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Viene Y Se Va....
Viene y se va, caliente de oleaje,
arrastrando su gracia por mi arena.
Viene y se va, dejándome la pena
que, por no venir solo, aquí me traje.
Viene y se va. Para tan breve viaje
talé el jazmín, segué la yerbabuena.
Ya no sé si me salva o me condena:
sé que se va y se lleva mi paisaje.
Sé que se va y me quedo frente al muro
de la lamentación y del olvido,
oscuro el sol y el corazón oscuro.
Viene y se va. Yo nunca lo despido.
Al oído del alma le murmuro:
-"Gracias, bien mío, por haber venido".-
Viene y se va, caliente de oleaje,
arrastrando su gracia por mi arena.
Viene y se va, dejándome la pena
que, por no venir solo, aquí me traje.
Viene y se va. Para tan breve viaje
talé el jazmín, segué la yerbabuena.
Ya no sé si me salva o me condena:
sé que se va y se lleva mi paisaje.
Sé que se va y me quedo frente al muro
de la lamentación y del olvido,
oscuro el sol y el corazón oscuro.
Viene y se va. Yo nunca lo despido.
Al oído del alma le murmuro:
-"Gracias, bien mío, por haber venido".-
Antonio Gala
La libertad no muere jamás de las heridas que recibe. El puñal que la hiere lleva a sus venas nueva sangre.
José MartÃ
¿qué locura o que desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?.
Miguel de Cervantes
La Despedida
Aquí en lo oscuro
quedo pulsando mi dulcémele,
mientras veo que te alejas
feliz, contra la línea del horizonte.
Mueves el cuerpo al son de mis acordes,
cada vez más distante, más cómplice,
y un ritmo de secreto te hace tan diminuto.
sí, te alejas de esta pequeña hoguera
que hemos prendido juntos,
y en la alcoba, se extingue la ardentía,
como hermoso extinguirse era bajo tu cuerpo.
Hay un sol tibio que camina delante,
y una brisa en el rostro de quien amé;
mis besos lleva en él como prendidos,
hoy que se aleja,
feliz, contra la línea del horizonte.
Aquí en lo oscuro
quedo pulsando mi dulcémele,
mientras veo que te alejas
feliz, contra la línea del horizonte.
Mueves el cuerpo al son de mis acordes,
cada vez más distante, más cómplice,
y un ritmo de secreto te hace tan diminuto.
sí, te alejas de esta pequeña hoguera
que hemos prendido juntos,
y en la alcoba, se extingue la ardentía,
como hermoso extinguirse era bajo tu cuerpo.
Hay un sol tibio que camina delante,
y una brisa en el rostro de quien amé;
mis besos lleva en él como prendidos,
hoy que se aleja,
feliz, contra la línea del horizonte.
José Lupiáñez
Recuerda El Poeta Los Primeros
TIEMPOS DE SU AMOR
Déjame que del tiempo de otro día
miré prados de amor, recuerde aroma,
y en el agua pasada la paloma
moje otra vez el alma en que bebía.
Que si ha ganado el tiempo la porfía
y ya la nieve por la sien asoma
fuego otra vez cada ceniza toma
y un campo de pasión hay todavía.
Déjame que confunda en tu cintura
lunas perdidas, que la luna nueva
no contó el tiempo ni perdió blancura.
Alma y cabellos el pasado nieva
pero la llama es fiel y a la ventura
hoy, como ayer, tu corazón me lleva.
TIEMPOS DE SU AMOR
Déjame que del tiempo de otro día
miré prados de amor, recuerde aroma,
y en el agua pasada la paloma
moje otra vez el alma en que bebía.
Que si ha ganado el tiempo la porfía
y ya la nieve por la sien asoma
fuego otra vez cada ceniza toma
y un campo de pasión hay todavía.
Déjame que confunda en tu cintura
lunas perdidas, que la luna nueva
no contó el tiempo ni perdió blancura.
Alma y cabellos el pasado nieva
pero la llama es fiel y a la ventura
hoy, como ayer, tu corazón me lleva.
Luis López Anglada
Luz del alma, luz divina,faro, antorcha, estrella, sol. . . Un hombre a tientas camina; lleva a la espalda un farol.
Antonio Machado
La idea de dios implica la abdicación de la razón humana y de la justicia humana; es la negación mas decisiva de la libertad humana y lleva necesariamente a la esclavitud de los hombres, tanto en la teoría como en la práctica.
Mikhail Bakunin
Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, ella dice: ¡estoy fatigada!.
Proverbio Yugoslavo
Yo he visto garras fieras en las pulidas manos; conozco grajos mélicos y líricos marranos. . . El más truhán se lleva la mano al corazón, y el bruto más espeso se carga de razón.
Antonio Machado
El futuro depende, en gran parte, de la familia, lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz.
Juan Pablo II
Dama
Esta dama sin cara ni camisa,
alta de cuello, suave de cintura,
tiene todo el temblor de la hermosura
que el tiempo oculta y el amor desliza.
Esta dama que viene de la brisa
y el rango lleva de su propia altura,
tiene ese no sé qué de la ternura
de una dama sin fin, bella y precisa.
Aunque esta dama nunca duerma en cama
parece dama sin que sea dama
y domina desnuda el mundo entero.
Esta dama perdona y no perdona.
Y para eso luce una corona
esta dama que reina en el tablero.
Esta dama sin cara ni camisa,
alta de cuello, suave de cintura,
tiene todo el temblor de la hermosura
que el tiempo oculta y el amor desliza.
Esta dama que viene de la brisa
y el rango lleva de su propia altura,
tiene ese no sé qué de la ternura
de una dama sin fin, bella y precisa.
Aunque esta dama nunca duerma en cama
parece dama sin que sea dama
y domina desnuda el mundo entero.
Esta dama perdona y no perdona.
Y para eso luce una corona
esta dama que reina en el tablero.
Miguel Arteche
A una persona naturalmente confiada le lleva bastante tiempo reconciliarse con la idea de que, después de todo, Dios no lo ayudará.
Henry Louis Mencken
Canción A Una Muchacha Muerta
Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.
Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva solo un pájaro o mano.
Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.
Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.
Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde solo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.
¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!
Dime, dime el secreto de tu corazón virgen,
dime el secreto de tu cuerpo bajo tierra,
quiero saber por qué ahora eres un agua,
esas orillas frescas donde unos pies desnudos
se bañan con espuma.
Dime por qué sobre tu pelo suelto,
sobre tu dulce hierba acariciada,
cae, resbala, acaricia, se va
un sol ardiente o reposado que te toca
como un viento que lleva solo un pájaro o mano.
Dime por qué tu corazón como una selva diminuta
espera bajo tierra los imposibles pájaros,
esa canción total que por encima de los ojos
hacen los sueños cuando pasan sin ruido.
Oh tú, canción que a un cuerpo muerto o vivo,
que a un ser hermoso que bajo el suelo duerme,
cantas color de piedra, color de beso o labio,
cantas como si el nácar durmiera o respirara.
Esa cintura, ese débil volumen de un pecho triste,
ese rizo voluble que ignora el viento,
esos ojos por donde solo boga el silencio,
esos dientes que son de marfil resguardado,
ese aire que no mueve unas hojas no verdes.
¡Oh tú, cielo riente que pasas como nube;
oh pájaro feliz que sobre un hombro ríes;
fuente que, chorro fresco, te enredas con la luna;
césped blando que pisan unos pies adorados!
Vicente Aleixandre
Lugares
No sé donde está el árbol
que me hace estar tán lejos
ahora que se acerca
No sé si yo lo traigo
o si es él quien me lleva
Un hilo desde el fondo de su tiempo
tira de mí y me arrastra
mientras tiro de un hilo
para arrancarlo al fondo de su tiempo
Él llega -árbol entero
Yo de mí misma falto
La memoria nos cambia de lugares
sin movernos de nuestros sitios
No sé donde está el árbol
que me hace estar tán lejos
ahora que se acerca
No sé si yo lo traigo
o si es él quien me lleva
Un hilo desde el fondo de su tiempo
tira de mí y me arrastra
mientras tiro de un hilo
para arrancarlo al fondo de su tiempo
Él llega -árbol entero
Yo de mí misma falto
La memoria nos cambia de lugares
sin movernos de nuestros sitios
Ulalume González de León
Recorre a menudo la senda que lleva al huerto de tu amigo, no sea que la maleza te impida ver el camino.
Proverbio indio
Amada Mía
Amada mía, amada en tiempos del primer arco iris
o allá en la creación junto a las primeras alas.
Desde la sangre de mi madre hacia ti vuelvo mi rostro.
Las abejas de mis almendros vuelan en torno de tus ojos.
Mi corazón, saeta gastada de noche en el cielo
atraviesa la paloma del día para borrarse en tu voz.
Alargas en tus ojos los hondos paralelos
mientras la mañana se eleva de tus brazos.
Te llevaré en la ola de mis venas
así como el cielo lleva su largo temblor de pájaros.
La tierra gira, mi amiga, en un rincón de tus ojos.
El viento distancia estrellas detrás de tu cabellera.
Amada mía, amada en tiempos del primer arco iris
o allá en la creación junto a las primeras alas.
Desde la sangre de mi madre hacia ti vuelvo mi rostro.
Las abejas de mis almendros vuelan en torno de tus ojos.
Mi corazón, saeta gastada de noche en el cielo
atraviesa la paloma del día para borrarse en tu voz.
Alargas en tus ojos los hondos paralelos
mientras la mañana se eleva de tus brazos.
Te llevaré en la ola de mis venas
así como el cielo lleva su largo temblor de pájaros.
La tierra gira, mi amiga, en un rincón de tus ojos.
El viento distancia estrellas detrás de tu cabellera.
Ãngel Cruchaga
Jazmín
Para Quinín García de la Bárcena
Amiga mía, a veces si estoy leyendo y llueve
como ahora, tu voz parece oírse cerca,
por entre los grabados del pasillo y la cal
que intenta ser imagen de un callejón de Córdoba.
Brilla en el vaso apenas un copo de jazmines,
el fugitivo olor que tu mano ordenaba
sobre el mantel listado, con el pan y el cubierto
de la ternura abierta en la frugal vianda.
¿Te olvidamos un poco? Tú cruzas silenciosa.
Nuestros días se han hecho sordos y no esperamos,
con la vejez terrible, unas lágrimas frescas.
El llanto es privilegio de los amores jóvenes.
Mas tu perfil en sepia de la fotografía
me lleva hasta los libres, primeros años 30:
las trenzas -Lily Cépannek- en diadema de mieses,
la angostura del cóctel, la rosa de un abdullah.
Aquel túnel de sangre del verano... Chirriando
se detuvo el expreso en andenes hostiles
y atrás quedó el bagaje y el inútil retorno
talló de sales duras la mirada al pasado.
Luego, ya tejedora de bufandas de hastío,
vas y vienes, levantas el estor, la sonrisa,
y en el alféizar húmedo desmenuzas las migas
doradas para el ave mortal de la tristeza.
Oscurece tan pronto. Obediente a los signos
caminas al encuentro en el atrio sombrío.
Fulge a la luna el miedo cipresal de la noche
y está el naipe marcado con la indecible cifra.
Para Quinín García de la Bárcena
Amiga mía, a veces si estoy leyendo y llueve
como ahora, tu voz parece oírse cerca,
por entre los grabados del pasillo y la cal
que intenta ser imagen de un callejón de Córdoba.
Brilla en el vaso apenas un copo de jazmines,
el fugitivo olor que tu mano ordenaba
sobre el mantel listado, con el pan y el cubierto
de la ternura abierta en la frugal vianda.
¿Te olvidamos un poco? Tú cruzas silenciosa.
Nuestros días se han hecho sordos y no esperamos,
con la vejez terrible, unas lágrimas frescas.
El llanto es privilegio de los amores jóvenes.
Mas tu perfil en sepia de la fotografía
me lleva hasta los libres, primeros años 30:
las trenzas -Lily Cépannek- en diadema de mieses,
la angostura del cóctel, la rosa de un abdullah.
Aquel túnel de sangre del verano... Chirriando
se detuvo el expreso en andenes hostiles
y atrás quedó el bagaje y el inútil retorno
talló de sales duras la mirada al pasado.
Luego, ya tejedora de bufandas de hastío,
vas y vienes, levantas el estor, la sonrisa,
y en el alféizar húmedo desmenuzas las migas
doradas para el ave mortal de la tristeza.
Oscurece tan pronto. Obediente a los signos
caminas al encuentro en el atrio sombrío.
Fulge a la luna el miedo cipresal de la noche
y está el naipe marcado con la indecible cifra.
Pablo GarcÃa Baena
Tránsito
Como la música del tiempo
suena tu paso próximo. Resbala
tu sombra cual los días en fluyente
transitar por mis surcos, como un agua.
Flotamos en el tiempo, en el continuo
ir del río. Nos lleva. Nos desgasta
lentamente. Nos suena honda en el pecho
la rota frialdad de su cascada.
Fuimos de abril. Teníamos
una luz inefable, como un ala.
Flor o pájaro o nombre
del amor, en el sueño y en la rama.
Fuimos también de mayo. Dulcemente
el mirar como un fruto se doraba
de presagios. Madura y entreabierta
la fresca pulpa en que el besar se abrasa.
El estío nos hizo arena ardiente,
carne encendida de besada playa
donde blancos caballos como espuma
por la sangre de agosto se avalanzan.
Como cuerpos de otoño nos amamos
bajo la luz dulcísima y dorada
y sentimos el cobre de noviembre
de hermosura sonar en nuestras almas.
Cuánto diciembre acude, cuánto enero
cerca del amor, la vida, la esperanza.
Por la nieve tus pasos cómo suenan
a rosas deshojadas.
Somos de tiempo, Soledad y tiempo
nos vuelven sombra y nada.
Como la música del tiempo
suena tu paso próximo. Resbala
tu sombra cual los días en fluyente
transitar por mis surcos, como un agua.
Flotamos en el tiempo, en el continuo
ir del río. Nos lleva. Nos desgasta
lentamente. Nos suena honda en el pecho
la rota frialdad de su cascada.
Fuimos de abril. Teníamos
una luz inefable, como un ala.
Flor o pájaro o nombre
del amor, en el sueño y en la rama.
Fuimos también de mayo. Dulcemente
el mirar como un fruto se doraba
de presagios. Madura y entreabierta
la fresca pulpa en que el besar se abrasa.
El estío nos hizo arena ardiente,
carne encendida de besada playa
donde blancos caballos como espuma
por la sangre de agosto se avalanzan.
Como cuerpos de otoño nos amamos
bajo la luz dulcísima y dorada
y sentimos el cobre de noviembre
de hermosura sonar en nuestras almas.
Cuánto diciembre acude, cuánto enero
cerca del amor, la vida, la esperanza.
Por la nieve tus pasos cómo suenan
a rosas deshojadas.
Somos de tiempo, Soledad y tiempo
nos vuelven sombra y nada.
Leopoldo de Luis
Desde
Desde que tu no estas
me eh dado cuenta q ya nada es igual
no tengo las mismas ganas de llamarte una vez mas
crecieron mis ansias por verte cada día
y hoy eres casi un pensamiento diario de mi vida
Desde que tu no estas
yo no eh dejado de cambiar
siempre hay algo nuevo q descifrar
siempre tengo q recordar todo aquello
en lo que quizas sin darme cuenta
te pude fallar
Es q ahora q no estas
todo a llegado a cambiar tanto q yo ya no puedo mas
ya no hay canción para cantar con la q sepas q te puedo amar
el aire se acaba y eres tu quien se lo lleva todo al final
solo me quedan los recuerdos esos bellos momentos
Aquellas veces q cantaba sin parar
nadie me podía callar pues a lo lejos
tu me alentabas a cantar un poco mas
y hasta lo podía gritar!!
pues estabas tu ahí a lo lejos para escuchar
Hoy no te voy a llamar para pedirte regresar
no te voy a buscar para verte aunq sea una vez mas
pero si te llego a encontrar te dire q aun no te puedo olvidar
y q quizas aun sigo amándote en verdad
Lo q me da temor es q tu me vayas a olvidar
ya no como lo q eramos, si no como lo q soy hoy para ti
un simple amigo q te vio venir, se enamoro de ti
y a tu paso casi lo pudo conseguir...
pero tu te fuiste sin mi.
Desde que tu no estas
me eh dado cuenta q ya nada es igual
no tengo las mismas ganas de llamarte una vez mas
crecieron mis ansias por verte cada día
y hoy eres casi un pensamiento diario de mi vida
Desde que tu no estas
yo no eh dejado de cambiar
siempre hay algo nuevo q descifrar
siempre tengo q recordar todo aquello
en lo que quizas sin darme cuenta
te pude fallar
Es q ahora q no estas
todo a llegado a cambiar tanto q yo ya no puedo mas
ya no hay canción para cantar con la q sepas q te puedo amar
el aire se acaba y eres tu quien se lo lleva todo al final
solo me quedan los recuerdos esos bellos momentos
Aquellas veces q cantaba sin parar
nadie me podía callar pues a lo lejos
tu me alentabas a cantar un poco mas
y hasta lo podía gritar!!
pues estabas tu ahí a lo lejos para escuchar
Hoy no te voy a llamar para pedirte regresar
no te voy a buscar para verte aunq sea una vez mas
pero si te llego a encontrar te dire q aun no te puedo olvidar
y q quizas aun sigo amándote en verdad
Lo q me da temor es q tu me vayas a olvidar
ya no como lo q eramos, si no como lo q soy hoy para ti
un simple amigo q te vio venir, se enamoro de ti
y a tu paso casi lo pudo conseguir...
pero tu te fuiste sin mi.
Tovléz
Que tan maldita es la misma vida
cuando te lo da todo te lo quita
y si se arrepiente te lo devuelve
pero ya no vuelve a ser lo mismo
que tan maldito es el destino
cuando todo indica que ese era su fin
de la nada se arrepiente y te deja seguir
sin saber a ciencia sierta que tenia para ti?
que tan falsa es la esperanza
y toda la vida que lleva a esta mentira
que tan falsa es la verdad
y todo el destino que acaba con tu vida
cuando te lo da todo te lo quita
y si se arrepiente te lo devuelve
pero ya no vuelve a ser lo mismo
que tan maldito es el destino
cuando todo indica que ese era su fin
de la nada se arrepiente y te deja seguir
sin saber a ciencia sierta que tenia para ti?
que tan falsa es la esperanza
y toda la vida que lleva a esta mentira
que tan falsa es la verdad
y todo el destino que acaba con tu vida
Tovléz
Nostalgia
Ahora estoy de regreso.
Llevé lo que la ola, para romperse, lleva
-sal, espuma y estruendo-,
y toqué con mis manos una criatura viva;
el silencio.
Heme aquí suspirando
como el que ama y se acuerda y está lejos.
Ahora estoy de regreso.
Llevé lo que la ola, para romperse, lleva
-sal, espuma y estruendo-,
y toqué con mis manos una criatura viva;
el silencio.
Heme aquí suspirando
como el que ama y se acuerda y está lejos.
Rosario Castellanos
Esta noche decidí guardar silencio
callar para escuchar a cada momento
a mi corazón, todo lo que lleva dentro
solo que hay un pequeño detalle
estas horas aun sin viento, sin aliento
mi corazón no deja de cantar
la canción que a tu lado conocío
la canción que olvido cuando te vio partir
y cuando te escucho de nuevo volvio a sentir.
callar para escuchar a cada momento
a mi corazón, todo lo que lleva dentro
solo que hay un pequeño detalle
estas horas aun sin viento, sin aliento
mi corazón no deja de cantar
la canción que a tu lado conocío
la canción que olvido cuando te vio partir
y cuando te escucho de nuevo volvio a sentir.
Tovléz
Estás tan lejos y sin embargo te siento cerca...Es que mi espíritu vuela hacia ti en un ansia desesperada de ser una contigo...
Mi espíritu te lleva todo lo que soy, todo lo que siento, todo lo que deseo que sientas por mi.
No hay día de mi vida que deje de pensar en ti, en todo lo que me das, en tu mirada sincera.
Dame tu mano , quiero seguir la vida a tu lado, a pesar de los inconvenientes, de las distancias , del tiempo solo importas tu.
Llévame lejos , donde podamos vivir juntos, tranquilos, sin dañar a nadie...
Me queda poco tiempo, pero lo poco que sea deseo estar a tu lado...
Te amo.
Mi espíritu te lleva todo lo que soy, todo lo que siento, todo lo que deseo que sientas por mi.
No hay día de mi vida que deje de pensar en ti, en todo lo que me das, en tu mirada sincera.
Dame tu mano , quiero seguir la vida a tu lado, a pesar de los inconvenientes, de las distancias , del tiempo solo importas tu.
Llévame lejos , donde podamos vivir juntos, tranquilos, sin dañar a nadie...
Me queda poco tiempo, pero lo poco que sea deseo estar a tu lado...
Te amo.
patylily
Otoño
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
Juan Ramón Jiménez