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Sathya Sai Baba: Lo que permite el surgimiento ...

Lo que permite el surgimiento de la hipocresía es la pura debilidad moral y la cobardía. Si ustedes tienen valentía para afrontar las consecuencias, nunca dirán una mentira.

Sathya Sai Baba

Ninguna vida puede ser vivida en total desafÃo de la Verdad; uno debe hacer caso de la Verdad y decirla, a fin de que la vida valga la pena de ser vivida. Ese momento en que la Verdad es pronunciada es el momento de Dios. El ansia de progresar, de servir, de expandir el propio corazÃ³n, de abrazar a toda la humanidad con Amor, ver todo y a todos como formas de la Conciencia Divina es Amor Verdadero.

El hombre es Divino. Yo se los digo: en realidad estÃ¡ aquÃ para cumplir una misiÃ³n divina dentro de un propÃ³sito divino. El hombre debe ganarse su derecho de nacimiento llamado Paz Divina. La carencia de Paz Divina es una condiciÃ³n que va contra la naturaleza. La verdadera naturaleza interior del hombre reside en la Paz Divina. Solo cuando la Verdad, la Luz Interior y la Bienaventuranza sean conquistadas se establecerÃ¡ la Paz Divina.

Cuando un pie se daÃ±a como resultado de un accidente, no tarda en sanar; pero cuando la lengua hiere, la herida puede enconarse de por vida. La lengua estÃ¡ expuesta a cuatro grandes errores: decir mentiras, causar escÃ¡ndalos, criticar a los demÃ¡s y hablar demasiado. Los lazos de hermandad serÃ¡n mÃ¡s estrechos si la gente habla menos y lo hace con palabras amables.

Busquen siempre el bienestar de la humanidad. Amen y ese amor retornarÃ¡ a ustedes. El odio jamÃ¡s serÃ¡ parte de sus vidas, si promueven el amor y ven a todo el mundo con amor. Perdonen las fallas de los demÃ¡s, pero enfrÃ©ntense rigurosamente con las propias.
No solamente habrÃ¡n de observar unas cuantas disciplinas espirituales bÃ¡sicas; ustedes deberÃ¡n llevar una vida regulada, una vida conducente a los pensamientos buenos; tambiÃ©n habrÃ¡n de comer alimentos naturales y participar en actividades edificantes.
Por medio de la fuerza interior divina, el hombre puede lograr cualquier cosa, incluso convertirse en un Dios.
Cuando el ego toma gran importancia Â¡causa muchos problemas! Esta es la raÃz de toda infelicidad. Repitan el Nombre del SeÃ±or, que es el Sol que puede hacer que el corazÃ³n florezca como un loto. Dios es el soberano de los sentidos. La repeticiÃ³n del Nombre de Dios debe ser tan automÃ¡tica como el respirar. El cantar repetidamente el Nombre de Dios los dotarÃ¡ de poder y de toda la riqueza espiritual que han de necesitar.