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Grado ( 3 )

Grado. Encuentra docenas de grado con fotos para copiar y compartir.


No sé cuánto tiempo pasará antes que los astrónomos en general reconozcan que no puede haber llegado a existir aquí sobre la Tierra por procesos naturales el arreglo combinatorio de ni siquiera uno de entre los muchos miles de biopolímeros de los que depende la vida.? [... ] ?Promueven la idea de que dentro de la naturaleza, más allá de la física normal, hay una ley oculta que ejecuta milagros (con tal que los milagros ayuden a la biología)... La noción de que no solo los biopolímeros sino también el programa que funciona en una célula viviente podían llegar a existir por casualidad en una sopa orgánica primordial aquí sobre la Tierra evidentemente es un disparate de primer grado.


Fred Hoyle


Las respuestas dependen, en cierta medida, del grado de individualización alcanzado por el individuo.


Erich Fromm




Escuchar muchas cosas y seleccionar de entre ellas lo bueno y seguirlo; ver muchas cosas y grabárselas en la mente; he aquí, al menos, el segundo grado de sabiduría.


Confucio


El primer grado de las riquezas es tener lo preciso, y el segundo la que basta.


Séneca


No tengo más que al pueblo y a los militares hasta el grado de capitán; el resto me temen, pero no puedo contar con ellos.


Napoleón Bonaparte


La medida del grado de educación de un hombre es la manera como trata a los animales.


Berthold Auerbach




Dale vueltas al comunismo, en todos sentidos, y llegarás al punto que, de grado o por fuerza, el individuo deberá sacrificase a la colectividad o a la democracia comunista. Mientras una sociedad no me permita comer, vestir, morar, difundir mis ideas a mi manera y sin control alguno -a condición de que no domine ni explote a nadie- consideraré su fundamento como autoritario.


Emile Armand


El comercio es casi un arte; es la forma inferior, el primer grado del arte.


Ferdinand Brunetière


Antes, ser adolescente era un momento de no identidad. Pero desde los sesenta la juventud es un grado. La corbata se convirtió en anatema; el sostén, en mordaza.


Carmen Posadas




Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer.


Domingo Faustino Sarmiento


Para hacer ejercicio, pasee con alguien que le acompañe de buen grado, preferentemente un perro.


David Brown


Conceder el perdón es el más alto grado de vanidad o de miedo.


José Luis Coll


Definición

Podríamos tener una discusión sobre el amor.
Yo te diría que amo la curiosa manera
en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen,
exploradores que renuevan
el más antiguo acto del conocimiento.

Diría que amo tu piel y que mi piel te ama,
que amo la escondida torre
que de repente se alza desafiante
y tiembla dentro de mí
buscando la mujer que anida
en lo más profundo de mi interior de hembra.

Diría también que amo tus ojos
que son limpios y que también me penetran
con vaho de ternura o de preguntas.

Diría que amo tu voz
sobre todo cuando decís poemas,
pero también cuando sonás serio,
tan preocupado por entender
este mundo tan ancho y tan ajeno.

Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome en el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que existía y estás,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Podríamos discutir si es serio
esto que te digo.
Si es una quemadura leve, de segundo,
tercer o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo solo una simple frase afirmo
Te amo


Gioconda Belli




Cuando yo estaba en 4 grado tenia 2 amigas,yo las queria mucho.Despues cuado llegue a 6 grado una de ellas me dejo de hablar y yo me preguntaba qe porque ella me dejo de hablar.Me hablaba pero la notaba rara.Despues la otra amiga mia me dejo de hablar lo mismo qe me hizo la otra,pero cuando ella me veia qe me estaba pasando con otra amiga mia me preguntaba xqe te estas pasando con ella y no con nosotras y yo le dije xqe no soporto a esas nenas y tu lo sabes y ella aah ok y se iva.Entonces las qe se estaban pasando con ellas me decian xqe no te estas pasando con nosotras y yo xqe no quieroo y ellas ay nenas qe charra y yo igual.Llegamos a 7 y ahora si qe no me hablan casi,ellas me ven y me dice hola saludame y yo qe vipolares son en vdd a veces me miran,me hablan antes heramos mejores amigas ahora somos amigas pero no mejores se ajunto con otras y no se qe le dijeron de mi qe no me hablaba en vdd no se, pero eso muy triste qe tu estes con esa amiga desde 3 grado y te deje de hablar.Yo me puse muy triste por eso pero ni modo ay mas amigas en el mundo qe puede encontrar.


lababy


La forma como nos comunicamos podemos medir el grado de amor. De igual forma la atención recipocra


Alexis Ibarreto


La razón teórica por la cual es erróneo centrarse en la democracia o en la dictadura es que los Estados ?todos los Estados? gobiernan a su población y deciden si habrán de hacer la guerra o no. Y todos los Estados, sean formalmente democracias o dictaduras, o algún otro tipo de gobierno, están regidos por una elite. El hecho de que estas elites, en cualquier caso particular, hagan o no la guerra a otro Estado se da en función de un complejo entrecruzamiento de causas, entre ellas el temperamento de los gobernantes, la fuerza de sus enemigos, los motivos para la guerra, la opinión pública. Si bien esta última debe calibrarse en cualquier caso, la única verdadera diferencia entre una democracia y una dictadura en lo que respecta a hacer la guerra es que en la primera es preciso desplegar una mayor propaganda ante los ciudadanos para formar a la opinión pública de modo que sea favorable a los propósitos del gobierno. La propaganda intensiva es necesaria en cualquier caso, tal como podemos ver en el comportamiento de todos los modernos Estados belicistas que extreman sus esfuerzos para moldear la opinión. Pero el Estado democrático debe trabajar con mayor perseverancia y rapidez. Y además, debe ser más hipócrita en la utilización de su retórica, que tiene que resultar atractiva para los valores de las masas: justicia, libertad, interés nacional, patriotismo, paz mundial, etc. Por lo tanto, en los Estados democráticos el arte de la propaganda debe ser un poco más sofisticado y refinado. Pero esto, como hemos visto, se aplica a todas las decisiones gubernamentales, no solo a la guerra o la paz, dado que todos los gobiernos ?pero en especial los democráticos? deben trabajar con perseverancia para persuadir a los ciudadanos de que todos sus actos de opresión están destinados a beneficiarlos.



Lo que hemos dicho acerca de la democracia y la dictadura se aplica igualmente a la falta de correlación entre los grados de libertad interna de un país y su agresividad externa. Se ha demostrado que algunos Estados son perfectamente capaces de permitir un grado considerable de libertad dentro de sus fronteras mientras llevan adelante guerras agresivas en el exterior; otros Estados tienen un gobierno totalitario, pero su política exterior es pacífica. Los ejemplos de Uganda, Albania, China, Gran Bretaña, etc., encajan perfectamente en esta comparación.


Murray Rothbard


Mirando estoy tus labios,
son sensuales,
me imagino: deleitantes,
con besos de ternura
en máximo grado.


Miguel Visurraga Sosa


Contigo unión sensual
en máximo grado
según nuestro agrado
por la censura aprobado.


Miguel Visurraga Sosa


Solo aprende de tus errores, cuando dejan un grado de experiencia


angel moreno


para pensar en la escuela en primaria , secundaria y la universidad nececitamos mucho estudiar , y para el trabajo nececitamos pensar y saber para poder completar lo mismo en el colegio o en la universidad porque estudiar y pensar nos hace muy bien haci aprendemos mas y sabemos mas que lo que sabias antes sin estudiar .
Se nececita pensar para lograr pasar de grado y pasar a un nivel mas avenzado porque estudiar hace bien pero si no estudias no sabes nada de lo que explican


luciana sanchez


EL EXITO DEL HOMBRE RADICA EN EL GRADO DE HUMILDAD DE ESPIRITU QUE TENGA.


ADRIANAPINEDADH


Cuando tienes una amistad perfecta, los demás hacen lo imposible para romperla y lo logran cuando uno de los dos les cree hasta el grado de desconfiar y ponerte en evidencia, juzgarte haces los mismo y dices que no era la amistad sino el interés ya no luchas por consérvalo y solo te haces a un lado, pero recuerda los mas lindos y bellos recuerdos de esa hermosa amistad.


Conitita


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


No Child Left Behind de ganancias de cuarto grado no están aprendiendo las ganancias, están probando las ganancias. Es por eso que no duran. La ley es una distracción de las cosas que realmente cuentan.


Jonathan Kozol


Un organismo vivo produce entropía positiva y por ello tiende a aproximarse al grado de entropía máxima qué es la muerte. Para evitarlo se alimenta.


Erwin Schrödinger


Era el inicio del año escolar,
dentro del salón de clases
se encontraba la maestra al frente
de sus alumnos de 5to Grado.

En la fila de adelante hundido
en su asiento estaba un niño de nombre Pedro
a quien la maestra conocía desde el año anterior.

Sabía que no jugaba bien con los otros niños,
que su ropa estaba desaliñada
y que frecuentemente necesitaba un baño.

Con el paso del tiempo
la relación entre ellos se volvió incómoda,
al grado que ella sentía gusto
al marcar sus tareas con grandes taches en color rojo.

Un día al revisar los expedientes de sus alumnos
se llevo una gran sorpresa
l descubrir los comentarios de los anteriores profesores de Pedro.

"Es un niño brillante con una sonrisa espontánea,
hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales;
es un deleite tenerlo cerca".

"Pedro es un excelente alumno,
apreciado por sus compañeros pero tiene problemas,
su madre tiene una enfermedad incurable
y su vida en casa debe ser una constante lucha".

Otro maestro escribió:
"La muerte de su madre ha sido dura para él,
trata de hacer su máximo esfuerzo,
pero su padre no muestra mucho interés".

Y por último: "Pedro es descuidado,
no tiene amigos y en ocasiones se duerme en clase".

La maestra se dio cuenta del problema y se sintió apenada,
más aún cuando al llegar Navidad,
todos los alumnos le llevaron regalos
envueltos en papeles brillantes y hermosos listones,
excepto el de Pedro que estaba torpemente envuelto
en papel de una bolsa del súper.

Algunos niños rieron;
la maestra encontró un viejo brazalete de piedras
y la cuarta parte de un frasco de perfume,
minimizando la risa de los niños al exclamar
¡Que brazalete tan bonito, Pedro!
poniéndoselo y rociando un poco de perfume en la muñeca.

Pedro se acercó y le dijo:
"Maestra, hoy usted huele como mi mamá".
Ella lo abrazó y lloró.

A medida que trabajaban juntos
la maestra percibió que a Pedro, mientras más lo motivaba,
mejor respondía,
al final del año era uno de los niños más listos de la clase,
volviéndose su consentido. Ambos se adoraban.

Un año después, encontró una nota de Pedro que decía
"Usted es la mejor maestra que he tenido en toda mi vida".

Cuatro años después, recibió otra carta,
diciéndole que pronto se graduaría
de la Universidad con los máximos honores.

Y le aseguro que era la mejor maestra que había tenido en su vida.

Pasaron otros cuatro años y llego otra carta,
esta vez le explicó
que después de haber recibido su titulo universitario,
él decidió estudiar más y que ella era la mejor.

Solo que ahora su nombre era mas largo
y la carta estaba firmada por el Cardiólogo Pedro Alonso.

El tiempo siguió su marcha y en una carta posterior,
Pedro le decía que
había conocido a una chica y que se iba a casar.
Explicó que su padre había muerto hacia dos años
y él preguntaba si ella accedería
a sentarse en el lugar que normalmente
esta reservado para la mamá del novio.

Por supuesto, la maestra aceptó.

El día de la boda lució aquel brazalete
con varias piedras faltantes
y se aseguró de usar el mismo perfume,
con el que Pedro recordaba el calor de su mamá.

Se abrazaron y él susurró al oído de su maestra preferida,
"Gracias, gracias por creer en mi.
¡Muchas gracias! por hacerme sentir importante
y por enseñarme que yo podía hacer la diferencia".
¡Gracias maestra!

Mariano Osorio


Jackselins Arteaga




Se ve a algunas personas equivocarse en la admiración hasta el grado de alabar en una obra la materia de la que ella pretende ser el antídoto.


Jean Rostand


La sociedad es tan tiránica como el Estado, si no más. Esto es porque entre la coerción estatal y la coerción social no hay más que una diferencia de grado.


Georges Palante


El aumento del grado de monopolio ocasionado por la expansión de las grandes empresas da lugar a que las industrias en que éstas predominan absorban una proporción mayor de los ingresos totales y las demás industrias una parte menor, es decir, el ingreso se redistribuye de las empresas pequeñas a las grandes.


Micha Kalecki


¿Será verdad que hay más violencia hoy que antiguamente? Lo dudo. Creo que estamos mejor informados, sin embargo el grado de violencia no es mayor en nuestra sociedad de lo que era en las sociedades anteriores.


Georges Duby


Tengo un montón de cosas que la sociedad había prometido que me haría su conjunto y satisfecho - todas las cosas que la cultura le dice desde el nivel preescolar en adelante calmar la ansiedad que palpita dentro de ti - estatura, el respeto de sus colegas, tal vez incluso una especie de baja grado de fama.


Anne Lamott


El lenguaje típico del teatro tendrá su centro en la puesta en escena, considerada no como simple grado de refracción de un texto en escena, sino como el punto de partida de toda creación teatral.


Antonin Artaud


Según los criterios establecidos en la conversación de aquella noche, ella no poseía ninguna cualidad en un grado demasiado alto ni demasiado bajo, lo cual le llenaba de asombro y de un anhelo desesperado. El debate no tuvo ninguna conclusión, y acabó por caer en un deshilvanado chismorreo que los jóvenes mantuvieron hasta el amanecer.


Murasaki Shikibu


Yo me crié en las ciudades, pero me crié en Texas, así que hay un cierto grado de conexión con la tierra.


JoBeth Williams


Tiene que haber respuestas correctas e incorrectas a las preguntas de la moral y los valores que potencialmente entran en el ámbito de la ciencia. En este punto de vista, algunas personas y culturas serán derecha (en mayor o menor grado), y algunos se equivocan, con respecto a lo que consideran importante en la vida.


Sam Harris


Es muy bueno ser corto, muy cool. Cuando estaba en octavo grado, y la altura que soy ahora, me basta con ver las niñas cortos lindos y pienso, 'Si tan sólo, si sólo. '


Alison McGhee


Es imposible pasar por alto el grado en que la civilización está construida, renunciando al instinto.


Sigmund Freud


La revolución rusa fue en un grado sin precedentes de la causa del proletariado de todo el mundo cada vez más revolucionaria.


Karl Liebknecht


Un grado de la mentira - usted sabe, mentiras blancas - parece ser inherente a todas las lenguas y todas las formas de comunicación.


Matthew Lesko


Yo creo que cuando estamos hablando de la violencia juvenil, que estamos hablando de niños que no tienen oportunidades, por lo que contratan a un cierto grado de ilegalidad, ya que nosotros como sociedad les hemos fallado.


Matt Gonzalez