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Momento ( 4 )

Momento. Encuentra docenas de momento con fotos para copiar y compartir.


Edmund Burke habló en nombre de muchos cuando dijo: «El uso de la fuerza exclusivamente [?] puede dominar por un momento, pero no evita la necesidad de volver a dominar otra vez, y una nación no es gobernada si ha de ser perpetuamente conquistada».


Niall Ferguson


Ante la Ley hay un guardián. Hasta ese guardián llega un campesino y le ruega que le permita entrar a la Ley. Pero el guardián responde que en ese momento no le puede franquear el acceso. El hombre reflexiona y luego pregunta si es que podrá entrar más tarde. ?Es posible ?dice el guardián?, pero ahora, no. Las puertas de la Ley están abiertas, como siempre, y el guardián se ha hecho a un lado, de modo que el hombre se inclina para atisbar el interior. Cuando el guardián lo advierte, ríe y dice: ?Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda esto: yo soy poderoso. Y yo soy sólo el último de los guardianes. De sala en sala irás encontrando guardianes cada vez más poderosos. Ni siquiera yo puedo soportar la sola vista del tercero. El campesino no había previsto semejantes dificultades. Después de todo, la Ley debería ser accesible a todos y en todo momento, piensa. Pero cuando mira con más detenimiento al guardián, con su largo abrigo de pieles, su gran nariz puntiaguda, la larga y negra barba de tártaro, se decide a esperar hasta que él le conceda el permiso para entrar. El guardián le da un banquillo y le permite sentarse al lado de la puerta. Allí permanece el hombre días y años. Muchas veces intenta entrar e importuna al guardián con sus ruegos. El guardián le formula, con frecuencia, pequeños interrogatorios. Le pregunta acerca de su terruño y de muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y al final le repite siempre que aún no lo puede dejar entrar. El hombre, que estaba bien provisto para el viaje, invierte todo ?hasta lo más valioso? en sobornar al guardián. Este acepta todo, pero siempre repite lo mismo: ?Lo acepto para que no creas que has omitido algún esfuerzo. Durante todos esos años, el hombre observa ininterrumpidamente al guardián. Olvida a todos los demás guardianes y aquél le parece ser el único obstáculo que se opone a su acceso a la Ley. Durante los primeros años maldice su suerte en voz alta, sin reparar en nada; cuando envejece, ya sólo murmura como para sí. Se vuelve pueril, y como en esos años que ha consagrado al estudio del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de pieles, también suplica a las pulgas que lo ayuden a persuadir al guardián. Finalmente su vista se debilita y ya no sabe si en la realidad está oscureciendo a su alrededor o si lo engañan los ojos. Pero en aquellas penumbras descubre un resplandor inextinguible que emerge de las puertas de la Ley. Ya no le resta mucha vida. Antes de morir resume todas las experiencias de aquellos años en una pregunta, que nunca había formulado al guardián. Le hace una seña para que se aproxime, pues su cuerpo rígido ya no le permite incorporarse. El guardián se ve obligado a inclinarse mucho, porque las diferencias de estatura se han acentuado señaladamente con el tiempo, en desmedro del campesino. ?¿Qué quieres saber ahora? ?pregunta el guardián?. Eres insaciable. ?Todos buscan la Ley ?dice el hombre?. ¿Y cómo es que en todos los años que llevo aquí, nadie más que yo ha solicitado permiso para llegar a ella? El guardián comprende que el hombre está a punto de expirar y le grita, para que sus oídos debilitados perciban las palabras. ?Nadie más podía entrar por aquí, porque esta entrada estaba destinada a ti solamente. Ahora cerraré.


Franz Kafka




Nunca antes había recordado aquel momento", pensó. "Y sin emitir sonido alguno murmuró, "¡Madre! ¡Madre!


Gillian Rubinstein


[?] en reuniones como ésta vienen a nuestra mente pensamientos tristes: el recuerdo del pasado, de la juventud, de los cambios, de rostros desaparecidos a los que echamos en falta esta noche. Nuestro viaje por la vida está jalonado de esos tristes recursos y, si tuviésemos que estar pensando en ellos todo momento, no encontraríamos el valor de acabar nuestra obra entre los vivos


James Joyce


Es una novela sobre Tamina y en el momento en el que Tamina desaparece de la escena, es una novela para Tamina


Milan Kundera


Necesitamos, por ello, una persona conocedora de los ambientes menos gratos de nuestra sociedad, cuyo nombre pueda ensuciarse sin perjuicio de nadie, capaz de realizar por nosotros el trabajo y de la que, llegado el momento, podamos desembarazarnos sin empacho.


Eduardo Mendoza




usted aprende
y usa lo aprendido
para volverse lentamente sabio
para saber que al fin el mundo es esto
en su mejor momento una nostalgia
en su peor momento un desamparo
y siempre siempre
un lío.


Mario Benedetti


Después de dos o tres estrofas compuestas con toda facilidad y de algunas comparaciones que lo sorprendieron, el don del trabajo se apoderó de él y advirtió la proximidad de lo que se llama inspiración. La correlación de las fuerzas que presiden la creación parecen tomar entonces la iniciativa. La prioridad ya no corresponde a su autor ni a su estado de ánimo, al que trata de dar expresión, sino al lenguaje con que quiere expresarlo. El lenguaje, del cual nace el significado y la belleza adquiere su ropaje, comienza de suyo a pensar y hablar y todo se hace música, no en el sentido de pura resonancia fonética, sino como la consecuencia y duración de su flujo interno. Entonces, lo mismo que la masa corriente de un río, que con su fluir limpia las piedras del fondo y hace girar las ruedas del molino, el lenguaje que fluye, va creando por sí, en su carrera, casi inadvertidamente con la fuerza de sus leyes, el metro y la rima y mil otras formas y relaciones más secretas, desconocidas hasta ese, momento, no singularizadas y sin nombre.
En aquellos momentos Yuri Andréivich se daba cuenta de que no era él quien llevaba a cabo el trabajo esencial, sino algo más grande que él, que por encima de él lo guiaba: la situación del pensamiento y la poesía en el mundo, lo que a la poesía le estaba reservado en el porvenir, el camino que ella tenía que recorrer en su desarrollo histórico. Él era solamenta una ocasión y un punto de apoyo para que ella pudiera ponerse en movimiento.


Borís Pasternak


Cualquier pensamiento dañino, en la mente de cualquier hombre, puede en cualquier momento destruir el mundo.


Jorge Bucay




Creo que la vida del hombre está marcada por tres edades: la primera es la edad del impulso, en la que todo lo que nos mueve y nos importa no necesita justificación, antes bien nos sentimos atraídos hacia todo aquello -una mujer, una profesión, un lugar donde vivir- gracias a una intuición impulsiva que nunca compara; todo es tan obvio que vale por sí mismo y lo único que cuenta es la capacidad para alcanzarlo. En la segunda edad aquello que elegimos en la primera, normalmente se ha gastado, ya no vale por sí mismo y necesita una justificación que el hombre razonable concede gustoso, con ayuda de su razón, claro está; es la madurez, es el momento en que, para salir airoso de las comparaciones y de las contradictorias posibilidades que le ofrece todo lo que contempla, el hombre lleva a cabo ese esfuerzo intelectual gracias al cual una trayectoria elegida por el instinto es justificada a posteriori por la reflexión. En la tercera edad no sólo se han gastado e invalidado los móviles que eligió en la primera sino también las razones con que se apuntaló su conducta en la segunda. Es la enajenación, el repudio de todo lo que ha sido su vida para la cual ya no encuentra motivación ni disculpa. Para poder vivir tranquilo hay que negarse a entrar en esa tercera etapa; por muy forzado que parezca, debe hacer un esfuerzo con su voluntad para permanecer en la segunda; porque otra cosa es la deriva.


Juan Benet


Proust ha explicado admirablemente por que no le interesaba un lugar sino cuando volvía a el; por que no encontraba sabor sino a lo ya visto, a lo ya experimentado, a lo ya vivido; por que, en suma, no comenzaba a gustar de las cosas sino a partir del momento en que recomenzaba.
Este análisis se relaciona, a mi parecer, con la esencia misma de toda una clase de seres: aquellos que no han podido curarse de su infancia. Todo lo que en ellos florece tiene sus raíces en su pretérita infancia. Todas las cosas cuya expresión persiguen yacen en el silencio vehemente que la agitó.


Victoria Ocampo


La intensidad del momento se perdió en detalles vulgares


Oscar Wilde


En este negocio hay que contar con los rumores y la presión. Tengo la sensación de que en cualquier momento podría encontrarme sin empleo.


Matt Damon




Todo cambia. El truco está en entregarse por completo, vivir el momento y, cuando haya pasado, no tener de qué arrepentirse ni volver la vista
atrás. Ser consciente de que pasará y no sufrir por ello. Que sea lo que tenga que ser.


Rani Manicka


Por lo tanto, lo que importa no es el sentido de la vida en formulaciones abstractas, sino el sentido concreto de la vida de un individuo en un momento determinado.


Viktor Frankl


En poco tiempo, me volví adicta al diccionario. Me pasaba la mañana sentada en mi mesa de trabajo, con una vista inmejorable sobre el río, y viajaba en el tiempo y el espacio pasando cada hoja. Al principio, me dejaba llevar por el capricho del momento. Poco a poco, fui estableciendo una metodología que me permitía hacer investigaciones sobre un tema preestablecido con la lógica de un juego de pistas. No podía creer tanta felicidad. Ya no sentía el paso del tiempo.


Íngrid Betancourt


Rolando observó cuidadosamente a Eddie, y a pesar de que en el momento que quisiera podía haberlo matado seis veces, eligió mantenerse quieto y callado y dejar que Eddie elaborara por sí mismo la situación. Eddie era muchas cosas, y muchas de ellas no eran agradables (como alguien que conscientemente ha dejado que un niño cayera hacia su muerte, el pistolero conocía la diferencia entre agradable y no del todo bien), pero había una cosa que Eddie no era: no era estúpido.
Era un chico listo. Lo iba a entender. Lo entendió.
Miró a Roland a su vez, sonrió sin mostrar los dientes, hizo girar una vez en su dedo el revólver del pistolero, torpemente, como la parodia de la coda de fantasía de un tirador en un espectáculo, y luego se lo alcanzó a Roland, la culata primero.


Stephen King


Ricardo murió porque había ido a Haití en un momento de conflicto. Murió porque Antena 3 lo enviaba a Madrid y él quería seguir en Nueva York. Murió porque sus crónicas desde Estados Unidos durante la guerra de Irak no gustaron al Gobierno español de entonces. Murió porque se fue a Haití por su cuenta, con sus ahorros y su instinto. Murió porque había pasado unos meses muy difíciles en su piso del Village. Murió porque, a diferencia de otros como yo, era incapaz de meterse en el hotel cuando empezaban los tiros. Murió porque se refugió con otras personas en un comercio mientras las balas barrían la calle y al cabo de un rato, cuando parecía que llegaban los americanos a salvarlos, fue Ricardo quien salió a comprobar si el peligro había pasado. Murió porque era como era. Murió porque tuvo mala suerte y lo mataron.


Enric González


Sólo para su atención personal, queremos anunciarles, y dejar muy claro, que el gobierno de EEUU está empezando otra Vietnam en el sur de México. Queremos dejarles esto muy claro a ustedes, porque creemos, seriamente creemos que los medios en EEUU lo están bloqueando de su atención. Lo que intentan hacer, es disuadirte de que te impliques aquí para prevenir la muerte de millones de indígenas que tomaron armas, contra la dictadura de 65 años: el P. R. I. Y que en este preciso momento, millones de indígenas están siendo perseguidos en las montañas, por guerillas abastecidas y financiadas por el gobierno de EEUU. Por la administración de Clinton, por William Perry, y todos los demás cerdos malditos de Washington. Y sentimos que es importante que todos sepamos y entendamos eso, y que nuestra acción lo puede detener. So are you standin' in line? You believin' the lies? You bowin' down to this flag? You gotta bullet in your head!....


Zack de la Rocha


¿Ha visto usted los periódicos? Los conformistas nos la están preparando buena, ¿no?
- ¿Eh...? Sí..., sí, señor -murmuró Claude.
- Esos cerdos... Ha llegado el momento de espabilarse... Como usted sabe, están todos armados.
- Oh... -dijo Claude.
- Claramente se vio durante el Liberacionamiento. Llevaban armas para llenar camiones. Y, naturalmente, las personas decentes, como usted o como yo, no tenemos armas.
- Muy cierto.
- Usted, ¿no tiene?
- No, señor Saknussem.
- ¿Podría usted agenciarme un revólver? -preguntó Saknussem a quemarropa.
- Es que... -dijo Claude-. Quizás el cuñado de la señora que me alquila la habitación... No sé...
- Perfecto -dijo su jefe-. Cuento con usted, ¿eh? Que tampoco resulte demasiado caro; y con cartuchos, eh. Esos cerdos conformistas... No queda más remedio que ser precavido, ¿eh?
- Indudablemente -dijo Claude.
- Gracias, Léon. Cuento con usted. ¿Cuándo podría traérmelo?
- Tengo que preguntar.
- Por supuesto. Tómese el tiempo que necesite. Si quiere salir un poco antes...
- Oh, no. No merece la pena.
- Perfectamente. Y, por otra parte, cuidado con los borrones, ¿eh? Preocúpese de su trabajo. Qué diablos, no se le paga para no hacer nada.
- Tendré cuidado señor Saknussem -prometió Claude.
- Y llegue a su hora -concluyó el jefe-. Ayer llegó usted con seis minutos de retraso.
- Sin embargo, hoy estaba aquí nueve minutos antes... -dijo Claude.
- Sí -dijo Saknussem-, pero habitualmente llega usted con cuarto de hora de adelanto.


Boris Vian


Un monje budista me dijo una vez: "Todo lo que he aprendido en los veinte an?os que llevo de monje puedo resumirlo en una frase: todo lo que surge se desvanece. Eso es lo que se?". Lo que queri?a decir, por supuesto, era esto: he aprendido a no ofrecer resistencia a lo que es; he aprendido a dejar ser al momento presente y a aceptar la naturaleza impermanente de todas las cosas y condiciones. Asi? he encontrado la paz.


Eckhart Tolle


Hay que amigarse con la muerte. Hubo un momento en el que la sentí en mi espalda, heladísima, y me dio mucha pena morirme. Sentí que no era el momento. Pero ahora todo lo tomo con alegría.


Rebeca Ghigliotto


La vida enseña a cada momento y el único secreto es aceptar que, apenas aprendiendo de lo cotidiano, podemos ser tan sabios como Salomón y tan poderosos como Alejandro Magno.


Paulo Coelho


No puedes amar a tu compañero o compañera un momento y atacarle al siguiente. El verdadero amor no tiene opuesto.


Eckhart Tolle


Néstor se acordaría muy bien de las múltiples conversaciones que tuvimos, y por supuesto él en aquel momento, toda la dirigencia política y todo el pueblo argentino, quería la convertibilidad y la continuidad de la convertibilidad.


Domingo Cavallo


La energía que uno derrocha siendo niño, la energía que uno cree inagotable, se escapa entre los dieciocho y los veintidós años reemplazada por algo mucho menos brillante, tan falso como la exaltación de la cocaína: decisión, metas, cualquiera de los términos que propone la Cámara de Comercio. No era nada notable porque no aparecía de un momento al otro, con un estallido. Y eso es lo que daba miedo, pensó Richie. El hecho de que uno no deja súbitamente de ser niño. El chico que llevábamos dentro se escurre poco a poco, tal como el aire de un neumático pinchado. Y un día, al mirarnos al espejo, nos encontramos con la imagen de un adulto. Uno podía seguir llevando vaqueros y asistiendo a los conciertos de rock; uno podía teñirse el pelo, pero la cara del espejo seguía siendo cara de adulto. Tal vez todo ocurría mientras dormíamos, como la visita de los ratones que se llevaban los dientes de leche.

«No -piensa-, los dientes no: los años.»


Stephen King




Ahí estaba Neruda y unos metros más atrás estaba yo y en medio la noche, la luna, la estatua ecuestre, las plantas y las maderas de Chile, la oscura dignidad de la patria. Una historia como ésta seguro que no la tiene el joven envejecido. Él no conoció a Neruda. Él no conoció a ningún gran escritor de nuestra república en condiciones tan esenciales como la que acabo de recordar. Qué importa lo que pasara antes y lo que pasara después. Allí estaba Neruda recitando versos a la luna, a los elementos de la tierra y a los astros cuya naturaleza desconocemos mas intuimos. Allí estaba yo, temblando de frío en el interior de mi sotana que en aquel momento me pareció de una talla muy por encima de mi talla, una catedral en la que yo habitaba desnudo y con los ojos abiertos. Allí estaba Neruda musitando palabras cuyo sentido se me escapaba pero con cuya esencialidad comulgué desde el primer segundo. Y allí estaba yo, con lágrimas en los ojos, un pobre clérigo perdido en las vastedades de la patria, disfrutando golosamente de las palabras de nuestro más excelso poeta.


Roberto Bolaño


Por mucho que me diese vueltas y vueltas sobre el pequeño colchón, no llegaba a conseguir ni el más pequeño momento de sueño. Incluso masturbándose en esos casos no se siente ni consuelo, ni distracción. Entonces es la verdadera desesperación.


Louis-ferdinand Céline


La esencia de estos extraños descubrimientos es que el Universo tuvo, en algún sentido, un principio... que empezó en cierto momento en el tiempo?.


Robert Jastrow


Creo que la vida humana está amenazada como nunca antes en la historia de este planeta. No es un solo peligro; son muchos peligros que obran en conjunto y que están llegando a un punto decisivo aproximadamente al mismo tiempo. Y ese momento se halla muy próximo al año 2000. Soy uno de esos científicos a quienes les resulta difícil imaginar que la raza humana haya de perdurar mucho más allá del año 2000.


George Wald


¿Pueden hablar un momento las personas?


José Mota


Si por dos mangos vos vivís bajándote los pantalones, en algún momento te van a atropellar, porque cuando quieras dar dos pasos, te vas a caer de jeta.


Luis Juez


Alguien dijo una vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre...


Carlos Ruiz Zafón


Le pido a mi orgullo que vaya siempre del brazo de mi inteligencia. Y si en algún momento mi inteligencia me abandona porque, ¡ay!, le gusta elevarse a las alturas, que mi orgullo siga volando al lado de mi necedad.


Friedrich Nietzsche


Dos semanas antes del 25 de octubre según León Trosky decian Kamenev y Zinoviev: Estamos profundamente convencidos de que proclamar en este momento la insurrección armada no sólo es jugarse la suerte de nuestro partido, sino también la de la Revolución Rusa e internacional. ¿Pero qué procedería hacer si no se decidiera la insurrección y la toma del Poder? La carta responde con bastante claridad a esta pregunta. "Por la mediación del ejército y por mediación de los obreros, tenemos un revólver apoyado contra la sien de la burguesía.


Lev Kamenev


Por regla general, las sociedades humanas no son innovadoras, sino más bien jerárquicas y ritualistas. Cualquier sugerencia de cambio se acoge con recelo, ya que implica la incómoda transformación futura del ritual y la jerarquía imperantes, es decir, la sustitución de una serie de rituales por otra o, tal vez, por una sociedad menos estructurada y regida por un número inferior de rituales. Sin embargo, llega un momento en que es preciso que las sociedades cambien. «Los dogmas de un pasado tranquilo son insuficientes para un presente tumultuoso», aseveró Abraham Lincoln.


Carl Sagan


Es un verdadero vaishnava aquél que conoce las penas de otros como si fuesen las suyas. Siempre dispuesto a servir sin alardear. Se inclina ante todo el mundo y no desprecia a nadie, y mantiene puros sus pensamientos, palabra y obra. Bendita sea la madre de tal hombre. Mira a todos con los mismos ojos. Se ha desembarazado de la lujuria y reverencia a toda mujer como a su madre. Su lengua le fallaría si tratase de mentir. No ansía la riqueza de otros. No se siente atado por lazos terrenales. Su mente está profundamente arragaida en la renunciación. En cada momento de su vida sus labios pronuncian el nombre de Dios. En su cuerpo siempre están presentes todos los lugares sagrados. Ha dominado la avaricia, la hipocresía, la pasión y la cólera. La existencia de tal vaishnva salva a una familia durante setenta y una generaciones».


Narsinh Mehta


Quiero que no exista el tiempo; detener este momento tiempo, tú mi vida eres todo para mí


Amaia Montero


Cualquier chica del mundo, por muy atractiva, explosiva o despampanante que sea, tiene algo que no puede negar: una vagina. Y resulta que por ley natural las vaginas piden, necesitan, y desean algo que nosotros tenemos: un pene. Por favor, recordadlo cuando estéis temblando de miedo en el momento de acercaros a una mujer,.


Egoland


Tú no tienes que hacer esto sola. ? Dijo finalmente. El sonaba casi ansioso, no tenía sentido. Era él quien me había dicho durante mucho tiempo que tenía que ser fuerte. Yo quería lanzarme en sus brazos en ese mismo momento pero sabía que no podía hacerlo.


Richelle Mead