Lento ( 2 )
Lento. Encuentra docenas de lento con fotos para copiar y compartir.
Atardeció Sin Ti
Atardeció sin ti. De los cipreses...
a las torres, sin ti me estremecía.
Qué desgana esperar un nuevo día
sin que me abraces y sin que me beses.
A fuerza de tropiezos y reveses
la piel de la esperanza se me enfría.
Qué agonía ocultarte mi agonía,
y qué resurrección si me entendieses.
Atardeció sin ti. Seguro y lento,
el sol se derrumbó, limón maduro,
y a solas recibí su último aliento.
Quién me viera caer, lento y seguro,
sin más calor ni más resurgimiento,
gris el alma y frustrada entre lo oscuro.
Atardeció sin ti. De los cipreses...
a las torres, sin ti me estremecía.
Qué desgana esperar un nuevo día
sin que me abraces y sin que me beses.
A fuerza de tropiezos y reveses
la piel de la esperanza se me enfría.
Qué agonía ocultarte mi agonía,
y qué resurrección si me entendieses.
Atardeció sin ti. Seguro y lento,
el sol se derrumbó, limón maduro,
y a solas recibí su último aliento.
Quién me viera caer, lento y seguro,
sin más calor ni más resurgimiento,
gris el alma y frustrada entre lo oscuro.
Antonio Gala
A Veces El Amor Tiene Caricias Frías
A veces el amor tiene caricias
frías, como navajas de barbero.
Cierras los ojos. Das tu cuello entero
a un peligroso filo de delicias.
Otras veces se clava como aguja
irisada de sedas en el raso
del bastidor: raso del lento ocaso
donde un cisne precoz se somorguja.
En general, adopta una manera
belicosa, de horcas y cuchillos,
de lanza en ristre o de falcón en mano.
Pero es lo más frecuente que te hiera
con ojos tan serenos y sencillos
como un arroyo fresco en el verano.
A veces el amor tiene caricias
frías, como navajas de barbero.
Cierras los ojos. Das tu cuello entero
a un peligroso filo de delicias.
Otras veces se clava como aguja
irisada de sedas en el raso
del bastidor: raso del lento ocaso
donde un cisne precoz se somorguja.
En general, adopta una manera
belicosa, de horcas y cuchillos,
de lanza en ristre o de falcón en mano.
Pero es lo más frecuente que te hiera
con ojos tan serenos y sencillos
como un arroyo fresco en el verano.
Antonio Carvajal
Lento
Un bosque de cuchillos ciñe un traje de novia.
Es la patria del fuego y la ignominia
que habita en los suburbios calcáreos de la memoria.
Los pájaros siempre son una despedida,
silente y pálida,
como ciertos atardeceres en el mar.
Crece un muro con la lumbre del abandono,
con las palabras del fango,
-tinta de la sangre o de la piedra-.
Las manos viven dentro del espejo,
desatan sin asombros la crueldad del estigma
negro, de mares de furia estéril.
El velo está roto y en silencio.
Los puentes se extienden como tigres
en el ocaso.
Pálidos musgos y pianos enredan un aire antiguo.
En la selva cantan los muslos tristes de una muchacha.
De "La epopeya del laberinto" 2001
Un bosque de cuchillos ciñe un traje de novia.
Es la patria del fuego y la ignominia
que habita en los suburbios calcáreos de la memoria.
Los pájaros siempre son una despedida,
silente y pálida,
como ciertos atardeceres en el mar.
Crece un muro con la lumbre del abandono,
con las palabras del fango,
-tinta de la sangre o de la piedra-.
Las manos viven dentro del espejo,
desatan sin asombros la crueldad del estigma
negro, de mares de furia estéril.
El velo está roto y en silencio.
Los puentes se extienden como tigres
en el ocaso.
Pálidos musgos y pianos enredan un aire antiguo.
En la selva cantan los muslos tristes de una muchacha.
De "La epopeya del laberinto" 2001
Beatriz Hernanz
Colina
Ola cuajada en la piedra
con espuma de romero,
hasta tu desnuda cima
me has levantado sin vuelo.
Sobre tu lomo clavada
-mástil sin vela en el viento-
de un horizonte redondo
soy matemático centro.
Ocres, amarillos, verdes,
me enredan los pensamientos...
-pinos, tierra; tierra, pinos;
Duero, chopos; chopos, Duero-.
El aire me hace sorber
tragos de frío silencio.
El péndulo de la tarde
me bate lento en el pecho.
El grito de un ave avanza,
hélice de agudo acero:
manos y boca me sangran
solo de intentar cogerlo.
Ola cuajada en la piedra
con espuma de romero,
hasta tu desnuda cima
me has levantado sin vuelo.
Sobre tu lomo clavada
-mástil sin vela en el viento-
de un horizonte redondo
soy matemático centro.
Ocres, amarillos, verdes,
me enredan los pensamientos...
-pinos, tierra; tierra, pinos;
Duero, chopos; chopos, Duero-.
El aire me hace sorber
tragos de frío silencio.
El péndulo de la tarde
me bate lento en el pecho.
El grito de un ave avanza,
hélice de agudo acero:
manos y boca me sangran
solo de intentar cogerlo.
Ãngela Figuera Aymerich
Falsa Elegía
Compartimos solo un desastre lento
Me veo morir en ti, en otro, en todo
Y todavía bostezo o me distraigo
Como ante el espectáculo aburrido.
Se destejen los días,
Las noches se consumen antes de darnos cuenta;
Así nos acabamos.
Nada es. Nada está.
Entre el alzarse y el caer del párpado.
Pero si alguno va a nacer (su anuncio,
La posibilidad de su inminencia
Y su peso de sílaba en el aire),
Trastorna lo existente,
Puede más que lo real
Y desaloja el cuerpo de los vivos.
Compartimos solo un desastre lento
Me veo morir en ti, en otro, en todo
Y todavía bostezo o me distraigo
Como ante el espectáculo aburrido.
Se destejen los días,
Las noches se consumen antes de darnos cuenta;
Así nos acabamos.
Nada es. Nada está.
Entre el alzarse y el caer del párpado.
Pero si alguno va a nacer (su anuncio,
La posibilidad de su inminencia
Y su peso de sílaba en el aire),
Trastorna lo existente,
Puede más que lo real
Y desaloja el cuerpo de los vivos.
Rosario Castellanos
Canto Xxxv
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
He respirado al lado del mar fuego de luz.
Lento respira el mundo en mi respiración.
En la noche respiro la noche de la noche.
Respira el labio en labio el aire enamorado.
Boca puesta en la boca cerrada de secretos,
respiro con la sabia de los troncos talados,
y, como roca voy respirando el silencio
y, como las raíces negras, respiro azul
arriba en los ramajes de verdor rumoroso.
Me he sentado a sentir cómo pasa en el cauce
sombrío de mis venas toda la luz del mundo.
Y yo era un gran sol de luz que respiraba.
Pulmón el firmamento contenido en mi pecho
que inspira la luz y espira la sombra,
que recibe el día y desprende la noche,
que inspira la vida y espira la muerte.
Inspirar, espirar, respirar: la fusión
de contrarios, el círculo de perfecta consciencia.
Ebriedad de sentirse invadido por algo
sin color ni sustancia, y verse derrotado,
en un mundo visible, por esencia invisible.
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
Me he sentado en el centro del mundo a respirar.
Dormía sin soñar, mas soñaba profundo
y, al despertar, mis labios musitaban despacio
en la luz del aroma: "Aquel que lo conoce
se ha callado y quien habla ya no lo ha conocido".
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
He respirado al lado del mar fuego de luz.
Lento respira el mundo en mi respiración.
En la noche respiro la noche de la noche.
Respira el labio en labio el aire enamorado.
Boca puesta en la boca cerrada de secretos,
respiro con la sabia de los troncos talados,
y, como roca voy respirando el silencio
y, como las raíces negras, respiro azul
arriba en los ramajes de verdor rumoroso.
Me he sentado a sentir cómo pasa en el cauce
sombrío de mis venas toda la luz del mundo.
Y yo era un gran sol de luz que respiraba.
Pulmón el firmamento contenido en mi pecho
que inspira la luz y espira la sombra,
que recibe el día y desprende la noche,
que inspira la vida y espira la muerte.
Inspirar, espirar, respirar: la fusión
de contrarios, el círculo de perfecta consciencia.
Ebriedad de sentirse invadido por algo
sin color ni sustancia, y verse derrotado,
en un mundo visible, por esencia invisible.
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
Me he sentado en el centro del mundo a respirar.
Dormía sin soñar, mas soñaba profundo
y, al despertar, mis labios musitaban despacio
en la luz del aroma: "Aquel que lo conoce
se ha callado y quien habla ya no lo ha conocido".
Antonio Colinas
A fuego lento, revoltosas caricias que parecen mariposas se cuelan por debajo de la ropa y van dejando el sentimiento, amor forjado a fuego lento.
Rosana
Te voy a dar la guarida que tiene la vida pa´ seguir viviendo, pa´ vivir queriendo, lo mejor de la vida es vivir es vivir el momento y asi te lo cuento, pa´ que tu la bailes, pa´ que baile el viento, pa´ que bailes conmigo lento, toma la cara y la cruz de mis sentimientos.
Rosana
El hombre más lento, que no pierde de vista el fin, va siempre más veloz que el que vaya sin perseguir un punto fijo.
Gotthold Ephraim Lessing
El Vivir de La Amada
Yo sé que de tu pecho los latidos
están contados. Corazón, haz lento
tu misericordioso movimiento
y leves tus quejidos doloridos
por ese cuerpo, donde mis sentidos
ponen todo su amor, donde me siento
morir a cada golpe ceniciento
de tus redobles graves y oprimidos.
Y tú, ventana de mi amor, aldea
mía de paz, caricia que sestea,
umbral del mundo, amor de cada día.
Dame tu fe, tu claridad, mi estrella,
dime que existe lo que yo sabía
cuando era niño en la ciudad aquella...
Yo sé que de tu pecho los latidos
están contados. Corazón, haz lento
tu misericordioso movimiento
y leves tus quejidos doloridos
por ese cuerpo, donde mis sentidos
ponen todo su amor, donde me siento
morir a cada golpe ceniciento
de tus redobles graves y oprimidos.
Y tú, ventana de mi amor, aldea
mía de paz, caricia que sestea,
umbral del mundo, amor de cada día.
Dame tu fe, tu claridad, mi estrella,
dime que existe lo que yo sabía
cuando era niño en la ciudad aquella...
Carlos Bousoño
Quietud
Sentada a media luz en mi rodilla,
y una sonrisa tenue y luminosa
como las alas de una mariposa,
me reclinó en el hombro la mejilla
y abandonóse inmóvil, silenciosa.
Se me quedó dormida entre los brazos,
niña interior, aunque mujer externa,
un tiempo apasionada, luego tierna,
frágil hoy con el alma hecha pedazos,
mañana con impulsos de galerna.
No me quise mover por no alterarla,
y dejé transcurrir el tiempo lento,
con el temor de que hasta el pensamiento
pudiera, al agitarse, despertarla,
destruyendo la magia del momento.
Y así quedó, colgada de mi cuello,
dormida en mí, sin dudas y sin prisa,
y hasta su soplo refrenó la brisa;
y al fin, acariciando su cabello,
hice anidar mi beso en su sonrisa.
Sentada a media luz en mi rodilla,
y una sonrisa tenue y luminosa
como las alas de una mariposa,
me reclinó en el hombro la mejilla
y abandonóse inmóvil, silenciosa.
Se me quedó dormida entre los brazos,
niña interior, aunque mujer externa,
un tiempo apasionada, luego tierna,
frágil hoy con el alma hecha pedazos,
mañana con impulsos de galerna.
No me quise mover por no alterarla,
y dejé transcurrir el tiempo lento,
con el temor de que hasta el pensamiento
pudiera, al agitarse, despertarla,
destruyendo la magia del momento.
Y así quedó, colgada de mi cuello,
dormida en mí, sin dudas y sin prisa,
y hasta su soplo refrenó la brisa;
y al fin, acariciando su cabello,
hice anidar mi beso en su sonrisa.
Francisco Alvarez
Viajero
La extrañeza del lugar aunque
lo imaginaba. Lo interminable del instante
y lo áspero. Un comedor vasto como el hastío,
Mas aquí, en reposo,
el mudo mantel, el atardecer
junto a la sombra
de los recuerdos en el rostro.
Obstinada la hora
le encierra, solitario, y al hermano
que llora bajo sus pensamientos.
Un sitio siempre ajeno como el amor, un lento salón
que a los fantasmas del viaje, en bandadas,
aparece de súbito con lámparas y memorias.
Conversaciones, alas, palabras apenas,
rumor en tomo. Una cucharada
a los labios con un remordimiento
y sobre la mesa, inmóvil, desconocida;
la silenciosa blancura de sus manos.
Quisiera despertar de entre los muertos
mientras la hora sórdidamente huye.
Lo piensa mientras a su alrededor
la mosca del sueño, el periódico,
el volumen ardiente de una falda,
no importa,
qué cuerpos o miradas, la tenaz
ola de melancolía también
les llega,
y en procesiones nocturnas
los huéspedes no duermen sino avanzan
con equipajes, entre espejos y blancos uniformes,
sonrientes, solos, sonámbulos,
por carrileras, a pie, enlunados,
al subterráneo final de los trenes sin nadie.
De "Los adioses" 1963
La extrañeza del lugar aunque
lo imaginaba. Lo interminable del instante
y lo áspero. Un comedor vasto como el hastío,
Mas aquí, en reposo,
el mudo mantel, el atardecer
junto a la sombra
de los recuerdos en el rostro.
Obstinada la hora
le encierra, solitario, y al hermano
que llora bajo sus pensamientos.
Un sitio siempre ajeno como el amor, un lento salón
que a los fantasmas del viaje, en bandadas,
aparece de súbito con lámparas y memorias.
Conversaciones, alas, palabras apenas,
rumor en tomo. Una cucharada
a los labios con un remordimiento
y sobre la mesa, inmóvil, desconocida;
la silenciosa blancura de sus manos.
Quisiera despertar de entre los muertos
mientras la hora sórdidamente huye.
Lo piensa mientras a su alrededor
la mosca del sueño, el periódico,
el volumen ardiente de una falda,
no importa,
qué cuerpos o miradas, la tenaz
ola de melancolía también
les llega,
y en procesiones nocturnas
los huéspedes no duermen sino avanzan
con equipajes, entre espejos y blancos uniformes,
sonrientes, solos, sonámbulos,
por carrileras, a pie, enlunados,
al subterráneo final de los trenes sin nadie.
De "Los adioses" 1963
Fernando Charry Lara
Realidad Y Sueño
Náufrago de mi propio sueño,
como si transportara en la flor de los labios
el silencio desnudo,
más que la sangre muda de hospital
muerta en el abandono;
con la tristeza del que viaja
por un aire sin viaje,
reducido al silencio
bajo un olor de rosa no pensada,
cuando el jardín no sabe
si la flor es un sueño
o la esperanza presentida;
fijo en mis latitudes
con el límite sueño entre las manos,
en su cauce la sangre detenida
y el temor de que llegue hasta mi tacto
la presión más efímera
o la más fina flor ya derribada;
límite y carne, sueño ilimitado
bajo la sábana, tan blanca,
por la que corre sangre
como la vena rota
en la piel de una virgen;
amigo de mí mismo
igual al hombre que presiente
la altura de su sombra
a la hora del último camino,
cara al ángel que viaja hacia mi encuentro
con la blancura íntima del niño aún no nacido,
me recuesto en mis venas
doloroso y sediento, sin mis nervios
ni el recuerdo inicial,
aquel primer encuentro con la muerte
tan clara, pura y sombra.
Siento que un mar lejano,
hundido como puerto bajo niebla,
hasta mí llega, cuando poso mi mano ávida
sobre el temor de mi sombría piel,
igual que un río inmóvil camina por los campos,
y de la sombra de mi aliento,
lento y desnudo, fiel a mi destino,
con mi sangre en el hielo,
más fría que la estatua bajo el agua,
con el frío en las manos
y la desnuda voz enmudecida,
hacia mi sombra vuelvo,
retorno a mi naufragio.
Náufrago de mi propio sueño,
como si transportara en la flor de los labios
el silencio desnudo,
más que la sangre muda de hospital
muerta en el abandono;
con la tristeza del que viaja
por un aire sin viaje,
reducido al silencio
bajo un olor de rosa no pensada,
cuando el jardín no sabe
si la flor es un sueño
o la esperanza presentida;
fijo en mis latitudes
con el límite sueño entre las manos,
en su cauce la sangre detenida
y el temor de que llegue hasta mi tacto
la presión más efímera
o la más fina flor ya derribada;
límite y carne, sueño ilimitado
bajo la sábana, tan blanca,
por la que corre sangre
como la vena rota
en la piel de una virgen;
amigo de mí mismo
igual al hombre que presiente
la altura de su sombra
a la hora del último camino,
cara al ángel que viaja hacia mi encuentro
con la blancura íntima del niño aún no nacido,
me recuesto en mis venas
doloroso y sediento, sin mis nervios
ni el recuerdo inicial,
aquel primer encuentro con la muerte
tan clara, pura y sombra.
Siento que un mar lejano,
hundido como puerto bajo niebla,
hasta mí llega, cuando poso mi mano ávida
sobre el temor de mi sombría piel,
igual que un río inmóvil camina por los campos,
y de la sombra de mi aliento,
lento y desnudo, fiel a mi destino,
con mi sangre en el hielo,
más fría que la estatua bajo el agua,
con el frío en las manos
y la desnuda voz enmudecida,
hacia mi sombra vuelvo,
retorno a mi naufragio.
Alà Chumacero
Presencia En El Olvido
Tú ya no tienes rostro en mi recuerdo. Eres,
nada más, la dorada tarde aquella
en que la primavera se detuvo
a leer con nosotros unos versos.
Y eres también esta tenaz y leve
melancolía que sus pasos mueve
sobre mi corazón,
y casi no es
melancolía...
Alguna vez yo tuve
tu rostro y tus palabras...
¡Hoy no sé qué se hicieron!
Hoy eres solamente
esas pequeñas cosas que se llaman
un día, un libro, el lento
caminar de la mano de la estrella,
y a veces, -pocas veces-, el silencio
fijándome los ojos desolados
en un sitio del aire, como ciegos...
Yo se que estás lejano de mi límite.
Que ya no eres ni la voz ni el eco...
si por el cauce de mi sangre subes,
llegas, vano fantasma, hasta mi sueño.
Y te quiero mirar, y es esta tarde
dorada, que ya dije,
lo que encuentro...
La tarde que tenía un campanario
entre los dedos
y una humana dulzura en la manera
de entendernos...
Tú ya no tienes rostro.
Ya no eres.
Tú ya no tienes rostro en mi recuerdo. Eres,
nada más, la dorada tarde aquella
en que la primavera se detuvo
a leer con nosotros unos versos.
Y eres también esta tenaz y leve
melancolía que sus pasos mueve
sobre mi corazón,
y casi no es
melancolía...
Alguna vez yo tuve
tu rostro y tus palabras...
¡Hoy no sé qué se hicieron!
Hoy eres solamente
esas pequeñas cosas que se llaman
un día, un libro, el lento
caminar de la mano de la estrella,
y a veces, -pocas veces-, el silencio
fijándome los ojos desolados
en un sitio del aire, como ciegos...
Yo se que estás lejano de mi límite.
Que ya no eres ni la voz ni el eco...
si por el cauce de mi sangre subes,
llegas, vano fantasma, hasta mi sueño.
Y te quiero mirar, y es esta tarde
dorada, que ya dije,
lo que encuentro...
La tarde que tenía un campanario
entre los dedos
y una humana dulzura en la manera
de entendernos...
Tú ya no tienes rostro.
Ya no eres.
Meira Delmar
Dibujo Corporal
Cuando me llegas con tu luz y ordeno la gran copa caliente,
tus cabellos, tu novia mano de lebrel.
Y acuesto la carne junto a ti,
dejado el ventanal con sol, todo el silencio en sombra.
Y se deslumbra el aposento de un túnel sin color.
O bien tus dedos, arando mis mejillas con su lento
peregrinar -mirándome por dentro como al olor-
van a pastar sus ciervos en el pómulo,
alertan nómadas del corazón.
Sí, oculto, llega el sueño a sazonarse con el lugar y,
hondero, hace oficio del párpado con gesto de tórtola.
Y te duermes, y un almendro florece en ti.
Si luego, ya
despiertos,
te miro y nace el aire, abre un espejo de mocedad,
se sana el rostro enfermo de la sábana.
Y, dócil, quema el trébol del labio su poder,
se entrega al fuego la juventud.
Y si, después, volvemos, tal un jardín,
a contemplar el cielo con pájaros. Y cantas.
Y en el cuello sopla el alisio su esplendor, el cierzo
mueve la alcoba, anida así un jilguero, otra vez en tu mano.
Y ve el estruendo devastarse ciudades de piel, pueblos del tacto, sitios nobles y, a lo lejos, arde un pinar,
entonces se que cuerpo aventajado es mi vivienda,
el centro del amor. Y te amo.
Y sé del reino donde tengo mi exilio. Y mi alimento.
Cuando me llegas con tu luz y ordeno la gran copa caliente,
tus cabellos, tu novia mano de lebrel.
Y acuesto la carne junto a ti,
dejado el ventanal con sol, todo el silencio en sombra.
Y se deslumbra el aposento de un túnel sin color.
O bien tus dedos, arando mis mejillas con su lento
peregrinar -mirándome por dentro como al olor-
van a pastar sus ciervos en el pómulo,
alertan nómadas del corazón.
Sí, oculto, llega el sueño a sazonarse con el lugar y,
hondero, hace oficio del párpado con gesto de tórtola.
Y te duermes, y un almendro florece en ti.
Si luego, ya
despiertos,
te miro y nace el aire, abre un espejo de mocedad,
se sana el rostro enfermo de la sábana.
Y, dócil, quema el trébol del labio su poder,
se entrega al fuego la juventud.
Y si, después, volvemos, tal un jardín,
a contemplar el cielo con pájaros. Y cantas.
Y en el cuello sopla el alisio su esplendor, el cierzo
mueve la alcoba, anida así un jilguero, otra vez en tu mano.
Y ve el estruendo devastarse ciudades de piel, pueblos del tacto, sitios nobles y, a lo lejos, arde un pinar,
entonces se que cuerpo aventajado es mi vivienda,
el centro del amor. Y te amo.
Y sé del reino donde tengo mi exilio. Y mi alimento.
Ãngel GarcÃa López
Como Octubre Disponga
No más refugio
que la faz de mis brazos
si nos entra el otoño
desgajando
lo que al viento apetece
en su alfombra de bosque
y cuerpo a tIerra.
Mírame.
Otoño aún no somos en años
pero cuando él se nos acerca
hay que extender la batalla real
de los buenos amantes
en el recuento las hojas
de infinitos sabores ocres.
Mírame, y
hagamos la abundancia
a ras de nuestro suelo.
La variedad de un amor
es sepultar la inteligencia
entre los cuerpos.
No conozco otro refugio
ni mejor temperatura.
Solo que estoy adivinando
cómo será el Otoño
nuestras vidas
de verdad calzadas en su estación
y otra vez
el nacimiento de amarse
la pasión inédita
que alumbrará mis versos.
Debo callar.
Ahora vamonos
a lo único
que del lento mudar
es ocre, ocres
como la alfombra disponga
tú y yo
obligando a trabajar
un viento revelación
lo más humano
para empujar las lumbres
bien cernida la noche.
De: Pasión inédita
No más refugio
que la faz de mis brazos
si nos entra el otoño
desgajando
lo que al viento apetece
en su alfombra de bosque
y cuerpo a tIerra.
Mírame.
Otoño aún no somos en años
pero cuando él se nos acerca
hay que extender la batalla real
de los buenos amantes
en el recuento las hojas
de infinitos sabores ocres.
Mírame, y
hagamos la abundancia
a ras de nuestro suelo.
La variedad de un amor
es sepultar la inteligencia
entre los cuerpos.
No conozco otro refugio
ni mejor temperatura.
Solo que estoy adivinando
cómo será el Otoño
nuestras vidas
de verdad calzadas en su estación
y otra vez
el nacimiento de amarse
la pasión inédita
que alumbrará mis versos.
Debo callar.
Ahora vamonos
a lo único
que del lento mudar
es ocre, ocres
como la alfombra disponga
tú y yo
obligando a trabajar
un viento revelación
lo más humano
para empujar las lumbres
bien cernida la noche.
De: Pasión inédita
Pureza Canelo
Adolescente Fui...
Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,
y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.
Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquel fuí, aquel fuí, aquel he sido...
era la ignorancia mi sombra.
Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.
Cuando la muerte quiera
una verdad quitar de entre mis manos,
las hallará vacías, como en la adolescencia,
ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.
Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo,
y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.
Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquel fuí, aquel fuí, aquel he sido...
era la ignorancia mi sombra.
Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.
Cuando la muerte quiera
una verdad quitar de entre mis manos,
las hallará vacías, como en la adolescencia,
ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.
Luis Cernuda
Dime quien soy, y te dire que pienso
cuando pasas a mi lado y me dejas sin aliento
dime quien soy, y te dire que siento
cuando vas caminando a paso lento
dime que buscas, y te dire que no lo tengo
cuando menos lo esperes yo te lo entrego
dime que buscas, y te dire que si lo encuentro
solo tu sabras su prosedencia
dime que quieres, y te dare hasta el ultimo instante
de aquello que tanto anhelas
dime que quieres, y te daare todo lo que este a mi alcance
de aquello que tanto esperas.
cuando pasas a mi lado y me dejas sin aliento
dime quien soy, y te dire que siento
cuando vas caminando a paso lento
dime que buscas, y te dire que no lo tengo
cuando menos lo esperes yo te lo entrego
dime que buscas, y te dire que si lo encuentro
solo tu sabras su prosedencia
dime que quieres, y te dare hasta el ultimo instante
de aquello que tanto anhelas
dime que quieres, y te daare todo lo que este a mi alcance
de aquello que tanto esperas.
Tovléz
11. Vendrá, Vendrá El Amor, -seguro Laberinto-...
Vendrá, vendrá el amor, -seguro laberinto-.
Descorriendo sombras, jarcias escarlatas,
como julio mil espejos entreabiertos,
-dulces añicos de luz atrapados por la brisa-.
Huele a sol. La calle, cómplice y ensimismada,
nos conduce por los recodos verdes de la dicha.
Azul, demasiado azul en el lento horizonte,
impulso de mar hacia los estambres de la noche.
La calle, sabia; el paso confiado, sutilísimo,
hacia la ribera irresistible del sueño
-celeste llave de luna y de cometa -.
Con vértigo restaurado, pude leer su voz,
cerrado abanico, cercando al insomnio
en la palidez oculta de unos brazos.
De "La lealtad del espejo" 1993
Vendrá, vendrá el amor, -seguro laberinto-.
Descorriendo sombras, jarcias escarlatas,
como julio mil espejos entreabiertos,
-dulces añicos de luz atrapados por la brisa-.
Huele a sol. La calle, cómplice y ensimismada,
nos conduce por los recodos verdes de la dicha.
Azul, demasiado azul en el lento horizonte,
impulso de mar hacia los estambres de la noche.
La calle, sabia; el paso confiado, sutilísimo,
hacia la ribera irresistible del sueño
-celeste llave de luna y de cometa -.
Con vértigo restaurado, pude leer su voz,
cerrado abanico, cercando al insomnio
en la palidez oculta de unos brazos.
De "La lealtad del espejo" 1993
Beatriz Hernanz
No dejo de pensar, miro el reloj
siempre es tan lento el tiempo?
todo se mueve en câmara lenta
tan baja la velocidad de este segundo
que siento que el corazón me estalla
no dejo de dar vueltas
voy a dejar marca en este suelo
me desespero y una vez mas
miro el reloj, no a pasado ni un segundo
desde el instante que deje d mirarlo
que esta pasando? no puedo apresurar el tiempo?
porque demonios es tan lento!
como soportare mas de 24 horas esperando?!
es insoportable, paresco enfermo, psicopata
un loco sin causa pensando en ti
debo controlarme ante de perder el control de mi mismo
debo estar tranquilo, si pierdo el juicio
voy a terminar en un manicomio y nunca podre escucharte
no podria volver a mirarte...
debo buscar la manera de respirar
de estar tranquilo, de no pensar
de dejar de escribir, de dejar de soñar
dejar de ser yo, por solo 48 horas
solo eso me pido a mi mismo
estar tranquilo.
Todo se movio... ya nada esta en su lugar
ni siquiera mi corazón, quien sabe que pasara
pero por el momento, solo te quiero volver a ver
contemplarte pasar, verte una vez mas.
siempre es tan lento el tiempo?
todo se mueve en câmara lenta
tan baja la velocidad de este segundo
que siento que el corazón me estalla
no dejo de dar vueltas
voy a dejar marca en este suelo
me desespero y una vez mas
miro el reloj, no a pasado ni un segundo
desde el instante que deje d mirarlo
que esta pasando? no puedo apresurar el tiempo?
porque demonios es tan lento!
como soportare mas de 24 horas esperando?!
es insoportable, paresco enfermo, psicopata
un loco sin causa pensando en ti
debo controlarme ante de perder el control de mi mismo
debo estar tranquilo, si pierdo el juicio
voy a terminar en un manicomio y nunca podre escucharte
no podria volver a mirarte...
debo buscar la manera de respirar
de estar tranquilo, de no pensar
de dejar de escribir, de dejar de soñar
dejar de ser yo, por solo 48 horas
solo eso me pido a mi mismo
estar tranquilo.
Todo se movio... ya nada esta en su lugar
ni siquiera mi corazón, quien sabe que pasara
pero por el momento, solo te quiero volver a ver
contemplarte pasar, verte una vez mas.
Tovléz
Galán
Aquí está ya el amor.
La luna crece en el espacio virgen.
Desnudo, el desvelado hacia la aurora siente
resbalar por su cuerpo un agua de sonrisas.
Los álamos palpitan de finos corazones
y lento va el cortejo de los enamorados suspirante
en la noche,
deshojando el jazmín de las vihuelas.
Una mano enjoyada de anillos y serpientes
hunde sus uñas sabias de placer en los durmientes núbiles
y fría en su belleza la alta madrugada respira
en las glicinas.
Él piensa:
"Ah, caminar a solas bebiendo tu embeleso
por el vientre sombrío de la playa
donde el mar, a nuestros pies descalzos,
rompe en astros su voz amarga y su desdén.
Un rumor de guitarras perezosas
en los puertos azules donde la palma florecida mece,
ebria, su danza lánguida
nos dirá que el amor es tan solo un sorbo de verano.
Viviremos bajo un dolmen de yedras y de lluvias
en las suaves colinas enrojecidas de frutos
y la dicha fugaz apartará sumisa para vernos
los pámpanos silvestres dorados por el ala de
los abejarucos.
Ah, morir, quiero morir con tu nombre en mis labios."
La noche unge con sus sacros óleos los ojos del amante.
Juglares y doncellas
que ofrecían manzanas de amor entre columnas
duermen bajo una brisa de besos que deshace sus
cabellos floridos
y solo el ruiseñor, el príncipe nocturno,
asciende por las altas graderías de la luna
y en su pluma suave
una rosa de láudano crece esparciendo olvido.
El piensa entre los sueños:
"Quiero morir cantando junto al mar".
Aquí está ya el amor.
La luna crece en el espacio virgen.
Desnudo, el desvelado hacia la aurora siente
resbalar por su cuerpo un agua de sonrisas.
Los álamos palpitan de finos corazones
y lento va el cortejo de los enamorados suspirante
en la noche,
deshojando el jazmín de las vihuelas.
Una mano enjoyada de anillos y serpientes
hunde sus uñas sabias de placer en los durmientes núbiles
y fría en su belleza la alta madrugada respira
en las glicinas.
Él piensa:
"Ah, caminar a solas bebiendo tu embeleso
por el vientre sombrío de la playa
donde el mar, a nuestros pies descalzos,
rompe en astros su voz amarga y su desdén.
Un rumor de guitarras perezosas
en los puertos azules donde la palma florecida mece,
ebria, su danza lánguida
nos dirá que el amor es tan solo un sorbo de verano.
Viviremos bajo un dolmen de yedras y de lluvias
en las suaves colinas enrojecidas de frutos
y la dicha fugaz apartará sumisa para vernos
los pámpanos silvestres dorados por el ala de
los abejarucos.
Ah, morir, quiero morir con tu nombre en mis labios."
La noche unge con sus sacros óleos los ojos del amante.
Juglares y doncellas
que ofrecían manzanas de amor entre columnas
duermen bajo una brisa de besos que deshace sus
cabellos floridos
y solo el ruiseñor, el príncipe nocturno,
asciende por las altas graderías de la luna
y en su pluma suave
una rosa de láudano crece esparciendo olvido.
El piensa entre los sueños:
"Quiero morir cantando junto al mar".
Pablo GarcÃa Baena
Desnudo
Desnuda al pie de la vetusta encina
alza los brazos en ofrecimiento,
y el arroyo se acerca, claro y lento,
roba sus formas y se arremolina.
Desierto está el paisaje. En la colina
rompe el amanecer, y en un momento
invisibles tentáculos de viento
la envuelven en espira clandestina.
Oh, libertad del cuerpo despojado
de vestimenta inútil, que ha logrado
revestirse de luz y de color.
Belleza de los senos descubiertos,
de temblorosos muslos entreabiertos,
y en los ojos azules el candor.
Desnuda al pie de la vetusta encina
alza los brazos en ofrecimiento,
y el arroyo se acerca, claro y lento,
roba sus formas y se arremolina.
Desierto está el paisaje. En la colina
rompe el amanecer, y en un momento
invisibles tentáculos de viento
la envuelven en espira clandestina.
Oh, libertad del cuerpo despojado
de vestimenta inútil, que ha logrado
revestirse de luz y de color.
Belleza de los senos descubiertos,
de temblorosos muslos entreabiertos,
y en los ojos azules el candor.
Francisco Alvarez
Quizás bastaba respirar,
Solo respirar muy lento
Recuperar cada latido en mi
y no tiene sentido ahora que no estás,
Ahora dónde estás,
porque yo no puedo acostumbrarme aún
diciembre ya llegó,
no estás aquí yo te esperaré hasta el fin,
En cambio no, hoy no hay tiempo de explicarte
y preguntar si te amé lo suficiente
yo estoy aquí y quiero hablarte ahora, ahora.
Porque se rompen en mis dientes,
las cosas importantes,
esas palabras que nunca escucharás
y las sumerjo en un lamento
haciéndolas salir son todas para ti,
una por una aquí.
Las sientes ya, besan y se posarán entre nosotros dos,
si me faltas tú, no las puedo repetir, no las puedo pronunciar
En cambio no me llueven los recuerdos
de aquellos días que corríamos al viento
quiero soñar que puedo hablarte ahora, ahora.
En cambio no, hoy no, hay tiempo de explicarte
También tenía ya mil cosas que contarte
y frente a mi, mil cosas que me arrastran junto a tí.
Quizás bastaba respirar,
solo respirar muy lento.
Hoy es parte, hoy en cambio, no
Solo respirar muy lento
Recuperar cada latido en mi
y no tiene sentido ahora que no estás,
Ahora dónde estás,
porque yo no puedo acostumbrarme aún
diciembre ya llegó,
no estás aquí yo te esperaré hasta el fin,
En cambio no, hoy no hay tiempo de explicarte
y preguntar si te amé lo suficiente
yo estoy aquí y quiero hablarte ahora, ahora.
Porque se rompen en mis dientes,
las cosas importantes,
esas palabras que nunca escucharás
y las sumerjo en un lamento
haciéndolas salir son todas para ti,
una por una aquí.
Las sientes ya, besan y se posarán entre nosotros dos,
si me faltas tú, no las puedo repetir, no las puedo pronunciar
En cambio no me llueven los recuerdos
de aquellos días que corríamos al viento
quiero soñar que puedo hablarte ahora, ahora.
En cambio no, hoy no, hay tiempo de explicarte
También tenía ya mil cosas que contarte
y frente a mi, mil cosas que me arrastran junto a tí.
Quizás bastaba respirar,
solo respirar muy lento.
Hoy es parte, hoy en cambio, no
Laura paussini
La Casa Del Silencio
La casa del silencio
se yergue en un rincón de la montaña,
con el capuz de tejas carcomido.
Y parece tan dócil
que apenas se conmueve con el ruido
de algún árbol cercano, donde sueña
el amoroso cónclave de un nido.
Tal vez nadie la habita
ni la quiere,
Y acaso nunca la vivieron hombres;
pero su lento corazón palpita
con un profundo latir de resignando,
cuando el rumor la hiere
y la sangra del trémulo costado.
Imagino, en la casa del silencio,
un patio luminoso, decorado
por la hierba que roe las canales
y un muro despintado
al caer de las lluvias torrenciales.
Y en las noches azules,
la pienso conturbada si adivina
un balbucir de luz en sus escaños,
y la oigo verter con un ruido
ya casi imperceptible, contenido,
su lor paternal de tres mil años.
La casa del silencio
se yergue en un rincón de la montaña,
con el capuz de tejas carcomido.
Y parece tan dócil
que apenas se conmueve con el ruido
de algún árbol cercano, donde sueña
el amoroso cónclave de un nido.
Tal vez nadie la habita
ni la quiere,
Y acaso nunca la vivieron hombres;
pero su lento corazón palpita
con un profundo latir de resignando,
cuando el rumor la hiere
y la sangra del trémulo costado.
Imagino, en la casa del silencio,
un patio luminoso, decorado
por la hierba que roe las canales
y un muro despintado
al caer de las lluvias torrenciales.
Y en las noches azules,
la pienso conturbada si adivina
un balbucir de luz en sus escaños,
y la oigo verter con un ruido
ya casi imperceptible, contenido,
su lor paternal de tres mil años.
José Gorostiza
Tiempo Del Amor
En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.
Parece detenerse en nuestros brazos,
jadear dulcemente en nuestros labios.
Y fluye tierno como el valle verde
por un secreto afán de vida breve.
Su vuelo cesa bajo el beso largo,
tensas las alas, dulce y hechizado.
Y cuando el beso acaba hay en su luz
un brillo de asombrada juventud.
Ahora acecha cautivo de los labios
el lento desunirse, desmayados.
Ahora yace, quemadas ya las alas,
mientras ávidamente se desangre.
En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.
En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.
Parece detenerse en nuestros brazos,
jadear dulcemente en nuestros labios.
Y fluye tierno como el valle verde
por un secreto afán de vida breve.
Su vuelo cesa bajo el beso largo,
tensas las alas, dulce y hechizado.
Y cuando el beso acaba hay en su luz
un brillo de asombrada juventud.
Ahora acecha cautivo de los labios
el lento desunirse, desmayados.
Ahora yace, quemadas ya las alas,
mientras ávidamente se desangre.
En el amor el tiempo es como un pájaro
aleteante, estremecido, trágico.
José Luis Cano
Te veo bebiendo payaso de ojos tristes solías escribir locos poemas sobre ángeles y dios. Pensaba que dios estaba muerto pero al escucharte a ti……..no estaba seguro, no había mentira en tu fuego, tus poemas se vuelven tristes, tus amantes te traicionaban después de andar por los bares experimentar y experimentar solo la resaca y paredes heladas sin experimentar miedo por amar o por ser amado decías que solo los hombres de suerte carecían de imaginación para sufrir. Te ame como una madre ama a su hijo que está lejos y lo extraña. No había elección estábamos unidos por un destino singular, la soledad…….es tan grande que puedo verla en lento movimiento de las agujas del reloj, nunca nadie encuentra a quien busca, tenías un vaso de lamentos y te sentabas a beber con el, por las amantes que te habían herido, me enseñaste que no toda la gente es buena con los demás………………..tenías miedo, y nunca les pedirías que lo fueran, quizás si lo fueran la muerte no sería tan triste, siempre juntando más odios que amantes aprender a ganar es difícil, pero cualquiera, incluso uno mismo, podía ser un gran perdedor. Cuantas botellas de cerveza y vino principalmente de cerveza tomaste, esperando que la cosas mejoraran o cuando te peleabas con una mujer y esperabas que el teléfono sonara, mientras te volvías loco y la radio pasaba canciones de amor y el teléfono permanecía silencioso y las paredes frías y cerveza fría…………………………. cerveza fría era todo lo que había y cuando una botella caía, producía el único sonido en tu vida, mientras tanto los basureros de la ciudad se llenan, las plazas………..calles se llenan, los manicomios se llenan, los hospitales se llenan, los cementerios se llenan, ningún otra cosa se llena sentir el vacío……………esperabas a la muerte como a un gato que salta por sorpresa sobre la cama y ella llego, tu decías que el próximo era yo y que quizás tu sepas algo que yo todavía no se …………….
pensador
vivo de recuerdos , respiro de tu aroma,sueño con tenerte y nesesito recordarte imagino el sentimiento que muere lento en instantes pero no se vivir sin tu aire ni vivir sin tu recuerdo te amo
andromeda
pensar en ti es entrar al mundo de lo sueños, donde to es porsible, imaginando estando atu lado, hacer que el tiempo sea mas lento, un momento donde se olvida del mundo y mi mente viene siendo solo tuya solo tuya, llena de tu sencible forma y ternura tus bellos ojos, un lazo que me une atu forma de pensar!!
Willy De la Rosa
El Viaje Infinito
Todos los seres viajan
de distinta manera hacia Su Dios:
La raíz baja a pie por peldaños de agua.
Las hojas con suspiros aparejan la nube.
Los pájaros se sirven de sus alas
para alcanzar la zona de las eternas luces.
El lento mineral con invisibles pasos
recorre las etapas de un círculo infinito
que en el polvo comienza y termina en el astro
y al polvo otra vez vuelve
recordando al pasar, más bien soñando
sus vidas sucesivas y sus muertes.
El pez habla a su Dios en la burbuja
que es un trino en el agua,
grito de ángel caído, privado de sus plumas.
El hombre solo tiene la palabra
para buscar la luz
o viajar al país sin ecos de la nada.
Todos los seres viajan
de distinta manera hacia Su Dios:
La raíz baja a pie por peldaños de agua.
Las hojas con suspiros aparejan la nube.
Los pájaros se sirven de sus alas
para alcanzar la zona de las eternas luces.
El lento mineral con invisibles pasos
recorre las etapas de un círculo infinito
que en el polvo comienza y termina en el astro
y al polvo otra vez vuelve
recordando al pasar, más bien soñando
sus vidas sucesivas y sus muertes.
El pez habla a su Dios en la burbuja
que es un trino en el agua,
grito de ángel caído, privado de sus plumas.
El hombre solo tiene la palabra
para buscar la luz
o viajar al país sin ecos de la nada.
Jorge Carrera Andrade
Esto es lento, paso a paso Beso a beso.
Te abrazo y te beso
Te hago sentir lo que llevas dentro y yo sin ti lejos ...
Te abrazo y te beso
Te hago sentir lo que llevas dentro y yo sin ti lejos ...
Yinellis González
La tortuga es lenta y vive muchos años,Un relámpago es demasiado rápido pero solo dura un instante, así es la vida vive rápido y morirás rápido vive lento y con sabiduría y alargaras tu vida.
Alex Javier Gonzalez
Mano Entregada
Pero otro día toco tu mano. Mano tibia...
Tu delicada mano silente. A veces cierro
mis ojos y toco leve tu mano, leve toque
que comprueba su forma, que tienta
su estructura, sintiendo bajo la piel alada el duro hueso
insobornable, el triste hueso adonde no llega nunca
el amor. Oh carne dulce, que sí empapa del amor hermoso.
Es por la piel secreta, secretamente abierta,
invisiblemente entreabierta,
por donde el calor tibio propaga su voz, su afán dulce;
para rodar por ellas en tu escondida sangre,
como otra sangre que sonara oscura,
que dulcemente oscura te besara
por dentro, recorriendo despacio como sonido puro
ese cuerpo que resuena mío, mío poblado de mis
voces profundas
¡oh resonado cuerpo de mi amor!, ¡oh poseído cuerpo!,
¡oh cuerpo solo sonido de mi voz poseyéndole!
Por eso, cuando acaricio tu mano, sé que solo el hueso rehusa
mi amor -el nunca incandescente hueso del hombre-.
Y que una zona triste de tu ser se rehusa,
mientras tu carne entera llega un instante lúcido
en que total flamea, por virtud de ese lento contacto
de tu mano,
de tu porosa mano suavísima que gime,
tu delicada mano silente, por donde entro
despacio, despacísimo, secretamente en tu vida,
hasta tus venas hondas totales donde bogo,
donde te pueblo y canto completo entre tu carne.
Pero otro día toco tu mano. Mano tibia...
Tu delicada mano silente. A veces cierro
mis ojos y toco leve tu mano, leve toque
que comprueba su forma, que tienta
su estructura, sintiendo bajo la piel alada el duro hueso
insobornable, el triste hueso adonde no llega nunca
el amor. Oh carne dulce, que sí empapa del amor hermoso.
Es por la piel secreta, secretamente abierta,
invisiblemente entreabierta,
por donde el calor tibio propaga su voz, su afán dulce;
para rodar por ellas en tu escondida sangre,
como otra sangre que sonara oscura,
que dulcemente oscura te besara
por dentro, recorriendo despacio como sonido puro
ese cuerpo que resuena mío, mío poblado de mis
voces profundas
¡oh resonado cuerpo de mi amor!, ¡oh poseído cuerpo!,
¡oh cuerpo solo sonido de mi voz poseyéndole!
Por eso, cuando acaricio tu mano, sé que solo el hueso rehusa
mi amor -el nunca incandescente hueso del hombre-.
Y que una zona triste de tu ser se rehusa,
mientras tu carne entera llega un instante lúcido
en que total flamea, por virtud de ese lento contacto
de tu mano,
de tu porosa mano suavísima que gime,
tu delicada mano silente, por donde entro
despacio, despacísimo, secretamente en tu vida,
hasta tus venas hondas totales donde bogo,
donde te pueblo y canto completo entre tu carne.
Vicente Aleixandre
Para que vivir?
para morir..
Para que sentir lo que no volvera existir
para que creer que eras mio?
porque! porque!
te tubistes que ir?
eres un recuerdo clavado en mi mente
tu sonrisa esta como reciente
hace ya un mes que te fuistes con el viento
y abandonastes nuestros sueños..
podiendo yegar a una relacion perfecta
en que en cualquier momento seria tu reina..
el día que te vi tirado en el suelo con ese peso encima
luchando por la vida
sufriendo de dolor
intentado seguir adelante
todo el mundo gritando pero yo no escuchaba a nadie
me detuve en el tiempo
preguntando quien seria, pero sabia que eras tu
sali al pasillo, y mi corazon decia!
es el, es el, es el..
sin que nadie me dijiera nada
queria salir pero no me dejaban empujaba
lo veía todo lento mi corazón iba a cien por verte tirado en el sueloo
sueño y sueño con volverte a ver en los besos que no nos dimos por verguenza a que nos vieran, pero si soñabamos con nuestro futuro..
con las fiestas que viviriamos con tus frases preciosas
con lo besos no dados..
ahora miro en mi pasado y lloro mas que nunca lloro y lloro
no puedo pensar en otro
solo en tu rostro
eres el chico de mis sueños y siempre lo seras pero temo a no ter futuro con nadie
por temor a romper nuestra promesa
que nos quedriamos eternamente..
para morir..
Para que sentir lo que no volvera existir
para que creer que eras mio?
porque! porque!
te tubistes que ir?
eres un recuerdo clavado en mi mente
tu sonrisa esta como reciente
hace ya un mes que te fuistes con el viento
y abandonastes nuestros sueños..
podiendo yegar a una relacion perfecta
en que en cualquier momento seria tu reina..
el día que te vi tirado en el suelo con ese peso encima
luchando por la vida
sufriendo de dolor
intentado seguir adelante
todo el mundo gritando pero yo no escuchaba a nadie
me detuve en el tiempo
preguntando quien seria, pero sabia que eras tu
sali al pasillo, y mi corazon decia!
es el, es el, es el..
sin que nadie me dijiera nada
queria salir pero no me dejaban empujaba
lo veía todo lento mi corazón iba a cien por verte tirado en el sueloo
sueño y sueño con volverte a ver en los besos que no nos dimos por verguenza a que nos vieran, pero si soñabamos con nuestro futuro..
con las fiestas que viviriamos con tus frases preciosas
con lo besos no dados..
ahora miro en mi pasado y lloro mas que nunca lloro y lloro
no puedo pensar en otro
solo en tu rostro
eres el chico de mis sueños y siempre lo seras pero temo a no ter futuro con nadie
por temor a romper nuestra promesa
que nos quedriamos eternamente..
yoes una historia real
Te marchaste hace tiempo
y todo es mas lento
te alejaste con el viento
y se mantiene el suspenso
Escucha mi voz que te dice en silencio
escuchame que sigo sin miedo
atiende mi voz que te dice en silencio
escuchame me caigo de miedo
Maldicion escucha mi canto
maldicion pense podria soportarlo
Escuchame puedo aguantarlo
escuchame estoy agonizando!
y todo es mas lento
te alejaste con el viento
y se mantiene el suspenso
Escucha mi voz que te dice en silencio
escuchame que sigo sin miedo
atiende mi voz que te dice en silencio
escuchame me caigo de miedo
Maldicion escucha mi canto
maldicion pense podria soportarlo
Escuchame puedo aguantarlo
escuchame estoy agonizando!
Tovléz
Desde que te conoci, captaste mi atencion
llenaste de intrigas mis dias
pero no puedodecirtelo pues el tiempo no a pasado
todo va tan lento, no son ni semanas lo que hemos hablado
No me e preguntado quien eres
ni de donde vienes
solo me e preocupado
por escuchar tu voz, tu canto
por mirar tus ojos, ese encanto
No me e preguntado quien eres
ni a donde vas
solo me pregunto cuando sera el momento
que me decida a decirtelo
que estoy dispuesto a dejar lo que tengo
por ir contigo a un mundo nuevo
No me importa quien eras
de donde vienes
no me importa quien eras
siempre y cuando seas feliz
no me importa quen eres
ni a donde vas
no me importa quien eres
solo quiero encontrar el momento
de decirte que no te saco de mi mente.
llenaste de intrigas mis dias
pero no puedodecirtelo pues el tiempo no a pasado
todo va tan lento, no son ni semanas lo que hemos hablado
No me e preguntado quien eres
ni de donde vienes
solo me e preocupado
por escuchar tu voz, tu canto
por mirar tus ojos, ese encanto
No me e preguntado quien eres
ni a donde vas
solo me pregunto cuando sera el momento
que me decida a decirtelo
que estoy dispuesto a dejar lo que tengo
por ir contigo a un mundo nuevo
No me importa quien eras
de donde vienes
no me importa quien eras
siempre y cuando seas feliz
no me importa quen eres
ni a donde vas
no me importa quien eres
solo quiero encontrar el momento
de decirte que no te saco de mi mente.
Tovléz
No confíes en tus riquezas, ni digas que con ellas nada te falta. No te dejes arrastrar por tus impulsos y tu fuerza; harían de ti el esclavo de tus instintos. No digas "Nadie me lo impedirá." Sepas que el Señor tiene poder para castigarte. No digas: "Pequé y no me sucedió nada." Pues el Señor es lento para castigar. No tengas el perdón por tan seguro que sigas acumulando pecados. No digas: "Es grande la misericordia de Dios, él perdonará todos mis pecados." En él está la misericordia, pero también el enojo, y lo desahoga sobre el pecador. xoxo
Sagradas Escrituras
Palabras contra Nínive. Este es el libro de la visión que tuvo Nahúm de Elcós. Yavé es un Dios celoso y vengador. Se venga contra sus adversarios y se enfurece contra sus enemigos. Yavé es lento a la cólera pero tremendo de poder y no dejará sin castigo al culpable.
Yavé camina entre tempestades y huracanes, y las nubes son el polvo de sus pies. Amenaza a los mares y los seca. El Basan y el Carmelo desfallecen y se marchita el verdor del Líbano, los cerros tiemblan ante él, y las lomas se estremecen. Ante él se derrumba la tierra, el universo y todos los que en él viven. ¿Quién podrá resistir ante su enojo? ¿Quién podrá soportar el ardor de su cólera? Su furor se extiende como el fuego, y las rocas se quiebran ante él.
Yavé camina entre tempestades y huracanes, y las nubes son el polvo de sus pies. Amenaza a los mares y los seca. El Basan y el Carmelo desfallecen y se marchita el verdor del Líbano, los cerros tiemblan ante él, y las lomas se estremecen. Ante él se derrumba la tierra, el universo y todos los que en él viven. ¿Quién podrá resistir ante su enojo? ¿Quién podrá soportar el ardor de su cólera? Su furor se extiende como el fuego, y las rocas se quiebran ante él.
Sagradas Escrituras