Palabras de aliento después de un accidente
Palabras de aliento después de un accidente. Encuentra docenas de palabras de aliento después de un accidente con fotos para copiar y compartir.
La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento
Hitch
Respiro tu aliento...
De ti me alimento
Y es que no pasa un momento
Sin que estés en mi pensamiento...
De ti me alimento
Y es que no pasa un momento
Sin que estés en mi pensamiento...
Jackselins Arteaga
Me abrasaban tus ojos,
me quemaba tu aliento,
y apagó las palabras
el rumor de nuestros besos...
me quemaba tu aliento,
y apagó las palabras
el rumor de nuestros besos...
Jackselins Arteaga
Hierve la sangre juvenil, se exalta lleno de aliento el corazón, y audaz el loco pensamiento sueña y cree que el hombre es, cual los dioses, inmortal.
RosalÃa De Castro
Las palabras de aliento después de la censura son como el sol tras el aguacero.
Johann Wolfgang Von Goethe
Me desesperaría si no existieses y no me estuvieses esperando aquí con el ansioso aliento de tus fugaces flores.
William Heinesen
Tus promesas que me daban aliento
ya no están...te dejo libre al paso del viento
que eslabona y trae su símil
...primavera amada...nueva amada
nuevas promesas,tal vez duraderas.
ya no están...te dejo libre al paso del viento
que eslabona y trae su símil
...primavera amada...nueva amada
nuevas promesas,tal vez duraderas.
Miguel Visurraga Sosa
No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida.
Simone De Beauvoir
Que el aliento vital te vuelva tierno y fresco como tierno y fresco es un niño recién nacido.
Lao Tse
La calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia.
John Ruskin
No hay accidente, por desgraciado que sea, del que los hombres hábiles no obtengan provecho.
Francisco de La Rochefoucauld
¿Preguntas qué es la libertad? No ser esclavo de nada, de ninguna necesidad, de ningún accidente y conservar la fortuna al alcance de la mano.
Séneca
Cuando sientas sus labios de ella,ya...ya en el ayer,sentirás besos de recuerdos,dándote aliento en el recuerdo triste.
Miguel Visurraga Sosa
Al parecer por accidente, una noche entré en un sucio y polvoriento salón donde sabía que se celebraban servicios religiosos, para ver si el puñado de personas que se reunía allí ofrecía algo más sensato que los credos de las principales iglesias. Allí escuché por primera vez algunas de las creencias de los segundoadventistas [Iglesia del Advenimiento de Cristo]; el predicador era el Sr. Jonas Wendell [... ] Por lo tanto, me reconozco endeudado con los adventistas, así como con otras confesiones. Aunque la presentación bíblica que él hizo no fue muy clara, [... ] me bastó, con la guía de Dios, para recuperar la fe, vacilante entonces, en la inspiración divina de la Biblia y para mostrarme que los escritos de los apóstoles y los profetas eran inseparables. Lo que oí me envió a la Biblia a estudiar con más celo y detenimiento que nunca antes, y siempre le agradeceré al Señor esa guía; pues aunque el adventismo no me llevó a ninguna verdad particular, me ayudó mucho a deshacerme de errores y así me preparó para la Verdad?.
Charles Taze Russell
Ven, mi amor, en la tarde del Aniene
y siéntate conmigo a ver viento.
Aunque no estés, mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.
Tú no te vas, porque mi amor te tiene.
Yo no me iré, pues junto a ti me siento
más vida de tu sangre, más tu aliento,
más luz del corazón que me sostiene
Tú no te irás, mi amor, aunque lo quieras.
Tú no te irás, mi amor, y si te fueras,
Aun yéndote, mi amor, jamás te irías.
Es tuya mi canción, en ella estoy.
Y en ese viento que va y viene voy.
Y en ese viento siempre, me verías.
y siéntate conmigo a ver viento.
Aunque no estés, mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.
Tú no te vas, porque mi amor te tiene.
Yo no me iré, pues junto a ti me siento
más vida de tu sangre, más tu aliento,
más luz del corazón que me sostiene
Tú no te irás, mi amor, aunque lo quieras.
Tú no te irás, mi amor, y si te fueras,
Aun yéndote, mi amor, jamás te irías.
Es tuya mi canción, en ella estoy.
Y en ese viento que va y viene voy.
Y en ese viento siempre, me verías.
Rafael Alberti
La política está sujeta a volar como las perdices, cortito y rápido. Y se está necesitando política de largo aliento en un mundo que se globaliza
José Mujica
Si tengo un accidente, prefiero morir, soy una persona demasiado activa para pasar el resto de mi vida en una silla de ruedas.
Ayrton Senna
Cuando un hombre está en el poder, necesita el consejo, el apoyo, el cariño y el aliento de sus gobernados, que han de ser sus amigos, no sus vasallos.
Leandro Alem
Abrázame en tus alas para que otro aire no me roce sino tu aliento, del que vivo y muero
Antonio Gala
Yo sufrí dos accidentes graves en mi vida, uno en el que un autobus me tumbó al suelo... el otro accidente, ¡es Diego!
Frida Kahlo
La luz del cielo baja, el Cristo nació ya, y en un nido de paja cual pajarillo está. El niño está friolento. ¡Oh noble buey, arropa con tu aliento al Niño Rey!
Amado Nervo
Los hombres no son miserables por necesidad, pero están resueltos a creerse miserables por accidente.
Giacomo Leopardi
Sé que mi nacimiento es una casualidad, un accidente risible, y, no obstante, apenas me descuido me comporta como si se tratara de un acontecimiento capital, indispensable para la marcha y el equilibrio del mundo.
Emil Cioran
Mis padres ciertamente no tenían nada que ver con el teatro. Yo soy una especie de accidente.
Alan Rickman
Cuentan que hay una raza noble de caballos que, cuando se sienten muy sofocados y batidos, se muerden ellos mismos, por instinto, una vena para poder recobrar el aliento. Lo mismo me ocurre a mí muchas veces: quisiera abrirme una vena que me procurase libertad eterna.
Ugo Foscolo
Entre todos los animales, los Hombres son los menos aptos para vivir en rebaño. Si fueran apiñados como las ovejas perecerían en corto tiempo. El aliento del Hombre es fatal para sus semejantes.
Jean-Jacques Rousseau