Mujeres seguras de si mismas. Encuentra docenas de mujeres seguras de si mismas con fotos para copiar y compartir.
El hombre tiene miedo a la pérdida del poder, le asustan las mujeres que saben lo que quieren y están seguras de si mismas.
El que ha conocido solo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil.
Si se espera que las mujeres hagan el mismo trabajo que los hombres, debemos enseñarles las mismas cosas.
Es necesario que nuestros guardianes y sus mujeres se dediquen a las mismas ocupaciones.
No pido a los hombres que alcen la voz a favor de los derechos de la mujer, estoy enfocada en que las mujeres sean independientes y luchen por sus derechos ellas mismas.
Hubo un tiempo en que las mujeres pidieron a los hombres activistas que las apoyaran. Esta vez lo haremos nosotras mismas.
Las mujeres nos inspiran a hacer las más grandes obras, pero son ellas mismas quienes nos impiden hacerlas.
Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras, el punto g está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo el tiempo.
Las mujeres con pasado y los hombres con futuro son las personas más interesantes.
Las personas más insoportables son los hombres que se creen geniales y las mujeres que se creen irresistibles.
En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.
Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
La fidelidad de muchos hombres se basa en la pereza, la fidelidad de muchas mujeres en la costumbre.
La amistad entre dos mujeres comienza o acaba por ser un complot contra una tercera.
Las mujeres son la causa de todas las acciones de los hombres. Hablo porque hay mujeres escuchándome..
Muchas veces pienso que nosotros, los revolucionarios, somos como el sistema capitalista. Sacamos de los hombres y mujeres lo mejor que poseen, y después nos quedamos tan tranquilos viendo cómo term...
Las costumbres hacen las leyes, las mujeres hacen las costumbres; las mujeres, pues, hacen las leyes.
A las mujeres les gusta sobre todo salvar a quien las pierde.
No podemos tener una revolución que no involucre y libere a las mujeres.
El gusto por la adulación se debe, en la mayoría de los hombres, a la pobre opinión que tiene de sí mismos; con las mujeres ocurre al contrario.
El papel de las mujeres en el progreso de la civilización es mucho mayor que el del hombre, por lo que debería desarrollar sus aptitudes de acuerdo con su naturaleza, sin imitar a los hombres.
Bien sé que las mujeres aman, por lo regular, a quienes lo merecen menos. Es que las mujeres prefieren hacer limosnas a dar premios.
Para los hombres, aceptar es dar; para las mujeres, dar es recibir.
La volubilidad de la mujer a quien amo es splo comparable a la infernal constancia de las mujeres que me aman.
Las mujeres son secretistas por naturaleza, y les gusta practicar el secreto por su cuenta.
Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras.
La función intelectual de las dificultades es la de conducir a hombres y mujeres a pensar.
A todas las mujeres les encanta y les emociona recibir cartas.
Las ideas son como las mujeres, alimentar diez cuesta menos que vestir una.
Las mujeres no advierten lo que hacemos por ellas; no notan sino lo que dejamos de hacer.
En la morfología del ser femenino, acaso no haya figuras más extrañas que las de Judit y Salomé, las dos mujeres que van con dos cabezas cada una: la suya y la cortada.
Las mujeres no notan sino lo que dejamos de hacer.
Hay dos tipos de mujeres: las feas y las que se pintan.
Los hombres son más elocuentes que las mujeres, pero las mujeres poseen un mayor poder de persuasión.
Las mujeres no llevan lo que les gusta. Les gusta lo que llevan.
Si las mujeres solo tuvieran los defectos que los hombres les achacan, serían casi perfectas.
Se ha dicho, que el hombre hace todo lo que hace con el único fin de enamorar mujeres.
Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo.
Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor.
Las mujeres no necesitan estudiar a los hombres, porque los adivinan.