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Frases para Niños ( 2 )

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En Malvinas no existieron los "niños de la guerra". Todo los que pelearon eran verdaderos HOMBRES!


Mohamed Alí Seineldín


Los moribundos son egoístas; se guardan sus momentos para sí, como los niños.


John Williams




¿Para qué sirve jugar con los hijos? Es la manera más directa de entrar en relación con ellos. Generalmente, les pedimos que se adapten al mundo de los adultos ?cosa que hacen, por ejemplo, soportando largas jornadas escolares?. Jugar con ellos es hacer el camino inverso: nosotros nos adaptamos un rato al mundo de los niños. Parece ser un trato justo. Definitivamente, jugar es una cosa seria. Y los niños están dispuestos a enseñarnos las reglas.


Laura Gutman


Desde muy pronto pinté los pechos de Sara Montiel, mientras los demás niños daban patadas a un balón.


Tino Casal


¿Es mejor ser repartidor de carbón o niñera? ¿Es menos útil al mundo una mujer de limpiezas que ha criado a ocho niños que el abogado que ha hecho cien mil libras?


Virginia Woolf


Los niños se ponen insoportables cuando empiezan a comprender el mundo de los adultos, sin tener la madurez de los adultos para enfrentarse a todo lo que pasa a su alrededor.


Nicholas Sparks




Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Manchado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detrimentos y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo. [?] El "hijo de la chingada" es el engendro de la violación, del rapto o la burla. SI se compara esta expresión con la española, "hijo de puta", se advierte inmediatamente la diferencia. Para el español la deshonra consiste en ser hijo de una mujer que voluntariamente se entrega, una prostituta; para el mexicano, es ser fruto de una violación.


Octavio Paz


(Los niños... A veces son mucho más astutos que los atontados y pesados adultos.)


Markus Zusak


Yo había crecido en el convencimiento de que aquella lenta procesión de la posguerra, un mundo de quietud, miseria y rencores velados, era tan natural como el agua del grifo, y que aquella tristeza muda que sangraba por las paredes de la ciudad herida era el verdadero rostro de su alma. Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas. Aquella noche primeriza de verano, caminando por ese anochecer oscuro y traicionero de Barcelona, no conseguía borrar de mi pensamiento el relato de Clara en torno a la desaparición de su padre. En mimundo, la muerte era una mano anónima e incomprensible, un vendedor a domicilio que se llevaba madres, mendigos o vecinos nonagenarios como si se tratase de una lotería del infierno. La idea de que la muerte pudiera caminar a mi lado, con rostro humano y corazón envenenado de odio, luciendo uniforme o gabardina, que hiciese cola en el cine, riese en los bares o llevase a los niños de paseo al parque de la Ciudadela por la mañana y por la tarde hiciese desaparecer a alguien en las mazmorras del castillo de Montjuïc, o en una fosa común sin nombre ni ceremonial, no me cabía en la cabeza. Dándole vueltas, se me ocurrió que tal vez aquel universo de cartón piedra que yo daba porbueno no fuese más que un decorado. En aquellos años robados, el fin de la infancia, como la Renfe, llegaba cuando llegaba.


Carlos Ruiz Zafón




Si Jesús hubiera sido ejecutado hace veinte años, los niños cristianos no llevarían cruces en el cuello sino sillitas eléctricas.


Lenny Bruce


Luis Fernández ha hecho de este choque una guerra de perros. Yo sólo hablo de hombres, no de niños maleducados.


José Mourinho


Eso de la lavada de las manos es una manía que me viene de la infancia, de la educación familiar. Cada que cogíamos una moneda, mi mamá nos decía: «Vaya lávese las manos m?hijo, que tocó plata». (Allá a los niños les hablan de «usted».) De unos niños educados así, ¿qué se podía esperar? Puros pobres. Me hubieran educado en la escuela del PRI, y hoy estaría millonario. ¡Pero qué iba a haber allá PRI! Medellín era una ciudad encerrada entre montañas, lejos del mundo y sus adelantos. Y mi mamá viendo microbios por todas partes como si fuera bacterióloga.


Fernando Vallejo


Los jóvenes siguen siendo niños y los niños a veces tienen derecho a ser cabezotas.


Markus Zusak




Si tenéis la dicha de grabar en el corazón de los niños y de los jóvenes el amor y la confianza en la Virgen María, habéis asegurado su salvación.


Marcelino Champagnat


Todos cayeron del árbol y se rompieron el brazo alguna vez, todos recuerdan lo travieso que fueron cuando eran niños, lo que no recuerdan, es a sus madres levantándose en medio de la noche para darles una aspirina


Stephen King


Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, con unas alas bien cosidas a la espalda, como un ángel, e incluso con una varita de la virtud en la mano, como un hada, probablemente enloquecería de tristeza.
Las nubes, hijo mío, con sus blandas cárcavas y sus cimientos movibles, guardan indescifrables teoremas cuyo planteamiento no es sano para los hombres. ¿Te acuerdas de aquel escalatorres, Eliacim, que un día de niebla escaló, una por una, todas las nubes del cielo y desapareció para siempre? Según los pastores de las montañas, que lo vieron, tenía la cabeza hueca y en su calavera se empollaban los minúsculos huevecillos de las tormentas, los huevecillos que, al reventar, sobrecogen al mundo.
Las nubes, Eliacim, se forman con las almas de quienes mueren en la horca y con las almas, también, de los niños que pecan antes de tiempo. Por eso, en los países del sol, suceden, a veces, cosas inexplicables, misteriosas y agudísimas cosas inexplicables.
Si te viese aparecer entre las nubes, Eliacim, estoy segura que enloquecería de tristeza. No es como un ángel como yo te quiero, hijo mío. Tampoco como habitante de la nube blanca, de la nube gris, de la nube negra.
Es de una manera mucho más sencilla e imposible.


Camilo José Cela


Somos como un edificio y el hombre dedica al amor una habitación, lo demás es para el bricolaje, para los niños, para los amigos, para el trabajo... la mujer tumba todos los muros y deja que el amor lo inunde todo.


Antonio Gala


(los niños confían en el tacto y en la vista por igual, pero le dejan las tareas más fáciles al tacto) y


Sergio Bizzio


Al final descubrí un delgado volumen, titulado El libro de los secretos, enterrado en lo más profundo de Catálogos Muertos. Era un libro extraño: estaba organizado como un bestiario, pero escrito como un abecedario para niños. Tenía ilustraciones en que aparecían seres de cuentos de hadas como ogros, troles y resinillos. Cada entrada tenía una ilustración acompañada de un poema breve e insípido.
La entrada de los Chandrian era la única que no llevaba ilustración, por supuesto. En su lugar solo había una página vacía enmarcada con volutas decorativas. El poema no aportaba absolutamente nada:
De un sitio a otro los Chandrian van, pero nunca dejan rastro ni sabes dónde están.
Guardan sus secretos con mucho cuidado, pero nunca te arañan ni te pegan un bocado.
No montan peleas ni arman jaleos.
De hecho con nosotros son bastante buenos.
Llegan y se van, te vuelves y se han ido, como un rayo en el cielo, como un suspiro.
Pese a lo irritante que resultaba un texto tan superficial, al menos dejaba algo muy claro: para el resto de la gente, los Chandrian no eran más que cuentos de hadas infantiles. Tan irreales como los engendros o los unicornios.
Yo sabía otra cosa, por supuesto. Los había visto con mis propios ojos. Había hablado con Ceniza, el de los ojos negros. Había visto a Haliax, envuelto en un manto de sombra.
Continué mi infructuosa búsqueda. No me importaba lo que creyera el resto de la gente. Yo sabía la verdad, y no soy de los que se rinden fácilmente.


Patrick Rothfuss


Todas las chicas tienen el corazón roto. Las carreteras están atascadas durante el fin de semana. Todo el mundo quiere estar lejos de donde ha nacido. Al menos el viernes por la noche. Los bares ya no dan dos por una y en esta ciudad tienes que ganar mucho para poder beber en el centro. Los camareros han enterrado sus sonrisas porque es viernes por la noche y la gente coge todo lo que brilla. Con o sin permiso. Las niñas bonitas siempre son las que están más tristes porque saben que hay más tipos dispuestos a hacerles daño. Las niñas feas se dejan ir y bailan toda la noche solas, o unas con otras y no tienen suerte ni atrayendo las desgracias. Los tíos con coche juegan con los dados trucados y los que tienen dinero nos están viendo a todos las cartas. Las madres no duermen en toda la noche porque saben que duele pero también saben que no hay nada mejor y no acaban de decidir qué es lo más peligroso. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

Sé que no puedo esperar que estés siempre sola, lo único que te pido es que no te lo creas todo. No te fíes de los anillos de oro, ni de las carrozas de plata.

Todos mentimos bien los viernes por la noche.


Ray Loriga


Mi hijo es la primera de muchas generaciones que pudo conocer a su padre. Ha habido tantos ataques contra el pueblo serbio, que los niños no conocen a sus padres.


Ratko Mladic


Que la vida es inmortal mientras se vive, mientras se está con vida. Que la inmortalidad no es una cuestión de más o menos tiempo, que no es una cuestión de inmortalidad, que es una cuestión de otra cosa que permanece ignorada. Que es tan falso decir que carece de principio y de fin como decir que empieza y termina en la vida del alma desde el momento en que participa del alma y de la prosecución del viento. Mirad las arenas muertas del desierto, el cuerpo muerto de los niños: la inmortalidad no pasa por ahí, se detiene y los esquiva.


Marguerite Duras


La mayoría de los padres cuando ven a sus hijos juntándose con niños de comportamiento malo, los alejan de ese ambiente.. cuando quieres que tu hijo sea doctor o un abogado, lo pones en un ambiente universitario, los ingenieros no nacen ingenieros..... Lo tienen que aprender.. La manera en que te comportas, es todo aprendido!.


Jacque Fresco


Nada solidifica la memoria como las emociones. Cuando somos niños, aprendemos sin esfuerzo porque los jóvenes se muestran apasionados y entusiastas ante el aprendizaje.


Deepak Chopra


Todos escuchamos desde niños que aquello que deseamos vivir es imposible. A medida que acumulamos años, acumulamos también las arenas de los prejuicios, los miedos, las culpas. Libérate de eso. No mañana, ni hoy por la noche, sino en este momento. Ya he dicho: muchos de nosotros creemos que herimos a las personas que amamos cuando lo dejamos todo en nombre de los sueños. Pero aquellos que realmente nos desean el bien anhelan vernos felices, aunque no comprendan lo que hacemos y aunque, en un primer momento, utilicen amenazas, promesas o lágrimas para impedirnos seguir adelante.


Paulo Coelho


Los niños luchaban con desesperación por amar a sus padres. De hecho, antes que odiar a un padre, elegían odiarse a sí mismos.


Ryu Murakami




En otro experimento, Lorch y Dan Anderson mostraron un episodio de Barrio Sésamo a dos grupos de niños y niñas de cinco años, con la diferencia de que uno de los grupos lo vio en una habitación repleta de juguetes muy atractivos desperdigados por el suelo. Como era de esperar, los niños que vieron el programa en la habitación sin juguetes estuvieron viendo la tele el 87 por 100 del rato, mientras que los niños de la otra habitación, llena de juguetes, sólo atendieron durante el 47 por 100 del tiempo que duraba el programa. Es decir, los niños se distraen con los juguetes. Pero cuando los investigadores quisieron ver qué cantidad del programa eran capaces de recordar y comprender, los resultados fueron casi idénticos. Aquello los dejó perplejos. Se dieron cuenta de que los niños ven la tele de una manera mucho más sofisticada de lo que habían imaginado. Escribieron lo siguiente: «La conclusión a la que llegamos fue que los niños y niñas de cinco años que estaban en la sala llena de juguetes veían la tele de una forma estratégica, distribuyendo su atención entre el juego y el seguimiento del programa, de manera que sólo miraban cuando aparecían las partes que para ellos tenían más carga informativa. Dicha estrategia era tan eficaz que, si hubieran prestado atención mucho más tiempo, casi no se habría notado en el resultado.»


Malcolm Gladwell


Qué extranjera raza la de los adultos, la de los hombres y las mujeres. Qué extranjeros y absurdos, nosotros. Qué fuera del mundo y hasta del tiempo. Ya no eramos niños. De pronto ya no sabíamos lo que éramos.


Ana María Matute


Ante determinados hechos de tu vida, ¿no piensas en el instante en el que nacieron, en el germen del que surgieron? No sé cómo decirlo? Imagina un campo en el momento de la siembra, todo lo que contiene un grano de trigo, las cosechas futuras? Bueno, pues en la vida ocurre exactament igual. El instante en que vi a François por primera vez, en que nos miramos, todo lo que contenía ese instante? ¡Es terrible, es escalofriante, produce vértigo! Nuestro amor, nuestra separación, los tres años que pasó en Dakar, cuando yo estaba casada con otro y todo lo demás, Sylvestre? Luego, la guerra, los niños? Cosas dulces y también amargas? Su muerte, o la mía, y la desesperación del que quede solo.


Irène Némirovsky


El corazón
Que tenía en la escuela
Donde estuvo pintada
La cartilla primera
¿Está en ti
Noche negra
Frío frío
Como el agua
Del río.
El primer beso
Que supo a beso y fue
Para mis labios niños
Como la lluvia fresca
¿Está en ti
Noche negra


Federico García Lorca


Promediando 1948, las compulsivas mejoras salariales se proseguían disfrutando y la mitad más uno de la población veía a Perón como el mesías infalible al que había que seguir y adorar mecánicamente. Hacía casi un quinquenio que gran parte de la población seguía viviendo en un ambiente de ?buenas noticias? y disfrutes inmediatos: estatizaciones por doquier, privilegios sindicales de todos los colores, ley de alquileres a medida de los inquilinos, fiestas populares con cualquier excusa, sidras para fin de año, aumentos salariales decretados, construcción de barriadas populares, feriados proselitistas, pelotas de fútbol para niños, aguinaldos navideños, leyes laborales, hospitales populares, torneos infantiles, vacaciones sindicales, pensiones a discreción y muchas otros regocijos esenciales y/o superfluos. La contagiosa


Nicolás Márquez


Los niños aprenden algo más. De vez en cuando los maestros tienen que explicarles que uno de los Compañeros de Libro no podrá volver a acudir, que esa persona ha muerto. Los niños asimilan así a una edad muy temprana que la vida tiene sus ritmos y sus ciclos, y que incluso las personas cercanas a ellos forman parte de ese ciclo.


Ken Robinson


Si se lo permitimos, los niños pueden enseñarnos la salida.
Hay una historia muy conocida de una madre que entra en la habitación de su hijo recién nacido y se encuentra a su otro hijo, un niño de cuatro años, asomado a la cuna.
-Tienes que contarme cómo es el cielo y cómo es Dios -le implora el niño a su hermanito-. ¡Estoy empezando a olvidarme!


Brian L. Weiss


Los viejos tenemos el conocimiento. Los adultos tienen la seguridad. Los niños tienen la ilusión. Pero sois los jóvenes los que tenéis el poder para cambiar el mundo, Keyko. No lo olvides jamás.


Laura Gallego García


¿No saben qué, Katniss? ¿Que los tributos (que son los verdaderos niños de esta historia, no tu trío de raros) se ven obligados a luchar hasta morir? ¿Que ibas a la arena para entretener a la gente? ¿Era eso un gran secreto en el Capitolio?


Suzanne Collins


Pasamos por delante de la catedral. La niebla cubre otra vez la ciudad y todo parece una película de terror. Me imagino que Marianne está esperándome en algún rincón con un puñal, como en los tiempos en que Ginebra era una ciudad medieval, en constante lucha con los franceses. Ni el frío ni la caminata me calman. Cogemos el coche y, al llegar a casa, me voy directamente a la habitación y me trago dos pastillas de Valium, mientras mi marido le paga a la niñera y mete a los niños en la cama. Duermo diez horas seguidas. Al día siguiente, cuando me levanto para seguir la rutina matinal, empiezo a pensar que mi marido está un poco menos cariñoso. Es un cambio casi imperceptible, pero hay algo que ayer lo hizo sentirse incómodo. No sé muy bien qué hacer, nunca me había tomado dos tranquilizantes a la vez. Estoy en una especie de letargo que no se parece en nada al que


Paulo Coelho


De vergüenza, porque los mismos historiadores de la democracia lo llaman ?PUEBLO ENFERMO?, y los vecinos lo juzgan pueblo vencido; porque los niños aprenden el silabario del derrotismo y los hombres se anquilosan en la conformidad, porque la democracia que nos gobierna proclama la libertad de los poderosos, el derecho de negociar de los grandes mineros a costa de los obreros bolivianos. De ?dejar hacer y dejar pasar? todas las calamidades que hacen más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Mientras esa misma democracia clausura la prensa libre, cancela las garantías ciudadanas, desata persecuciones, acalla la oposición y entrega el pan del pueblo a nuestros amos de Norteamérica y de Europa.


Óscar Únzaga


El miedo era un hombre que huía de su propia sombra. Era una mujer con auriculares que solamente podía oir por ellos su propio terror. El miedo era un solipsista, un narcisista, era ciego a todo lo que no fuera él mismo. El miedo era más fuerte que la ética, más fuerte que el discernimiento, más fuerte que la responsabilidad y que la civilización. El miedo era un animal lanzado a la carrera que pisoteaba niños mientras huía de sí mismo. El miedo era un fanático, un tirano, un cobarde, un enajenado y una puta. El miedo era una bala que le apuntaba al corazón.


Salman Rushdie


En la continua necesidad de goce y prueba de cosas siempre nuevas se me antoja un rasgo de pequeñez, falta de vida interior, alejamiento de la Naturaleza y mediana o defectuosa capacidad de comprensión. Es a los niños pequeños a los que siempre hay que mostrarles algo nuevo y distinto para que no estén descontentos.


Robert Walser


La felicidad de la infancia, la pérdida de la niñez, el sentimiento de lo que ya no volverá.


Friedrich Nietzsche