Lampara ( 2 )
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Fanal
Roja dulzura, flor de miel y fuego,
sapiencia al rojo-blanco de tu boca;
lámpara alimentada con la loca
combustión de mi sangre y de tu ruego.
Fulva ensenada a cuyo fondo ciego
se lanza nuestro ser desde la roca
del sueño trunco... porque en vano invoca
piedad celeste o terrenal sosiego.
Cuando en la sombra pasional tu blanco
desnudo cuerpo fosforezca al roce
de mi beso -cantárida en tu flanco-
darás, ardida del fragor nocturno,
a la pradera lívida del goce
tu fulgor de maléfico Saturno.
Roja dulzura, flor de miel y fuego,
sapiencia al rojo-blanco de tu boca;
lámpara alimentada con la loca
combustión de mi sangre y de tu ruego.
Fulva ensenada a cuyo fondo ciego
se lanza nuestro ser desde la roca
del sueño trunco... porque en vano invoca
piedad celeste o terrenal sosiego.
Cuando en la sombra pasional tu blanco
desnudo cuerpo fosforezca al roce
de mi beso -cantárida en tu flanco-
darás, ardida del fragor nocturno,
a la pradera lívida del goce
tu fulgor de maléfico Saturno.
Carlos López Narváez
POETA, DI PASO
poeta di paso
los furtivos besos¡
¡la sombra! ¡los recuerdos! La luna no vertia
Alli ni un solo rayo... Temblabas y eras mia.
Temblabas y eras mia bajo el follaje espeso,
Una errante luciernaga alumbro nuestro beso,
El contacto furtivo de tus labios de seda...
La selva negra y mistica fue la alcoba sombria...
En aquel sitio el musgo tiene olor de reseda...
Filtro luz por las ramas cual si llegara el dia,
Entre las nieblas palidas aparecia...
Poeta, di paso
Los intimos besos!
¡Ah, de las noches dulces me acuerdo todavia!
En señorial alcoba,do la tapiceria
Amortiguaba el ruido con sus hilos espesos
Desnuda tu en mis brazos fueron mios tus besos;
Tu cuerpo de veinte años entre la roja seda,
Tus cabellos dorados y tu melancolia
Tus frescuras de virgen y tu olor de reseda...
Apenas alumbra la lámpara sombria
Los desteñidos hilos de la tapiceria.
Poeta, di paso
El ultimo beso!
¡Ah, de la noche tragica me acuerdo todavia!
El ataud heraldico en el salon yacia,
mi oido fatigado por vigilias y excesos,
Sintio como a distancia los monotonos rezos!
Tu, mustia, yerta y palida entre la negra ceda,
La llama de los cirios temblaba y se movia,
Perfumaba la atmosfera un olor de reseda,
Un crucifijo palido los brazos extendia
Y estaba helada y cardena tu boca que fue mia!
poeta di paso
los furtivos besos¡
¡la sombra! ¡los recuerdos! La luna no vertia
Alli ni un solo rayo... Temblabas y eras mia.
Temblabas y eras mia bajo el follaje espeso,
Una errante luciernaga alumbro nuestro beso,
El contacto furtivo de tus labios de seda...
La selva negra y mistica fue la alcoba sombria...
En aquel sitio el musgo tiene olor de reseda...
Filtro luz por las ramas cual si llegara el dia,
Entre las nieblas palidas aparecia...
Poeta, di paso
Los intimos besos!
¡Ah, de las noches dulces me acuerdo todavia!
En señorial alcoba,do la tapiceria
Amortiguaba el ruido con sus hilos espesos
Desnuda tu en mis brazos fueron mios tus besos;
Tu cuerpo de veinte años entre la roja seda,
Tus cabellos dorados y tu melancolia
Tus frescuras de virgen y tu olor de reseda...
Apenas alumbra la lámpara sombria
Los desteñidos hilos de la tapiceria.
Poeta, di paso
El ultimo beso!
¡Ah, de la noche tragica me acuerdo todavia!
El ataud heraldico en el salon yacia,
mi oido fatigado por vigilias y excesos,
Sintio como a distancia los monotonos rezos!
Tu, mustia, yerta y palida entre la negra ceda,
La llama de los cirios temblaba y se movia,
Perfumaba la atmosfera un olor de reseda,
Un crucifijo palido los brazos extendia
Y estaba helada y cardena tu boca que fue mia!
Jose Asuncion Silva
El hijo inteligente escucha los consejos de su padre, el burlón no escucha la reprensión. Por el fruto de sus boca, el hombre gusta el bien, pero los traidores se alimentan de violencia. El que vigila su boca conserva su vida, el que habla mucho se pierde. El flojo espera, pero vano es su deseo; por el contrario, los trabajadores desean y son colmados. El justo odia las palabras mentirosas, pero el malvado calumnia y deshonra. La justicia guarda a los hombres de vida honrada; la maldad causa la ruina de los malos. Uno aparenta riquezas sin tener nada, otro aparenta ser pobre teniendo muchos bienes. La riqueza de un hombre le permite rescatar su vida, pero el pobre no tiene con qué rescatarse. La luz de los justos es alegre, la lámpara de los impíos se apaga. La altanería solamente acarrea líos; en los que se dejan aconsejar se halla la sabiduría. La riqueza súbita dura poco, el que acumula poco a poco se enriquece. La esperanza que se demora languidece el corazón, el deseo satisfecho es un árbol de vida. El que desprecia la enseñanza le será deudor, el que respete el precepto tendrá recompensa. La enseñanza del sabio es fuente de vida para escapar los lazos de la muerte. Una inteligencia cultivada se consigue el favor, el camino de los mentirosos no llega nunca. Todo hombre prudente obra con reflexión, el tonto manifiesta su estupidez. Un mal mensajero cae en la desgracia, el que es fiel es un remedio. Miseria y vergüenza para el que desoye la corrección, honor para el que acepta la reprensión. El deseo satisfecho es dulzura para el alma, apartarse del mal les parece cosa odiosa a los insensatos. Anda con los sabios y te harás sabio; el que frecuenta a los insensatos se hace malo. La desgracia persigue al pecador, la felicidad colmará a los justos. El hombre de bien deja su herencia a los hijos de sus hijos, la riqueza del pecador está reservada para los justos. Los surcos de los pobres los alimentan, mientras que otros perecen por haber faltado a la justicia. El que ahorra el castigo a su hijo no lo quiere; el que lo ama se dedica a enderezarlo.
Sagradas Escrituras
Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa. Así, pues, debe brillar su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre de ustedes que está en los Cielos.
Sagradas Escrituras
Nadie enciende una lámpara para esconderla o taparla con un envase, sino que la pone en el candelero, para que los que entren vean la claridad. Tu ojo es tu lámpara. Si tu ojo es limpio, toda tu persona aprovecha su luz. Pero si es borroso, toda tu persona está también en la confusión. Cuida, pues, que la luz que hay en ti no se vuelva confusión. Si toda tu persona se abre a la luz y no queda en ella nada oscuro, llegarás a ser pura luz, como cuando la lámpara te ilumina.
Sagradas Escrituras
Eres la luz de la lámpara de mi corazon. por que desde que no estas mi corazon no tiene rumbo ni la clara luz de tu amor
ALONSO
Genio sin la religión es solo una lámpara en la puerta exterior de un edificio, ya que puede servir para lanzar un rayo de luz sobre aquellos que están fuera, mientras que el habitante se sienta en la oscuridad.
Hannah More
¡Ah, es menester saber las miserias de esta vida puerca, comer el hígado que en la carnicería se pide para el gato, y acostarse temprano para no gastar el petróleo de la lámpara!
Roberto Arlt
El amor no puede soportar la indiferencia. Es necesario ser querido. Como una lámpara, que necesita ser alimentado por el petróleo del otro corazón.
Henry Ward Beecher
Para sentarse solo en la luz de la lámpara con un libro abierto de delante de vosotros, y mantenga íntima conversación con los hombres de las generaciones no vistos - tal es un placer incomparable.
Kenko Yoshida
Él vino por un salto a la meta de propósito, no por los pasos laboriosos de la razón. En el instante en que su cabeza espíritu declaró su propósito: era el único ser para él en todo el mundo: en este altar que se enciende la lámpara de la devoción, y mantenerlo ardiendo para siempre.
Gilbert Parker
Cuando Thomas Edison trabajaba hasta altas horas de la noche descubriendo la luz eléctrica, tenía que hacerlo con lámpara de gas o una vela. Estoy seguro de que hizo el trabajo mucho más urgente.
George Carlin
Ustedes son la comunidad ahora. Sed una lámpara para vosotros mismos. Sé tu propio refugio. No busques otra cosa. Todas las cosas deben pasar. Esfuérzate diligentemente. No te rindas.
Buda
Abrázame en tus brazos, la lámpara de lava! Haz que busque confort magma y la paz en el calor de tu abrazo kriptonita.
Isabel Yosito
Si usted quiere un mensaje de amor a ser oído, que tiene que ser enviado. Para mantener una lámpara encendida, tenemos que seguir poniendo aceite.
Madre Teresa De Calcuta
Impartir conocimientos solo se enciende velas de otros hombres en nuestra lámpara sin privarnos de cualquier llama.
Jane Porter
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios:
oh segadora de mi canción de atardecer,
cómo te sienten mía mis sueños solitarios!
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios:
oh segadora de mi canción de atardecer,
cómo te sienten mía mis sueños solitarios!
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.
Pablo Neruda
Tal como consta por experiencia, y hay muchos hechos que lo demuestran, las hijas de los hombres con educación siempre han ejercido el pensamiento sobre la marcha; no bajo verdes lámparas en mesas de estudio, no en claustros de aisladas universidades. Han pensado mientras vigilaban el puchero, mientras mecían la cuna. Así conquistaron para nosotras el derecho a nuestra flamante moneda de seis peniques. A nosotras nos corresponde seguir pensando. ¿Cómo vamos a gastar los seis peniques? Debemos pensar
Virginia Woolf