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Morir-es-una-noche-salvaje

Morir-es-una-noche-salvaje. Encuentra docenas de morir-es-una-noche-salvaje con fotos para copiar y compartir.


Esa noche me dediqué a prepararme por si había que morir


Santiago Carrillo


Si dormir es morir, quiero dormir en paz en la noche de la muerte


Gustavo Adolfo Bécquer




Vivamos, Lesbia mía, y amemos, y a las maledicencias de los viejos severos démosles menos valor que a un as. Los astros pueden morir y volver; pero nosotros, una vez que muera nuestra breve luz, deberemos dormir una última noche perpetua. Dame mil besos.


Catulo


Mira -gorgoteo la Morla- somos viejas, pequeño, demasiado viejas y hemos vivido bastante. Hemos vivido demasiado. Para quien sabe tanto como nosotras, nada es importante ya. Todo se repite eternamente: el día y la noche, el verano y el invierno? el mundo está vacío y no tiene sentido. Todo se mueve en círculos. Lo que aparece debe desaparecer y lo que nace debe morir. Todo pasa el bien y el mal, y la estupidez y la sabiduría, la belleza y la fealdad. Todo está vacío. Nada es verdad. Nada es importante


Michael Ende


Comenzando hoy, trata a todo el mundo que conozcas como si fueses a morir a media noche. Extiéndeles toda la atención, amabilidad y comprensión que puedas reunir y hazlo sin esperar ninguna recompensa. Tu vida no será la misma otra vez.


Og Mandino


La idea de un palacio para los recuerdos ha seguido viva desde entonces bajo diversas formas a lo largo de la historia. Una de ellas, misteriosa y sugerente, es aquella según la cual quien se mueve en esas salas infinitas es uno mismo, como una especie de máximo pontífice o de director de biblioteca que va extrayendo del pasado los recuerdos a medida que los reclama la conciencia. Por las noches dominan los otros bibliotecarios, de natural más salvaje y anárquico. Me los imagino a veces como un grupo de surrealistas precoces o de artistas pertenecientes al dadaísmo. Mezclan recuerdos y vivencias de una forma caótica, de modo que se convierten en fragmentos irreconocibles de la realidad. Esos agentes nocturnos fabrican absurdeces, pero también pesadillas, a menudo extraídas de las taquillas tóxicas donde almacenamos aquello que tratamos de ocultar detrás de puertas cerradas que se abren por la noche, cuando los malos sueños nos visitan en la oscuridad.


Henning Mankell




Gabriel se había hecho reembolsar el pasaje de regreso para quedarse en París, vendiendo los periódicos atrasados y las botellas vacías que las camareras sacaban de un hotel lúgubre de la calle Dauphine. Aureliano podía imaginarlo entonces con un suéter de cuello alto que sólo se quitaba cuando las terrazas de Montparnasse se llenaban de enamorados primaverales, y durmiendo de día y escribiendo de noche para confundir el hambre, en el cuarto oloroso a espuma de coliflores hervidas donde había de morir Rocamadour. Sin embargo, sus noticias se fueron haciendo poco a poco tan inciertas, y tan esporádicas y melancólicas las cartas del sabio, que Aureliano se acostumbró a pensar en ellos como Amaranta Úrsula pensaba en su marido, y ambos quedaron flotando en un universo vacío, donde la única realidad cotidiana y eterna era el amor. Cap. 20, Cien Años de Soledad


Gabriel García Márquez


Todas las cosas que soñé, todas las noches sin dormir, todos los besos que enseñé y cada frase que escondí. Y yo jamás te olvidaré, acuérdate también de mi, nunca se para de crecer, nunca se deja de morir.


Fito Cabrales


Noche Del Amor Insomne

Noche arriba los dos con luna llena,
yo me puse a llorar y tú reías.
Tu desdén era un dios, las quejas mías
momentos y palomas en cadena.

Noche abajo los dos. Cristal de pena,
llorabas tú por hondas lejanías.
Mi dolor era un grupo de agonías
sobre tu débil corazón de arena.

La aurora nos unió sobre la cama,
las bocas puestas sobre el chorro helado
de una sangre sin fin que se derrama.

Y el sol entró por el balcón cerrado
y el coral de la vida abrió su rama
sobre mi corazón amortajado.


Federico García Lorca




El amor que pudo morir no era amor.




De ti depende y de mí que entre los dos siga siendo ayer noche, hoy por la mañana.


Joaquín Sabina


Ser el mas rico del cementerio no es lo que más me importa... Acostarme por la noche y pensar que he hecho algo genial. Eso es lo que mas me importa.


Steve Jobs


Ese Gran Simulacro

Cada vez que nos dan clases de
amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de
amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros

en mi región hay calvarios de
ausencia
muñones de porvenir / arrabales
de duelo
pero también candores de
mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde
sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo
de otoño
sentimientos insoportablemente
actuales
que se niegan a morir allá en lo
oscuro

el olvido está lleno de memoria
que a veces no caben las
remembranzas
y hay que tirar rencores por la
borda
en el fondo el olvido es un gran
simulacro
nadie sabe ni puede / aunque
quiera / olvidar
un gran simulacro repleto de
fantasmas
esos romeros que peregrinan por
el olvido
como si fuese el camino de
santiago

el día o la noche en que el olvido
estalle
salte en pedazos o crepite /
los recuerdos atroces y de
maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por
el mundo
y esa verdad será que no hay
olvido


Mario Benedetti




Galope Súbito

A veces cruza mi pecho dormido
una alada magnolia gimiendo,
con su aroma lascivo, una campana
tocando a fuego, a besos,
una soga llanera
que enlaza una cintura,
una roja invasión de hormigas blancas,
una venada oteando el paraíso
jadeante, alzado el cuello
hacia el éxtasis,
una falda de cámbulos,
un barco que da tumbos
por ebrio mar de noche y de cabellos
un suspiro, un pañuelo que delira
bordado con diez letras
y el laurel de la sangre,
un desbocado vendaval, un cielo
que ruge como un tigre,
el puñal de la estrella fugaz
que solo dos desde un balcón han visto,
un sorbo delirante de vino besador,
una piedra de otro planeta silbando
como la leña verde cuando arde,
un penetrante río que busca locamente
su desenlace o desembocadura
donde nada la Bella Nadadora,
un raudal de manzana y roja miel,
el arañazo de la ortiga más dulce,
la sombra azul que baila en el mar de Ceilán,
tejiendo su delirio,
un clarín victorioso levantado hacia el alba,
la doble alondra del color del maíz
volando sobre un celeste infierno
y veo, dormido, un precipicio súbito
y volar o morir...

A veces cruza mi pecho dormido
una persona o viento,
un enjambre o relámpago,
un súbito galope:
es el amor que pasa en la grupa de un potro
y se hunde en el tiempo hacia el mar y la muerte.


Eduardo Carranza


Noria de Noches

Otros sufren de hambre o padecen prisión
o viven con vergüenza o con humillación
o rumian una culpa o aguardan un perdón

Yo llevo este secreto que va en mi corazón

Otros están enfermos y se sienten morir
o elaboran de noche la manera de huir
o fatigan las calles sin saber dónde ir

Yo guardo mi secreto y no puedo dormir

Otros en la miseria callan con estupor
o en la tortura aprietan los dientes y el honor
o solitarios llenan las calles de dolor

Yo me entro en el silencio con la palabra amor.


Félix Grande


Muerte Pájaro Príncipe...

Muerte pájaro príncipe, un pájaro es un ángel inmaduro.
Y así, hablaré de tus manos que se alejan y de las manos
de lo hermosísimo ardiendo,
pequeño dios con nariz de ciervo, hermano mío, héroes
de alma recortada,
niñas de oro hipodérmico que nunca creen morir,
qué aguda la pupila y el filo de los dedos encendiendo la
muerte mientras un ángel sobrevuela y pasa de largo
con el pico de plata y de ginebra,
labios del mediodía resuelto en ave sobre tus manos que
se alejan y mis manos
y las manos del pequeño ciervo de aire griego salvaje,
hermano mío,
y las manos sin venas de los héroes, de las madonas
amnésicas.
Mis alas de dolor robadas por tus manos, amor mío,
corazón mío pintado de blanco,
mis alas de dolor con botellas agónicas y líquidos que
disuelven la vida,
y los labios que te aman en mí en la convulso,
y la música en trompas delgadísimas, trompetas peraltadas.
peraltadas, columnas niñas, qué
sobreagudo el do,
la mirada más alta y la más alta queja,
muerte pájaro príncipe volando,
un pájaro es un ángel inmaduro.

"De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall"1980


Blanca Andreu


Vivir no es otra cosa que una resistencia inútil. El hombre sabio sabe que va a morir, pero vive y se resiste a la muerte tanto como puede..


Alejandro Dolina


Imagino que sé lo que significa vivir y morir como no violento. Pero me falta demostrarlo mediante un acto perfecto.


Mahatma Gandhi


En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz ni guía sino la que en el corazón ardía.


San Juan De La Cruz


Cuanto más cerca está la aurora, más negra es la noche.


Henry Longfellow Wadsworth


Las noches de los hombres de antes Fueron iguales a las mías Esta noche de lluvia fría.


Yosa Buson


La noche muestra a las estrellas y a las mujeres bajo una luz mejor.


Lord Byron


De noche todos los gatos son negros.


Refrán


Te espero sin plazo ni tiempo. No temas noche, neblina ni aguacero. Acude con sendero o sin sendero. Llámame a donde tú eres, alma mía, y marcha recto hacia mí, compañero.


Gabriela Mistral


Si tuvieses que morir en este momento, ¿a dónde irías?.


Don Bosco


La noche infinita. ¡Pienso en cómo será en 10.000 años!.


Shiki Masaoka




Es mucho más fácil, en general, morir por los otros que saber vivir para ellos.


Maurice Maeterlinck


Para mí, cada hora del día y la noche, es un indescriptible y perfecto milagro.


Walt Whitman


¿Cuántas veces tendré que morir para ser siempre yo?.


Charly García


Si la verdad falta a su voz, la palabra, como un vano cohete, caerá apagada a tierra, en el silencio de la noche.


José Martí


No intentes solventar asuntos serios en la mitad de la noche.


Philip Dick


Mi antorcha despejando la noche de tus labios libertará por fin tu esencia creadora.


Ernestina De Champourcín


Ahora una vez más en la noche apagada como plantas crecen murallas de clausura, murallas fronterizas para custodiar los campos de mi amor.


Forugh Farrojzad


Toda la noche amotina las olas el viento en cólera y los pinos chorrean húmeda luz de luna.


Matsuo Basho


Déjame que sea tu noche, que enturbie tu transparencia. ¡Déjame ver tu hermosura!.


Manuel Altolaguirre


La brilladora lumbre es la alegría; la temerosa sombra es el pesar: ¡Ay!, en la oscura noche de mi alma,


Gustavo Adolfo Bécquer


Saber morir cuesta la vida.


Antonio Porchia


Apoyada a un árbol desnudo de raras hojas una noche estrellada.


Shiki Masaoka


La dulce noche primaveral contemplando los cerezos en flor ha llegado a su fin.


Matsuo Basho


No vaya apacible en una buena noche.


Dylan Thomas