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Mensajes de amor largos románticos y sinceros ( 29 )

Mensajes de amor largos románticos y sinceros. Encuentra docenas de mensajes de amor largos románticos y sinceros con fotos para copiar y compartir.


La Flor Blanca

Entraban en silencio el invitado,
la mujer de su amigo y la flor blanca.
Estaban en silencio. Y el espacio
de su amor era blanco y silencioso,
como la flor que lo representaba.
Y aquel silencio era deseo y culpa,
traición amarga, dulce desafío,
y había en él angustia y esperanza,
y era la plenitud, y el desengaño.

"El hacha y la rosa" 1993


Luis Alberto de Cuenca


Cuando Al Caer La Tarde Reconozca Tus Huellas

en un rastro lejano de añiles putrefactos,
sabré que me has amado
y te has muerto en mis brazos
al final de la ruta de las aves del mundo.
Allí, al final del agua,

donde se pierde el aire y mi pecho sin nubes,
allí donde termina tu amor y mi horizonte.

1993


Elsa López




Canción de La Noche Sola

Fue mía una noche. Llegó de repente,
y huyó como el viento, repentinamente.
Alumna curiosa que aprendió el placer,
fue mía una noche. No la he vuelto a ver.
Fue la noche sola de una sola estrella.
Si miro las nubes, después pienso en ella.
Mi amor no la busca; mi amor no la llama;
la flor desprendida no vuelve a la rama,
y las ilusiones son como un espejo
que cuando se empaña pierde su reflejo.

Fue mía una noche, locamente mía:
me quema los labios su sed todavía.
Bella como pocas, nunca fue más bella
que soñando el sueño de la noche aquella.
Su amor de una noche sigue siendo mío:
la corriente pasa, pero queda el río;
y si ella es la estrella de una noche sola,
yo he sido en su playa la primera ola.

Amor de una noche que ignoró el hastío.
Somos las distantes orillas de un río,
entre las que cruza la corriente clara,
y el agua las une, pero las separa.
Amor de una noche: si vuelves un día,
ya no he de sentirte tan loca y tan mía.
Más que la tortura de una herida abierta,
mi amor ama el viento que cierra una puerta.

El amor florece tierra movediza,
y es ley de la llama trocarse en cenizas.
El amor que vuelve, siempre vuelve en vano,
así como un ciego que tiende la mano.
Amor de una noche sin amanecer:
¡acaso prefiero no volverte a ver!


José Angel Buesa


Amor

¿Serás, amor, un largo adiós que
no se acaba?
Pedro Salinas

Extenso mar, o renovado velo;
cuna del sueño, en la que el ser madura;
alondra vertical ganando altura
en la flotante música del vuelo.

Si látigo, te ciñes con anhelo.
Si beso, resplandece tu blancura
y la tierra redime su clausura
en la pradera extática del cielo.

De la raíz del hombre te alimentas,
de sus juegos más nobles, y le dejas
como una negra tierra fecundada.

¡Mírame ciego, Amor, buscando a tientas,
en un mundo de adioses y de rejas,
la salvadora luz de tu mirada!


Victoriano Crémer


Miradme Aquí

Miradme aquí,
clavada en una silla,
escribiendo una carta a las palomas.
Miradme aquí,
s que ahora podéis mirarme.
Clarividencias me rodean
y sapos hurgan en los rincones,
los amigos huyen porque yo no hago ruido
y saben que en mi piel hay un fantasma.
Me alimento de cosas que no como,
echo al correo cartas que no escribo
y dispongo de siglos venideros.
Es sobrenatural que ame las rosas.
Es peligroso el mar si no sé nada,
peligroso el amor si no sé nada.
Me preguntan los hombres con sus ojos,
las madres me preguntan con sus hijos,
los árboles me insisten con sus hojas
y el grito es torrencial
y el trueno es hilo de voz
y me coso las carnes con mi hilo de voz:
¡Si no sé nada!


Gloria Fuertes


Hotel Lucero

Finito todo y también estos brazos
que se me tienden en la semipenumbra
y un hilo -el de la voz- soplo que apenas brota

pero incisivamente de una fuente: la duda
El bello aparecer de este lucero
¿El del amanecer? ¿El de la tarde?
¿Abre el día o lo cierra?

Bajo la ducha una estrella se apaga
que, absurdamente, la comparte contigo
Las estrellas que viste nacer, a mediodía
estaban muertas desde hace cien años
sólo hiciste el amor con una luz
olfateaste «la ausente de todos los ramos».

Resuena un timbre en el Hotel Lucero
traga y escupe esta boca de sombra
para el caso es lo mismo: apariciones
y desapariciones instantáneas.

No sé en qué sentido hemos hablado de todo
¿Era la duda el tema que nos hizo vestirnos
justo en la hora convenida
salir de allí en distintas direcciones
y la que me detuvo
para ver, y fue inútil, si volvías la cara?


Enrique Lihn




Desde Donde Me Ciego de Vivir

Era una blanda emanación, casi
una terca oquedad de ternura,
un tibio vaho humedecido
con no sé qué tentáculos.
Abrí
los ojos, vi de cerca el peligro.
¡No, no te acerques, adorable
inmundicia, no podría vivir!
Pero se apresuraba hacia mi infancia,
me tendía su furia entre los lienzos
de la noche enemiga. Y escuché
la señal, cegué mi vida junta,
anduve a tientas hasta el cuerpo
temible y deseado.
Madre
mía, ¿me oyes, me has oído
caer, has visto mi triunfante
rendición, tú me perdonas?
La mano
balbucía allí dentro, rebuscaba
entre las telas jadeantes, iba
desprendiendo el delirio, calcinando
la desnuda razón.
Agrio desván
limítrofe, gimientes muebles
lapidarios bajo el candor malévolo
del miedo, ¿qué hacer si la memoria
se saciaba allí mismo, si no había
otra locura más para vivir?
Dulce
naufragio, dulce naufragio,
nupcial ponzoña pura del amor,
crédulo azar maldito, ¿dónde
me hundo, dónde
me salvo desde aquella noche?


José Manuel Caballero Bonald


Tacto Y Aire Fino...

Toda la noche comenzaba todo,
toda la noche amor.
Toda la noche claridad y vehemencia,
toda la noche amor.
Toda la noche llama contra llama,
toda la noche amor.
Toda la noche fiesta en el espejo,
toda la noche amor.
Toda la noche amándose a sí misma
toda la noche amor.
Toda la noche tacto y aire fino,
toda la noche amor.


José Agustín Goytisolo


Saudade

Quisiera creer
que te veré otra vez
que nuestro amor
florecerá de nuevo
quizá seas un átomo de luz
quizá apenas existan tus cenizas
quizá vuelvas
y yo seré cenizas
un átomo de luz
o estaré lejana.
No volverá a repetirse
nuestro amor.


Claribel Alegría




Luz de Tarde

Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo
este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver
a encontrarme.

Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaban que un beso de amor las rozase...

Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas, guardar
estas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como ésta de ramas que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver
otra vez a soñarse.


José Hierro


El Cuerpo Es Ser, Estar En Su Arte...

El cuerpo es ser, estar en su arte... en el misterio
de los ojos
donde perfectos bosques, aguas, aves,
hierven la luz dulce del atardecer,
viejas maderas se pudren de brillo lunar
o de extraña pureza, bálsamo de sombra,
salvaje forma vegetal o verde serpiente en fuego
acariciando el fondo -¡qué transmigración
de exquisita dulzura de veinticinco años!-,
tarro oculto de miel tras los sueños,
toda una flor terrible pensativa
hasta un fulgor, un relámpago, una pasión,
en los ojos
viven doradamente mariposas brillantes
y ternuras de llama de rojo crepúsculo,
en el hervor de sedas de violenta caricia,
algo malva y constante, un incendio imprevisto
roza el ala de un sueño en tus ojos tan súbitos
de alegría florida, de fuente estrellada,
de almendro o ave,
en tus ojos poblados
por la antigua belleza de un abismo nocturno,
entre destellos, látigos, un delicado almíbar de melocotones de luna,
entre ardientes espadas, un anisar claro, un lobo enternecido,
estrellas con gemido en tus profundos ojos
donde las palabras hierven hasta el amor amado.

De Memorial de brancura, 1985


Miguel Anxo Fernán_Vello


El Amor Ascendía

El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.

El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.

El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.

Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.


Miguel Hernández


Un Cuerpo Está Esperando

Detrás de la cortina un cuerpo espera.
Nada es verdad si no es su encarnizada
inminencia, esa insaciable culpa
que a mí mismo me absuelvo aborreciéndome.
Nada es verdad. Un cuerpo está esperando
tras el mudo estertor de la cortina.

En la oquedad propicia del instante
que mientras más deseo más maldigo,
quiero amar este cuerpo, que él no muera
hasta que su orfandad esté cumplida.

Paredes resignadas, tinto el suelo
de mercenaria obstinación, allí
nos conducimos mutuamente
al voraz simulacro de la vida.
(La amarra del amor nos hace libres.)
Solo yo estoy suspenso del engaño:
movible fuego oscuro,
mi memoria consume sus fronteras
entre las turbias órdenes del tiempo.
De todo cuanto amé, nada logró
sobrevivir a las abdicaciones.
(La noche se agazapa entre las telas
que un falaz movimiento hace carnales.)

Una mentira solo está esperando
detrás de la cortina. Soy
mi enemigo: consisto en mi deseo,
busco a ciegas la luz, me reconozco
después de extraviarme, despedazo
ese espejo de muerte en que el placer
se asoma, expío
con mi turno de amor mi propia vida.
De un hilo funeral pendiente el cuerpo,
ya no es posible reducir su lastre.


José Manuel Caballero Bonald




OLVIDA

Olvida lo que te dije, por el amor de Dios,

Que lo que veo no existe, ni soy Yo ni es mi voz.

Soy el sueño de un dormido, que va sin pena ni gloria,

Peleando contra molinos, viviendo su propia historia.

Olvida lo que haz oído, no razones mi decir,

Que mientras esté dormido, mentiras habrás de oír.

Ama sin juicio mi alma, solo te pido mi amor,

Que mi pesadilla calma y quizá despierte hoy.


Gustavo Estrada Luque


El Parto

Mujer, toda mi sangre está presente
contigo en esa lucha que sostienes.
Contigo está mi amor incandescente
y en tu llanto y tu duelo me contienes.

Nunca en la vida estuve tan de prisa
tan lleno de relámpagos y ruegos,
como ahora que ha muerto tu sonrisa
y están con tu dolor todos los fuegos.

Nunca estuvo mi amor tan a tu lado,
nunca como esta noche de tortura
cuando sufre mi amor crucificado
en el mismo tablón de tu amargura.


Jorge Debravo


Alma Solitaria

Mira los aires, alma solitaria,
alma triste que sola vas gimiendo.
Asciende, sube. Amor te espera.
La cima es alta. Escaso, el aparejo.

Aleteante, temblorosa y blanca,
te veo subir con retenido esfuerzo.
Hoy llega el sol donde hasta ayer la luna.
Llega la luna donde ayer el cierzo.

Al fin la vida con la luz se aclara.
Al fin la muerte con la luz ya se muerto.
¡Cantan las cumbres y los valles! ¡Cantan
los siempre vivos a los nunca muertos!

Cara con cara junto a Dios, escuchas
vibrar los aires y vivir los sueños.
Vida con vida, luz con luz amada,
y cielo, humano, en el amor, con Cielo.

Bajar la luz de amor, la luz de vida
lenta en los aires minuciosos siento.
Fundida luz de Dios con luz del alma.
Qué claridad de pronto. Qué silencio.


Carlos Bousoño


Aqui estoy.
Esas dos palabras son las que más pronuncias, las mias son yo te amo. El tiempo ha pasado y mis ojos no veían y mis oidos eran sordos a tu grito desgarrador de soledad, hoy que se lo que es, me siento miserable y todo yo, esta sufriendo por dentro, mi cuerpo abatido y mi mente sin paz necesitan buscar el refugio de tus brazos para sentir alivio, Amor es buscar día a día la felicidad, se que le dí prioridad a otras cosas, sabía que podía perderte, y al final perdí todo, mi prestigio que alguna vez admiraste, ahora lo ves que no soy lo que pensaste que era, que nunca estuve a la altura de tus espectativas, que tenias que ser responsable de todo, y yo donde estuve tantos años atras, ser leal era tu cuestionamiento hace mucho tiempo, el pasado no lo puedo arreglar, lo se porque he tratado de arreglar el pasado salvando el prestigio de mucha gente y al final solo el mío fue sacrificado, es mucho tiempo el que decidiste alejarte de mi, Estoy aqui, son palabras que me alientan a seguir, pero que son frias, la luz de la luna me acompaño en la noche, y mi la cama estaba vacía, solo Estoy aqui.


Rozeti


Bárbara

Vuelvo a leer tus cartas de hace un siglo,
de cuando estaba en el cuartel, ¿recuerdas?,
o en la trena, mi amor, no exactamente
en la Cárcel de Amor, o en las terribles

provincias que he olvidado. Amarillean
los sobres de hilo, corazón. Los sellos
habrán cobrado algún valor. No en vano
oro es el tiempo de la filatelia.

Me hablas de tu fractura de escafoides,
de tu dolor de muelas, de tu perro,
de lo mal que lo pasas en agosto,

de una excursión a Andorra... Poco a poco,
me has vuelto desabrida la nostalgia:
mi dulce bien, no me quisiste nunca.

"Suma de varia intención" 1987


Jon Juaristi


Rostro

Cómo se trenza el amor en las tardes,
mientras todo sucede sin vértigo y el sueño
cumple asilo de formas y de imágenes.
Cómo se trenza y cómo no desvía su ser:
el sueño pende. Los labios se han dormido,
la flor cae de su rizo; sueña la frente y cunde.
Mas hacia adentro, pasa el amor,
pasa el amor sin nombres;
el amor, un sonido.


José Lupiáñez


Hoy estas cerca de él, los sentimientos renacen cuando el amor no termino, cuando la ilusión seguia a pesar de tu esfuerzo de quererme. Fuiste clara, siempre sigues a tus sentimientos, debes definirlos y terminar de sentirlos. Se que hoy te puedo perder para siempre, se que hoy tus sentimientos se aclaran... ni siquiera un hola he recibido, en fín no puedo hacer nada, solo esperar el desenlace de tu viaje.

Todos me preguntan si ya te fuiste a vivir con él, todos me comparan con otros amigos, no puedo negarlo, no puedo ocultarlo, simplemente solo me rio, y dijo sigo en ella.

Te preparaste para este viaje, desde el día que regresaste de Dublin, desde ese beso, que solo fue uno, te prepaste fisicamente, luces hermosa, luces sexy, luces espectacular, hace tiempo que para mi no te arreglas, ni te cuidas.

No se si vas a leer esto, pero aqui se queda, y tengo que guardar silencio... estas ahi, y ni siquiera hola...


Rozeti


Dibujo Corporal

Cuando me llegas con tu luz y ordeno la gran copa caliente,
tus cabellos, tu novia mano de lebrel.
Y acuesto la carne junto a ti,
dejado el ventanal con sol, todo el silencio en sombra.
Y se deslumbra el aposento de un túnel sin color.
O bien tus dedos, arando mis mejillas con su lento
peregrinar -mirándome por dentro como al olor-
van a pastar sus ciervos en el pómulo,
alertan nómadas del corazón.
Sí, oculto, llega el sueño a sazonarse con el lugar y,
hondero, hace oficio del párpado con gesto de tórtola.
Y te duermes, y un almendro florece en ti.
Si luego, ya
despiertos,
te miro y nace el aire, abre un espejo de mocedad,
se sana el rostro enfermo de la sábana.
Y, dócil, quema el trébol del labio su poder,
se entrega al fuego la juventud.
Y si, después, volvemos, tal un jardín,
a contemplar el cielo con pájaros. Y cantas.
Y en el cuello sopla el alisio su esplendor, el cierzo
mueve la alcoba, anida así un jilguero, otra vez en tu mano.
Y ve el estruendo devastarse ciudades de piel, pueblos del tacto, sitios nobles y, a lo lejos, arde un pinar,
entonces se que cuerpo aventajado es mi vivienda,
el centro del amor. Y te amo.
Y sé del reino donde tengo mi exilio. Y mi alimento.


Ángel García López


EL CANTO DEL COLIBRÍ

Tomando el sol de la tarde,

sentado junto al jardín,

escuché el hermoso canto

de un singular colibrí.



Con una pertinaz prisa,

volaba de flor en flor,

oliendo sus aromas

y probando su sabor.



De pronto en un parpadeo,

detuvo su veloz vuelo

y prendiéndose de una rama,

me dirigió su mirada.



Sentí su vibrante presencia

y percibí que la mía sintió.

De momento paró mi existencia

y creí escuchar a Dios;



¿Oyes el canto del pájaro?

¿Sientes el calor del sol?

¿Que más tu necesitas,

para sentir mi amor?



No supe que contestar,

pero enseguida entendí,

que para estar feliz,

solo basta Dios.



¡Cuanto me afano en tener!

¡Cuanto me esfuerzo en saber!

Si lo que realmente existe,

es el placer de SER.



Gracias te doy Colibrí,

por la paz que me has traído,

espero como tu algún día,

cantar mientras camino.



Llevar calor donde vaya,

disfrutar de mi alrededor,

poner pasión en lo que haga

y encender mi luz de amor.


Gustavo Estrada Luque


Canción Para Billie Holiday

Y la muerte
nadie la oía
pero hablaba muy cerca del micrófono

Con careta antigás daba un beso a los niños

Lady Day las gaviotas heridas vuelven a la luz del puerto
Extraña fruta en el aire el crepúsculo se ausenta
Con una espada con un guante con una bola de cristal
la pecera magnética la cueva del pasado el submarino bajo las
mareas que fulgen
Lady Day cuánto amor en una juventud cuántos errores
cuántas tardes hablando qué deseo qué eléctricos
jazmines
cuántos cow-boys muertos como trovadores la sonrisa en los
labios que se tiñen de sangre
los gritos en las calles las manifestaciones disueltas bajo el
arco voltaico del poniente y los lóbregos edificios
irreales
Lady Day el amor como una libélula
cazador de libélulas
Lady Day qué despacio nos viene la experiencia todo cobra un
sentido se ordena como el paisaje en los ojos cuando
recién despiertos corremos las persianas
o intentamos ordenar las palabras de un
poema
Lady Day
Animales heridos en el bosque nuestros ojos qué piden qué
desean
qué desea esta voz en el viento de otoño un lebrel o su presa
disueltos en la fría oscuridad del tiempo
escamoteados como naipes de una baraja los años de nuestra
juventud
Con dos vueltas de llave cerraron la cocina
No nos dan mermelada ni pastel de cereza
ni el amor ni la muerte extraña fruta que deja un sabor ácido.

"Extraña fruta y otros poemas" 1968 - 1969


Pere Gimferrer


Los Gigantes de Hielo

Han vuelto los Gigantes de Hielo a visitarme.
No en sueños. A la luz del día. Con los yelmos
relucientes y el rostro selvático y maligno.
Tenía tanto miedo que no supe decirles
que te habías marchado. Lo registraron todo,
maldiciendo la hora en que Dios creó el mundo,
jurando por los dientes del Lobo y por las fauces
del Dragón, escupiendo terribles amenazas,
blasfemando y rompiendo los libros y los discos.
Al ver que tú no estabas se fueron, no sin antes
anunciar que darían con tu nuevo escondite
y serías su esclava hasta el fin de los tiempos.
Donde estés, amor mío, no les abras la puerta.
Aunque se hagan pasar por hombres de mi guardia
y afirmen que soy yo quien los envía.

De El otro sueño


Luis Alberto de Cuenca


Tránsito

Como la música del tiempo
suena tu paso próximo. Resbala
tu sombra cual los días en fluyente
transitar por mis surcos, como un agua.

Flotamos en el tiempo, en el continuo
ir del río. Nos lleva. Nos desgasta
lentamente. Nos suena honda en el pecho
la rota frialdad de su cascada.

Fuimos de abril. Teníamos
una luz inefable, como un ala.
Flor o pájaro o nombre
del amor, en el sueño y en la rama.

Fuimos también de mayo. Dulcemente
el mirar como un fruto se doraba
de presagios. Madura y entreabierta
la fresca pulpa en que el besar se abrasa.

El estío nos hizo arena ardiente,
carne encendida de besada playa
donde blancos caballos como espuma
por la sangre de agosto se avalanzan.

Como cuerpos de otoño nos amamos
bajo la luz dulcísima y dorada
y sentimos el cobre de noviembre
de hermosura sonar en nuestras almas.

Cuánto diciembre acude, cuánto enero
cerca del amor, la vida, la esperanza.
Por la nieve tus pasos cómo suenan
a rosas deshojadas.

Somos de tiempo, Soledad y tiempo
nos vuelven sombra y nada.


Leopoldo de Luis


Soneto

Sigo, Amor, con mi júbilo sin bridas
por senderos de mieles tu carrera,
viajando con tu llama y tus heridas
desde el justo contorno de tu esfera.

El pulso tengo de innombrables vidas
en tu perfil sesgado a tu manera
como tu fortaleza tiene asidas
las campanas al sol de mi bandera.

Por una eterna acariciada
llega desnuda y limpia tu figura
al filo de mi luz enamorada,

y en la ventana azul de mi ventura
tu beso, Amor, tu voz y tu mirada
velando mi desvelo de ternura.


Ángel Augier




Besarte No Es Amor

Besarte no es amor, es irte oliendo
igual que huele el macho a su collera;
es saberte paloma mensajera
al gavilán las alas abatiendo.

Besarte no es amor, es ir pidiendo
besana donde hundir mi sementera;
es ser igual que el toro en la pradera
huyendo de la hembra y embistiendo.

Igual que el ciervo oculta el baluarte
donde el celo resiste y le reclama,
así mi boca llega hasta tu boca.

Porque besarte entonces, no es besarte.
Es dejar en los labios la proclama
donde la sangre asusta de tan loca.


Ángel García López


Eras, Instante, Tan Claro...

Eras, instante, tan claro.
Perdidamente te alejas,
dejando erguido al deseo
con sus vagas ansias tercas.

Siento huir bajo el otoño
pálidas aguas sin fuerza,
mientras se olvidan los árboles
de las hojas que desertan.

La llama tuerce su hastío,
sola su viva presencia,
y la lámpara ya duerme
sobre mis ojos en vela.

Cuán lejano todo. Muertas
las rosas que ayer abrieran,
aunque aliente su secreto
por las verdes alamedas.

Bajo tormentas la playa
será soledad de arena
donde el amor yazca en sueños.
La tierra y el mar lo esperan.


Luis Cernuda


Frío

Cuento Bohemio

La tarde era triste,
la nieve caía,
su blanco sudario
los campos cubría;
ni un ave volaba,
ni oíase rumor.

Apenas la nieve
dejando su huella,
pasaba muy triste,
muy pálida y bella,
la niña que ha sido
del valle la flor.

Llevaba en el cinto
su pobre calzado;
su hermano pequeño
que marcha a su lado
le dice: -"No sienten
la nieve tus pies?"

"Mis pies nada sienten"
-responde con calma-
"El frío que yo siento
lo llevo en el alma;
y el frío de la nieve
más duro no es".

Y dice el pequeño
que helado tirita:
-"¡Más frío que el de nieve!...
¿Cuál es, hermanita?
¡No hay otro que pueda
decirse mayor!..."

-"Aquel que de muerte
las almas taladre;
aquel que en el alma
me puso mi madre
el día que a mi esposo
me unió sin amor".


Manuel María Flores


Han pasado varios días desde mi último escrito, necesita descansar mi mente, y renovar mis pensamientos, sin embargo el amor continua tan intenso que mi cuerpo no es capaz de controlar tal sensación, es metal pero fisicamente siento.

Se que me quiere, se que lo intenta, pero sus dudas ahora son mayores porque se encuentra en una etapa, la misma, en proceso de conocimiento y de encuentros de todo tipo, creo que es normal que una persona se integre a ese mundo y lo disfrute, la mezcla del trabajo con la diversió es sano, todos tratamos de que asi sea, pero los limites son muy estrechos, también veo, como fue cuando empezó conmigo, como fue de un mundo a otro de repente, encontrandose con la industria en la que yo mo movia, disfrutando y conociendo, y creo que lo disfruto, ahora tiene el propio, diferente en un mundo mas cerrado, pero lo esta disfrutando, es como si tuviera 30 años, regreso 10 años, con mas conocimimientos mas fortaleza y serenidad, se siente joven, se ve joven, suerte, ahora yo soy viejo, y mi mundo se cerro, lo estoy abriendo poco a poco, pero ya no sera el mismo.


Rozeti


Al Cielo

El puro azul ennoblece
mi corazón. Solo tú, ámbito altísimo
inaccesible a mis labios, das paz y calma plenas
al agitado corazón con que estos años vivo.
Reciente la historia de mi juventud, alegre todavía
y dolorosa ya, mi sangre se agita, recorre su cárcel
y, roja de oscura hermosura, asalta el muro
débil del pecho, pidiendo tu vista,
cielo feliz que en la mañana rutilas,
que asciendes entero y majestuoso presides
mi frente clara, donde mis ojos te besan.
Luego declinas, ¡oh sereno, oh puro don de la altura!,
cielo intocable que siempre me pides, sin cansancio, mis besos,
como de cada mortal, virginal, solicitas.
Solo por ti mi frente pervive al sucio embate de la sangre.
Interiormente combatido de la presencia dolorida y feroz,
recuerdo impío de tanto amor y de tanta belleza,
una larga espada tendida como sangre recorre
mis venas, y solo tú, cielo agreste, intocado,
das calma a este acero sin tregua que me yergue en el mundo.
Baja, baja dulce para mí y da paz a mi vida.
Hazte blando a mi frente como una mano tangible
y oiga yo como un trueno que sea dulce una voz
que, azul, sin celajes, clame largamente en mi cabellera.
Hundido en ti, besado del azul poderoso y materno,
mis labios sumidos en tu celeste luz apurada
sientan tu roce meridiano, y mis ojos
ebrios de tu estelar pensamiento te amen,
mientras así peinado suavemente por el soplo de los astros,
mis oídos escuchan al único amor que no muere.


Vicente Aleixandre


dimelo de frente sin tanto maquillaje
dime quien te manifiesta un mejor paisaje
cuentame q cosa ves cada vez que el te dibuja algo encontra mia
dimelo sin titubiar dimelo sin reproches ni mentiras
tantos juegos de manos tantas lagrimas en vano
tantos te kiero tantos te amo
quien me los quitara ahora de la cabeza
si es la inútil pereza la que me recuerda q mi corazon te ama aun todavia
porq es lo q se me viene mas fácil a la memoria despiadada
q se apodera de mi cada vez que una discusión pasa
quien me quitara ese miedo ese miedo al rechaso
esas noches tan largas de insomnio
esos sueños q aunque no quiera palmariamente se apoderaran de mi mente

que inútil es el sol inútil mas su resplandor que creen que por el simple exo de alumbrarme
de mi se ira este dolor
falacias simples una tras otra imposible pensar en otra cosa q no seas tu
y el que te tiene asi
mi vida se agota mis ganas también
tu amor un enigma tu vida tambien


cesarobregone


Ser Onda, Oficio, Niña, Es de Tu Pelo

Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.

¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,
enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.

No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,
alrededor girando de tu esfera.

Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.
-¡Date presa de amor, mi carcelera!


Miguel Hernández


Hay Algo En Ti

Hay algo en ti que nunca he conquistado;
vana sombra que no me pertenece,
algo que me conturba y me estremece:
flor de amor que jamás he deshojado.

Es algo indefinible, atormentado;
noche que no se acaba ni amanece;
cual sórdido cilicio permanece
entre la carne viva, soterrado.

Algo entre la locura y el espanto.
Grito que va a llegar y nunca llega,
cercano al resplandor, próximo al llanto.

¡Oh trágico dolor de herida ciega!
Amor por quien suspiro y me levanto,
hay algo en ti que nunca se me entrega.


Dora Castellanos


Soneto Al Amor Iii

Hiere más fuerte, amor, hiere más hondo,
que aún en tu dardo está toda mi vida.
Para que goces con tu propia herida,
ni el alma oculto, ni la llaga escondo.

Mira un momento hacia el ayer. Al fondo,
otra -aquella- desángrase vencida.
Trasfúndele la sangre de tu herida,
y por lograrlo, amor, hiere más hondo.

Qué triste fue nuestro placer, qué vano.
Oh, carne con sus rosas y racimos,
manjar para el necrófago gusano.

Y ha de ser el final lo que quisimos
desde un tiempo, oh amor, ya tan lejano.
Mas vencidos, amor, nos redimimos.


Alberto Angel Montoya


ROMPER EL CAPULLO


Como un gusano en capullo,

me enfrento conmigo mismo.

Peleando contra mi orgullo

y mi terrible egoísmo.


Juzgar el actuar del otro,

es el juego de mi mente,

que continua programado

en mi memoria inconciente


Me encuentro aún a diario,

con mi gran insensatez,

que me ha vuelto en usuario,

de mi propia estupidez.


Sigo en la obsesión frecuente,

de esperar que los demás

realicen lo conveniente

a mi forma de pensar.


Soy todavia presa fácil,

de las mil y un tormentas,

que solo en mi mente frágil,

suceden y se avejentan.


¡Basta ya de ser gusano!

¡Quiero transformar mi Ser!

Convertirme en mariposa

y este capullo romper.


Volar alto por el cielo,

contemplar la luz del sol.

Ver en el mundo lo bello,

que existe a mi alrededor.


Posarme en cada momento,

que la vida me regala,

y sentir el amor creciendo,

dentro y fuera de mi alma.


¡Ay Mariposa, mariposa!

De alas multicolor.

Emprende tu ansiado vuelo,

allá donde vive Dios.


Que fuiste un gusano olvida

y junto con él el dolor,

que te espera nueva vida,

llena de dicha y amor.


Gustavo Estrada Luque


Poema Para La Voz de Marilyn Monroe

Tu voz.
Solo tu tibia y sinuosa voz de leche.
Solo un aliento gutural, silbante,
modulado entre carne, tiernamente
modulado entre almohadas
de incontenible pasmo, bordeando
las simas del gemido,
del estertor acaso.
Como un tacto de fina piel abierta.
Como un espeso y claro líquido absorbente
que envuelve tus adentros, que te sube
del sxo mismo hasta los labios,
que recorre tus dulces cavidades
antes de ser el soplo
caliente y sensorial que nos sumerge.

Tu masticada voz, que te desnuda
sutilmente, insidiosamente, como
si en derredor de tu cintura fuese
creando y disipando al mismo tiempo
mil velos transparentes de saliva.

Tu voz resuelta en quejas y mohines
que trasmina como un olor a cuerpo,
un tierno olor sedoso
que se propaga en ondas, que nos roza
tan delicadamente, que es posible
sentirlo por las manos y en las piernas.

Tu voz labial, visible,
como gustando el aire, como dando
forma a posibles moldes para besos.
Tu voz de oscura selva con riachuelos.

Clavado aquí, en mi hombría,
oigo tu voz, que late entre mis dientes,
y enmudezco la radio, y cierro el gesto.
Porque tú ya estás muerta;
porque hace largos meses que estás muerta
y aún es posible el grito enfebrecido.

Oigo tu voz carnal, y me pregunto
qué pasa aquí. Si acaso es esto un nuevo
pecado, o un castigo.


Rafael Guillén


Sabes que haria todo por ti
que eres lo que necesito para ser feliz
porque te ncierras n Tu mundo color gris ntoncs
si sabes cuanto te quiero cuanto te anhelo
lo mágico que seria besarte tocar tu pelo
cualquier problema es vulnerable
cualkier herida resplasable
un gesto de amor incleible
un te amo de tus labios inmejorable
no entiendo el porque de tu actitud
tal ves es mi mayor error
pero creeme que hago el mayor esfuerzo
por ablandar tu inquietud
se que eres tan mia como yo tan tuyo
se que logre despertar esas mariposas
que dormian dentro de ti en sus capuyos
y a que permanesca ese amor ayudo

se que no siempre seran días de sol
se que habran lagrimas que asemejen lluvias
se que habra viento n cualkier momento
que querra alejarte de mi
pero es cuando mas cerca estare de ti
cuando mas cerka me sentiras
cuando puedas sentir mi ausencia como algo momentanio
cuando puedas cerrar los ojos y verme a diario
abrasarme y besarme podras lograr
y cada día esta distancia acortar


cesarobregone


Amiga A La Que Amo...

Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.

Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.

No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, prejuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al moverte, deshiciera.

Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.

Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar, meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.

Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.


Rubén Bonifaz Nuño


L Enfermo

Por el amplio silencio del instante
pasa un vago temor.
Tal vez gira la puerta sin motivo
y se recoge una visión distante,
como si el alma fuese un mirador.

Afuera canta un pájaro cautivo,
y con gota fugaz el surtidor.

Tal vez fingen las cortinas altas
plegarse al toque de una mano intrusa,
y el incierto rumor
a las pupilas del enfermo acusa
un camino de llanto en derredor.

En sus ojos opacos, mortecinos,
se reflejan las cosas con candor,
mientras la queja fluye
a los labios exangües de dolor.

Cuenta la Hermana cuentas de rosario
y piensa en el Calvario
del Señor.

Pero invade la sombra vespertina
un extraño temor,
y en el péndulo inmóvil se adivina
la séptima caída del amor.

Tal vez gira la puerta sin motivo.
Afuera canta un pájaro cautivo,
y con gota fugaz el surtidor.


José Gorostiza