Llueve por dentro ( 4 )
Llueve por dentro. Encuentra docenas de llueve por dentro con fotos para copiar y compartir.
Milonga
Sobre las mesas,
botellas decapitadas de «champagne» con corbatas blancas de payaso,
baldes de níquel que trasuntan enflaquecidos brazos y espaldas de «cocottes»
El bandoneón canta con esperezos de gusano baboso,
contradice el pelo rojo de la alfombra,
imana los pezones, los pubis y la punta de los zapatos.
Machos que se quiebran en corte ritual, la cabeza hundida entre los hombros,
la jeta hinchada de palabras soeces.
Hembras con las ancas nerviosas,
un poquito de espuma en las axilas y los ojos demasiado aceitados.
De pronto se oye un fracaso de cristales.
Las mesas dan un corcovo y pegan cuatro patadas en el aire.
Un enorme espejo se derrumba con las columnas y la gente que tenía dentro;
mientras en un oleaje de brazos y de espaldas estallan las trompadas,
como una rueda de cohetes de bengala.
Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta.
Sobre las mesas,
botellas decapitadas de «champagne» con corbatas blancas de payaso,
baldes de níquel que trasuntan enflaquecidos brazos y espaldas de «cocottes»
El bandoneón canta con esperezos de gusano baboso,
contradice el pelo rojo de la alfombra,
imana los pezones, los pubis y la punta de los zapatos.
Machos que se quiebran en corte ritual, la cabeza hundida entre los hombros,
la jeta hinchada de palabras soeces.
Hembras con las ancas nerviosas,
un poquito de espuma en las axilas y los ojos demasiado aceitados.
De pronto se oye un fracaso de cristales.
Las mesas dan un corcovo y pegan cuatro patadas en el aire.
Un enorme espejo se derrumba con las columnas y la gente que tenía dentro;
mientras en un oleaje de brazos y de espaldas estallan las trompadas,
como una rueda de cohetes de bengala.
Junto con el vigilante, entra la aurora vestida de violeta.
Oliverio Girondo
Buscad dentro de vosotros y lo encontraréis todo, y alegraos de que allá fuera, o como queráis llamarlo, haya una naturaleza que diga sí y amén a todo cuanto habéis hallado en vosotros.
Johann Wolfgang Von Goethe
La marioneta
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo, y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero, en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco y soñaría mas, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía mientras los demás hablan, y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate...!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón.... escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo aprendiese a volar.
A los viejos, a mis viejos, les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres.....
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad esta en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo...
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo, y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero, en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco y soñaría mas, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía mientras los demás hablan, y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate...!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón.... escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo aprendiese a volar.
A los viejos, a mis viejos, les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres.....
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad esta en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.
He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo...
Johnny Welch
Mi Sangretantos Ríos Que Soltaronbajo Mi Piel. Mas No Sépor Qué Lo Que Me Golpeasiendo Agua Tiene Se
Viajero que dentro el pechooigo que quieres beber...¿Para qué, si eres la fuente,para qué corres con sed?
Tú galopas aquí adentrocomo queriendo llegar...¿Pero a dónde vas, viajero,si eres tú la eternidad?
Viajero que dentro el pechooigo que quieres beber...¿Para qué, si eres la fuente,para qué corres con sed?
Tú galopas aquí adentrocomo queriendo llegar...¿Pero a dónde vas, viajero,si eres tú la eternidad?
Manuel del Cabral
Llueve. Y el agua cae sin relieve sobre las piedras, ávidas de lluvia. Aquí en mi corazón, cómo remueve; aquí en mi corazón, cómo diluvia.
Julia Prilutzky
Palabra que retienes dentro de tí, es tu esclava; la que se te escapa, es tu señora.
Proverbio Persa
Sueños son renovables. No importa cual es nuestra edad o condición, siempre hay inexploradas posibilidades dentro nuestro y nueva belleza esperando nacer.
Dale Turner
La guitarra es para mí un poco el templo donde yo entro a rezar. Cuando yo necesito musitar mi salmo profundo, voy a la guitarra. Por supuesto, no voy a tocar chacareras, que me encantan, ni gatos. La chacarera en Santiago del Estero, la zamba en Tucumán y el estilo en la provincia de Buenos Aires, para mí eso configura toda una atmósfera tradicional y hermosa. Pero para rezar, la vidala. Y la hora no importa, las nueve o las tres de la mañana y no necesito el estímulo del vino, ni de amigos. respondo al reclamo interior, al "cascabel", como lo llamaba Ortega y Gasset: cuando se agita dentro de uno el cascabel, es cuando se necesita andar ese camino para ver qué rebaño lo anda buscando.
Atahualpa Yupanqui
El amor es como el fuego; suelen ver antes el humo los que están fuera, que las llamas los que están dentro.
Jacinto Benavente
Cuando comienzas una pintura es algo que esta fuera de ti. Al terminarla, parece que te hubieras instalado dentro de ella.
Fernando Botero
La família está como el bosque, si usted está fuera de él solo ve su densidad, si usted está dentro ve que cada árbol tiene su propia posición.
Proverbio Africano
Dime que no me conformarás nunca, ni me darás la felicidad de la resignación, sino la felicidad que duele de los elegidos, los que pueden abarcar el mar y el cielo con sus ojos y llevar el Universo dentro de sus cuerpos.
Gioconda Belli
Una pila de piedras deja de ser una pila de piedras en el momento en que un solo hombre la contempla, concibiendo por dentro la imagen de una catedral.
Antoine de Saint-Exupéry
Todos los hombre y mujeres nacen, viven, sufren y mueren; lo que nos distingue unos de otros son nuestros sueños, ya sean sueños sobre cosas espirituales o mundanas, y lo que hacemos para que estos se realizen. No elegimos nacer. No elegimos nuestros padres. No elegimos nuestra epoca, el pais de nuestro nacimiento, o las circunstancias inmediatas de nuestra crianza. No elegimos, la mayoría de nosotros, el morir; tampoco elegimos la hora y las condiciones de nuestra muerte. Pero dentro de este reino de falta de elecciones, elegimos como vivir.
Joseph Epstein
La fortaleza de los hombres juiciosos no es más que el arte de encerrar el propio desasosiego dentro del corazón.
Francisco de La Rochefoucauld
Pausas
I
¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya solo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
II
No canta el grillo. Ritma
la música
de una estrella.
Mide
las pausas luminosas
con su reloj de arena.
Traza
sus órbitas de oro
en la desolación etérea.
La buena gente piensa
- sin embargo -
que canta una cajita
de música en la hierba.
I
¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya solo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.
II
No canta el grillo. Ritma
la música
de una estrella.
Mide
las pausas luminosas
con su reloj de arena.
Traza
sus órbitas de oro
en la desolación etérea.
La buena gente piensa
- sin embargo -
que canta una cajita
de música en la hierba.
José Gorostiza
Oh Aquellos Días Claros...
Oh aquellos días claros de mi niñez, aquellos
días entre jardines, entre libros y sueños,
a qué poco han quedado reducidos: las piedras
brillantes al sol alto del dulce mediodía
-¡qué amarilla se ha puesto de aquel sol la memoria!-,
las pequeñas calizas, los cuarzos y pizarras
polvorientas, suaves, bajo los almecinos,
aún tienen un rescoldo de recuerdo en mis manos;
el jazmín del estío- ¡qué fue de aquella nieveI-,
que daba olor de fiesta a la tranquila noche,
aún lo siento en el pecho, cuando cierro los ojos;
y el rumor de las olas, lenta, lejanamente,
en mi interior florece cuando llueve el silencio.
Calor, olor, rumores: a qué poco han quedado
reducidos los días lejanos y felices.
A veces el sonido de una piedra, cayendo
en una verde alberca, me hace creer que nunca
debió formarse un hombre sobre aquel que gozaba
sobresaltando aguas tranquilas. Y quién sabe
si hoy, corriendo esas aguas hacia mares futuros,
también piensan que nunca debieron de ser ríos.
Oh aquellos días claros de mi niñez, aquellos
días entre jardines, entre libros y sueños,
a qué poco han quedado reducidos: las piedras
brillantes al sol alto del dulce mediodía
-¡qué amarilla se ha puesto de aquel sol la memoria!-,
las pequeñas calizas, los cuarzos y pizarras
polvorientas, suaves, bajo los almecinos,
aún tienen un rescoldo de recuerdo en mis manos;
el jazmín del estío- ¡qué fue de aquella nieveI-,
que daba olor de fiesta a la tranquila noche,
aún lo siento en el pecho, cuando cierro los ojos;
y el rumor de las olas, lenta, lejanamente,
en mi interior florece cuando llueve el silencio.
Calor, olor, rumores: a qué poco han quedado
reducidos los días lejanos y felices.
A veces el sonido de una piedra, cayendo
en una verde alberca, me hace creer que nunca
debió formarse un hombre sobre aquel que gozaba
sobresaltando aguas tranquilas. Y quién sabe
si hoy, corriendo esas aguas hacia mares futuros,
también piensan que nunca debieron de ser ríos.
Alfonso Canales
Diría que amo encontrarte y sentir dentro de mí una mariposa presa aleteándome en el estómago y muchas ganas de reírme de la pura alegría de que existía y estás, de saber que te gustan las nubes y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Gioconda Belli
Cada uno de nosotros está siempre trabajando con el niño de tres años que todos llevamos dentro. Lamentablemente, nos pasamos la mayor parte del tiempo gritándole, y después nos preguntamos por qué será que nuestra vida no funciona.
Louise Hay
Las utopías nacen solamente dentro de aquellas culturas donde se encuentra claramente diseñada una edad feliz que desapareció.
MarÃa Zambrano
¿es usted un demonio? soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.
Gilbert Keith Chesterton
El señor solo exige de las personas aquéllo que está dentro de las posibilidades de cada unoo
Paulo Coelho
La poesía para mi es una ventana, cada vez que me acerco a ella se abre por su cuenta. Yo me siento allí. Miro. Canto. Grito. Lloro. Me cuelgo a la imagen de los árboles, y sé que en la otra parte de la ventana hay un espacio y alguien se está escuchando. Alguien que podrá haber dentro de 200 años o habrá existido hace 300 años. No importa. La ventana es un instrumento para relacionarse con la existencia, con la existencia en su extendido significado.
Forugh Farrojzad
Y si por algo es triste la lluvia que no llueve será porque es la lluvia condenada a ser nieve
José Angel Buesa
El Alto Gris
Que está más alto Dios lo sabes
tú por el fervoroso pensamiento,
aquí, vacío de palabras
y casi ya vado de recuerdos.
Alma de paz que al cielo de la tarde
subes en brazos del silencio
cuando se asoma débil entre nubes
un sol amarillento.
Más alto Dios en ti. Más firme,
más verdadero
que tú mismo, hilo de humo
con el amor dormido dentro.
Que bien lo sabes. Porque está la noche
en la Ciudad cayendo
y todo en ti se pone gris
con el opaco gris del cielo.
Y con el gris de la callada altura
se van iluminando los ensueños
-gotas de luz que se abrirán más tarde
en unas flores de brillantes pétalos.
Tu lo sabes. Que Dios
abre su rosa de invisible fuego
ahora cuando, reina de la altura,
sube tu alma en brazos del silencio.
Que está más alto Dios lo sabes
tú por el fervoroso pensamiento,
aquí, vacío de palabras
y casi ya vado de recuerdos.
Alma de paz que al cielo de la tarde
subes en brazos del silencio
cuando se asoma débil entre nubes
un sol amarillento.
Más alto Dios en ti. Más firme,
más verdadero
que tú mismo, hilo de humo
con el amor dormido dentro.
Que bien lo sabes. Porque está la noche
en la Ciudad cayendo
y todo en ti se pone gris
con el opaco gris del cielo.
Y con el gris de la callada altura
se van iluminando los ensueños
-gotas de luz que se abrirán más tarde
en unas flores de brillantes pétalos.
Tu lo sabes. Que Dios
abre su rosa de invisible fuego
ahora cuando, reina de la altura,
sube tu alma en brazos del silencio.
Eugenio Florit
Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre. Y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.
Groucho Marx
El matrimonio está como un cacahuete, hay que romper la cáscara para ver lo que hay dentro.
Proverbio Africano
El beso que no te di se me ha vuelto estrella dentro... ¡Quién lo pudiera tornar -y en tu boca...- otra vez beso!.
Dulce MarÃa Loynaz
Yo amo los cantos que llevan dentro aire, agua, tierra y fuego, los cantos que son claros, ligeros y diáfanos, vivientes como mundos lanzados al azul, con algo de magia y de prodigio, cual pompas de jabón que no se rompen.
Rafael Lasso de la Vega
Qué profundo es mi sueño! ¡Qué profundo y qué claro, qué transparente es, ahora, el universo! Si pensando en ti, siempre, si, soñado contigo, me desvelo, y te miro por dentro, con mis ojos, si te miro por dentro...
Vicente Gaos
A los hombres se les debe gobernar con guante de acero dentro de guante de terciopelo.
Napoleón Bonaparte
El recuerdo conserva una antigua retórica, se eleva como un árbol o una columna dórica, habitualmente duerme dentro de nuestros sueños y somos en secreto sus exclusivos dueños.
Silvina Ocampo