Juicio ( 3 )
Juicio. Encuentra docenas de juicio con fotos para copiar y compartir.
Es una gran miseria no tener suficiente espíritu para hablar con propiedad, pero es mayor miseria todavía no poseer suficiente juicio para saber callar a tiempo.
Jean de la Bruyere
¿Cree usted que un periodista tiene derecho a suministrar o suprimir cualquier parte de un juicio?
Henry Brougham
¿Quién no se ha sorprendido a sí mismo cien veces cometiendo una acción estúpida o vil, por la única razón de que 'no debe' cometerla? ¿Acaso no existe en nosotros una eterna inclinación, a despecho de la excelencia de nuestro juicio, a violar 'la ley' simplemente porque reconocemos que es la ley?.
Edgar Allan Poe
A mi juicio la buena o mala conducta futura de un niño depende completamente de la madre.
Marlene Dietrich
Lo que nos hace llamar con el nombre de juicio final al juicio universal, es solo nuestra concepción del tiempo; en realidad se trata de un juicio sumario
Franz Kafka
Es feliz, por tanto, el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquel para quien la razón es quien da valor a todas las cosas de su vida
Séneca
...ninguna injusticia puede convertirse en norma de juicio por la que se guien los jueces posteriores.
Thomas Hobbes
,es necesario conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintintas y opuestas, vivan en paz.
Baruch Spinoza
Quien vaya a ser sabio se menosprecia a sí mismo. Sólo los ignorantes confían en su propio juicio.
Idries Shah
Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Florencia Bonelli
Las primaveras al marcharse dejan las lloviznas de otoño preparadas... Pequeña, ve despacio, mucho juicio, no te quemen tus llamas.
Alfonsina Storni
PASO DOS Llegamos a creer de que sólo un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
Overeaters Anonymous
Esto parece haber dado a entender la divina escriptura en los proverbios de Salomón: El Rey que está sentado en el solio del juicio disipa todo mal con su mirada?
Rex, qui sedet in solio judicii, dissipat omne malum in tuitu suo
Rex, qui sedet in solio judicii, dissipat omne malum in tuitu suo
Bartolomé de las Casas
... siempre encuentro humanos en su mejor y en su peor momento. Veo su fealdad y su belleza y me pregunto cómo ambas pueden ser lo mismo. Sin embargo, tienen algo que les envidio: al menos los humanos tienen el buen juicio de morir.
Markus Zusak
Cuando Martín declaró en el juicio que la única buena costumbre que él defendía era la de leer y que el resto era asunto de cada uno, el juez añadió otros diez años de condena a los no sé cuanto que ya le habían caído.
Carlos Ruiz Zafón
Los sacerdotes, las monjas, los frailes, cuando quieren dedicar sus vidas a Dios, hacen ayuno, es decir, no comen y no hacen el amor, al contrario de las únicas dos órdenes que ha dado Dios. Cuando los encuentre en el Juicio Universal, se enojará un poco: Sacerdotes, monjas, frailes, vengan acá un segundo. Disculpen, yo había dicho: "Creced y multiplicaos". Y Uds... ayuno y castidad. Posiblemente no han entendido. Tenía que decir: ¡Comed y haced el amor! Yo no quería escribir malas palabras en la Biblia. Pero... levántate ese hábito y a darle...
Roberto Benigni
Vaya por las repúblicas a fin de que las cargas de la administración queden contrapesadas por la competencia y capacidad de los individuos y no se distribuyan los empleos sopesando los grados de la sangre, de la nobleza, de los títulos, de la riqueza, sino de las virtudes que engendran los frutos de las empresas, para que presidan los justos, contribuyan los pudientes, enseñen los doctos, guíen los prudentes, combatan los fuertes, aconsejen los que tienen juicio, manden los que tienen autoridad.
Giordano Bruno
Cuando el gallo menudea
la garganta se me afina
y el juicio se me clarea.
Yo soy como el espinito
que en la sabana florea
le doy aroma al que pasa
y espino al que me menea.
la garganta se me afina
y el juicio se me clarea.
Yo soy como el espinito
que en la sabana florea
le doy aroma al que pasa
y espino al que me menea.
Alberto Arvelo Torrealba
Si utilizara el ingenio que los buenos espíritus me dieron, entonces diría que esta dama no puede existir, pues ¿qué hombre en su sano juicio llamaría al sueño realidad? Sin embargo yo preferiría no ser cuerdo y prestar crédito a mis ojos hechizados
Isaac Asimov
Usted no quiere que piense. Cuando fuerza a un hombre a actuar contra su placer y a su juicio, es su pensamiento el que desea suprimir. Anhela convertirlo en un "robot". Pues bien, obraré de acuerdo con esto.
Ayn Rand
Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Florencia Bonelli
En cuanto al mandar, que parece tan fácil y hacedero, si se considera la debilidad del juicio humano y la dificultad de elección entre las cosas nuevas o dudosas, yo creo que es mucho más cómodo y más grato el obedecer que el conducir, y que constituye un reposo grande para el espíritu el no tener que seguir más que una ruta trazada de antemano, y el no tener tampoco que responder de nadie, más que de sí mismo:
Michel De Montaigne
Entrego, pues, mi labor y mi memoria al juicio del pueblo, por cuya noble causa he luchado constantemente.
Leandro Alem
Aquí, cuando las personas pierden el juicio, que es a menudo, son capaces de pegarse un tiro en el pie si creen que así dejarán cojo al vecino.
Carlos Ruiz Zafón
Podría haber y, a mi juicio, debería haber leyes que impidieran a los candidatos, no solamente gastar más que determinada cantidad en sus campañas electorales, sino también recurrir a esa especie de propaganda antirracional que convierte en disparate todo el procedimiento democrático.
Aldous Huxley
Ni lo uno ni lo otro. Toda la obra de Costa está impregnada de un verdadero culto a la libertad. Y esto es a mi juicio más auténticamente representativo de la personalidad de Costa que unas cuantas frases pronunciadas o escritas las más de las veces a propósito de temas de los que provocaban con mayor agudeza su falta de ponderación y mesura, no tanto en las ideas como en las palabras.
Pablo de Azcárate
(Cristo) Amaba a los ignorantes, como todos los poetas, pues sabía que siempre hay espacio en el alma de un ignorante para una gran idea. Pero no podía soportar a los necios, especialmente a aquellos embrutecidos por la educación, vale decir, a esas gentes que poseen un juicio a punto para todo, aunque no comprendan ninguno; un tipo, éste, especialmente moderno, y que describe Cristo bajo la forma de aquél que posee la llave de la sabiduría y no la sabe emplear, ni permite que la empleen los demás a pesar de que ésta, acaso, sirva para abrir la puerta del reino de Dios.
Oscar Wilde
Aunque en un principio me decepcionó ser calificado como un extremista, mientras seguía pensando sobre el asunto, gradualmente fui ganando una medida de satisfacción de la etiqueta. ¿No fue Jesús un extremista del amor?: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen." ¿No era Amós, un extremista de la justicia?: "Corra el juicio como las aguas y la justicia como arroyo impetuoso" ¿No era Pablo un extremista del Evangelio cristiano?: "Yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús". ¿No fue Martín Lutero, un extremista?: "Aquí estoy, no puedo hacer otra cosa, que Dios me ayude". ¿Y John Bunyan?: "Voy a permanecer en la cárcel hasta el fin de mis días antes de hacer una carnicería de mi conciencia". ¿Y Abraham Lincoln?: "Esta nación no puede sobrevivir como mitad esclava y mitad libre". ¿Y Thomas Jefferson?: "Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son ncreados iguales..." Así que la pregunta no es si vamos a ser extremistas o no, pero ¿qué clase de extremistas seremos. ¿Seremos extremistas por odio o por amor? ¿Seremos extremistas por la preservación de injusticia o por la extensión de la justicia?
Martin Luther King
Arrête, Matilde -le pidió-. Arrête, s'il te plaît. Me rindo -susurró en francés, con los brazos alzados y la cabeza caída. Su mano se abrió y las fotografías se regaron en torno a él.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Matilde supo que algo acababa de romperse en el interior de Eliah y sintió pánico.
-Estoy cansado de vivir de esta manera, lleno de angustia y de desesperación por el temor constante a perderte, por no se suficiente para ti, por anhelar que me ames más que a nadie, por considerarme menos, por no merecerte...
-Eliah, por favor...
-Déjame hablar. Le temo a tu juicio lo mismo que a mis errores, que son muchos, lo sé, pero están en el pasado y nada puedo hacer para cambiarlos. Le temo a tu condena. En verdad, tú estas muy por encima de mí...
-¡No! -clamó ella, e intentó acercarse, pero Al-Saud volvió a elevar los brazos y caminó hacia atrás.
-Te amo de un modo que no es bueno para mí, tampoco lo es para ti. A veces pienso que es una obsesión que terminará con los dos.
Florencia Bonelli
¡Todavía aquí, Laertes! ¡A bordo, a bordo! ¡Qué vergüenza! El viento sopla en la popa de tu nave, y sólo aguardan tu llegada. Acércate. ¡Que mi bendición sea contigo! Y procura imprimir en la memoria estos pocos preceptos: No propales tus pensamientos ni ejecutes nada inconveniente. Sé sencillo, pero en modo alguno vulgar. Los amigos que escojas y cuya adopción hayas puesto a prueba, sujétalos a tu alma con garfios de acero, pero no encallezcas tu mano con agasajos a todo camarada recién salido sin plumas del cascarón. Guárdate de entrar en pendencia: pero, una vez en ella, obra de modo que sea el contrario quien se guarde de ti. Presta a todos tu oído, pero a pocos tu voz. Oye las censuras de los demás, pero reserva tu juicio. Que tu vestido sea tan costoso como tu bolsa lo permita, pero sin afectación a la hechura; rico, mas no extravagante, porque el traje revela al sujeto, y en Francia las personas de más alta alcurnia y posición son de esto modelo de finura y esplendidez. No pidas ni des prestado a nadie, pues el prestar hace perder a un tiempo el dinero y al amigo, y el tomar prestado embota el filo de la economía. Y, sobre todo, esto: sé sincero contigo mismo y de ello se seguirá, como la noche al día, que no puedes ser falso con nadie. ¡Adiós! Que mi bendición haga fructificar en ti todo esto.
William Shakespeare
Lo cierto es que yo hice un llamado a la unidad nacional. La respuesta fue de juicio político. Entonces, cual fue mi actuación: fue un gesto de renunciamiento. No es que yo por mí quisiera irme. Tenía toda la fuerza atrás si hubiera querido emplearla, hasta de las fuerzas armadas.
Fernando de la Rúa
Lo que más nos aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos separandonos, porque el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y aporreamos con violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros.
Friedrich Nietzsche
Creo en un juicio final que castigará a aquellos que se atrevieron a lucrar contra este elevado arte.
Richard Wagner
La Revolución francesa, obra de la filosofia. Pero qué salto desde el "cogito ergo sum" hasta el primer grito de "A la Bastille!" resonando en el Palais Royal. Para la Bastilla fue la trompeta del Juicio Final.
Georg Christoph Lichtenberg
El abuso de las drogas no es una enfermedad, es una decisión, como la decisión de saltar desde un coche en movimiento. No lo llamaría una enfermedad sino un error de juicio.
Philip Dick