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Necesarias

Necesarias. Encuentra docenas de necesarias con fotos para copiar y compartir.


¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas? Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas. Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo.


Amado Nervo


Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas.


Bob Marley




En las cosas necesarias, la unidad; en las dudosas, la libertad; y en todas, la caridad.


San Agustín


Las leyes inútiles debilitan a las necesarias.


Barón De Montesquieu


Las críticas no serán agradables, pero son necesarias.


Winston Churchill


El matrimonio es la escuela segura del orden, de la bondad, de la humanidad, que son cualidades mucho más necesarias que la instrucción y el talento.


Conde de Mirabeau




Juro sobre esta moribunda Constitución que haré cumplir, impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos


Hugo Chávez


En la reforma educativa está la base no solo de la revolución social sino del progreso; por eso debiéramos dedicar muchísimo más tiempo a reflexionar sobre sus características necesarias.


Eduardo Punset


Con tanto ardor deben los ciudadanos pelear por la defensa de las leyes, como por la de sus murallas, no siendo menos necesarias aquéllas que éstas para la conservación de una ciudad.


Heráclito




He tenido todas las desventajas necesarias para el éxito.


Larry Ellison


Todos los oradores que han hablado antes que yo, han dicho: El fascismo no pasará. Y yo os digo que esta frase solo tiene sentido cuando se toman todas las medidas necesarias para luchar contra el fascismo.


José Díaz Ramos


El desarrollo de la tecnología pone en crisis el principio mismo de la empresa privada, pues solo unas cuantas gigantes están en condiciones de disponer de las inmensas sumas de capital necesarias para utilizar dicha tecnología.


Santiago Carrillo


Si el senador Kennedy resulta elegido presidente de los EE.UU., el gobierno de Chile tomará las medidas necesarias


Augusto Pinochet




El comportamiento ético de un hombre debería basarse con eficacia en la compasión, en la educación, y en las relaciones sociales. Las bases religiosas no son necesarias. Sin duda, el hombre estaría en mal estado si tuviera que estar atado al temor del castigo y a la esperanza de la recompensa tras la muerte.


Albert Einstein


Para hacer cosas dignas de alabanza una de las condiciones más necesarias es no temer la censura.


Arturo Graf


Los hombres ilustres piensan que las teorías idealistas, divinas, son esencialmente necesarias para la dignidad y la grandeza moral del hombre.


Mijaíl Bakunin


...porque solo la fase superior de desarrollo del capitalismo, la gran industria mecanizada, crea las condiciones mecanizadas, crea las condiciones materiales y las fuerzas sociales necesarias para esta lucha.


Lenin


Caricias, expresiones de una clase u otra, son necesarios para la vida de los afectos como las hojas son necesarias en la vida de un árbol.


Nathaniel Hawthorne


Las verdades de la razón son necesarias y su opuesto es imposible: Las verdades de hecho son contingentes y su opuesto es posible


Gottfried Wilhelm Leibniz


El sistema de educación pública es uno de los fundamentos de nuestra democracia. Después de todo, es donde los niños de América aprenden a ser ciudadanos responsables, y aprenden las habilidades necesarias para aprovechar las ventajas de nuestra sociedad oportunista.


George W. Bush


La humanidad y la política en el fondo siempre se excluyen. Ambas son necesarias, pero es casi imposible servir a ambas a la vez. La política exige un partido, la humanidad prohíbe el partido.


Hermann Hesse


Las caricias son tan necesarias para la vida de los sentimientos como las hojas para los árboles. Sin ellas, el amor muere por la raíz.


Nathaniel Hawthorne


Tal vez yo nunca aprenda todas las lecciones necesarias, pero tendré en la conciencia que las verdaderas enseñanzas ya están grabadas en mi interior


Aristóteles Onasis


Las cadenas del matrimonio son tan pesadas que para llevarlas son necesarias dos personas, y, a veces, tres.


Alexandre Dumas (hijo)


El señor no os manda que hagáis cosas en detrimento de vuestra persona, antes quiere que en gozo de él, viváis dando las cosas necesarias al cuerpo


Ignacio de Loyola


Dos seres de sexo diferente, que el instinto del placer los acerca, deben, pues, entregarse a gozar del placer en toda la extensión de que sean capaces, buscando la forma de hacerlo más intenso y mejor, y reírse de lo que se llama las consecuencias, porque estas consecuencias no son en absoluto necesarias.


Marqués de Sade




Para un escultor o un pintor es un error hablar o escribir a menudo sobre su trabajo. Esto libera tenciones y las tensiones son necesarias para su obra.


Henry Moore


No hizo naturaleza cosa dificultosa de las que al hombre son necesarias.


Séneca


Lo peor de las medicinas es que una de ellas hace necesarias a las otras.


Elbert Hubbard


Lo que acostumbramos a llamar instituciones necesarias, muchas veces son instituciones a las que nos hemos acostumbrado.


Alexis Tocqueville


Por nuestra ignorancia no sabemos las cosas necesarias; por el error las sabemos mal.


Robert Burton


Son las palabras valiosas herramientas de comunicación. En ocasiones como nos son necesarias. Si estas son gratas, construyen, fortalecen y edifican, mal dichas se tornan desagradables y soeces. Construyamos a través de las palabras !


Carlos Casanti


10 PASOS CLAVES PARA DESARROLLAR UNA ESTRATEGIA EFECTIVA DE GESTIÓN DEL DESEMPEÑO
1. Define qué es lo que ha llevado a la necesidad de buscar una solución en gestión del desempeño.
2.Determina una estrategia para ir hacia delante.
3. Enmarque sus unidades de negocio con tu estrategia.
4. Decide qué tipo de personas tienes en tu organización y qué tipo de personas
necesitas.
5. Evalúa a los empleados siguiendo criterios consistentes.
6. Cierra el círculo y deje claro a los trabajadores cómo y cómo no pueden adaptarse a la estrategia de la Empresa.
tu plantilla no tiene acceso a ordenadores, considera hacer un envío de cartas que hable del tema. Programa el tiempo de tus informes de gestión para poder explicar la influencia de las contribuciones individuales en los objetivos, los aumentos en las ventas o las mejoras en el servicio al cliente.
7. Da a los empleados la oportunidad de desarrollarse profesionalmente. Una vez has definido tu estrategia, alineado tus unidades de negocio y empezado a comunicar los objetivos a los trabajadores, piensa en las oportunidades que todo ello crea para los empleados. En el momento en el que los trabajadores se animen a conocer la estrategia general y su papel en ella, querrán saber qué pueden hacer para desarrollarse profesionalmente. Traza un camino a los empleados para que puedan asumir roles y responsabilidades de las personas
para las que trabajan. Construye su confianza basándola en las oportunidades de desarrollo.
8. Relaciona las habilidades de los empleados con los roles de trabajo. No mires solamente el nivel de habilidad de tus empleados y mandos, sino también de qué
tipo son esas habilidades.
9. Anime a las personas a demostrar los comportamientos que ayudarán a conseguir los objetivos de la empresa. La formación enseñará las habilidades necesarias pero no cambiará las actitudes. Esto solo pasa cuando los líderes de una organización demuestran que creen en un plan de gestión del rendimiento y se lo aplican a ellos mismos. Liderar con el ejemplo modelará las actitudes.
10. Identificación de los fallos y permanente mejoramiento contínuo.
Identificando oportunidades para preparar y mentorizar y crea un sentido de responsabilidad en todos los empleados. Los cambios inquietan a mucha gente,
pero puedes mitigar los temores desarrollando una estrategia que demande la implicación de los mandos en el progreso y desarrollo de sus cargos con eficiencia, eficacia y efectividad, manteniendo al día el cuadro de mando.


Luisa Caviedes Granizo


Los clics y la computadora son necesarios.
Relacionarte y tener vivencias muy necesarias e imprescindibles.


dochanlu


Si el paso del tiempo no es el olvido, sino el mejor de los recuerdos; si la distancia no es el impedimento porque cerrando los ojos puedes sentir que está a tu lado; si las palabras no son necesarias porque mirando a sus ojos sabes lo que piensa; si las diferencias no son un problema, sino una solución a los problemas... entonces tienes un AMIGO, de esos que podemos contar con los dedos de una mano...


MarMediterraneo


Lo bueno: las evoluciones son necesarias
Lo malo: no siempre son para bien


Jera


Es mejor que ahora el Tiempo haga lo que tenga que hacer, en el camino puedo tropezar por eso es mejor evitar, y si por alguna casualidad te evito, tranquilo si la vida te quiere conmigo Pasaras por mi lado las veces que sean necesarias


anyiizavalla


La paz se llama hoy desarrollo de los pueblos, a los que todavía faltan demasiados cosas necesarias a la vida.


Pablo VI


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


El rey evite, excuse empresas y guerras no necesarias, que corte los miembros encancerados y que no se pueden curar.


Juan de Mariana