Frases de tempestad y calma ( 2 )
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- ¿Qué vamos a hacer? -preguntó con ansiedad-. ¿De qué va todo esto? -Nos quieren liquidar -respondió Bond con calma-. Así que debemos mantenernos con vida.
Ian Fleming
Cuando el pueblo se rebela no sabemos cómo podrá volver a la calma, y cuando está tranquilo no comprendemos cómo
Jean de la Bruyere
Abismos donde el día lucha con su sombra. Pesos que levitan. Calma que se derrumba.
Halfdan Rasmussen
Después de la tormenta siempre viene la calma, pero sé que después de ti... después de ti no hay nada
Alejandro Sanz
Busco una calma inalcanzable, la atmósfera aquí no es fiable... quiero estar solo si solo todo estará bien
Nach
Conserva la calma en las discusiones, porque el apasionamiento puede convertir el error en falta, y la verdad en descortesía.
Herbert Spencer
El resentimiento no se calma con el resentimiento, solo con amor paciente deja de existir, ésta es una verdad constante.
Buda
¿Cómo decir este deseo de alma? Un deseo divino me devora; pretendo hablar, pero se rompe y llora esto que llevo adentro y no se calma.
Alfonsina Storni
(es defecto común de los hombres no preocuparse por la tempestad durante la bonanza)
Nicolás Maquiavelo
¿Es que la vida era sólo una tempestad que arrasaba con todo, dejando tras ella sólo algo yermo e irreconocible?
Arthur Golden
No guardo rencor a los fríos de alma, pero no comprendo quienes puedan ver llorando a la mujer amada, insensibles y en calma.
Ãmile Armand
A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar.
Haruki Murakami
No sería una decepción si no juego. Si estoy a la disposición del técnico, puedo tener algunos minutos. Me estoy entrenando de la mejor manera posible, me tomo las cosas con calma e intento seguir aprendiendo
Maximiliano Gastón López
Sus labios revoloteaban como un copo de nieve. El segundo copo de nieve perdido en una playa de verano, y yo que trataba de recuperarlo con mi nevera demasiado grande. A partir de dos copos de ese tipo, puede hablarse de tempestad.
Mathias Malzieu
Con menos que perder en este atardecer camino, quizá cansado pero más feliz que nunca con la calma y la paciencia del que sabe lo que busca
ZPU
Una vida entre los libros posee una calma y una paz muy grandes. Si bien es cierto que nos sentimos abrumados por un hambre terrible de algo menos tenue, nos ahorramos el remordimiento y el horror y la tortura y el enloquecedor veneno del arrepentimiento.
Bertrand Russell
La vida será tuya si sabes que es ajena, que es igual ser montaña que ser grano de arena, pues la calma del justo vence el furor del bravo.
José Angel Buesa
Múltiples son nuestras caricias y deliciosas ofrendas, el mar en tempestad es un eco de mi sangre en ebullición.
Jens August Schade
La fortaleza del hombre se prueba en la desgracia, y la fidelidad de un buen amigo se prueba en la tempestad.
Theodor Korner
Dios es el gran silencio del infinito. El mundo todo habla de Él y para Él nada de lo que se diga lo representa tan bien como su silencio y su calma eterna.
Eliphas Lévi
Un pueblo bien loteado y construido en serie, daría como resultado una impresión de calma, de orden, de limpieza, impondría fatalmante la disciplina a los habitantes.
Le Corbusier
Bares en los que la calma y la cerveza salvan nuestra vida, y mi cabeza soñando estar bajo tu ropa.
Ismael Serrano
La vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de borrasca; lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco.
Jacinto Benavente
Mi amor... mi fe... instilarán en tu pecho una calma preternatural. Descansarás por el cuidado... te pondrás mejor... y si no, Helen, si murieras.... entonces al menos aferraría yo tu mano querida en la muerte, y gustosamente... oh, alegremente, descendería contigo a la noche de la tumba.
Edgar Allan Poe
Entre las piedras y el fuego, frente a la tempestad o en medio de la sequía, por sobre las banderas del odio necesario y el hermosísimo empuje de la cólera, la flor de mi poesía busca siempre el aire, el humus, la savia, el sol, de la ternura.
Roque Dalton
Reflexionar con calma antes de adoptar ninguna determinación, no cansarse nunca de obrar el bien, y tratar cada asunto según convenga.
Confucio