Huesped
Huesped. Encuentra docenas de huesped con fotos para copiar y compartir.
Huésped Sin Sombra
Nada deja mi paso por la tierra.
En el momento del callado viaje
he de llevar lo que al nacer me traje:
el rostro en paz y el corazón en guerra.
Ninguna voz repetirá la mía
de nostálgico ardor y fiel asombro.
La voz estremecida con que nombro
el mar, la rosa, la melancolía.
No volverán mis ojos renacidos
de la noche a la vida siempre ilesa,
a beber como un vino la belleza
de los mágicos cielos encendidos.
Esta sangre sedienta de hermosura
por otras venas no será cobrada.
No habrá manos que tomen, de pasada,
la viva antorcha que en mis manos dura.
Ni frente que mi sueño mutilado
recoja y cumpla victoriosamente.
Conjuga mi existir tiempo presente
sin futuro después de su pasado.
Término de mí misma, me rodeo
con el anillo cegador del canto.
Vana marea de pasión y llanto
en mí naufraga cuanto miro y creo.
A nadie doy mi soledad. Conmigo
vuelve a la orilla del pavor, ignota.
Mido en silencio la final derrota.
Tiemblo del día. Pero no lo digo.
Nada deja mi paso por la tierra.
En el momento del callado viaje
he de llevar lo que al nacer me traje:
el rostro en paz y el corazón en guerra.
Ninguna voz repetirá la mía
de nostálgico ardor y fiel asombro.
La voz estremecida con que nombro
el mar, la rosa, la melancolía.
No volverán mis ojos renacidos
de la noche a la vida siempre ilesa,
a beber como un vino la belleza
de los mágicos cielos encendidos.
Esta sangre sedienta de hermosura
por otras venas no será cobrada.
No habrá manos que tomen, de pasada,
la viva antorcha que en mis manos dura.
Ni frente que mi sueño mutilado
recoja y cumpla victoriosamente.
Conjuga mi existir tiempo presente
sin futuro después de su pasado.
Término de mí misma, me rodeo
con el anillo cegador del canto.
Vana marea de pasión y llanto
en mí naufraga cuanto miro y creo.
A nadie doy mi soledad. Conmigo
vuelve a la orilla del pavor, ignota.
Mido en silencio la final derrota.
Tiemblo del día. Pero no lo digo.
Meira Delmar
La conciencia es como un huésped pesado que grita siempre, pero con el que, salvo en algunos casos gravísimos, uno termina por entenderse.
Noel Clarasó
Rocannon sabía que aquel hombre habría dado la mitad de sus gentes y de sus esposas por librarse de su huésped extraterreno, pero que estaba atrapado en su propia crueldad: el carcelero era prisionero del prisionero.
Ursula K. Le Guin
En las comunidades judías siempre hay un extranjero. Y el año venidero el anfitrión será el huésped.
Noah Gordon
Desamor
Las razones
que tuve para amarte
se borraron anoche
en la tormenta
Quedé limpia
Tu olor a huésped
voluptuoso en mis entrañas
se enredó con la lluvia
y se marchó
De "Pulso interno"
Las razones
que tuve para amarte
se borraron anoche
en la tormenta
Quedé limpia
Tu olor a huésped
voluptuoso en mis entrañas
se enredó con la lluvia
y se marchó
De "Pulso interno"
MarÃa Clara González
El amor es como los huéspedes. Lo que importa no es creer en ellos, sino saberlos recibir cuando se presentan, aprovecharlos mientras están, y despedirlos con cortesía cuando se marchan.
Noel Clarasó
Despedida Al Pie de Un Rosal
Si no hay conocimientos en las cenizas
dejémoslas caer en la belleza frágil
de este rosal que tiembla en el otoño.
¿Amar, qué significa, si nada significa?
Huésped del tiempo esquivo, desnudo ya de mí,
retener el raído esplendor de la existencia
que una vez creí mía,
antes que, apresurado,
me ciegue en el reverso de esta luz.
Y aguardar esta espera sin alguna esperanza,
sentir la fe de nada, pues soplé en las cenizas
y nada hay fuera de ellas:
tan solo amar, sin pensamiento alguno,
el declinar pausado del Engaño.
Arde extraña la vida, como si contemplase
en mi extinción la ajena,
y no puedo apartar los ojos de su fuego.
Canta en el aire un pájaro,
el pájaro invisible de mi infancia,
el que entonces cantaba ya sin vida.
Arde una brasa aún al pie de este rosal
y no quema mi mano.
Cuánto olor en el aire, y el aire se lo lleva.
Si no hay conocimientos en las cenizas
dejémoslas caer en la belleza frágil
de este rosal que tiembla en el otoño.
¿Amar, qué significa, si nada significa?
Huésped del tiempo esquivo, desnudo ya de mí,
retener el raído esplendor de la existencia
que una vez creí mía,
antes que, apresurado,
me ciegue en el reverso de esta luz.
Y aguardar esta espera sin alguna esperanza,
sentir la fe de nada, pues soplé en las cenizas
y nada hay fuera de ellas:
tan solo amar, sin pensamiento alguno,
el declinar pausado del Engaño.
Arde extraña la vida, como si contemplase
en mi extinción la ajena,
y no puedo apartar los ojos de su fuego.
Canta en el aire un pájaro,
el pájaro invisible de mi infancia,
el que entonces cantaba ya sin vida.
Arde una brasa aún al pie de este rosal
y no quema mi mano.
Cuánto olor en el aire, y el aire se lo lleva.
Francisco Brines
El Huésped de Piedra
Recordando el tatuaje ritual de los marinos,
los náufragos de ojos redondos como el miedo,
firman con arañazos en mis carnes su nombre.
Pero un náufrago terco
de mar equivocado por mi sangre
arañazos me hace tan secretos
que me llena de hondas escrituras de clave.
Huésped mío,
¿qué buscas?
¿qué quieres,
que a fuerza de ser mudo me golpeas
como un odio sin puertas?
¿Qué más quieres?
¿No oíste?
¿No me oyes?
¿Son tan hondos tus ruidos?
¿Qué cincel hace tiempo le da golpes azules
a esta piedra triste tirada aquí...
mi cráneo?
Ahora tú, tú sola.
¡Oh muerte que me pones ya tan joven!
Recordando el tatuaje ritual de los marinos,
los náufragos de ojos redondos como el miedo,
firman con arañazos en mis carnes su nombre.
Pero un náufrago terco
de mar equivocado por mi sangre
arañazos me hace tan secretos
que me llena de hondas escrituras de clave.
Huésped mío,
¿qué buscas?
¿qué quieres,
que a fuerza de ser mudo me golpeas
como un odio sin puertas?
¿Qué más quieres?
¿No oíste?
¿No me oyes?
¿Son tan hondos tus ruidos?
¿Qué cincel hace tiempo le da golpes azules
a esta piedra triste tirada aquí...
mi cráneo?
Ahora tú, tú sola.
¡Oh muerte que me pones ya tan joven!
Manuel del Cabral
Desde El Alma
Vals
Hermano cuerpo estás cansado
desde el cerebro a la misericordia
del paladar al valle del deseo
cuando me dices/ alma ayúdame
siento que me conmuevo hasta el agobio
que el mismísimo aire es vulnerable
hermano cuerpo has trabajado
a músculo y a estómago y a nervios
a riñones y a bronquios y a diafragma
cuando me dices/ alma ayúdame
sé que estás condenado/ eres materia
y la materia tiende a desfibrarse
hermano cuerpo te conozco
fui huésped y anfitrión de tus dolores
modesta rampa de tu sxo ávido
cuando me pides/ alma ayúdame
siento que el frío me envilece
que se me van la magia y la dulzura
hermano cuerpo eres fugaz
coyuntural efímero instantáneo
tras un jadeo acabarás inmóvil
y yo que normalmente soy la vida
me quedaré abrazada a tus huesitos
incapaz de ser alma sin tus vísceras
Vals
Hermano cuerpo estás cansado
desde el cerebro a la misericordia
del paladar al valle del deseo
cuando me dices/ alma ayúdame
siento que me conmuevo hasta el agobio
que el mismísimo aire es vulnerable
hermano cuerpo has trabajado
a músculo y a estómago y a nervios
a riñones y a bronquios y a diafragma
cuando me dices/ alma ayúdame
sé que estás condenado/ eres materia
y la materia tiende a desfibrarse
hermano cuerpo te conozco
fui huésped y anfitrión de tus dolores
modesta rampa de tu sxo ávido
cuando me pides/ alma ayúdame
siento que el frío me envilece
que se me van la magia y la dulzura
hermano cuerpo eres fugaz
coyuntural efímero instantáneo
tras un jadeo acabarás inmóvil
y yo que normalmente soy la vida
me quedaré abrazada a tus huesitos
incapaz de ser alma sin tus vísceras
Mario Benedetti
Antrim Road
Para Lola del Estal
Vienes con el amanecer
o ya estás, estás sentado aún con las estrellas
en el duro escalón del arriate
donde encañados crecen los guisantes de olor
y el botón estallante de la amapola india,
el pequeño dominio urbano de tu siembra.
¿Alguna vez pensaste que te ornarían los brotes,
los tanteantes pámpanos prensiles,
en caligrafía de dibujo sobre la fúnebre pizarra?
Inmóvil no suspiras,
pensativo y doméstico dios menor y guardián,
sólo atento a la losa que tu nombre proclama
y tu derecho:
Abraham Higgins, proprietor. 1876.
Vendido el predio,
la actual dueña intrusa a sabiendas te ignora
tal no repara en el caracol de zurrón deslizante,
vulnerando tu espacio de armonía
tendaleras con prietos calcetines de lana
de su amante galés, beodo y rojo.
En el prerrafaelista clarear de la luz
la malvarrosa yergue sus ásperos papeles
y solo yo te veo, accidental huésped de semana,
de bed and breakfast.
Cuando regrese al fuego suicida de mi patria
definitivamente tú habrás muerto.
Para Lola del Estal
Vienes con el amanecer
o ya estás, estás sentado aún con las estrellas
en el duro escalón del arriate
donde encañados crecen los guisantes de olor
y el botón estallante de la amapola india,
el pequeño dominio urbano de tu siembra.
¿Alguna vez pensaste que te ornarían los brotes,
los tanteantes pámpanos prensiles,
en caligrafía de dibujo sobre la fúnebre pizarra?
Inmóvil no suspiras,
pensativo y doméstico dios menor y guardián,
sólo atento a la losa que tu nombre proclama
y tu derecho:
Abraham Higgins, proprietor. 1876.
Vendido el predio,
la actual dueña intrusa a sabiendas te ignora
tal no repara en el caracol de zurrón deslizante,
vulnerando tu espacio de armonía
tendaleras con prietos calcetines de lana
de su amante galés, beodo y rojo.
En el prerrafaelista clarear de la luz
la malvarrosa yergue sus ásperos papeles
y solo yo te veo, accidental huésped de semana,
de bed and breakfast.
Cuando regrese al fuego suicida de mi patria
definitivamente tú habrás muerto.
Pablo GarcÃa Baena
El amor es un huésped que pocas veces es alojado en nuestro corazón con el mismo cariño que llega, es un visitante impredecible, cuando se va es inalcanzable, si regresa ya no lo hace con la misma intensidad, si le simpatizamos nos hace felices, si le defraudamos desgraciados, si queremos retenerlo se aleja, si le rechazamos insiste, si fracasa nos da nuevas oportunidades, si lo buscamos no lo encontramos si lo interpretamos no lo definimos ¿Entonces que es el amor? que importa...el que sabe amar ama porque no sabe hacer otra cosa, lo mismo que el que odia
Endry andre
Los Ojos de La Corza
Viajo desde los ojos de la corza
a su interior. Un mundo de cristales
ternísimos y velos ligerísimos
acoge al primer paso de mis ojos.
Avanzo sin temor; sobrecogido,
no obstante, por lo fácil del camino
que, de ojos adelante, ya discurre
por pasadizos y pasillos suaves
al tacto de los pies que me imagino,
y porque a su través se transparentan
leves arquitecturas sinuosas,
edificios de flor carnal y ramas
que, aunque no mueve el viento, se cimbrean
al borde de arroyuelos escarlatas,
y suaves y pulidas piedras puestas
en orden de descanso y sobresalto.
Lejos quedan los ojos de la corza
en tan corto trayecto transcendidos
y, cuando vuelvo hacia ellos la mirada
-ya huésped familiar de lo aludido-,
no encuentro su salida luminosa
y me pierdo en un prado de mil prados,
hechos de tiempos idos y presentes,
vigilados por vuelos agresivos
y por olfatos que el marfil afilan.
Sigo los vericuetos de la corza,
que se han hecho mi propio laberinto,
y hallo en su centro de lucientes ojos
los suyos y los míos junto a un pozo
del que desborda el agua suya y mía.
Viajo desde los ojos de la corza
a su interior. Un mundo de cristales
ternísimos y velos ligerísimos
acoge al primer paso de mis ojos.
Avanzo sin temor; sobrecogido,
no obstante, por lo fácil del camino
que, de ojos adelante, ya discurre
por pasadizos y pasillos suaves
al tacto de los pies que me imagino,
y porque a su través se transparentan
leves arquitecturas sinuosas,
edificios de flor carnal y ramas
que, aunque no mueve el viento, se cimbrean
al borde de arroyuelos escarlatas,
y suaves y pulidas piedras puestas
en orden de descanso y sobresalto.
Lejos quedan los ojos de la corza
en tan corto trayecto transcendidos
y, cuando vuelvo hacia ellos la mirada
-ya huésped familiar de lo aludido-,
no encuentro su salida luminosa
y me pierdo en un prado de mil prados,
hechos de tiempos idos y presentes,
vigilados por vuelos agresivos
y por olfatos que el marfil afilan.
Sigo los vericuetos de la corza,
que se han hecho mi propio laberinto,
y hallo en su centro de lucientes ojos
los suyos y los míos junto a un pozo
del que desborda el agua suya y mía.
Ãngel Crespo
¡Queremos paz y levantamos una guerra, la lucha es contra potestades, principados y huesped de maldad!...
Cristo uneme a tu ejercito...
Cristo uneme a tu ejercito...
Alexandra
De manera que ahora soy un ser de ninguna parte, forastero en todas; huésped, en el mejor de los casos. También he perdido a mi patria propiamente dicha, la que había elegido mi corazón, Europa, a partir del momento en que ésta se ha suicidado desgarrándose en dos guerras fratricidas
Stefan Zweig
Creo que el primer villano que he jugado fue en 'Stargate'. Yo era un ser superior que se haría cargo de un huésped humano y creer que él era el ser más superior en el universo.
Kevin Durand
Usted sabe que es curioso que ninguno de los late-night regulares muestra ahora utilizan anfitriones de la huésped de la manera Johnny hizo. Nadie habla mucho, pero es curioso que no lo hacen. Tendrían que cada que se le pregunte la razón por la que no lo hacen.
Garry Shandling
Karaoke es algo que es cercano y querido y muy cerca de mi corazón. Yo era un huésped karaoke cuando estaba trabajando mi camino a través de la universidad. Yo era un estudiante de tiempo completo y el karaoke era mi trabajo nocturno.
Nathan Fillion
Nos hemos olvidado de ser buenos huéspedes, de cómo caminar ligeramente sobre la Tierra como hacen sus otras criaturas.
Barbara Ward