Palabras de amor para una amiga ( 188 )
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También yo me dormiré y entonces quizás te despiertes y pienses esto que yo estoy pensando, tal vez me imaginarás enredada en algún árbol enmarañado de los que sabes que me encantan y me quieras alcanzar tocándome, sacándome del mutismo de estación de radio apagada, volviéndome a traer hacia tu lado, hacia el amor que nos dio el sueño.
Gioconda Belli
Nuestro sistema es la medida del absurdo, ya que tratamos al delincuente a la vez como un chico, de modo de tener derecho a castigarlo, y como un adulto, para poder negarle consuelo.
Claude Lévi Strauss
En el altar de tu reja digo una misa de amor, tú eres la virgen divina y el sacerdote soy yo.
Salvador Rueda
Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.
Manuel Belgrano
Se necesitan virtudes más grandes para soportar la prosperidad que la suerte adversa.
Francisco de La Rochefoucauld
Hay que decir no a 1. 000 cosas para estar seguro de que no te estás equivocando o que intentas abarcar demasiado.
Steve Jobs
Como monedas echamos las palabras en la mente del niño para que con el tiempo su pensamiento sea un tesoro.
Roberto Obregón
La tecnología es increíblemente importante para que los edificios sean de hoy y no un reflejo del pasado.
Glenn Murcutt
La verdad necesita de dos hombres para ser descubierta: uno para decirla y otro para entenderla.
Khalil Gibran
Cuando una vida larga y una actividad prolongada, además de discursos y escritos, dan testimonio público de un personaje, el trato con él suele decepcionar, por dos razones: de un lado, porque se aguardan demasiadas cosas de un breve período de trato con él -a saber, todas las que solo las mil ocasiones de la vida han ido haciendo visibles-, y, de otro, porque ningún personaje reconocido sigue esforzándose en cortejar a un particular para conquistar su reconocimiento. El está demasiado relajado - y nosotros, demasiado tensos.
Friedrich Nietzsche
¿Cuándo serán nuestras consciencias lo suficientemente sensibles como para impedir la miseria humana antes de que nos avenga?.
Eleanor Roosevelt
Los amigos son para las ocasiones, salvo en determinados círculos político-económicos, en los que las ocasiones son para los amigos.
Jaume Perich
Para un auténtico escritor, cada libro debería ser un nuevo comienzo en el que él intenta algo que está más allá de su alcance.
Ernest Hemingway
La lectura equipa la mente solamente con los materiales para el conocimiento, es pensando como hacemos nuestros esos conocimientos.
John Locke
Cabe preguntarse si en ciertas clases populares no existe más duplicidad que en la alta sociedad, que sin duda se reserva para nuestra ausencia las frases descorteses, pero cuya actitud hacia nosotros no seria insultante si estuviéramos apenados.
Marcel Proust
Gozos, pesares, gozos... Esto es amor. Quien no lo crea, mírese en unos ojos, que se vea en unos ojos de mujer.
Vicente Gaos
No es muy difícil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir.
Jaime Luciano Balmes
. . . Y cuando en las noches quietas y frías dirigía el hocico hacia alguna estrella y aullaba como un lobo, eran sus antepasados, muertos y ya convertidos en polvo, los que dirigían el hocico a las estrellas y aullaban a través de los siglos. Y las cadencias de buck eran las cadencias de ellos, las cadencias con que expresaban su pena y el significado que para ellos tenían el silencio, el frío y la oscuridad.
Jack London
Hay que ser un artista para entender a otro. Los críticos de arte no se parecen mucho a los grandes pintores.
Norman Mailer
Hay una gran iglesia para amar, y solo existo para adorar entre columnas de besos un cuerpo que no es humo.
Jenniley Bonilla
Así, para resumir, nuestra finalidad política en cada nación particular es la abolición de los privilegios aristocráticos y en la tierra entera es la fusión de todos los pueblos. Nuestro destino es llegar a ese estado de perfección ideal en que las naciones no tendrán ya necesidad de hallarse bajo la tutela de un gobierno o de otra nación; es la ausencia de gobierno, es la anarquía, la más alta expresión del orden. Los que no piensan que la tierra pueda un día prescindir de la autoridad, esos no creen en el progreso, esos son reaccionarios.
Elisee Reclus
El tiempo ha llegado a ser para mí el bien supremo. Cuando veo a los hombres pasearse, vagar o malgastar el tiempo en discusiones vanas, me dan deseos de ir a una esquina a tender la mano como un mendigo: Dadme una limosna, buenas personas; dadme un poco del tiempo que perdéis, una hora, dos horas, lo que queráis.
Nikos Kazantzakis
¿dices que nada se crea? no te importe, con el barro de la tierra, haz una copa para que beba tu hermano.
Antonio Machado
El Centro Del Amor
El centro del amor
no siempre coincide
con el centro de la vida.
Ambos centros se buscan entonces
como dos animales atribulados.
Pero casi nunca se encuentran,
porque la clave de la coincidencia es otra:
nacer juntos.
Nacer juntos,
como debieran nacer y morir
todos los amantes.
El centro del amor
no siempre coincide
con el centro de la vida.
Ambos centros se buscan entonces
como dos animales atribulados.
Pero casi nunca se encuentran,
porque la clave de la coincidencia es otra:
nacer juntos.
Nacer juntos,
como debieran nacer y morir
todos los amantes.
Roberto Juarroz
Elegía
Ahora te soñé, así como eras: sin deslices en la voz,
con inmóviles sombras en los brazos
y tus genitales segundos de estatua.
Así como eres todavía: copiándote a ti misma,
cuando no eres ya sino la espuma de tu propia vida.
Bien te sentí en mi sueño como verso divinizado.
Mi tristeza no cabía en el fondo de mi dolor
y fue a manchar la noche de violeta.
El propio ruido de tus piernas habría despertado
los estanques, los recuerdos que a veces olvidamos
en los huecos de los jardines,
las horas que nunca fueron más allá
de donde hoy se desangran segundo por segundo,
el silencio de muchas ventanas,
antiguos y pulidos razonamientos, montañas de destinos.
De un seno tuyo al otro sollozaba un poco de ternura.
Anoche te soñé y no puedo decirte mañana mi secreto
-porque el amor es un magnífico manzano
con frutos de metal envueltos en piel de inteligencia,
con hojas que recuerdan gravemente el futuro
y raíces como brazos sumidos en una nieve de santidad-,
la misma ruta de mis dedos no podría encontrarte
ahí donde te guardas tan perfecta.
Yo no sabría elegir sino violentamente mi presencia:
te llenaría de asombro; acaso tu memoria no me crea.
Mi fatiga te gritaría un absoluto amor.
Por el cristal de aumento de la luna
la sonrisa de Dios estallaría.
Ahora te soñé, así como eras: sin deslices en la voz,
con inmóviles sombras en los brazos
y tus genitales segundos de estatua.
Así como eres todavía: copiándote a ti misma,
cuando no eres ya sino la espuma de tu propia vida.
Bien te sentí en mi sueño como verso divinizado.
Mi tristeza no cabía en el fondo de mi dolor
y fue a manchar la noche de violeta.
El propio ruido de tus piernas habría despertado
los estanques, los recuerdos que a veces olvidamos
en los huecos de los jardines,
las horas que nunca fueron más allá
de donde hoy se desangran segundo por segundo,
el silencio de muchas ventanas,
antiguos y pulidos razonamientos, montañas de destinos.
De un seno tuyo al otro sollozaba un poco de ternura.
Anoche te soñé y no puedo decirte mañana mi secreto
-porque el amor es un magnífico manzano
con frutos de metal envueltos en piel de inteligencia,
con hojas que recuerdan gravemente el futuro
y raíces como brazos sumidos en una nieve de santidad-,
la misma ruta de mis dedos no podría encontrarte
ahí donde te guardas tan perfecta.
Yo no sabría elegir sino violentamente mi presencia:
te llenaría de asombro; acaso tu memoria no me crea.
Mi fatiga te gritaría un absoluto amor.
Por el cristal de aumento de la luna
la sonrisa de Dios estallaría.
EfraÃn Huerta