Obediencia a las leyes. Encuentra docenas de obediencia a las leyes con fotos para copiar y compartir.
La felicidad es el final perfecto y fruto de la obediencia a las leyes de la vida
Sin orden no hay obediencia a las leyes, y sin obediencia a las leyes no hay libertad, porque la verdadera libertad consiste en ser esclavo de la ley.
Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del gobierno. Es defensor de su libertad.
Decía también que los ciudadanos no menos debían pelear por la guarda de sus leyes que por su misma ciudad. Porque sin leyes de ninguna manera la ciudad se puede conservar, mas sin murallas muy bie...
Malos reyes, muchas leyes.
Las leyes inútiles debilitan a las necesarias.
No puede haber semejante cosa, en las leyes o en la moralidad: Acciones prohibidas a un individuo y permitidas a una muchedumbre.
Allá van leyes, donde quieren reyes.
Las leyes son semejantes a las telas de araña; detienen a lo débil y ligero y son deshechas por lo fuerte y poderoso.
Las costumbres hacen las leyes, las mujeres hacen las costumbres; las mujeres, pues, hacen las leyes.
La libertad es el derecho a hacer lo que las leyes permiten.
Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos.
La palabra es libre; la acción muda; la obediencia ciega.
La multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios.
Hay tantas leyes que nadie está seguro de no ser colgado.
Es una especie de obediencia muy agradable a los ojos de Dios no desear dispensas sin mucha necesidad.
En todas partes los más fuertes han hecho las leyes y han oprimido a los débiles.
Con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver como se hacen.
Cristianismo aplicado, hecho vivo, fue la antigua fe católica, la última de estas formas. Su omnipresencia en la vida, su amor al arte, su profunda humanidad, la indisolubilidad de sus matrimonios, ...
Únicamente la obediencia tiene derecho al mando.
El árbol de las leyes ha de podarse continuamente.
No hay leyes, ni tradiciones ni reglas que se puedan aplicar universalmente incluyendo ésta.
El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes.
Somos esclavos de las leyes para poder ser libres.
¡Oh legislador! No me des leyes para los pueblos, sino pueblos para las leyes.
Si se quisieran estudiar todas las leyes, no habría tiempo material de infringirlas.
El hombre hace leyes; la mujer, modales.
Según las estadísticas, existen treinta y cinco millones de leyes para hacer cumplir los diez mandamientos.
Que cada vez que recordar que la verdadera fe en Cristo volverá a ser productivo de las buenas obras, porque esta fe obra por el amor, como dice el apóstol, y el amor a Dios siempre produce la obedi...
En toda comunidad tiene que haber una obediencia sujeta al mecanismo de la constitución estatal, con arreglo a leyes coactivas (que conciernen a todos), pero a la vez tiene que haber un espíritu de ...
Si las leyes fueran constituidas por los hombres, o por las sentencias de los jueces, serían derechos matar, robar, adulterar, etcétera.
Podrán golpearme, romperme los huesos, matarme, tendrán mi cádaver, pero no mi obediencia.
En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.
Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes.
El buen juez no ha de torcer las leyes a su condición, sino torcer su condición conforme a las leyes.
Las malas leyes hallarán siempre, y contribuirán a formar, hombres peores que ellas, encargados de ejecutarlas.
A siervos y a reyes, da dios unas mismas leyes.
Un hombre de estado es el que pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas.
También hay fanáticos que conservan la sangre fría, pertenecen a esa clase los jueces que sentencian a muerte a los que no han cometido más crimen que el de no pensar como ellos. . . Las leyes y l...