Oraciones para difuntos ( 39 )
Oraciones para difuntos. Encuentra docenas de oraciones para difuntos con fotos para copiar y compartir.
La conducta del hombre para con los animales más primitivos, y su conducta para con sus congéneres, muestra una relación constante.
Herbert Spencer
¡Cuando voy a ti, quisiera ser viento para arrebatarte más allá del cielo!.
Ernestina De ChampourcÃn
No consideres como amigo al que siempre te alaba y no tiene valor para decirte tus defectos.
Don Bosco
Tendidos Bajo El Sueño
Era grande la noche. Estábamos en ella
con todos los impulsos dispuestos para el beso.
Se quemó el filamento de la única estrella
y un cosquilleo eléctrico nos palpitó en los huesos.
La luna se estiraba como una gata en celo.
La tierra tomó un hondo tibior de carne abierta.
Docenas de emociones cayeron en tu pelo.
Nos hallamos, de pronto, con la alegría despierta.
Dios se encogió de un golpe y se escondió en tu traje.
El pájaro del miedo se nos fue del paisaje.
Olvidamos el alma y el pecado.
Todo nos dejó solos: la luna y el vestido.
La noche era profunda como un lecho mullido.
Era grande la noche. Estábamos en ella
con todos los impulsos dispuestos para el beso.
Se quemó el filamento de la única estrella
y un cosquilleo eléctrico nos palpitó en los huesos.
La luna se estiraba como una gata en celo.
La tierra tomó un hondo tibior de carne abierta.
Docenas de emociones cayeron en tu pelo.
Nos hallamos, de pronto, con la alegría despierta.
Dios se encogió de un golpe y se escondió en tu traje.
El pájaro del miedo se nos fue del paisaje.
Olvidamos el alma y el pecado.
Todo nos dejó solos: la luna y el vestido.
La noche era profunda como un lecho mullido.
Jorge Debravo
Los hombres usan máscaras para embellecerse. Pero a diferencia de la mujer, la decisión de embellecerse de un hombre siempre es un deseo de muerte.
Yukio Mishima
Y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!... el loco berretín que tengo para vos: ¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! Cuando anochezca en tu porteña soledad, por la ribera de tu sábana vendré con un poema y un trombón a desvelarte el corazón.
Ãstor Piazzolla
El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros.
Jaime Balmes
El Inconciente no tiene tiempo. No hay problemas acerca del Tiempo en él. Parte de nuestra Psiqué no está en el tiempo ni en el espacio. Estos son solo una ilusión, Tiempo y Espacio, y así en cierta parte de nuestra Psiqué el tiempo no cuenta para nada.
Carl Jung
La poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos.
Octavio Paz
Vida para vivir, vida para sentir amor, vida para brindar por la vida en tu corazon, vida para querer, vida para seguir aquí, vida para saber que no vivo sin ti.
Rosana
De los defectos solo se da cuenta el desamorado; de ahí que para verlos tengamos que volvernos también desamorados, aunque no más de lo necesario.
Gustave Flaubert
Para quien canto yo entonces? si los humildes nunca me entienden (...) Yo canto para esa gente, porque también soy uno de ellos, ellos escriben las cosas, y yo les pongo melodía y verso.
Charly GarcÃa
El medio más eficaz para combatir nuestros vicios y malas inclinaciones consiste en no combatir los vicios y malas inclinaciones de los demás antes de haber eliminado los propios.
Confucio
Para lograr el éxito, mantenga un aspecto bronceado, viva en un edificio elegante, aunque sea en el sótano, déjese ver en los restaurantes de moda, aunque solo se tome una copa, y si pide prestado, pida mucho.
Aristóteles Onassis
Hay gente que come tierra y se come toda la gente que hay sobre ella como las langostas en la Biblia. Y otra gente que se para alrededor y los mira comer.
Lillian Hellman
Media noche de escarcha. Para dormir me cubro con la manga del espantapájaros Un día de tranquila alegría.
Matsuo Basho
La bondad es el principio del tacto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir.
Henry Frédéric Amiel
Allí esta el fastuoso escenario de la vida para los que saben mirar un poco.
Doménico Cieri Estrada
He tratado de buscar el sentido de estas dos palabras, comunicación y compromiso, porque lo creo fundamental para el esclarecimiento de la situación.
Carlos Sahagún
Si crees en la libertad de expresión entonces crees en la libertad de expresión para puntos de vista que te disgustan. Por ejemplo, Goebbels estaba a favor de la libertad de expresión para los puntos de vista que compartía, igualmente Stalin. Si estás a favor de la libertad de expresión, eso significa que estás a favor de la libertad de expresión precisamente para los puntos de vista que no compartes, de otra forma, no estarías a favor de la libertad de expresión.
Noam Chomsky
En general el hombre está siempre orientado hacia alguna particularidad, pero el filósofo posee un sentido para la totalidad de las cosas.
Georg Simmel
En este momento, no hay otra salvación. Debemos movilizar todos nuestros recursos para combatir la mentira, el odio, la pobreza y la injusticia. Debemos llevar la virtud a este mundo.
Nikos Kazantzakis
Ebrio placer es, para quien sufre, apartar la vista de su sufrimiento y perderse a sí mismo.
Friedrich Nietzsche
Lo bueno necesita aportar pruebas; lo bello no. El mejor cosmético para la belleza es la felicidad.
Condesa De Blessington
Si se te ocurre alguna vez criticar a un colectivo, siempre serán sus peores representantes los que se den por aludidos, y, para disimular, te acusarán de calumniar precisamente a aquellos en los que no pensabas al formular tu juicio.
Arthur Schnitzler
El medio para deshacerse de un hombre amante de contradecir es callar y escuchar reposadamente.
Jaime Balmes
Idolatría
La vida mágica se vive entera
en la mano viril que gesticula
al evocar el seno o la cadera,
como la mano de la Trinidad
teológicamente se atribula
si el mundo parvo, que en tres dedos toma,
se le escapa cual un globo de goma.
Idolatremos todo padecer,
gozando en la mirífica mujer.
Idolatría
de la expansiva y rútila garganta,
esponjado liceo
en que una curva eterna se suplanta
y en que se instruye el ruiseñor de Alfeo.
Idolatría
de los dos pies lunares y solares
que lunáticos fingen el creciente
en la mezquita azul de los Omares,
y cuando van de oro son un baño
para la tierra, y son preclaramente
los dos solsticios de un único año.
Idolatría
de la grácil rodilla que soporta,
a través de los siglos de los siglos,
nuestra cabeza en la jornada corta.
Idolatría
de las arcas, que son y fueron
y serán horcas caudinas
bajo las cuales rinde el corazón
su diadema de idólatras espinas.
Idolatría
de los bustos eróticos y místicos
y los netos perfiles cabalísticos.
Idolatría
de la bizarra y música cintura,
guirnalda que en abril se transfigura,
que sirve de medida
a los más filarmónicos afanes,
y que asedian los raucos gavilanes
de nuestra juventud embravecida.
Idolatría
del peso femenino, cesta ufana
que levantamos entre los rosales
por encima de la primera cana,
en la columna de nuestros felices
brazos sacramentales.
Que siempre nuestra noche y nuestro día
clamen: ¡Idolatría! ¡Idolatría!
La vida mágica se vive entera
en la mano viril que gesticula
al evocar el seno o la cadera,
como la mano de la Trinidad
teológicamente se atribula
si el mundo parvo, que en tres dedos toma,
se le escapa cual un globo de goma.
Idolatremos todo padecer,
gozando en la mirífica mujer.
Idolatría
de la expansiva y rútila garganta,
esponjado liceo
en que una curva eterna se suplanta
y en que se instruye el ruiseñor de Alfeo.
Idolatría
de los dos pies lunares y solares
que lunáticos fingen el creciente
en la mezquita azul de los Omares,
y cuando van de oro son un baño
para la tierra, y son preclaramente
los dos solsticios de un único año.
Idolatría
de la grácil rodilla que soporta,
a través de los siglos de los siglos,
nuestra cabeza en la jornada corta.
Idolatría
de las arcas, que son y fueron
y serán horcas caudinas
bajo las cuales rinde el corazón
su diadema de idólatras espinas.
Idolatría
de los bustos eróticos y místicos
y los netos perfiles cabalísticos.
Idolatría
de la bizarra y música cintura,
guirnalda que en abril se transfigura,
que sirve de medida
a los más filarmónicos afanes,
y que asedian los raucos gavilanes
de nuestra juventud embravecida.
Idolatría
del peso femenino, cesta ufana
que levantamos entre los rosales
por encima de la primera cana,
en la columna de nuestros felices
brazos sacramentales.
Que siempre nuestra noche y nuestro día
clamen: ¡Idolatría! ¡Idolatría!
Ramón López Velarde