Frases matonas de cesar lozano
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Alejandro, César, Carlomagno y yo fundamos imperios, pero ¿sobre qué cimentamos las creaciones de nuestro genio? Sobre la fuerza. Solo Jesucristo fundó su reino sobre el amor, y hoy día millones de hombres morirían por él
Julio César
Alegraos con su perdón, pero no olvidéis lo que os digo, porque un día ese joven de aspecto indolente e inofensivo causará la ruina de vuestra causa. ¡Hay muchos Marios en César!
Julio César
Napoleón envidiaba a César, César envidiaba a Alejandro y Alejandro, me atrevería a decir, envidiaba a Hércules, que nunca existió.
Julio César
No aceptes las criticas de quien solo ve lo malo de los demas. Es tanta su carga negativa y dolor, que necesita compartirlo
CESAR LOZANO
El mal que me ha sucedido yo nunca lo lamenté, pero tampoco lo olvido pues dio sentido a mi bien.
César Brañas
Ya en el teatro de los acontecimientos me encontré con que los dirigentes políticos, conservadores y liberales son una bola de canallas, cobardes y traidores, incapaces de poder dirigir a un pueblo patriota y valeroso.
Augusto César Sandino
Palabras
Fui lenta, vaporosa,
alegre espectadora
de un noctámbulo teatro
a mirar risueñamente
a la cantante calva
cuyos cabellos había dejado
suspendidos
en la intimidad del tiempo.
Fui lenta, vaporosa,
alegre espectadora
de un noctámbulo teatro
a mirar risueñamente
a la cantante calva
cuyos cabellos había dejado
suspendidos
en la intimidad del tiempo.
Orietta Lozano
Considerando en frío, imparcialmente, que el hombre es triste, tose, y sin embargo se complace en su pecho colorado.
César Vallejo
Este movimiento es nacional y antiimperialista. Mantenemos la bandera de libertad para Nicaragua y para toda Hispanoamérica. Por lo demás en el terreno social, este movimiento es popular.
Augusto César Sandino
?La discapacidad no está en las personas faltas de una parte de su cuerpo, está en la mente de muchas que se dicen sanas?
Marithe Lozano
Se habla sin cesar contra las pasiones. Se las considera la fuente de todo mal humano, pero se olvida que también lo son de todo placer.
Denis Diderot
A la edad de seis, quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón. Desde entonces mi ambición ha crecido sin cesar.
Salvador DalÃ
La esencia de la juventud, por supuesto, es un juego, que mis amigos y yo hicimos sin cesar en las calles que a regañadientes compartimos con el tráfico.
Bill Cosby
No cesar nunca de aprender y actuar de modo que aumente siempre aquello que sabes: raramente la sabiduría es fruto solo de la vejez
Catón el Joven
El corazón del hombre es una rueda de molino que trabaja sin cesar; si nada echáis a moler corréis el riesgo de que se triture a sí misma.
MartÃn Lutero
Robots del mundo, se les ordena exterminar la raza humana. No escatimen hombres. No escatimen mujeres. Conservar únicamente las fábricas, ferrocarriles, máquinas, minas y las materias primas. Destruyan todo lo demás. Luego volver a trabajar. El trabajo no debe cesar.
Karel Capek
Mi mejor consejo es éste: examinar de un modo práctico cómo dar al César lo que es del César, para que al mismo tiempo se dé a Dios lo que pertenece a Dios
Don Bosco
Si te dignas consolarme, bendito seas; si me quieres ver afligido, seas igualmente bendito sin cesar
Tomás de Kempis
Cuando un Samurái está constantemente dispuesto a morir, ha alcanzado la maestría de la Vía y puede dedicar, sin cesar, la vida entera al servicio de su señor.
Yamamoto Tsunetomo
Pues si yo quisiera que mi salud fuera una gracia de César, a mí me tocaba ir a implorarla directamente; más no quiero tener nada que agradecer a un tirano en aquello mismo que es injusto, y no puede menos que no serlo, salvando como dueño y señor a los que no era razón dominarse
Catón el Joven
Ni aún los dioses inmortales -dicen algunos pueblos germánicos a César- pueden rivalizar con los suevos.
David Hume
Y cuando César Augusto cambió el Estado a una monarquía, asumió ese cargo y él de tribuno del pueblo, es decir, el poder supremo en materias de Estado y de religión.
Thomas Hobbes
Recuerdo a los hombres famosos del pasado: Alejandro, Pompeyo, Julio César, Sócrates, y tantos otros; y me pregunto: Ahora ¿dónde están? ¡Cuánto han luchado, para luego morir y volverse tierra...!
Marco Aurelio
No faltaba, además, la causa habitual, que siempre suele encender sin cesar el odio, a saber, su reciprocidad, puesto que las otras naciones no pudieron menos de corresponderles con el odio más terrible.
Baruch Spinoza