Infierno ( 3 )
Infierno. Encuentra docenas de infierno con fotos para copiar y compartir.
Este es Greebo, es un diablo salido del infierno. Bueno, es que es un gato, era de esperar.
Terry Pratchett
Solo el afán de un náufrago podría remontar este infierno que aborrezco. Crece mi furia y ante mi furia crezco y solo junto al mar espero el día.
Reinaldo Arenas
Las lágrimas se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a uno. En una casa buena de Cádiz, o en el infierno. Donde sea. Donde se pueda
Arturo Pérez-Reverte
¿Cómo podría descansar, se quejó roncamente, mientras vago por Dublín todo este tiempo con mi lote de canciones y él tras de mí tal que un alma en pena o un fantasma? Mi infierno, y el de Irlanda, están en esta vida.
James Joyce
(...) Pocos son los escritores que renuncian. Jugamos a creernos inmortales. Nos equivocamos en el juicio de nuestras propias obras y en el juicio siempre impreciso de las obras de los demás. Nos vemos en el Nobel, dicen los escritores, como quien dice: nos vemos en el infierno.
Roberto Bolaño
¡Tedio cruel! Solo por olvido no te han hecho los autores de las penas del infierno figurar entre ellas.
Giacomo Casanova
Tú conjuras silencios, yo conjuro palabras intentando con ellas esquivar el infierno, que no está, como dicen, debajo de nosotros, sino que nos habita. Un estado mental en el que las estrellas se nos antojan pulgas que nos pican el alma. El infierno es un hombre que dialoga con su desdicha cada día.
Beatriz Villacañas
Pero el fuego de la tierra ha sido creado por Dios para beneficio del hombre, para mantener en él la centella de la vida y para ayudarle en las artes útiles, mientras que el fuego del infierno es de otra calidad y ha sido creado por Dios para torturar y castigar al impenitente pecador.
James Joyce
¿ES que no podéis hablar un minuto sin que vayamos a parar al Infierno nuevamente? ¡Estoy harto del Infierno!
Arthur Miller
Buscamos nuestro infierno, llevamos milenios construyéndolo, y después de mucho esfuerzo, ahora podemos vivir de la peor manera posible.
Paulo Coelho
¡Hazte a la idea! Ahora, el Cielo y el Infierno nos tienen agarrados por la espalda y toda nuestra vieja simulación nos ha sido arrancada...
Arthur Miller
Si ha invierno le quitas la V de tu visita, y le añades la F de frialdad, le queda infierno, y eso es lo que será sin tu paz
Pablo Hasél
Cuando de noche él me llame, atrayéndome al infierno, iré. Desciendo como un gato por los tejados. Nadie sabe, nadie ve.
Clarice Lispector
En referencia a Dios una vez dijo algo así: Piensa en alguien capaz de poblar el infierno o crear el paraíso.
John Stuart Mill
Solo porque crea no significa que no piense bien las cosas. No hay que cuestionarse todas las cosas en el cielo o en el infierno.
David Bowie
Más allá del alcance de la humana, experiencia una gota de infierno, un toque de demencia...
Stephen King
Para los que creen en el infierno, debería existir la posibilidad de ir a él.
Andrés Rábago GarcÃa
Me dejo seducir por el infierno, por el deseo perverso de saber hasta dónde puede arrastrar el corazón al cuerpo.
Beatriz Villacañas
Es preciso no dejarse llevar a engaño: ¡no juzguéis!, dicen, pero ellos mandan al infierno a todo lo que los estorba. Al hacer que Dios juzgue, son ellos mismos los que juzgan: al glorificar a Dios, se glorifican a sí mismos...
Friedrich Nietzsche
Las religiones. Siempre haciendo que la vida sea un infierno para que la muerte parezca una liberación.
José Miguel Monzón Navarro
El genio de la revolución mundial, Lenin, dijo que la revolución no se hace, sino que se organiza. Y esto mismo os decimos nosotros, os dice el Partido Comunista: que a la represión de este Gobierno, a los propósitos claros de hundirnos en el infierno fascista del hacha y del patíbulo, nosotros tenemos que oponer y oponemos ya la lucha organizada.
José DÃaz Ramos
Y el Cristo dijo: Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen, y no hay hombre que sepa lo que se hace. Pero ha sido menester convertir a la religión, a beneficio del orden social, en policía, y de ahí el infierno.
Miguel de Unamuno
El cielo o el infierno están en nuestra cabeza, no en las cosas materiales que poseemos.
Qiu Xiaolong
La última vez que hice esto tenía un sacerdote enfrente. Y tenía una maleta llenísima de dólares, lista para salvarme del Infierno.
Xavier Velasco
Explícame qué cosa es el pecado, / la muerte y el infierno, azufre y llama, / cuando bajo los ojos de la gente / en mi angustia, no me he unido / a ti como el retoño se une al tronco.
BorÃs Pasternak
Era el cuerpo de mujer que invitaba al hombre a los círculos inferiores del infierno.
Yasunari Kawabata
Pues hay gente por la calle que se cree que con negar el infierno ya puede vivir tranquila. Son idiotas. Menudo chasco se van a llevar en la muerte.
Jorge Loring
Si el veredicto era culpable había castigo severo. Una forma de la doctrina concebía este castigo como eterno, y transmitió a la teología posterior la noción del infierno. Otra forma adoptó la idea de la transmigración: el alma renacía vez tras vez en vidas más felices o amargadas que antes según la pureza o impureza de su existencia anterior; y esta rueda de renacimientos continuaba girando hasta que se lograba pureza completa, y el alma era admitida en las Islas de los Benditos. Otra variante ofrecía la esperanza de que el castigo en Hades pudiera terminar por medio de penitencias ejecutadas de antemano por el individuo, o después de su muerte, por sus amigos. De esta manera surgió una doctrina de purgatorio e indulgencias.
Will Durant
¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza,
trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!
¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su sayo de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.
El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.
¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno?
Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monesterio!
trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!
¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su sayo de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.
El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.
¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno?
Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monesterio!
Arthur Rimbaud