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Margarita manso

Margarita manso. Encuentra docenas de margarita manso con fotos para copiar y compartir.


La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.


Mario Vargas Llosa


Muerto de Amor

A Margarita Manso

¿Qué es aquello que reluce
por los altos corredores?
Cierra la puerta, hijo mío,
acaban de dar las once.
En mis ojos, sin querer,
relumbran cuatro faroles.
Será que la gente aquella
estará fregando el cobre.

Ajo de agónica plata
la luna menguante, pone
cabelleras amarillas
a las amarillas torres.
La noche llama temblando
al cristal de los balcones,
perseguida por los mil
perros que no la conocen,
y un olor de vino y ámbar
viene de los corredores.

Brisas de caña mojada
y rumor de viejas voces,
resonaban por el arco
roto de la media noche.
Bueyes y rosas dormían.
Solo por los corredores
las cuatro luces clamaban
con el furor de San Jorge.

Tristes mujeres del valle
bajaban su sangre de hombre,
tranquila de flor cortada
y amarga de muslo joven.
Viejas mujeres del río
lloraban al pie del monte,
un minuto intransitable
de cabelleras y nombres.
Fachadas de cal, ponían
cuadrada y blanca la noche.
Serafines y gitanos
tocaban acordeones.
Madre, cuando yo me muera,
que se enteren los señores.
Pon telegramas azules
que vayan del Sur al Norte.
Siete gritos, siete sangres,
siete adormideras dobles,
quebraron opacas lunas
en los oscuros salones.
Lleno de manos cortadas
y coronitas de flores,
el mar de los juramentos
resonaba, no sé donde.
Y el cielo daba portazos
al brusco rumor del bosque,
mientras clamaban las luces
en los altos corredores.


Federico García Lorca




Dios crea cada margarita separadamente, pero nunca se cansa de crearlas. Puede ser que Él tenga el apetito eterno de la infancia. Porque nosotros hemos pecado y envejecemos, pero nuestro Padre es más joven que nosotros.


Gilbert Keith Chesterton


No hay animal tan manso que atado no se irrite


Concepción Arenal


La intolerancia es mas dañina y peligrosa que cualquier epidemia.


Margarita de Valois


Cuando veo tus ojos es el mismo reflejo de lo que es la Ternura


Margarita G




Si te sientes propenso a la reconciliación, pregúntate, ante todo, qué es lo que te ha hecho tan manso: la mala memoria, la comodidad o la cobardía.


Arthur Schnitzler


Yo sueño con tu amor... Una infinita dulzura sube del florido huerto... ¿Por qué el ensueño de una margarita, hoja tras hoja mi saudade arranca, si en la penumbra del balcón abierto falta esta tarde tu silueta blanca?.


Francisco Villaespesa


Onírica Última Función

Por Tosca, a Margarita

Terminó la función
y me he soñado arcángel
cuando soy solo un violinista dormido ante su atril.
Vacía la taberna
vacío el corazón como una plaza pública
me encuentro frente a ti
frente a mí misma.
También yo fui una niña y luego fui un traidor
y luego un marinero naufragando
en el agua podrida de su charca.
Y quise desnudarme
echarme sobre ti como sobre el abismo
y después no ser yo sino tu piel
el insalvable pozo de tus ojos
o un violinista dormido ante su atril
soñando que despierta y que te ama.


Odette Alonso




Soneto Del Amor Evocado

Toca mi corazón tu mano pura,
lejano amor cercano todavía,
y se me vuelve más azul el día
en la clara verdad de la hermosura.

Memoria de tu beso, la dulzura
recobra su perdida melodía.
y torna al cielo de la frente mía
el ángel inicial de la ventura.

El viento es otra vez un manso río
de jazmines abiertos. El estío
entreabre su vena rumorosa.

Y el tiempo se detiene desvelado,
a orillas del recuerdo enamorado
que enciende el corazón cuando le roza.


Meira Delmar


El Olvidado

A Jorge Gaitán Durán


Ahora tengo sed y mi amante es el agua.
Vengo de lo lejano, de unos ojos oscuros.
Ahora soy del hondo reino de los dormidos;
allí me reconozco, me encuentro con mi alma.

La noche a picotazos roe mi corazón,
y me bebe la sangre el sol de los dormidos;
ando muerto de sed y toco una campana
para llamar el agua delgada que me ama.

Yo soy el olvidado. Quiero un ramo de agua;
quiero una fresca orilla de arena enternecida,
y esperar una flor, de nombre margarita,
para callar con ella apoyada en el pecho.

Nadie podrá quitarme un beso, una mirada.
Ni aún la muerte podrá borrar este perfume.
Voy cubierto de sueños, y esta fosforescencia
que veis es el recuerdo del mar de los dormidos.


Eduardo Carranza


¿Qué pasará amor si mis pies a seguir tu huella se afanan y mis manos en perseguir hojas al viento, si convierto atormentadas nubes en llovizna y desquebrajadas olas en manso huracán. Si mi voz repite que te amo en la penumbra, y tus besos es lo único que quiero?.


Lina Zerón


Nocturno

Duermes como la noche duerme:
con silencio y con estrellas.
Y con sombras también.
Como los montes sienten el peso de la noche,
así hoy sientes tú esos pesares
que el tiempo nos depara:
suavemente y en paz.

Te han llovido las sombras,
pero estás aquí, abrazando en la almohada
(en negra noche)
toda la luz del mundo.
Yo pienso que la noche, como la vida, oculta
miserias y terrores,
más tú duermes a salvo,
pues en el pecho llevas una hoguera de oro:
la del amor que enciende más amor.

Gracias a él aún crecerá en el mundo
el bosque de lo manso
y seguirán girando los planetas
despacio, muy despacio, encima de tus ojos,
produciendo esa música
que en tu rostros disuelve la idea del dolor,
cada dolor del mundo.

Reposas en lo blanco
como en lo blanco cae en paz la nieve,
duermes como la noche duerme
en el rostro sereno de esa niña
que todavía ignora
aquel dolor que habrá de recibir
cuando sea mujer.

Otra noche,
la nieve de tu piel y de tu vida
reposan milagrosamente al lado
de un resplandor de llamas,
del amor que se enciende en más amor.
El que te salvará.
El que nos salvará.


Antonio Colinas




A Asunción

Mire usted, Asunción: aunque algún ángel
metiéndose envidioso,
conciba allá en el cielo el mal capricho
de venir por la noche a hacerle el oso
y en un acto glorioso
llevársela de aquí, como le ha dicho
no sé qué nigromante misterioso,
no vaya usted, por Dios, a hacerle caso,
ni a dar con el tal ángel un mal paso;
estése usted dormida,
debajo de las sábanas metida,
y deje usted que la hable
y que la vuelva a hablar y que se endiable,
que entonces con un dedo
puesto sobre otro en cruz, ¡afuera miedo!

No vaya usté a rendirse
ante el ruego o las lágrimas y a irse...
que donde usted nos deje
por seguir en el vuelo a su Tenorio,
después irá a llorar al purgatorio
sin tener quien la mime, aunque se queje...

Conque mucho cuidado
si siente usted un ángel a su lado,
que yo, como su amigo,
con tal que usted, Asunción, me lo permita,
le aconsejo y le digo
que después de Rosario y Margarita
no admita usted más ángeles consigo.

Estése usted con ellas
compartiendo delicias e ilusiones
todas las horas tienen que ser bellas;
viva usted muchos años
(como un humilde criado le diría)
y mañana que sola o entre extraños
se encuentre por desgracia en este día,
si busca usted una alma que la ame,
llame usted a mi pecho, y conque llame,
si no estoy muerto encontrará la mía.


Manuel Acuña


A Safo

Porque eres canallesca, porque eres exquisita,
y porque eres perversa, y porque eres fatal,
mi carne pecadora tu carne necesita
para libar las mieles de las flores del Mal.

Porque tiene tu vientre albor de margarita,
y tus piernas, columnas de tu templo carnal,
guardan el Tabernáculo de mi hostia maldita
y ocultan el secreto de mi anhelo sensual.

Porque tus ojos glaucos, para el hombre inconstantes,
brillan faunescamente, lesbianos, inquietantes,
cuando pasa una núbil doncella junto a ti,

anhelo pecadora, tu lascivo contacto
para la complicada consumación del Acto,
¡Con la santa lujuria que está latente en mí!


Hilarión Cabrisas


Conjuro

Los guerreros más augustos ya son sombras
bajo la sombra del viejo encinar.
Cárdena crepita la noche.
Latigazos, ladridos, remotos rayos.
Chirrían las cornejas en el pozo ciego.
Guiarán al manso corcel de hielo.
La tormenta. El sol verde de aguas negras.
No me conozco. Es un lago el pecho muerto.
Bajel de oro, cadalso prieto del día.
Mi cuerpo, como la cuerda de un arco.
Ya labora el invierno, cuando rasga
las cortinas, teatro del mar.
Se enmascara tras las nieblas densas.
Arquero negro, detén tu paso.
Petrifícase el arquero de azabache.
La saeta conoce el derrotero.
Palmo a palmo mensuramos la fosa.
Fango y hojas nos daban la yacija.
Arde y arde el guante de oro del barquero.
La laguna, de nieve y azafrán.
No pensabas que fuera así de blanca.
Ahora vienen las huestes. Cielo allá,
las huestes vienen. Verdor de la encina
en los ojos vacíos, de cal llenos.


Pere Gimferrer


TU ME QUIERES BLANCA

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.


Alfonsina Storni


" MIS TRES FLORES, FLORES Q SE FUERON DE MI MANO...
LA ROSA, LA MARGARITA, MI CALA"


RG25


GRACIAS

Gracias por salvarme,
Gracias por examinarme,
Gracias por restaurarme,
Gracias por mostrarme
Y enseñarme el camino correcto.

Gracias por tu amor incontenible,
Gracias por tu amor perfecto,
Gracias por tu grandeza,
Gracias por tu belleza.

Gracias por la cruz,
Gracias por tu misericordia,
Gracias por abrirme los ojos,
Gracias por tu gracia.

Gracias por tu sanidad,
Gracias por tu santidad,
Gracias por todo lo que has hecho
Y que harás por mí.

Gracias por ser vida,
Gracias por ser el camino al padre,
Gracias por la verdad,
Gracias por tu fidelidad.

Gracias por tu sinceridad,
Gracias por tu humildad,
Gracias por permitirme
Entregarme a ti.

Gracias por tu dignidad,
Gracias por romper toda maldad,
Gracias por dar la vida por mí,
Gracias por todo.

Gracias por la vida eterna,
Gracias por ser divino,
Gracias por la verdad que me hace libre,
Gracias por permitirme ir hacia la luz.

Gracias por darme otra oportunidad,
Gracias por ser manso,
Gracias por libertarme de todo pecado,
Gracias por tu gloria y honra.

Gracias por tu perdón,
Gracias por tu palabra,
Gracias por tu fuego,
Gracias por tu unción.


Te agradezco por muchos milagros,
Admiro tu gran majestad
Y no dejare de adorarte
Porque tú, me lo diste
Lo que nadie me lo dio.

Te amo más que a nadie
Porque tú eres el único que me da
Paz, alegría, felicidad, y gracia.

Tú eres todo para mí.
Cuando nadie me quiso
Tú siempre estabas conmigo.
Cuando nadie me ayudo
Tú siempre me motivabas para lograrlo.

Cuando todos me odiaban
Solo tú fuiste quien me amo.
Cuando tuve problemas
Solo tú fuiste mi abogado fiel.

Cuando nadie me comprendía
Tú siempre estuviste a mi lado a cada instante.
Por esto y muchos bendiciones
Que hiciste por mí, te doy gracias…


Victor Alfredo Ticlla Calla


PERDONA COMO YO TE PERDONE


Ama al que te ama,
Ama al que te odia,
Ama al que te agrada,
Ama al que te desprecia.


Perdona al amigo
Perdona al enemigo
Y así serás perfecto
Como tu padre celestial.


Así dice el señor;
Yo miro con gracia a los humildes.
Perdono al que perdona,
Amo al que ama,
Y tengo mucha misericordia
Cuando en ti hallo misericordia.
Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.


Victor Alfredo Ticlla Calla


TÚ ME ENSEÑASTE

Me enseñaste a amar,
Me enseñaste a caminar
En santidad y humildad.
Me enseñaste a creer,
Me enseñaste tener fe.

Me enseñaste a perdonar,
A desafiar grandes metas.
Me enseñaste a apreciar.
Tus obras justas y verdaderas.

Me enseñaste a perseverar
A ser positivo y andar con gozo.
Me enseñaste a ser manso y humilde
Y amar a DIOS sobre todas las cosas.

Jesús de ti aprendí;
A ser paciente y manso,
A amar y perdonar.
Pero sobretodo aprendí:
Dar más y recibir menos,
Intentar cada vez y jamás rendirme.
Orgullo de ser hijo de DIOS y caminar en
Santidad y solo así veré al padre que es JEHOVA.


Victor Alfredo Ticlla Calla


Mis padres me apoyaron mucho y siempre nos anima. Mi padre era un buen hombre manso. Mi madre era todo un personaje colorido y un lector entusiasta que me animó a escribir.


Alexander McCall Smith


Una buena margarita, un buen vino tinto, me gusta el alcohol caro, pero no mucho de eso. No me gusta que vomitar.


Denise Richards