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No hay mayor pobreza que la soledad ( 3 )

No hay mayor pobreza que la soledad. Encuentra docenas de no hay mayor pobreza que la soledad con fotos para copiar y compartir.


Los hombres son más elocuentes que las mujeres, pero las mujeres poseen un mayor poder de persuasión.


Randolph


La soledad es y siempre ha sido la experiencia central e inevitable de todo hombre.


Thomas C. Wolfe




En mi soledad he visto cosas muy claras que no son verdad.


Antonio Machado


La mayor parte de la escritura se hace lejos de la máquina de escribir.


Henry Miller


La soledad solo existe en personas que temen de sí mismas.


ERIKA ELIZABETH YÁÑEZ SÁNCHEZ


Solo sé una cosa: en el fondo nadie es demasiado fantástico, tengo la impresión de que todos dedican la mayor parte de su vida a fastidiar a los demás.


Ken Kessey




El mal mas grande del mundo no es la pobreza de los desprovistos, sino la inconciencia de los asegurados.


J Lebret


Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mi es la soledad infinita.


Albert Camus


Si eres orgulloso conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos.


Amado Nervo




Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!


Pablo Neruda


Soledad te pedía y soledad me diste, y es ésta la alegría de mi existencia triste.


César Brañas


No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie porque
fundamentalmente Tu has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de
acusarte en el fracaso para volver a empezar, corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu
mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas
según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con
valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y
la prueba que has de ganar.
No te amargues con tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate
ahora o seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier
momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para
claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu
fracaso.
Si Tú has sido el ignorante, el irresponsable, Tú únicamente Tú, nadie
pudo haberlo sido por ti.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu
futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los violentos, a los
enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes
vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y mas en tu trabajo y tus problemas sin
alimento morirán Aprende a nacer del dolor y a ser mas grande, que es el
Más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo reconociéndote por tu valor, por tu
Voluntad y por tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo,
reconociéndote a ti mismo, mas libre y fuerte, y dejaras de ser un
títere de las circunstancias, porque Tu mismo eres el destino y nadie
puede sustituirte en la construcción de tu destino.
Levántate y mira por las montañas y respira la luz del amanecer.
Tu eres parte de la fuerza de la vida.
Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los
fracasados




La mafia a la mexicana, en los partidos políticos o bien en todos los países es lo que se asemeja a los que sucede en la mafia que involucra a delincuentes de todo tipo.Y recordemos que en Sicilia ni siquiera se podía adquirir un acta de nacimiento o defunción, ni un certificado médico, sin la intermediación de la mafia. ¿Qué pedía a cambio? Cualquier cosa: la credencial de elector, el voto a favor del Partido de la Democracia Cristiana… del PRI… del PAN… del PRD. Hubo y hay en el PRI —y ahora en el PAN— costumbres clientelares similares a las que poco a poco determinaron la existencia de la mafia en Sicilia hacia mediados del siglo XIX, en los años en que Italia, luego de la reunificación de Garibaldi, nacía como cuerpo nacional: 1862.

El clientelismo no es más que el intercambio de favores. Una cosa por la otra. Así funcionan los sindicatos más alcahueteados por Felipe Calderón, como el de lo maestros de Elba Esther Gordillo (la mujer fuerte de México) que solo compite en corrupción con el de los petroleros que usufructúa el capo Romero Deschmaps.

El clientelismo es todo un sistema de saqueo, y no es invento del PRI: es un sistema de protección y de amparo conque los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de sumisión, servicios y votos.

Giuseppe Pitré, especiali sta en tradiciones populares sicilianas, sostiene que la mafia es la conciencia del propio ser, la concepción exagerada de la fuerza individual, árbitro único e inapelable de todo enfrentamiento: “El mafioso quiere que lo respeten, y respeta a su vez. Si lo ofenden no acude a la ley, a la justicia, sino que se hace justicia por su propia mano; y si carece de fuerzas para ello acude a otras personas que piensan como él”.

Estas consideraciones históricas están en una amplia bibliografía que en el fondo quiere indagar en el ser más íntimo del siciliano, en una suerte de laberinto de la soledad siciliano: ¿Cómo es la mentalidad del siciliano? Lo más inquietante es ver cómo en todo y desde siempre la mafia siciliana ha sido un sistema clientelar muy parecido a nuestro PRI que, por cierto, se formó en 1929, el año que el que el fascismo de Mussolini vivía su mejor momento. Y ya se sabe lo proclive que el mexicano es a las imitaciones, sobre todo extranjeras.

¿Por qué el fenómeno de la mafia arraigó en ciudades como Chicago y Nueva York, hacia donde emigraron los sicilianos, y no en América Latina ni, particularmente, en México?

La respuesta es que el espacio del crimen ya estaba ocupado: por los políticos, los policías y los militares. Y dos cuerpos criminales no pueden ocupar el mismo lugar en el espacio. La mafia siempre fue una intermediaria. Su mayor virtud, como la del PRI y ahora del PAN, era su capacidad de gestión. La mafia es necesaria para conseguir un trabajo en un banco o una aviaduría en una paraestatal. Solo a través de la mafia (o del PRI o el PAN) se puede obtener una permiso para poner una gasolinera o hacerse de un permiso para portar armas o incluso para poner un puesto de hamburguesas o de flores. Para estas tareas el ciudadano solo se siente impotente, sin conexiones, sin influencias.


Rafael Michel




El mal nos tienta a todos, es una energia negativa que viene como una tentacion originada en el miedo (miedo a la pobreza, al desamor, a la soledad, a otras personas). Contradicela con la paz y la confianza que nos otorgan las energias positivas del amor.


Maria Aduke


Por un momento, en el silencio de mi soledad. vienen a mi mente imágenes de mi niñez..... por un instante sonrio mientras pasan frente a mis ojos las inquietas y hastas peligros aventuras de esa etapa inocentil. pero inmediatamente me doy cuenta que siempre tuve una proteccion mayor a mis precauciones, que de hecho ni pendiente. eso era fe. fe que al brincar el surco del barranco iba caer a la otra orilla. esa fe dentro de mi me impulsaba a correr,brincar,reir.llorar por lo que queria y hasta por lo que no queria hacer. Esa fe esta aun dentro de mi. lo sè. y esta renaciendo ahora.


MARLENEDEJESUS


“Carta a la Soledad…”

"Sombras negras en mi corazón, un millón de recuerdos, sensaciones que asfixian un alma abandonada, son algunas de las tantas cosas que me dejo tu desamor, tu rechazo. Hace ya tanto tiempo que mantengo la fe de una vida a tu lado, que lucho incesantemente por la dicha de tu ser, que dedico los segundos a encontrar la razón de mi locura de amor. Más todo esfuerzo es inútil, banal, sombrío. El fin de este martirio esta a punto de llegar...

Esta es mi carta a la soledad, carta que dedico a quien me ha hecho tan feliz y tan desdichado al mismo tiempo, (Patty). Miles de razones existen para amarte con desesperación, para maldecir o bendecir a la vida. Para creer que Dios me dio el más grande regalo que un hombre puede recibir, y también para pensar que este puede ser el mayor castigo que alguien indigno pueda merecer...

No se si por algún motivo merecía tu desprecio, tal vez solo fue el destino, pero aún así luche contra toda adversidad, siempre queriendo ser algo mas en tu vida. Quise ocupar un lugar que ya estaba reservado y al final, solo quedamos mi alma y yo al fondo de un abismo sin salida. Como imaginar que tú ya tenías otro amor, cuando siempre quise y creí ser el único. Tu soledad es mi soledad, a ella le cuento todas mis tristezas y añoranzas, es la ausencia de tu piel la ausencia de mi corazón, de mis ganas de vivir. A pesar de tanto dolor y sufrimiento en mi ser, te sigo amando como el primer día, y sabemos que este amor no morirá con el invierno...

Esta es mi carta al dolor, a la tristeza, a cualquier sentimiento que desnude un corazón destrozado. Pero también es mi carta a la esperanza de olvido, al consuelo, al tiempo que se desvanece como la neblina y con el, los recuerdos. No me queda mas que aceptar la verdad que me agobia, una verdad en donde una vida juntos no es opción, solo es un sueño…

Que mas puedo pedir que no sea tranquilidad en mi alma, cuando se que solo fuiste una ilusión en mi mente, algo que no va mas allá de mis sueños. Buscando tu amor solo penumbras encontré. Solo me queda resignarme a la vida que me espera, al camino que debo seguir, lleno de tristezas y soledad. Solo me queda despedirme del mundo en que sufrí y llore…Esta es mi carta a la soledad...”


Rodolfo Martínez García


No sé si es mero capricho querer tenerte, solo para mí, ni todos los tesoros del mundo ni todas las riquezas me hacen feliz si tú no estás aquí, para mi eres como una joya en el desierto rara y con el brillo más hermoso, tu Limpias mis tristezas y eres alegría en mis días de soledad.
Mi mayor erro fue conocerte y mi mayor fracaso es no tenerte.
Uzca productions.


Antony Uzcategui


Quizá la mayor equivocación acerca de la soledad es que cada cual va por el mundo creyendo ser el único que la padece.


Jeanne Marie Laskas


Tarde comprendí que no serías para mi

Hubiera querido tener su amor
para vivir un año más sin temor.
Sin temor a sobresaltos,
angustias que me aprisionan,
en momentos de soledad que me aislan
en espejo de espejismos
de voces que cantan en mis cenizas.

Como la buscaba en vigilia y en ensueños,
tarde comprendí que no sería para mi,
embrujado camino que busqué
hallándola en el periplo de mis estaciones de desamor.

Enfermo ya,
débil para emprender
la última batalla por el amor
me encuentro en este otoño que trasunta,
escuchando el eco de los vientos invernales-primaverales
que se repite:
¡Solo tendrás el privilegio de vivir por casualidad!
¡Entre la parca y la parca!

Tú fuiste ese gran amor
como un gran océano que necesitaba
para lavar mi pobreza.
Océano que se secó en el estío,
otoño me dejó frío...sin tu amor...vacío.


Miguel Visurraga Sosa


La más terrible pobreza es la soledad y el sentimiento de no ser amado.


Madre Teresa de Calcuta


PARA ARISTÓTELES la amistad era "lo más necesario para la vida", y nosotros, cuando oímos decir que "un amigo es un tesoro" o que "donde está tu amigo está tu tesoro", nos damos cuenta de que esas palabras resuenan como un aldabonazo en nuestro interior. No nos dejan indiferentes, porque todos sabemos o intuimos qué clase de tesoro puede llegar a ser una amistad.

A las personas nos gusta tener amigos: gente con la que compartir vida, experiencias, tiempo, conversación... Nos gustan los amigos y nos parecen muy importantes, incluso imprescindibles. La amistad es una relación humana con un valor muy especial. Junto con la família y el trabajo, es algo que nos parece que merece la pena y a lo cual dedicamos tiempo y esfuerzo. Queremos tener amigos en la vida: para no estar solos -a veces se siente la soledad incluso estando rodeados de gente-, para vivir la vida más a fondo y para disfrutarla de verdad. Como escribió Aristóteles, "sin amigos nadie querría vivir, aun cuando poseyera todos los demás bienes".

Quizá por eso escribo esto. Escribir sobre la amistad me ayuda a saber qué espero yo de ella, qué doy yo a mis amigos, si mi amistad con ellos es plena o solo algo "satisfactorio". Reflexionar sobre las cosas ayuda a vivirlas mejor. Reflexionar es un modo de vivir.

LA AMISTAD COMO REGALO
Decía más arriba que dedicamos esfuerzo a hacer amigos. Y el esfuerzo es necesario porque las cosas no salen solas. Sin embargo, la amistad no se puede forzar. Por eso también puede decirse que la amistad surge siempre como un regalo, como un don que se recibe. En un momento dado, aparece entre dos personas un deseo de compartir, de comunicarse, de contar lo que se lleva dentro y de contrastarlo, de ser conocido muy a fondo. De hecho, cuando uno vislumbra en el horizonte la posibilidad de hacer una nueva amistad, de esas profundas y verdaderas, que aportan y llenan tanto por dentro, parece que su espíritu se hincha y crece. Es como ver nacer un día radiante. La vida se ve de otro color porque los amigos hacen cobrar sentido a nuestras vivencias: estas no van a ser solo para nosotros. Las cosas son distintas porque las vivimos pensando en compartirlas, en transmitirlas, en discutirlas, en compararlas. De nuestros amigos nos interesa todo: lo que piensan, lo que hacen, cómo viven las cosas. Lo importante no es solo lo que cuentan ni lo que les pasa; lo importante es que eso "es tuyo", "eres tú".

Desde mi adolescencia he experimentado disgusto ante los momentos meramente descriptivos de los acontecimientos, o las que eran como una reseña informativa de lo que había ocurrido en el verano. Los momentos verdaderos son aquellos en las que los acontecimientos del lunes o del viernes se describen como cosas que me pasan y no solo como cosas que van pasando a mi lado. Lo interesante y lo que me hace disfrutar era ver cómo esas cosas se viven desde dentro de mis amigos.
El grado de amistad con los amigos puede distinguirse precisamente por eso. Por si los momentos estaban llenos de preguntas convencionales y frases que se repetían del mismo modo en todas los demás momentos o si e ellos te dejas llevar, trayendo a colación esto o aquello, y acabando en lugares desconocidos para ti mismo, pero bonitos y en los que habías disfrutado. Escribir para los amigos es descubrir el mundo con unos ojos nuevos para dárselo a ellos.

La amistad es un regalo porque es vivir otra vida además de la propia. Es poder vivir dos veces. Y es también reafirmar tu propia existencia porque hay alguien que la quiere así: incondicionalmente. En el amigo encontramos aceptación plena.

La amistad es un don porque, en cierto modo, llega cuando y como quiere; no es programable; simplemente, surge y es como un regalo, un don que uno recibe.

Esa comunión del espíritu que hay entre los amigos, ese compartir denso e intenso, ese vivir y ser sin dar explicaciones porque estas no son necesarias para nuestro mutuo entendimiento, ese encontrar las puertas del alma siempre abiertas y acogedoras para ti porque eres tú, es el tesoro incalculable. No es extraño que los griegos la calificaran como regalo de los dioses.

Regalo es también en el sentido de que nunca es verdaderamente merecida. Si se puede hablar así, algunos podrían merecer más que otros el tener amigos. Pero, en el fondo, la amistad de una persona difícilmente es algo que uno llegue a "merecer". Se pueden tener de modo habitual disposiciones personales adecuadas para la amistad, para tener amigos (no todo el mundo las tiene).

Pero no se puede decidir en qué momento aparecerá el amigo o de quién seré amigo. Por ejemplo, todos contamos con momentos imborrables de la vida en los que comprendes repentinamente que tienes delante a alguien que puede leer dentro de ti como si fueras tú quien lo hiciera; que puede pasearse por tu alma sin explicaciones de tu parte; sin necesidad de mapas, brújulas o palabras clave que le hagan entender lo que se va a encontrar. Es la empatía, una sintonía especialísima que se establece con muy pocas personas a lo largo de la existencia, y que es un descenso y un ascenso vertiginoso por las entrañas de la verdadera vida.

MIRAR A LAS PERSONAS
Cuando nos sentimos así, vistos con unos ojos ajenos que al mismo tiempo son como los nuestros propios, es como si todo nuestro ser despertara. Querríamos saberlo todo acerca de aquella persona y que ella conociera nuestro yo hasta el final. Las conversaciones se convierten en un continuo maravillarse y aportarse mutuo. Sentimos el mundo como un pequeño globo terráqueo que gira entre nuestras manos y el motor de ese movimiento es la corriente que entre nosotros se ha creado.

Es un encuentro con otro yo, sin que ese yo se refiera a un yo idéntico, a un "alma gemela"; pues puede serlo o no. Es otro yo porque se pone en nuestra piel como si fuéramos nosotros mismos; pero al tiempo que mantiene su mismidad y su alteridad. Y por eso hay mucha riqueza en el trato con el amigo, porque lo distinto siempre nos enriquece.

Mirarnos en un amigo es mirarnos en un espejo. En un espejo que devuelve algo más que una simple reproducción de la propia imagen. Mirarnos en un amigo es encontrarnos a nosotros mismos vistos desde fuera y con mayor perspectiva, pero con el cuidado con que nosotros mismos pondríamos al mirarnos: "A través de él, los amigos se enriquecen y perfeccionan, se descubren e interpretan.

Se podría decir que, al ver al otro, cada uno de ellos aprende a conocerse" (Marias). La acción de mirar que tanto aparece entre los amigos, es algo que me parece esencial para que pueda surgir amistad entre dos personas para tener amigos hay que saber mirar.

En una carta que recibí hace unos meses me decía una amiga que "había encontrado el camino para trascender lo inmediato. El despertador para mirar (...) era el del pensamiento filosófico y la contemplación de las cosas bellas". En mi respuesta, le reafirmé en su descubrimiento porque me parecía realmente valioso: la filosofía y la contemplación estética son dos medios muy buenos para acceder a lo más hondo de la realidad.

La belleza es un camino hacia la verdad especialmente bueno. Porque la belleza no produce únicamente la mera delectación estética; posee una cualidad inestimable, y es que exige por nuestra parte contemplación. Ante las cosas bellas no basta pasear la vista. Para disfrutarlas verdaderamente hay que mirarlas con detenimiento, con miramiento. Con ellas hay que andarse con contemplaciones. Y contemplar es importante porque hace que nos detengamos y miremos las cosas tal como son, "dejando" que sean así.

La contemplación es un camino abierto hacia la verdad. Hacia la verdad personal, la de los demás y la del universo entero. Eso lo expresa muy bien de otro modo Lorenzo Silva en una de sus novelas. Escribía que "el mundo está lleno de tesoros sin descubrir porque no hay quien se pare a mirarlos. Pero en cuanto hay alguien que se detiene ante ellos, se abren ante esa persona como una maravillosa realidad llena de riqueza y significado ofreciéndole nuevos horizontes". Yo he pensado muchas veces que eso exactamente pasa con las personas.
Por eso, para tener amigos hay que saber mirar. Mirar es ver con atención, es contemplar, es concentrar nuestro ser entero en los ojos deseando captar lo que hay frente a ellos. Mirar presupone una vista limpia, sin prejuicios ni cargas anteriores, para captar lo que hay y no lo que yo he puesto o quiero poner. Mirar no es ver lo que yo quiero ver sino percibir cómo son las cosas o las personas en sí. Y además de limpieza interior, la mirada requiere también aceptación, renuncia a dominar. Cuando miramos de verdad, estamos dispuestos a dejar ser a las cosas y a las personas tal y como son. Esto es especialmente importante con las personas.

A las personas hay que dejarlas ser, hay que aceptarlas como son. Sin esa condición nunca sabremos lo que es una verdadera amistad; nunca llegaremos a saborear el gozo inmenso que produce esa identificación con el otro, ese compartir la vida, los sueños, los deseos, los fracasos. Habrá siempre en el amigo una zona de acceso prohibido o de "reservado".

Para mirar de verdad hay que aprender a hacerlo. Los hay que conocen ese arte de modo natural o han sido educados en él. Pero también puede aprenderse. Para mirar hay que pararse, parar la rueda de la actividad exterior y parar también nuestro ruido interior (qué tengo que hacer luego, cómo resolveré la cena en casa de mi hermano, qué ropa necesito, a ver cómo queda el Madrid, a ver si consigo cerrar un buen trato con este cliente...). Para mirar hay que perder el miedo a "pasar tiempo" sin haber sido ""eficaces"".

Todos hemos conocido a personas que provocan que los que están a su lado den lo mejor de sí mismos. Son personas que logran que los demás quieran -parafraseando a Salinas- "sacar de sí su mejor yo". Es así porque son personas que saben mirar, y que por eso han sabido encontrar la llave interior de las personas. Esa llave de la confianza que uno entrega solo cuando va a saberse visto, aceptado y querido por sí mismo.

LA MORADA DEL YO
Llegar a la intimidad del alma, al centro de la persona o solo rozar su periferia, exige rodeos: rodeos que son esencialmente contemplación, escucha atenta y activa, mirada abierta y receptiva. Solo cuando una persona percibe ese clima de confianza a su alrededor es capaz de empezar a abrir las rendijas de su yo. Y a través de esas rendijas pueden empezar a filtrarse los rayos de la luz que toda persona esconde. La intimidad, la interioridad, es siempre luminosa en el sentido de iluminadora. Porque muestra siempre algo desconocido para quien no está allí dentro. No siempre será lo original y nuevo el qué diga esa persona pero sí el cómo ella lo vive. Esta es la llave que entregamos a nuestros amigos y que hace que quedemos totalmente al descubierto: vulnerables, también.

Algunas veces, tras haber desnudado la intimidad del alma en conversación con la persona que nos ha inspirado esa confianza, uno siente el vértigo del miedo a romperse, a que le rompan, a que se burlen, a que no comprendan, al silencio indiferente o superficial.

Hasta ahora, esos pensamientos, deseos, aspiraciones, miedos y preguntas más íntimas habían quedado dentro de nuestra alma. A veces nos angustiaban, otras nos elevaban, otras nos desbordaban por dentro de tal forma, que había que expresarlos de algún modo (quién no ha cantado, llenado de piruetas su salón, compuesto una melodía o garabateado un poema, historia o carta, por puro desbordamiento. Tanto no cabía dentro; fuera crecía, pero tenía más apoyos para ser sostenido, para ser vivido).

Sin embargo, no dejaban de ser nuestros: los demás solo poseían de ellos su cara externa, lo que era fruto de la superabundancia. Por lo demás, no habían sido escuchados por nadie hasta el final y solo de vez en cuando abríamos a alguien una pequeña ventanita de nuestro interior, observando con atención la reacción del interlocutor ante aquello. Pero, de repente, hemos encontrado a alguien que ha provocado que primero quisiéramos abrir una ventanita y después otra, y otra... Luego le hemos pasado al interior de la casa y -poco a poco- le hemos encendido todas las luces que había en ella, iluminando incluso rincones sucios, destartalados, rincones sin ordenar o habitaciones llenas de trastos que no sabemos en dónde colocar. Le hemos enseñado el sillón de los sueños, frente a la ventana, y le hemos invitado a sentarse allí porque desde él puede conocerlos mejor. Le hemos presentado el rincón de los miedos, ese sí, está a oscuras porque nos parece que la luz acabará por hacerlos crecer. Es un rincón siempre difícil de enseñar; se supone que de esos no tenemos, y nos cuidamos mucho de dejarlos salir. También le hemos pasado al cuarto de las preguntas; esa habitación está llena de frases sueltas, de pensamientos, de párrafos incluso, y hasta de alguna página escrita. Pero sobre todo está lleno de interrogantes; es una habitación poblada de signos de interrogación que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida: por qué las relaciones humanas son tan complicadas, por qué hay personas que no miran hacia adentro, por qué las focas son más importantes que los países del Sur... Hay también un cuarto sin techo que mira directamente al sol, o al firmamento, si es de noche. Ese es el cuarto de las aspiraciones grandes, el cuarto en el que respiro hondo, el cuarto al que hay que acudir siempre que hemos pasado un día entre mucho polvo, o mucho tiempo en el sillón. También ha conocido la buhardilla; allí no vamos demasiadas veces porque es donde están los pedazos rotos de nuestra vida y todavía nos cuesta mirarlos sin sentir dolor o pena.

Hay personas a las que paseamos por nuestra morada interior sin miedo alguno; es más: deseamos desde lo más íntimo de nuestro ser hacerlo. Sentimos desde muy hondo que apreciará, entenderá y comprenderá cada objeto que encuentre en ella. No le importarán los cacharros rotos, aunque tengamos la estantería llena de ellos; no querrá reírse de nuestras inquietudes: se le iluminará la mirada al conocerlas porque . también ella las había sentido latir más de una vez. Le encantará que tengamos un sillón de sueños y un cuarto sin techo, y querrá saber qué nos dicen los astros por la noche y cómo es el vuelo de los pájaros que vemos pasar. Son personas que hacen que sintamos la necesidad de hacer crecer todo eso, de mostrárselo, de hacerlo vivir para ellas.

Esas personas son los amigos, el amigo aquel con quien me atrevo a ser yo misma; sin restricciones y sin temores. Esa persona con la que puedo decir todo porque todo lo va a entender en su contexto; esa persona con la que puedo hablar en borrador: sin orden, sin hilazón, sin sentido algunas veces. Con rabia o ira, con desesperación, con alegría exultante, desvariando. Descubriendo todas las raíces de mi alma y sabiendo que en ningún momento se aprovechará de ello para arrancarme de mi lugar. Y sabiendo que -como escribió alguien- "comprende esas contradicciones en mi naturaleza que llevarían a otros a juzgarme mal". Eso es un amigo.


Diego Torrente


Chile ha hecho mucho para librarse de la pobreza, especialmente la pobreza extrema, desde el retorno a la democracia. Pero aún nos queda mucho camino por recorrer hacia una mayor equidad. Este país no tiene un modelo económico neoliberal más. Hemos puesto en marcha una gran cantidad de políticas que aseguren que el crecimiento económico va de la mano con la justicia social.


Michelle Bachelet


El miedo a la soledad es mayor que el miedo a la esclavitud, por lo que se case.


Cyril Connolly


La generación más vieja tenía un mayor respeto por la tierra que la ciencia. Pero vivimos en una época en que la ciencia, más que la tierra, se ha convertido en el proveedor de crecimiento y abundancia. Vivir solo de la tierra crea la soledad en la era de la globalidad.


Shimon Peres


Le haría bien al mundo si cada hombre se obliga a sí mismo de vez en cuando para estar absolutamente solo. La mayor parte de los avances del mundo s ha salido de esa soledad.


Bruce Barton


La soledad es, creo, el mayor miedo de la gente, si son conscientes de ello o no.


Andrew Stanton




Si alguno, de un humor, debe girar todo su patrimonio en dinero, y mantenerlo muerto, pronto sería sensible de la pobreza cada vez mayor sobre él, mientras que él está comiendo fuera de la acción rápida.


Dudley North


Hay una profunda tristeza a la pobreza de América, mayor que la tristeza de cualquier otro tipo. Es porque Estados Unidos tiene como una ideología de éxito.


Will Self


Nunca he encontrado a un compañero que era tan sociable como soledad. Estamos en su mayor parte más solo cuando vamos al extranjero entre los hombres que cuando nos quedamos en nuestras cámaras. Un pensamiento del hombre o de trabajo está siempre solo, sea donde quiere.


Henry David Thoreau


El amor es algo mucho más que un deseo para el coito sexual, es el principal medio para escapar de la soledad que afecta a la mayoría de los hombres y las mujeres en la mayor parte de sus vidas.


Bertrand Russell


El deseo es la pobreza. El deseo es la mayor impureza de la mente. El deseo es la fuerza motriz para la acción. El deseo en la mente es la impureza real. Incluso una chispa de deseo es un gran mal.


Swami Sivananda


Comprenderéis sin esfuerzo que es absurdo mantener, por medio de delatores y verdugos, la religión de un Dios al que los verdugos hicieron perecer. Es casi tan contradictorio como acaparar los tesoros de los pueblos y de los reyes en nombre de ese mismo Dios que nació y vivió en la pobreza.


Voltaire


Saber escuchar es el mejor remedio contra la soledad.




La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.


Confucio


La soberbia y el egoísmo, son los padres de la soledad.


Francisco Rubio Bermejo


Si juzgamos el amor por la mayor parte de sus efectos, se parece más al odio que a la amistad.


Francisco de La Rochefoucauld


La soledad se sufre cuando se te impone, pero si la buscas por ti mismo es un regocijo.


Michel Focault


Trabajando, he conseguido ascender desde la nada hasta la pobreza más extrema.


Groucho Marx


La soledad es la única amiga que nos queda,en la oscuridad de un corazon roto!


t e t e


Hay amigos que nos traicionan y nos hacen sentir en soledad, pero a estos debemos agradecerles por enseñarnos a elegir mejor para otra oportunidad..


sumary sugeidy santana