Autores

Populares

Recientes

Temáticas


Frases para Facebook

frases de amor

frases romanticas

frases cortas de amor

frases de desamor

te extraño

frases de despedida

poemas de desamor

frases para enamorar

frases tristes

frases de reflexion

frases de agradecimiento

frases lindas

frases de amistad

frases de aliento

frases para pensar

Francis Aragón: ¿Poqué nos dá miedo a enamo...




¿Poqué nos dá miedo a enamorarnos? ¿No será que tenemos miedo a sufrir? Ama y serás verdaderamente libre.

 Francis Aragón



Te encontré en las turbulencias de la vida,
te sentí como un terremoto en mi corazón
y tu amor me diste como una ráfaga de viento y
cuando fuí a recibirlo, se perdió como un lamento.
El amor es ese sentimiento capaz de vencer hasta la muerte.
Vaya...esto es muy raro, es como si el futuro no quisiera que estubieramos JUNTOS.Es una pena me caias/iais muy bien echo de meno el ir a jugar con VOSOTROS pero paso a paso voy olvidandolo todo.PASO a pASO,paSO a pasO,paso a ... ¿quien/es eres/sois? ¿de que me conoces/eis? no te/os conozco de nada...Esto es lo que pasaria si dejaramos de ser amigos.Poco a poco iria olvidando NUESTRA AMISTAD y yo,la verdad es,que,no quiero que no/s peleemos eres/sois lo mejor que me ha pasado,no es que sepa mucho de vosotros/ti ni vosotros/tu de mi,pero algo si que nos conocemos puede que nunca kieras/ais saber nada de mi,pero,en el fondo de nuestros corazones nuestra amistad siempre existira.
Firmado:
anonimo
(Firmado:Corazón roto)
Y Tú Amor Mío....

Y tú amor mío, ¿agradeces conmigo
las generosas ocasiones que la mar
nos deparaba de estar juntos? ¿Tú te acuerdas,
casi en el tacto, como yo,
de la caricia intranquila entre dos maniobras,
del temblor de tus pechos
en la camisa abierta cara al viento?

Y de las tardes sosegadas,
cuando la vela débil como un moribundo
nos devolvía a casa muy despacio...
Éramos como huéspedes de la libertad,
tal vez demasiado hermosa.

El azul de la tarde,
las húmedas violetas que oscurecían el aire
se abrían
y volvían a cerrarse tras nosotros
como la puerta de una habitación
por la que no nos hubiéramos
atrevido a preguntar.
Y casi
nos bastaba un ligero contacto,
un distraído cogerte por los hombros
y sentir tu cabeza abandonada,
mientras alrededor se hacía triste
y allá en tierra, en la penumbra
parpadeaban las primeras luces.