvanvanvanvan. Papel. Los billetes de banco, malditos sean.


James Joyce


Dado que no sólo tenía por objeto cambiar un gobierno antiguo, sino también abolir la forma antigua de la sociedad, la Revolución francesa tuvo que arremeter al mismo tiempo contra todos los poderes establecidos, acabar con todas las influencias reconocidas, borrar las tradiciones, renovar las costumbres y los usos, y vaciar en cierto modo el espíritu humano de todas las ideas en las que hasta entonces se habían basado el respeto y la obediencia. De ahí su carácter tan singularmente anárquico. Pero, apartemos esos escombros: entonces percibiremos un poder central inmenso, que ha atraído y engullido, en su unidad, a todas las parcelas de autoridad y de influencia que antes estaban dispersas en una multitud de poderes secundarios, de órdenes, de clases, de profesiones, de familias y de individuos, como dispersas por todo el cuerpo social. Desde la caída del Imperio romano, no se había visto en el mundo un poder igual. La Revolución creó ese nuevo poder o, mejor dicho, éste surgió como por sí mismo de las ruinas que produjo la Revolución. Cierto, los gobiernos que fundó son más frágiles, pero cien veces más poderosos que cualquiera de los que derribó; frágiles y poderosos por las mismas causas, como hemos de ver más adelante.


Alexis De Tocqueville


Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí


Gabriel García Márquez


Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni siquiera son como los nuestros. Ni siquiera estamos en el mismo vecindario. Nosotros pensamos: protege el cuerpo; él está pensando: salva el alma. Nosotros soñamos con un aumento de sueldo; él sueña con levantar a un muerto. Nosotros evitamos el dolor y buscamos la paz. Dios usa el dolor para traer paz. Nosotros decidimos: «Voy a vivir antes de morir». Él nos ordena: «Muere para que puedas vivir». Nosotros amamos lo que se corrompe. Él ama lo que perdura. Nosotros nos gozamos en nuestros logros. Él se goza en nuestras confesiones. Nosotros le mostramos a nuestros hijos la estrella de Nike y le decimos con una sonrisa millonaria: «Sé como Mike». Dios nos señala al carpintero crucificado con labios ensangrentados y costado traspasado y dice: «Sé como Cristo».


Max Lucado


Hacer una tesis significa: (1) localizar un tema concreto; (2) recopilar documentos sobre dicho tema; (3) poner en orden dichos documentos; (4) volver a examinar el tema partiendo de cero a la luz de los documentos recogidos; (5) dar una forma orgánica a todas las reflexiones precedentes; (6) hacerlo de modo que quien la lea comprenda lo que se quería decir y pueda, si así lo desea, acudir a los mismos documentos para reconsiderar el tema por su cuenta.


Umberto Eco