La mariposa recordara siempre que fue gusano ( 2 )
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Para todo problema humano hay siempre una solución fácil, clara, plausible y equivocada.
Henry Louis Mencken
Creedlo, para hacernos amar no debemos preguntar nunca a quien nos ama: ¿Eres feliz?, sino decirle siempre: ¡Qué feliz soy!.
Jacinto Benavente
Los libros poseen siempre más ingenio que los hombres con quienes nos encontramos.
Louise de VilmorÃn
Por muchos idiomas que se dominen, cuando uno se corta al afeitarse, siempre utiliza la lengua materna.
Eddie Constantine
La juventud es solo un momento, pero encierra una chispa que se lleva en el corazón para siempre.
Rafael Barreti
Si besan tu mano te puedes sentir muy bien, pero un brazalete de diamantes y zafiros es para siempre.
Anita Loos
Todo deseo tiene un objeto y éste es siempre oscuro. No hay deseos inocentes.
Luis Antonio de Villena
Detras del llanto queda el silencio, detras del silencio queda el recuerdo y detras del recuerdo quedo el momento somos como aves y por naturaleza debemos emigrar asi como las piedras rodar, y cuando exista una despedida al final siempre la vida continua...
Alessandro Mazariegos
Amor mutante amigos con derecho y sin derecho de tenerte siempre, y siempre tengo que esperar paciente, el pedazo que me toca de tí.
Que Dios te responda cuando estés en angustia, Que El te protega y te envíe ayuda. Que te conceda siempre su apoyo.
Salmo 20:1-2
Salmo 20:1-2
Biblia
Serás mi amor por siempre, no importa que el tiempo vaya en contra, que los días terminen en la ansiada espera, que tu boca desconozca el sendero de mi cuerpo, que tu calor no abrigue mi frío.
¡Si nos amamos que importa que nos separe el mismo cielo!
Caerán despacio las hojas del calendario, diciembre trae en sus pasos la melancolía que se abraza a la nostalgia, y querré tenerte entre mis brazos, besarte el alma con ternura, disipar aquella extraña soledad que envuelve tu figura, recorrerte con mi risa, llenarte la mirada con los detalles hermosos, mientras te llevo de la mano al mismo cielo.
Y no entenderás mis miedos, romperás entonces el encanto, cayendo aquel crudo llanto del mismo cielo.
La tristeza volverá conmigo, callaré y diré que ese es mi destino.
Se irá tu nombre escondido entre el sabor dulce de mis labios, se irán conmigo los tantos sueños que escribí por ti a diario, pasos lentos, mirada extraviada, disimulo obligado que solamente el corazón entenderá.
No he de negarte lo mucho que te amo, ¿acaso serviría a mi corazón la hipocresía? ¿Mitigaría el dolor? – sería una blasfemia a este amor.
Serás mi amor por siempre, el destino tejió nuestros caminos en un encuentro, mientras en mi bolsa de retazos una agenda escrita, cargada de años, hace tan lento mí andar hasta tus brazos.
Diré que te amo, lloraré lo mucho que te extraño, esperaré paciente y si te marchas y el olvido lo haces tuyo, escribiré poemas de amor en mi gastado calendario.
¡Si nos amamos que importa que nos separe el mismo cielo!
Caerán despacio las hojas del calendario, diciembre trae en sus pasos la melancolía que se abraza a la nostalgia, y querré tenerte entre mis brazos, besarte el alma con ternura, disipar aquella extraña soledad que envuelve tu figura, recorrerte con mi risa, llenarte la mirada con los detalles hermosos, mientras te llevo de la mano al mismo cielo.
Y no entenderás mis miedos, romperás entonces el encanto, cayendo aquel crudo llanto del mismo cielo.
La tristeza volverá conmigo, callaré y diré que ese es mi destino.
Se irá tu nombre escondido entre el sabor dulce de mis labios, se irán conmigo los tantos sueños que escribí por ti a diario, pasos lentos, mirada extraviada, disimulo obligado que solamente el corazón entenderá.
No he de negarte lo mucho que te amo, ¿acaso serviría a mi corazón la hipocresía? ¿Mitigaría el dolor? – sería una blasfemia a este amor.
Serás mi amor por siempre, el destino tejió nuestros caminos en un encuentro, mientras en mi bolsa de retazos una agenda escrita, cargada de años, hace tan lento mí andar hasta tus brazos.
Diré que te amo, lloraré lo mucho que te extraño, esperaré paciente y si te marchas y el olvido lo haces tuyo, escribiré poemas de amor en mi gastado calendario.
pacoyo
Y no hay caminos que seguir, no es posible ver adelante. Mirar las estrellas ya es perder tiempo. Mirar la Luna me hace pensar que el mundo es oscuro, y aún así, existen unas lusesitas que pase lo que pase no se apagan. Mirar el Sol me hace ver que siempre hay algo más fuerte, algo que te hace seguir. ¿Pero cuando el Sol se pone y viene la Luna, que hacer? ¿Que sentir? Es mejor cerrar los ojos.
Maria José del Sol
La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.
Thomas Chalmers
ROMPER EL CAPULLO
Como un gusano en capullo,
me enfrento conmigo mismo.
Peleando contra mi orgullo
y mi terrible egoísmo.
Juzgar el actuar del otro,
es el juego de mi mente,
que continua programado
en mi memoria inconciente
Me encuentro aún a diario,
con mi gran insensatez,
que me ha vuelto en usuario,
de mi propia estupidez.
Sigo en la obsesión frecuente,
de esperar que los demás
realicen lo conveniente
a mi forma de pensar.
Soy todavia presa fácil,
de las mil y un tormentas,
que solo en mi mente frágil,
suceden y se avejentan.
¡Basta ya de ser gusano!
¡Quiero transformar mi Ser!
Convertirme en mariposa
y este capullo romper.
Volar alto por el cielo,
contemplar la luz del sol.
Ver en el mundo lo bello,
que existe a mi alrededor.
Posarme en cada momento,
que la vida me regala,
y sentir el amor creciendo,
dentro y fuera de mi alma.
¡Ay Mariposa, mariposa!
De alas multicolor.
Emprende tu ansiado vuelo,
allá donde vive Dios.
Que fuiste un gusano olvida
y junto con él el dolor,
que te espera nueva vida,
llena de dicha y amor.
Como un gusano en capullo,
me enfrento conmigo mismo.
Peleando contra mi orgullo
y mi terrible egoísmo.
Juzgar el actuar del otro,
es el juego de mi mente,
que continua programado
en mi memoria inconciente
Me encuentro aún a diario,
con mi gran insensatez,
que me ha vuelto en usuario,
de mi propia estupidez.
Sigo en la obsesión frecuente,
de esperar que los demás
realicen lo conveniente
a mi forma de pensar.
Soy todavia presa fácil,
de las mil y un tormentas,
que solo en mi mente frágil,
suceden y se avejentan.
¡Basta ya de ser gusano!
¡Quiero transformar mi Ser!
Convertirme en mariposa
y este capullo romper.
Volar alto por el cielo,
contemplar la luz del sol.
Ver en el mundo lo bello,
que existe a mi alrededor.
Posarme en cada momento,
que la vida me regala,
y sentir el amor creciendo,
dentro y fuera de mi alma.
¡Ay Mariposa, mariposa!
De alas multicolor.
Emprende tu ansiado vuelo,
allá donde vive Dios.
Que fuiste un gusano olvida
y junto con él el dolor,
que te espera nueva vida,
llena de dicha y amor.
Gustavo Estrada Luque
Poema de Las Cosas
Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
oirás que alguien te llama sin que tú sepas quién,
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...
Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán,
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se están yendo siempre, pero que no se van...
O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...
Por más que tú prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...
Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín,
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.
Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
oirás que alguien te llama sin que tú sepas quién,
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...
Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán,
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se están yendo siempre, pero que no se van...
O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...
Por más que tú prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...
Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín,
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.
José Angel Buesa
Partida
Verte
lejano
para siempre,
para siempre en el suspiro de los pastos
que la brisa arrodilla.
Verte partir
por el zumbido del abejorro
ante un sol dilapidado,
tu sombra llena de luciérnagas
flotando en la temblorosa incandescencia.
Mi cuerpo tendido sobre el aliento de la tierra,
ensombrecido por esa luz que se distancia
-mariposa de incontables lunas-,
mirándote decrecer
por el corredor de la ausencia.
Hay flores claudicantes en el aire,
risa antigua esparcida:
residuos de una cremación compasiva;
hojas congregándose en un concilio de sombra,
el polen instituyendo la germinación20
de primaveras futuras:
las primaveras que no te verán,
porque
oh para siempre
te estás yendo.
Junio de 1993
Verte
lejano
para siempre,
para siempre en el suspiro de los pastos
que la brisa arrodilla.
Verte partir
por el zumbido del abejorro
ante un sol dilapidado,
tu sombra llena de luciérnagas
flotando en la temblorosa incandescencia.
Mi cuerpo tendido sobre el aliento de la tierra,
ensombrecido por esa luz que se distancia
-mariposa de incontables lunas-,
mirándote decrecer
por el corredor de la ausencia.
Hay flores claudicantes en el aire,
risa antigua esparcida:
residuos de una cremación compasiva;
hojas congregándose en un concilio de sombra,
el polen instituyendo la germinación20
de primaveras futuras:
las primaveras que no te verán,
porque
oh para siempre
te estás yendo.
Junio de 1993
Renée Ferrer
RIMAS.
I.
Tus labios no tienen el calor
de aquellos labios
tus ojos no tienen el mirar
de aquellos ojos
tus besos no tienen el sabor
de aquellos besos.
II.
Tu me besaste, y me besaste con locura
yo te bese, y te bese con frialdad.
porque sabia que tu alma era de otra
porque sabia que tu no eras para mi.
III.
Tuya en cuerpo y alma te dije una vez
tuya en cuerpo y alma, bésame otra vez..
IV.
Seré tuya el día que me digas: ¡Te quiero!
el día en que por primera vez
me beses en los labios
y me oprimas contra tu corazón
ese día……….seré tuya.
V.
Quiero un amor que fuego sea
que sea candente lumbre
que no tenga dulzura y pesadumbre.
Quiero que sea cual la candente lava
y nuestras almas en su fuego queme
y nuestras almas con su fuego ardan
como las hojas en invierno prenden.
VI.
Quisiera por las noches
volverme golondrina
volverme mariposa
y volar en tu pos.
atraparte y besarte
entregarte mi vida
y entregarte mi Amor.
VII.
Ansias de vivir
ansias de morir
ansias de beber tu aliento
ansias de mirar tus ojos
ansias de besar tu boca
ansias de ser tuya siempre.
VIII.
Que poco me queda
de mirar tus ojos
tus ojos azules
como dos violetas.
tu pelo tan negro
como ala de un cuervo
que poco me queda
de mirar tu cara
tu perfil de griego.
IX.
Vacío; ese vacío espantoso de la muerte
cuando no puedo verte
vacío en las cosas, en los objetos
y en mis labios tus besos, están tan muertos.
X.
Tus ojos me hacen pensar
en el azul de mi cielo
dime si me haz de querer
para darte mi consuelo.
Milagros Villegas Orozco.
I.
Tus labios no tienen el calor
de aquellos labios
tus ojos no tienen el mirar
de aquellos ojos
tus besos no tienen el sabor
de aquellos besos.
II.
Tu me besaste, y me besaste con locura
yo te bese, y te bese con frialdad.
porque sabia que tu alma era de otra
porque sabia que tu no eras para mi.
III.
Tuya en cuerpo y alma te dije una vez
tuya en cuerpo y alma, bésame otra vez..
IV.
Seré tuya el día que me digas: ¡Te quiero!
el día en que por primera vez
me beses en los labios
y me oprimas contra tu corazón
ese día……….seré tuya.
V.
Quiero un amor que fuego sea
que sea candente lumbre
que no tenga dulzura y pesadumbre.
Quiero que sea cual la candente lava
y nuestras almas en su fuego queme
y nuestras almas con su fuego ardan
como las hojas en invierno prenden.
VI.
Quisiera por las noches
volverme golondrina
volverme mariposa
y volar en tu pos.
atraparte y besarte
entregarte mi vida
y entregarte mi Amor.
VII.
Ansias de vivir
ansias de morir
ansias de beber tu aliento
ansias de mirar tus ojos
ansias de besar tu boca
ansias de ser tuya siempre.
VIII.
Que poco me queda
de mirar tus ojos
tus ojos azules
como dos violetas.
tu pelo tan negro
como ala de un cuervo
que poco me queda
de mirar tu cara
tu perfil de griego.
IX.
Vacío; ese vacío espantoso de la muerte
cuando no puedo verte
vacío en las cosas, en los objetos
y en mis labios tus besos, están tan muertos.
X.
Tus ojos me hacen pensar
en el azul de mi cielo
dime si me haz de querer
para darte mi consuelo.
Milagros Villegas Orozco.
Ignacio Rivas Castro
Post Umbra
Cuando yo duerma, solo y olvidado,
dentro de oscura fosa,
por haber en tu lecho malgastado
mi vida vigorosa;
cuando en mi corazón, que tuyo ha sido,
se muevan los gusanos
lo mismo que en un tiempo se han movido
los afectos humanos;
cuando sienta filtrarse por mis huesos
gotas de lluvia helada,
y no me puedan reanimar tus besos
ni tu ardiente mirada;
una noche, cansada de estar sola
en tu alcoba elegante,
saldrás, con tu belleza de española,
a buscar otro amante.
Al verte mis amigos licenciosos
tan bella todavía,
te aclamarán, con himnos estruendosos,
la diosa de la orgía.
Quizá alguno, ¡oh, bella pecadora!,
mirando tus encantos,
te repita, con voz arrulladora,
mis armoniosos cantos;
aquellos en que yo celebré un día
tus amores livianos,
tu dulce voz, tu femenil falsía,
tus ojos africanos.
Otro tal vez, dolido de mi suerte
y con mortal pavura,
recuerde que causaste tú mi muerte,
mi muerte prematura.
Recordará mi vida siempre inquieta,
mis ansias eternales,
mis sueños imposibles de poeta,
mis pasiones brutales.
Y, en nuevo amor tu corazón ardiendo,
caerás en otros brazos,
mientras se esté mi cuerpo deshaciendo
en hediondos pedazos.
Pero yo, resignado a tu falsía,
soportaré el martirio.
¿Quién pretende que dure más de un día
el aroma de un lirio?
Cuando yo duerma, solo y olvidado,
dentro de oscura fosa,
por haber en tu lecho malgastado
mi vida vigorosa;
cuando en mi corazón, que tuyo ha sido,
se muevan los gusanos
lo mismo que en un tiempo se han movido
los afectos humanos;
cuando sienta filtrarse por mis huesos
gotas de lluvia helada,
y no me puedan reanimar tus besos
ni tu ardiente mirada;
una noche, cansada de estar sola
en tu alcoba elegante,
saldrás, con tu belleza de española,
a buscar otro amante.
Al verte mis amigos licenciosos
tan bella todavía,
te aclamarán, con himnos estruendosos,
la diosa de la orgía.
Quizá alguno, ¡oh, bella pecadora!,
mirando tus encantos,
te repita, con voz arrulladora,
mis armoniosos cantos;
aquellos en que yo celebré un día
tus amores livianos,
tu dulce voz, tu femenil falsía,
tus ojos africanos.
Otro tal vez, dolido de mi suerte
y con mortal pavura,
recuerde que causaste tú mi muerte,
mi muerte prematura.
Recordará mi vida siempre inquieta,
mis ansias eternales,
mis sueños imposibles de poeta,
mis pasiones brutales.
Y, en nuevo amor tu corazón ardiendo,
caerás en otros brazos,
mientras se esté mi cuerpo deshaciendo
en hediondos pedazos.
Pero yo, resignado a tu falsía,
soportaré el martirio.
¿Quién pretende que dure más de un día
el aroma de un lirio?
Julián del Casal
Tal Como Estabas
En el recuerdo estás tal como estabas.
Mi conciencia ya era esta conciencia,
pero yo estaba triste, siempre triste,
porque aún mi presencia no era la semejante
de esta final conciencia
Entre aquellos geranios, bajo aquel limón,
junto a aquel pozo, con aquella niña,
tu luz estaba allí, dios deseante;
tú estabas a mi lado,
dios deseado,
pero no habías entrado todavía en mí.
El sol, el azul, el oro eran,
como la luna y las estrellas,
tu chispear y tu coloración completa,
pero yo no podía cogerte con tu esencia,
la esencia se me iba
(como la mariposa de la forma)
porque la forma estaba en mí
y al correr tras lo otro la dejaba;
tanto, tan fiel que la llevaba,
que no me parecía lo que era.
Y hoy, así, sin yo saber por qué,
la tengo entera, entera.
No sé qué día fue ni con qué luz
vino a un jardín, tal vez, casa, mar, monte,
y vi que era mi nombre sin mi nombre,
sin mi sombra, mi nombre,
el nombre que yo tuve antes de ser
oculto en este ser que me cansaba,
porque no era este ser que hoy he fijado
(que pude no fijar)
para todo el futuro iluminado
iluminante,
dios deseado y deseante.
En el recuerdo estás tal como estabas.
Mi conciencia ya era esta conciencia,
pero yo estaba triste, siempre triste,
porque aún mi presencia no era la semejante
de esta final conciencia
Entre aquellos geranios, bajo aquel limón,
junto a aquel pozo, con aquella niña,
tu luz estaba allí, dios deseante;
tú estabas a mi lado,
dios deseado,
pero no habías entrado todavía en mí.
El sol, el azul, el oro eran,
como la luna y las estrellas,
tu chispear y tu coloración completa,
pero yo no podía cogerte con tu esencia,
la esencia se me iba
(como la mariposa de la forma)
porque la forma estaba en mí
y al correr tras lo otro la dejaba;
tanto, tan fiel que la llevaba,
que no me parecía lo que era.
Y hoy, así, sin yo saber por qué,
la tengo entera, entera.
No sé qué día fue ni con qué luz
vino a un jardín, tal vez, casa, mar, monte,
y vi que era mi nombre sin mi nombre,
sin mi sombra, mi nombre,
el nombre que yo tuve antes de ser
oculto en este ser que me cansaba,
porque no era este ser que hoy he fijado
(que pude no fijar)
para todo el futuro iluminado
iluminante,
dios deseado y deseante.
Juan Ramón Jiménez
aquel amigo que te acompaña siempre en todo momento no existe; pero ten en cuenta que no siempre estaran presente sino que te recordara por y para siempre
lolifer
Ni vientre estéril
Será de esa primavera
De aquel rosal donde aquella mariposa
Quedó alguna vez preñada
en aquel lecho…pintado en celeste
Y bordado por siempre de estrellas
En tu cielo y tu universo...
Será de esa primavera
De aquel rosal donde aquella mariposa
Quedó alguna vez preñada
en aquel lecho…pintado en celeste
Y bordado por siempre de estrellas
En tu cielo y tu universo...
Jackselins Arteaga
El solsticio de invierno siempre ha sido especial para mí como una oscuridad estéril, que da a luz a un futuro más verde más allá de la imaginación, un momento de dolor y la abstinencia que produce algo con alegría inconcebible, como una mariposa monarca magistralmente extrayéndose de los confines de su capullo, estallando vuelta a la gloria inesperada.
Gary Zukav
La felicidad es una mariposa, que cuando está perseguida, está siempre más allá de su alcance, pero que, si usted se sienta reservado, puede encender sobre usted.
Nathaniel Hawthorne
Ser alto es una ventaja, especialmente en los negocios. La gente le recordará siempre. Y si estás en un grupo, que siempre tenga un poco de aire limpio para respirar.
Julia Child
Por mi parte tengo ninguna preferencia entre las flores, por lo que siempre que sean salvaje, libre, espontánea. Ladrillos a todos los invernaderos! Pulgar y el gusano cortador negro a la planta en una maceta!
Edward Abbey
¿Es pecado, lo que hace que el gusano en crisálida, la crisálida y la mariposa, y el polvo de la mariposa?
Max Muller
Si la otra persona te daña, es posible que se olvide de la lesión, pero si lo lastima que siempre recordará.
Khalil Gibran
Como atleta, usted elige el deporte y son atraídos hacia ella, pero su pasión nunca debe ser impulsada por la fama y la fortuna, pero el deseo de crear algo especial que la gente recordará siempre.
Katarina Witt
Anda, niña- le dijo temblando de rabia-: dinos quién fue.
Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita para siempre.
-Santiago Nasar- le dijo.
Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre. Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa sin albedrío cuya sentencia estaba escrita para siempre.
-Santiago Nasar- le dijo.
Gabriel GarcÃa Márquez