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La confianza es la base de una relacion ( 2 )

La confianza es la base de una relacion. Encuentra docenas de la confianza es la base de una relacion con fotos para copiar y compartir.


el amor es como un árbol

ciertamente el amor es uno de las experencias mas agradables y hermosas de la vida, este es como un arbol,pues llevara en el el siempre sus raizes
cuando dos personas forman una relacion han decidido sembrar un árbol pero hay de aquel que sea el que albergue este arbol
todo comienza con una semilla aquella que es una sonrisa un te quiero, una mirada, poco apoco se empieza a regar con el fevor de los
abrazos y los cariños, con un cuidado diario y comprometido al paso de los meses comienza a verse el crecimiento de este, se comienza
a vislumbrar el nacer de sus ramas
y poco a poco comiemza a penetrar las raizez en algo profundo algo llamado el corazon con el paso de los años este a de
tener un tronco en el cual reposan los dos
amantes pues les cobija la sombra de su amor la cual los proteje de los rayos de problemas e incertidumbres ya pasados los
años este ah forjado frutos unicos deliciosos con
una esencia propia llamados cariño confianza respeto son invaluables ya que de ellos comen para poder vivir pues los
dos ya son solo uno,pero si uno dejase por tan solo un instante de no procurar ese árbol las consecuencia suelen ser
siempre fatales
si se llegase a romper este enlace apurar a buscar un refugio pues el daño ya esta echo su tronco a alcanzdo
la altura mas alta y sus ramas han dado cobijo a frutos que
no se podran comer jamas pues ya están echados a perder son agrios ya que el sabor que os embriagaba de dulzura ahora se ah vuelto tan amargo
que con tan solo sentir su
aroma provoca asco y las raizez ya se han asentado en vuestra alma, muchos cal comprender la magnitud han comprendido que ya
ah terminado y con ayuda de otros tiran ese arbol
pero las otros por si mismo pero hay uno que aun no se resignan ilusamente lo siguen regando aun que ya este podrido y
seco buscan darle vida la cual ya ah desaparecido,hermano no es acaso esto una prueba de union


aztrasoft


Los celos enferman una relación, así que confía en tu pareja. Bríndale la libertad y el espacio que necesita. No registres sus objetos personales. No fiscalices sus llamadas. La confianza es un fuerte pilar para preservar un matrimonio feliz y saludable


Marisol




PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


La confianza es a las relaciones humanas lo que la fe es vivir el Evangelio. Es el lugar de inicio, la base sobre la que más se puede construir. ¿Dónde está la confianza, el amor puede florecer.


Barbara Smith


Por tanto, debemos construir una relación adecuada entre los más ricos y los países pobres sobre la base de nuestro deseo de que son capaces de valerse por sí mismos, con la inversión que es necesaria en su agricultura, por lo que África no es un país importador neto de alimentos, pero un exportador de los alimentos.


Gordon Brown


Confianza debe ser la base de toda nuestra formación moral.


Robert Baden-Powell




El tema de la confianza es un factor importante en los asuntos del corazón - y aquí está el porqué. Los hombres mienten a las mujeres. Las mujeres encuentran a los hombres. Y la mayoría de las personas están de acuerdo en que algunas mentiras es incluso necesario - para evitar disputas mezquinas y para engrasar las ruedas de una relación.


Joyce Brothers


Un artista de la recogida me dio un buen consejo: las tres cosas más importantes en una relación son la honestidad, la confianza y el respeto, y si usted no tiene esos, que no tienen amor.


Neil Strauss


Los Estados Unidos e Israel tienen una relación única con base en nuestro compromiso mutuo con la democracia, la libertad y la paz. Por lo tanto, al igual que nuestro compromiso con estos principios debe ser firme, así es necesario que nuestro apoyo a Israel.


John Boehner




La comunicación es la base de toda relación sea amistosa o amorosa.




Luché con mucha confianza durante mucho tiempo, pero creo que es importante ser fuerte y no poner en peligro a nadie ni una relación - me siento atraído por eso.


Hunter Hayes


Cine americano tiende a expresar una relación patriótica a la identidad nacional en una base regular.


Tom Hooper


El tratamiento del VIH / SIDA es un compromiso de por vida que exige la adhesión estricta a los protocolos de medicamentos, la atención constante y una relación de confianza con los proveedores de atención de salud.


David Mixner




No voy a decir que el anarquismo moderno tiene ninguna relación directa con la jurisprudencia romana, pero sí demanda que tiene su base en las leyes de la naturaleza y no en el estado de naturaleza.


Herbert Read


No reparar esa relación al sentarse y hablar acerca de la confianza o de hacer promesas. En realidad, lo que reconstruye es vivir y hacer las cosas de manera diferente - y creo que eso es lo que va a hacer la diferencia.


Patricia Hewitt


El gobierno es un mal innecesario. Los seres humanos, cuando se acostumbra a tomar responsabilidad por su propio comportamiento, pueden cooperar sobre una base de confianza mutua y la amabilidad.


Fred Woodworth


Solo hay una base segura: una verdadera relación profunda con Jesucristo, que le llevará a través de todas y cada una confusión. No importa lo que las tormentas están haciendo estragos en todo, usted está parado firme si usted está parado en su amor.


Charles Stanley


La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito.


Ralph Waldo Emerson


La industria norteamericana de armamentos practica la lucha contra el terrorismo vendiendo armas a gobiernos terroristas, cuya única relación con los derechos humanos consiste en que hacen todo lo posible por aniquilarlos.


Eduardo Galeano


El amor es confianza,es seguridad. Es respeto,pero sobre todo es perdon si no sabes perdonar nunca encontraras el berdadero amor


MYT


El noviazgo se ha vuelto en el propio JUEGO de sentimientos afectivos, pues un día vemos una relación, donde se declaraban que se "querían y amaban", y de pronto la relación ceso, para que al poco tiempo establezcan otra con diferentes personas. solo es una cadena viciosa de malos sentimientos afectivos , Y NO AMOR…


Jonathan Colina


Los discursos inspiran menos confianza que las acciones.


Aristóteles


Se debe tener confianza en uno mismo y esa confianza debe estar basada en la realidad.


Bobby Fischer


La guerra en relación a sus tendencias dominantes constituye una maravillosa trinidad, compuesta del poder primordial de sus elementos, del odio y la enemistad que pueden mirarse como un ciego impulso de la naturaleza; de la caprichosa influencia de la probabilidad y del azar, que la convierten en una libre actividad del alma; y de la subordinada naturaleza de un instrumento político, por la que recae puramente en el campo del raciocinio.


Carl Von Clausewitz


La grandeza de un hombre está en relación directa a la evidencia de su fuerza moral.


John F. Kennedy


Saber alejarse y acercarse es la clave de cualquier relación duradera.


Doménico Cieri Estrada




Ningún grupo puede actuar con eficacia si falta el concierto; ningún grupo puede actuar en concierto si falta la confianza; ningún grupo puede actuar con confianza si no se halla ligado por opiniones comunes, afectos comunes, intereses comunes.


Edmund Burke


En la mujer, verdaderamente mujer, no hay nada que no esté en relación con su marido, con su hijo o con su amante.


Christian Friedrich Hebbel


La confianza no es otra cosa que confianza.


José Víctor Martínez Gil


El dinero es una nueva forma de esclavitud que solo se distingue de la antigua por el hecho de que es impersonal; no existe una relación humana entre amo y esclavo.


León Tolstoi


La fuerza es confianza por naturaleza. No existe un signo más patente de debilidad que desconfiar instintivamente de todo y de todos.


Arturo Graf


Las muchas promesas disminuyen la confianza.


Horacio


La confianza en sí mismo es el requisito para las grandes conquistas.


Ben Johnson


Tu Espejo Es Un Sagaz

Tu espejo es un sagaz
te sabe poro a poro
te desarruga el ceño
te bienquiere
te pule las mejillas
te despeina los años
o te mira a los ojos
te bienquiere

te depura los gestos
te pone la sonrisa
te transmite confianza
te bienquiere

hasta que sin aviso
sin pensarlo dos veces
se descuelga del clavo
te destroza


Mario Benedetti


Quien no tiene confianza en el hombre, no tiene ninguna en Dios.


George Chapman


No hay ninguna cosa buena que no tenga su base en la razón.


Séneca


Lo peor de la ignorancia..es que.. a medida que se prolonga, adquiere confianza.




La fidelidad es la confianza erigida en norma.


José Ortega y Gasset


Equivocarse, y a pesar de ello, deber otorgar confianza a mi ser interior, esto es el hombre.


Gottfried Benn


Los sabios que buscan con el poder de su pensamiento descubrieron la relación de lo existente en lo no existente.


Dhagavad-Gita