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Frases de Tristeza ( 2 )

Frases de Tristeza. Encuentra docenas de Frases de Tristeza con fotos para copiar y compartir.


Bendita sea la parte de nosotros que nos protege de tanto dolor y tristeza. En el corazón de la vida hay una caja de fusibles.


Yann Martel


Acogeré la felicidad porque engrandece mi corazón; pero también soportaré la tristeza porque descubre mi alma.


Og Mandino




Las lágrimas son el lenguaje silencioso del dolor.


Voltaire


¿Debería, en fin llorar todo el día? No, no puede ser. Además, con el tiempo la tristeza se disipa...


Ana Frank


Para el sabio, la tristeza y la alegría son semejantes, lo mismo que el bien y el mal; para el sabio, todo lo que tuvo principio debe tener también fin. Considera, por tanto, si hay razón para que te alegres con la ventura que llega, o te entristezcas con la desgracia que no esperabas.


Omar Jayam


Mortal, podrás odiar, pero ¡Ten cuidado! Pasarás tus horas preso de terror y tristeza, y pronto caerá sobre ti el golpe que te ha de robar para siempre la felicidad.


Mary Shelley




La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación.


Lope de Vega


"Lo más triste es la tristeza de una persona que siempre trató de ser feliz"


María Suyapa Guadamuz


Duele más que la ofensa misma, que la persona que te ofendió no sea capaz de decir lo siento cuando se da cuenta que te lastimo.


Airianaac




Por un momento,tocando el mas profundo agujero con mis pies i conmigo alentado por toda la confusion y la duda que ha habido y que aun hoy todavia navega a sus anchas en el interior de mi cabeza,en esta vida repleta de sentimientos que no logro entenderlos en los que no hay manera de que recorran mi interior y en los que ellos se olvidan de mi dejandome casi sin alma y sin aliento, no escuchan mis gritos que cada vez son mas debiles a causa de la desesperanza que tengo de salir de este pozo que esta oscuro y hace frio y en la que estoy por mi desconfianza , de todo lo vivido , de la inseguridad , de las apariencias no consigo escuchar lo que tengo en mi interior aunque se que esta lleno de cosas buenas que dentro de mi hace calor pero que no logro canalizar al exterior y que no cesare hasta encontrar la llave.


Erradorerrante


Un día mas... de tristezas, afanes, amor o desamor...
y nostalgias de horas que el tiempo con su paso inclemente,
ya crucifico! pero que cargo conmigo cual escapulario invisible en mi corazón, por eso te reconocí en mis noches...
cuando tu mano tomo la mía, recuperando así, mis sueños,
mi vida, mi fe y mis alegrías...
He de darte nombre; mi mar de emociones...
Yo te llamare...
Ángel Terrenal...!!


Jackselins Arteaga


Tal vez a veces miremos el mismo paisaje, y sientas esa nostalgia inexplicable...Pues de esa misma melancolía me alimento yo...!


Jackselins Arteaga


Cuando amas y no te aman es tan trizte pero mas triste es amar sin saber si te aman


leodan tocto jimenez




Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.


Rabindranath Tagore


Lo más triste es la tristeza de una persona alegre.


Paco


Dime amigo: ¿La vida es triste o soy triste yo?


Amado Nervo


Nada fortifica tanto las almas como el silencio; que es como una oración íntima en que ofrecemos a Dios nuestras tristezas.


Jacinto Benavente


Solamente pueden consolar al triste la razón y el trabajo honesto.


Séneca


La tristeza es una enfermedad en la que cada paciente debe tratarse a sí mismo.


Voltaire


La tristeza es la cuna de inspiración de todo escritor.


Agatha Christie


cuál fue el momento justo de la tristeza
cuál el buceo de la frustración
cuál el instante de tocar fondo


Mario Benedetti


No escogemos nuestras vidas, pero sí decidimos que hacemos con las alegrías y tristezas que recibimos.


Paulo Coelho


Más que el hombre, en el divorcio, es víctima la mujer. Él, aún si tiene cincuenta años, especialmente si está bien provisto de dinero, encuentra fácilmente una mujer joven, agradable, con la cual "rehacerse la vida". ¿Pero ella? Especialmente si está un poco estropeada, porque ha dado todo al marido, al trabajo, a los hijos, ¿quién la quiere? Hela aquí arrojada a la basura como un limón exprimido, destinada casi siempre o a una soledad llena de tristeza o a una vida de costumbres no buenas.?.


Juan Pablo I


Llorando de tristeza por todo lo perdido y riendo de alivio por todo lo ganado.


Isabel Allende


Allí, pensó Mallarino, tenían origen nuestra insatisfacción y nuestras tristezas: en la imposibilidad de compartir con los otros la memoria


Juan Gabriel Vásquez


No elegimos nuestra vida, pero decidimos qué hacer con las alegrías y las tristezas que recibimos.


Paulo Coelho




Estaba demasiado trompa para gemir; sólo sentía la mordiente y salvaje tristeza de otra cosa buena perdida para siempre.


Charles Bukowski


A esa hora (del recreo) tocan la campana y los niños salen corriendo, gritando y las profesoras se quedan en una sala, no van al recreo, dejan de participar de ese momento pedagógico riquísimo que es el momento en que los chicos están sacando afuera sus miedos, sus rabias, sus angustias, sus alegrías, sus tristezas y sus deseos. ¡Los niños están echando su alma afuera en el recreo y las profesoras en la sala, ajenas a esta experiencia humana esencial!


Paulo Freire


La felicidad, ?y también la tristeza?, no se cruzan en nuestro camino por casualidad o accidente, ni se deben a que logremos apaciguar a algún ser superior imaginario. Como todas las cosas, en el universo la felicidad surge debido a causas específicas. Si creamos las causas para la felicidad, la felicidad resultante llegará. Este es un proceso sistemático de causa y efecto que se explicará en capítulos posteriores.


Thubten Chodron


¿Y por qué tuvo que elegir precisamente a Alzbeta? ?gritó el médico jefe.
?Precisamente porque no había ningún motivo. Si hubiera algún motivo, podría
encontrarse de antemano y mi actitud podría determinarse de antemano. Precisamente en esa falta de motivo consiste esa pequeña parcelita de libertad que nos es dada y que
tenemos que tratar encarnizadamente de atrapar para que en este mundo de férreas leyes quede un poco de desorden humano. Queridos colegas, viva la libertad ?dijo Havel y levantó con tristeza el vaso para brindar.


Milan Kundera


Algunas veces estaba muy triste, pero durante mucho tiempo nosotros pensamos que se curaría de esa tristeza cuando se decidiera a hacerse adulto, porque la suya nos parecía una tristeza como de muchacho, la melancolía voluptuosa y despistada del muchacho que todavía no tiene los pies sobre la tierra y se mueve en el mundo árido y solitario de los sueños.


Natalia Ginzburg


se prohibe hablar se prohibe mirar para los lados se prohibe fumar se prohibe pensar sólo se permiten la soledad la tristeza y el vacío el buen trabajador mortal trabaja y muere no es otra su misión tampoco tiene más misión que apretar la tuerca que ve delante de sus ojos durante cinco segundos se prohíbe saber que hay árboles y pájaros la luna las nubes las olas una hoja de color dorado a la que lleva el viento una mujer a la que se le estremecen de amorosa forma casi imperceptible las aletas de la nariz el tiempo es oro y la sociedad precisa que no se dilapide el oro vete siempre mirando para el suelo llega a tu casa cansado y con el desierto habitándote la cabeza nadie te espera si no es para descargar sobre tus espaldas su malhumor debes acostumbrarte a sentirte orgulloso de que el hombre haya llegado a la luna y de que el dolor pueda transmitirse vía satélite nadie quiere decir que la rebelión de la máquina ha esclavizado al hombre


Camilo José Cela


Yo había crecido en el convencimiento de que aquella lenta procesión de la posguerra, un mundo de quietud, miseria y rencores velados, era tan natural como el agua del grifo, y que aquella tristeza muda que sangraba por las paredes de la ciudad herida era el verdadero rostro de su alma. Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas. Aquella noche primeriza de verano, caminando por ese anochecer oscuro y traicionero de Barcelona, no conseguía borrar de mi pensamiento el relato de Clara en torno a la desaparición de su padre. En mimundo, la muerte era una mano anónima e incomprensible, un vendedor a domicilio que se llevaba madres, mendigos o vecinos nonagenarios como si se tratase de una lotería del infierno. La idea de que la muerte pudiera caminar a mi lado, con rostro humano y corazón envenenado de odio, luciendo uniforme o gabardina, que hiciese cola en el cine, riese en los bares o llevase a los niños de paseo al parque de la Ciudadela por la mañana y por la tarde hiciese desaparecer a alguien en las mazmorras del castillo de Montjuïc, o en una fosa común sin nombre ni ceremonial, no me cabía en la cabeza. Dándole vueltas, se me ocurrió que tal vez aquel universo de cartón piedra que yo daba porbueno no fuese más que un decorado. En aquellos años robados, el fin de la infancia, como la Renfe, llegaba cuando llegaba.


Carlos Ruiz Zafón


En el cielo la luna bellamente / fija en tus ojos su tristeza altiva, / y es a un tiempo beatífica y silente. / ¡Oh, la noche que deja que recorra / con mi mano tu piel suave y preciosa, / y en mis sueños ardiente te aprisione!


Roberto Alifano


El otoño no sólo trajo consigo la variación cromática de la naturaleza. Se diría que Dios -que no era mal paisajista- se complaciera, cada nueva estación, en pintar las mismas cosas con distintos colores. También trajo la melancolía: una mezcla de paz y vaga tristeza. Alicia se felicitó de haber encontrado la definición exacta de su estado de ánimo: una tristeza sosegada.


Torcuato Luca de Tena


Puedo chillar de risa a las dos y cuarto y de tristeza a las dos y dieciocho. Y al revés, por qué no. Supongo que si metes toda la información en una misma bóveda, los llantos y las risas van aprendiendo a hacerse compa


Xavier Velasco


La idea de la muerte llega siempre con paso de lobo, con andares de
culebra, como todas las peores imaginaciones. Nunca de repente llegan
las ideas que nos trastornan; lo repentino ahoga unos momentos, pero
nos deja, al marchar, largos años de vida por delante. Los pensamientos
que nos enloquecen con la peor de las locuras, la de la tristeza, siempre
llegan poco a poco y como sin sentir, como sin sentir invade la niebla los
campos, o la tisis los pechos. Avanza, fatal, incansable, pero lenta,
despaciosa, regular como el pulso. Hoy no la notamos; a lo mejor
mañana tampoco, ni pasado mañana, ni en un mes entero. Pero pasa ese
mes y empezamos a sentir amarga la comida, como doloroso el
recordar, ya estamos picados. Al correr de los días y las noches nos
vamos volviendo huraños, solitarios; en nuestra cabeza se cuecen las
ideas, las ideas que han de ocasionar el que nos corten la cabeza donde
se cocieron, quién sabe si para que no siga trabajando tan atrozmente.
Pasamos a lo mejor hasta semanas enteras sin variar; los que nos
rodean se acostumbraron ya a nuestra adustez y ya ni extrañan siquiera
nuestro extraño ser. Pero un día el mal crece, como los árboles, y
engorda, y ya no saludamos a la gente; y vuelven a sentirnos como raros
y como enamorados. Vamos enflaqueciendo, enflaqueciendo, y nuestra
barba hirsuta es cada vez más lacia. Empezamos a sentir el odio que nos
mata; ya no aguantamos el mirar; nos duele la conciencia, pero ¡no
importa!, ¡más vale que duela! Nos escuecen los ojos, que se llenan de
agua venenosa cuando miramos fuerte. El enemigo nota nuestro anhelo,
pero está confiado; el instinto no miente. (...) Cuando huimos como las
corzas, cuando el oído sobresalta nuestros sueños, estamos ya minados
por el mal; ya no hay solución, ya no hay arreglo posible. Empezamos a
caer, vertiginosamente ya, para no volvernos a levantar de vida. Quizás
para levantarnos un poco a última hora, antes de caer de cabeza hasta
el infierno... Mala cosa.


Camilo José Cela


Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, con unas alas bien cosidas a la espalda, como un ángel, e incluso con una varita de la virtud en la mano, como un hada, probablemente enloquecería de tristeza.
Las nubes, hijo mío, con sus blandas cárcavas y sus cimientos movibles, guardan indescifrables teoremas cuyo planteamiento no es sano para los hombres. ¿Te acuerdas de aquel escalatorres, Eliacim, que un día de niebla escaló, una por una, todas las nubes del cielo y desapareció para siempre? Según los pastores de las montañas, que lo vieron, tenía la cabeza hueca y en su calavera se empollaban los minúsculos huevecillos de las tormentas, los huevecillos que, al reventar, sobrecogen al mundo.
Las nubes, Eliacim, se forman con las almas de quienes mueren en la horca y con las almas, también, de los niños que pecan antes de tiempo. Por eso, en los países del sol, suceden, a veces, cosas inexplicables, misteriosas y agudísimas cosas inexplicables.
Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, estoy segura que enloquecería de tristeza. No es como un ángel como yo te quiero, hijo mío. Tampoco como habitante de la nube blanca, de la nube gris, de la nube negra.
Es de una manera mucho más sencilla e imposible.


Camilo José Cela


... cada uno tiene que conocer en la vida muchas tristezas. Lo notable es que cada tristeza es distinta de la otra, porque cada una de ellas se refiere a una alegría que no podemos tener.


Roberto Arlt


Si tú con tal ardor has buscado soledad, retiro, abstracción de criaturas, y si no has soñado más que desiertos, créelo, esta vocación procedía y procede de que tu pobrecita alma conoce, entiende, toca y palpa la necesidad que tiene de vivir unida a Dios, no de cualquier modo sino de la forma que Dios exige y quiere de ella... Adoremos los designios de Dios y de su providencia y respetémoslos... En la oración encontrarás la fe, la esperanza y el amor... tomando aliento en ese castillo interior combate tus tristezas y sus causas... Vive unida con Dios y cuida que nada, ni el hambre ni la sed, ni la espada, ni la adversidad, ni la fortuna, nada turbe tu corazón. Vive unida con Dios y todo lo demás es vapor y humo y sombras que se desvanecen.


Francisco Palau y Quer