Las-gotas-de-lluvia-hacen ( 4 )
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El viento cesó, la lluvia se fue, se fue con el brillo del sol en tu piel. Y fue en ese instante en que yo te crucé, fue en tu mirada que volví a nacer. Desde tus brazos todo alrededor se ve distinto.
RBD (band)
Un dolor es una ocupación, puedes abandonarte a él sin ningún remordimiento. Es todo lo que tienes que hacer. Perseguir el dolor que viaja entre los nervios hasta el cerebro. Aislarlo ahí y vigilar después cualquier posible movimento. Perseguir el efecto de los calmantes también, como la lluvia. Ver qué se lleva a su paso y ver qué se queda.
Ray Loriga
El tiempo, es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos
Julio Llamazares
La verdad no tiene cláusulas ni subterfugios, no anda con gríngolas ni con muletas, no es artrítica, no se queja--aúlla como un perro al infinito y pide maná del cielo que caiga como lluvia--no se ahoga en un vaso de agua, no deja que le doren la píldora--no anda con yeso, saltando como un gúimo con muletas de aquí pa alla.
Giannina Braschi
Aún estaba embadurnada con la sangre del
parto y los comienzos acuosos de sus heces de lactante. La llevó a la puerta y la puso bajo la lluvia tibia. Cuando estuvo limpia, vio que era
verde.
parto y los comienzos acuosos de sus heces de lactante. La llevó a la puerta y la puso bajo la lluvia tibia. Cuando estuvo limpia, vio que era
verde.
Gregory Maguire
Lejos, en la llanura, en la noche sin orilla, podían ver como en un reflejo de su propio fuego en un lago oscuro el fuego de los vaqueros a unos ocho kilómetros. Por la noche llovió y la lluvia silbó en el fuego y los caballos se acercaron desde la oscuridad con sus ojos rojos parpadeando inquietos y por la mañana hacía frío y todo era gris y el sol tardó mucho en salir.
Cormac McCarthy
... a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas...
Julio Cortázar
El corazón
Que tenía en la escuela
Donde estuvo pintada
La cartilla primera
¿Está en ti
Noche negra
Frío frío
Como el agua
Del río.
El primer beso
Que supo a beso y fue
Para mis labios niños
Como la lluvia fresca
¿Está en ti
Noche negra
Que tenía en la escuela
Donde estuvo pintada
La cartilla primera
¿Está en ti
Noche negra
Frío frío
Como el agua
Del río.
El primer beso
Que supo a beso y fue
Para mis labios niños
Como la lluvia fresca
¿Está en ti
Noche negra
Federico GarcÃa Lorca
¿No es de extrañar que no pueda complacer a todos mis conciudadanos? Ni siquiera el propio Zeus es del agrado de todo el mundo cuando envía lluvia o cuando la retiene.
Teognis de Megara
Aquella tarde, bajo la maldita lluvia, acurrucada sobre mi infortunio, entendí que sin duda podía ser como ellos.
Ãngrid Betancourt
Rachel, tienes que dejar de comerte la cabeza o lo echarás todo a perder-dijo su voz de seda gris con la lluvia de fondo-. La cuestión no es si podemos hacerlo, sino si prodremos vivir con la idea de no haberlo intentado.
Kim Harrison
En tu abrazo yo abrazo lo que existe,
la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia,
y todo vive para que yo viva:
sin ir tan lejos puedo verlo todo:
veo en tu vida todo lo viviente.
la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia,
y todo vive para que yo viva:
sin ir tan lejos puedo verlo todo:
veo en tu vida todo lo viviente.
Pablo Neruda
Llevarse de la mano a la Maga, llevársela bajo la lluvia como si fuera el humo del cigarrillo, algo que es parte de uno, bajo la lluvia.
Julio Cortázar
1995, GP de Argentina, llueve con intensidad comenzada la clasificación, nadie sale a rodar, la pista está vacía, pero espontáneamente, del público presente en las gargantas, sale una exclamación genuina, y al unísono... olé, olé, olé... Senna, Senna... y por el instante que duró ese sentimiento expresado por miles de voces, juro que vi pasar a 'Magic' por la recta principal, levantando su puño, estrujando algo en su guante, como afirmando... la lluvia es mía... la pista no está vacía.
Ayrton Senna da Silva
Y mañana, cuando tu primavera se derrumbe como la arquitectura de una flor, cuando te huyan todas las miradas y se te nieguen todas las sonrisas; cuando las noches alegres te vuelvan sus espaldas, y a puntapiés la música te arroje de su loco reinado; entonces volverás al suburbio, y será en una tarde con olor de aguas muertas, y el eco de tus pasos en la calle despertará recuerdos y exaltará fantasmas. Y cuando al fin descienda la lluvia de tus ojos una voz de muchacha cantará en algún patio:
Cascabel, cascabelito,
ríe, ríe y no llores
Cascabel, cascabelito,
ríe, ríe y no llores
Leopoldo Marechal
Demos gracias a los hombres y a las mujeres que nos hacen felices, ellos son los encantadores jardineros que hacen florecer a nuestros espíritus.
Will Rogers
Hijo mío cuanto tiempo desde el último abrazo que te dí...espero con el alma volver a sentir el roce de tu piel y el dulce mirar de tus ojos que hablan sin hablar y hacen sentir sin tocar, te amo hijo mío...
MarÃa Suyapa Guadamuz
Te necesito mi amor
Mi amor,
hoy preciso de ti,
preciso de tus labios
que me besen con ternura,
preciso de tu boca
que me digan te quiero,
que me digan te amo,
pero que hagan vibrar el cuerpo,
sentir erizar mi piel de cosquillas
y efectos…
Amor, preciso de tu mirada,
esa mirada tan tierna, dulce y cálida,
que cuando me miras me siento atrapada,
y tú tan enamorado
como un niño encantado,
que de tu rostro sale una bella sonrisa,
acompañado de un alegre guiño de tus ojos color café…
Mi amor, preciso de tu cuerpo
sentir tu piel junto a la mía,
saciar la sed de amar,
calmar el calor de mi piel,
calmar el fuego que llevo en mis venas
saciarme de tu piel…
Mi amor, preciso de tus manos,
esas que me acarician el alma
y recorren todo mi cuerpo
como pétalos de rosas,
que me hacen estremecer la piel,
cuando me aprietan tan firmes
contra tu cuerpo,
hasta fundirme en tu piel…
Mi amor, preciso de tu piel
en cada noche en mi cama,
que si hablaran mis almohadas
serían pocas palabras,
preciso de ti en cada mañana
Para alegrar mis días por las mañanas,
para tenerte junto conmigo,
decirte susurrándote despacito al oído;
¡te preciso ángel mío!
Mi amor,
hoy preciso de ti,
preciso de tus labios
que me besen con ternura,
preciso de tu boca
que me digan te quiero,
que me digan te amo,
pero que hagan vibrar el cuerpo,
sentir erizar mi piel de cosquillas
y efectos…
Amor, preciso de tu mirada,
esa mirada tan tierna, dulce y cálida,
que cuando me miras me siento atrapada,
y tú tan enamorado
como un niño encantado,
que de tu rostro sale una bella sonrisa,
acompañado de un alegre guiño de tus ojos color café…
Mi amor, preciso de tu cuerpo
sentir tu piel junto a la mía,
saciar la sed de amar,
calmar el calor de mi piel,
calmar el fuego que llevo en mis venas
saciarme de tu piel…
Mi amor, preciso de tus manos,
esas que me acarician el alma
y recorren todo mi cuerpo
como pétalos de rosas,
que me hacen estremecer la piel,
cuando me aprietan tan firmes
contra tu cuerpo,
hasta fundirme en tu piel…
Mi amor, preciso de tu piel
en cada noche en mi cama,
que si hablaran mis almohadas
serían pocas palabras,
preciso de ti en cada mañana
Para alegrar mis días por las mañanas,
para tenerte junto conmigo,
decirte susurrándote despacito al oído;
¡te preciso ángel mío!
Fernando Galdamez
Mi Pobre Amor Se Está Yendo...
Mi pobre amor se está yendo...
yo me quedaré llorando...
La lluvia, leve, cayendo;
una nube, allá, glisando...
Mi pobre amor se está yendo.
Lejos, muy lejos!, soñando
la dulce amada, y tejiendo
su ilusión, me va matando...
Mi pobre amor se está yendo...
¿Qué pasa, que nada entiendo?
Qué pena se va a acercando?
La lluvia, leve, cayendo...
Una nube, allá, glisando...
La dulce amada tejiendo
su ilusión, que voy matando!
Mi pobre amor se está yendo...
Yo me quedaré llorando!
Mi pobre amor se está yendo...
yo me quedaré llorando...
La lluvia, leve, cayendo;
una nube, allá, glisando...
Mi pobre amor se está yendo.
Lejos, muy lejos!, soñando
la dulce amada, y tejiendo
su ilusión, me va matando...
Mi pobre amor se está yendo...
¿Qué pasa, que nada entiendo?
Qué pena se va a acercando?
La lluvia, leve, cayendo...
Una nube, allá, glisando...
La dulce amada tejiendo
su ilusión, que voy matando!
Mi pobre amor se está yendo...
Yo me quedaré llorando!
León de Greiff
Desamor
Las razones
que tuve para amarte
se borraron anoche
en la tormenta
Quedé limpia
Tu olor a huésped
voluptuoso en mis entrañas
se enredó con la lluvia
y se marchó
De "Pulso interno"
Las razones
que tuve para amarte
se borraron anoche
en la tormenta
Quedé limpia
Tu olor a huésped
voluptuoso en mis entrañas
se enredó con la lluvia
y se marchó
De "Pulso interno"
MarÃa Clara González
La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
Albert Einstein
Como Tinaja
En los días buenos,
de lluvia,
los días en que nos quisimos
totalmente,
en que nos fuimos abriendo
el uno al otro
como cuevas secretas;
en esos días, amor
mi cuerpo como tinaja
recogió toda el agua tierna
que derramaste sobre mí
y ahora,
en estos días secos
en que tu ausencia duele
y agrieta la piel,
el agua sale de mis ojos
llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.
En los días buenos,
de lluvia,
los días en que nos quisimos
totalmente,
en que nos fuimos abriendo
el uno al otro
como cuevas secretas;
en esos días, amor
mi cuerpo como tinaja
recogió toda el agua tierna
que derramaste sobre mí
y ahora,
en estos días secos
en que tu ausencia duele
y agrieta la piel,
el agua sale de mis ojos
llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.
Gioconda Belli
Eso de que el dinero no da la felicidad son voces que hacen correr los ricos para que no los envidien demasiado los pobres.
Jacinto Benavente
El que nunca fue cosa y después cosa lo hacen, cuando se pone a hacer cosas, ¡Dios mío que cosas hace!
Un Día
Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.
Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.
AlaÃde Foppa
Intentamos...
Intentamos.
Alguno descubrió
entre el hollín y el polvo una marmaja,
o en noches muy oscuras un resplandor lejano.
¡Tanto sueño perdido,
tanta esperanza rota,
tanto para tan poco
y tanta pena!
Y apenas unas gotas de miel,
licor ninguno.
Una canción lejana, los retratos
ajados de remotos bisabuelos,
y palabras, palabras astilladas,
palabras mutiladas por el tiempo.
"Círculo y Ceniza"
Intentamos.
Alguno descubrió
entre el hollín y el polvo una marmaja,
o en noches muy oscuras un resplandor lejano.
¡Tanto sueño perdido,
tanta esperanza rota,
tanto para tan poco
y tanta pena!
Y apenas unas gotas de miel,
licor ninguno.
Una canción lejana, los retratos
ajados de remotos bisabuelos,
y palabras, palabras astilladas,
palabras mutiladas por el tiempo.
"Círculo y Ceniza"
Piedad Bonnett
Lluvia
¡Te quiero!, -me dijiste,
y la flor de tu mano
puso un arpegio triste
sobre el viejo piano.
( En al ventana oscura
la lluvia sonreía...
Tamboril de dulzura.
Gong de melancolía.)
-¿Me querrías tú lo mismo?-
Y en tu voz apagada
hubo un dulce lirismo
de magnolia tronchada.
( La lluvia proseguía
llorando en los cristales...
Cortina de agonía.
Guadaña de rosales.)
-¡Para toda la vida!-,
te dije sonriente.
Y una estrella encendida
te iluminó la frente.
( La lluvia proseguía
llamando en la ventana
con una melodía
antigua de pavana.)
Después, casi llorando,
yo te dije: -¡Te quiero!-
Y me quedé mirando
tus pupilas de acero.
-¡Para toda la vida!-
dijiste sonriente,
y una duda escondida
me atravesó la frente.
( En la ventana oscura
la lluvia proseguía
rimando su amargura
con la amargura mía.)
¡Te quiero!, -me dijiste,
y la flor de tu mano
puso un arpegio triste
sobre el viejo piano.
( En al ventana oscura
la lluvia sonreía...
Tamboril de dulzura.
Gong de melancolía.)
-¿Me querrías tú lo mismo?-
Y en tu voz apagada
hubo un dulce lirismo
de magnolia tronchada.
( La lluvia proseguía
llorando en los cristales...
Cortina de agonía.
Guadaña de rosales.)
-¡Para toda la vida!-,
te dije sonriente.
Y una estrella encendida
te iluminó la frente.
( La lluvia proseguía
llamando en la ventana
con una melodía
antigua de pavana.)
Después, casi llorando,
yo te dije: -¡Te quiero!-
Y me quedé mirando
tus pupilas de acero.
-¡Para toda la vida!-
dijiste sonriente,
y una duda escondida
me atravesó la frente.
( En la ventana oscura
la lluvia proseguía
rimando su amargura
con la amargura mía.)
Rafael de León
Busca En Todas Las Cosas...
Busca en todas las cosas un alma y un sentido
oculto; no te ciñas a la apariencia vana;
husmea, sigue el rastro de la verdad arcana,
escudriñante el ojo y aguzado el oído.
No seas como el necio, que al mirar la virgínea
imperfección del mármol que la arcilla aprisiona,
queda sordo a la entraña de la piedra, que entona
en recóndito ritmo la canción de la línea.
Ama todo lo grácil de la vida, la calma
de la flor que se mece, el color, el paisaje.
Ya sabrás poco a poco descifrar su lenguaje...
¡Oh divino coloquio de las cosas y el alma!
Hay en todos los seres una blanda sonrisa,
un dolor inefable o un misterio sombrío.
¿Sabes tú si son lágrimas las gotas de rocío?
¿Sabes tú qué secreto va contando la brisa?
Atan hebras sutiles a las cosas distantes;
al acento lejano corresponde otro acento.
¿Sabes tú donde lleva los suspiros el viento?
¿Sabes tú si son almas las estrellas errantes?
No desdeñes al pájaro de argentina garganta
que se queja en la tarde, que salmodia a la aurora.
Es un alma que canta y es un alma que llora...
¡Y sabrá por qué llora, y sabrá por qué canta!
Busca en todas las cosas el oculto sentido;
lo hallarás cuando logres comprender su lenguaje;
cuando sientas el alma colosal del paisaje
y los ayes lanzados por el árbol herido...
Busca en todas las cosas un alma y un sentido
oculto; no te ciñas a la apariencia vana;
husmea, sigue el rastro de la verdad arcana,
escudriñante el ojo y aguzado el oído.
No seas como el necio, que al mirar la virgínea
imperfección del mármol que la arcilla aprisiona,
queda sordo a la entraña de la piedra, que entona
en recóndito ritmo la canción de la línea.
Ama todo lo grácil de la vida, la calma
de la flor que se mece, el color, el paisaje.
Ya sabrás poco a poco descifrar su lenguaje...
¡Oh divino coloquio de las cosas y el alma!
Hay en todos los seres una blanda sonrisa,
un dolor inefable o un misterio sombrío.
¿Sabes tú si son lágrimas las gotas de rocío?
¿Sabes tú qué secreto va contando la brisa?
Atan hebras sutiles a las cosas distantes;
al acento lejano corresponde otro acento.
¿Sabes tú donde lleva los suspiros el viento?
¿Sabes tú si son almas las estrellas errantes?
No desdeñes al pájaro de argentina garganta
que se queja en la tarde, que salmodia a la aurora.
Es un alma que canta y es un alma que llora...
¡Y sabrá por qué llora, y sabrá por qué canta!
Busca en todas las cosas el oculto sentido;
lo hallarás cuando logres comprender su lenguaje;
cuando sientas el alma colosal del paisaje
y los ayes lanzados por el árbol herido...
Enrique González MartÃnez
Si un partido político se atribuye el mérito de la lluvia, no debe extrañarse que sus adversarios le hagan culpable de la sequía.
Charlotte Morrow
Encuentros
Nuestros encuentros no tienen mundo.
Se hacen
de pensamiento a pensamiento
en el éter
o en la vivacidad de los sepulcros,
a mil insectos por centímetro.
Nuestros encuentros se sirven
de microorganismos
y partículas de cobre.
Podemos esperar mil años, y aún más.
Nuestros encuentros se realizan en el Iodo
o entre el rumor de herraduras y lienzos
que precede
a las grandes migraciones:
Nuestros encuentros se hacen
en el ser instantáneo
que pasta y muere,
-como pastor y bestia-
entre surcos y siglos paralelos.
Nuestros encuentros no tienen
número ni punto.
Nuestros encuentros no tienen mundo.
Se hacen
de pensamiento a pensamiento
en el éter
o en la vivacidad de los sepulcros,
a mil insectos por centímetro.
Nuestros encuentros se sirven
de microorganismos
y partículas de cobre.
Podemos esperar mil años, y aún más.
Nuestros encuentros se realizan en el Iodo
o entre el rumor de herraduras y lienzos
que precede
a las grandes migraciones:
Nuestros encuentros se hacen
en el ser instantáneo
que pasta y muere,
-como pastor y bestia-
entre surcos y siglos paralelos.
Nuestros encuentros no tienen
número ni punto.
César Dávila Andrade