Palabras de amor para una amiga ( 209 )
Palabras de amor para una amiga. Encuentra docenas de palabras de amor para una amiga con fotos para copiar y compartir.
La prueba para saber si puedes hacer un trabajo o no, no debería depender de la organización de tus cromosomas.
Bella Abzug
La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas.
Enrique Tierno Galván
El beso se ha devaluado, pasó de ser una expresión de amor a ser la calentura en sí.
Feliciano Franco de Urdinarrain
¿Quieres un consejo para tu éxito en la vida de relación? Ayuda a los otros a sujetarse la careta.
León DaudÃ
Para hacer ejercicio, pasee con alguien que le acompañe de buen grado, preferentemente un perro.
David Brown
El Cuerpo Es Ser, Estar En Su Arte...
El cuerpo es ser, estar en su arte... en el misterio
de los ojos
donde perfectos bosques, aguas, aves,
hierven la luz dulce del atardecer,
viejas maderas se pudren de brillo lunar
o de extraña pureza, bálsamo de sombra,
salvaje forma vegetal o verde serpiente en fuego
acariciando el fondo -¡qué transmigración
de exquisita dulzura de veinticinco años!-,
tarro oculto de miel tras los sueños,
toda una flor terrible pensativa
hasta un fulgor, un relámpago, una pasión,
en los ojos
viven doradamente mariposas brillantes
y ternuras de llama de rojo crepúsculo,
en el hervor de sedas de violenta caricia,
algo malva y constante, un incendio imprevisto
roza el ala de un sueño en tus ojos tan súbitos
de alegría florida, de fuente estrellada,
de almendro o ave,
en tus ojos poblados
por la antigua belleza de un abismo nocturno,
entre destellos, látigos, un delicado almíbar de melocotones de luna,
entre ardientes espadas, un anisar claro, un lobo enternecido,
estrellas con gemido en tus profundos ojos
donde las palabras hierven hasta el amor amado.
De Memorial de brancura, 1985
El cuerpo es ser, estar en su arte... en el misterio
de los ojos
donde perfectos bosques, aguas, aves,
hierven la luz dulce del atardecer,
viejas maderas se pudren de brillo lunar
o de extraña pureza, bálsamo de sombra,
salvaje forma vegetal o verde serpiente en fuego
acariciando el fondo -¡qué transmigración
de exquisita dulzura de veinticinco años!-,
tarro oculto de miel tras los sueños,
toda una flor terrible pensativa
hasta un fulgor, un relámpago, una pasión,
en los ojos
viven doradamente mariposas brillantes
y ternuras de llama de rojo crepúsculo,
en el hervor de sedas de violenta caricia,
algo malva y constante, un incendio imprevisto
roza el ala de un sueño en tus ojos tan súbitos
de alegría florida, de fuente estrellada,
de almendro o ave,
en tus ojos poblados
por la antigua belleza de un abismo nocturno,
entre destellos, látigos, un delicado almíbar de melocotones de luna,
entre ardientes espadas, un anisar claro, un lobo enternecido,
estrellas con gemido en tus profundos ojos
donde las palabras hierven hasta el amor amado.
De Memorial de brancura, 1985
Miguel Anxo Fernán_Vello
La felicidad es ciega, sobrado arrogante para ver precipicios bajo las flores que cubren su camino.
Concepción Arenal
Hay un método secreto para volver del casino con una pequeña fortuna: ir con una gran fortuna.
Isidoro Loi
El Amor Ascendía
El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
Miguel Hernández
Cantar de Amigo
Di, noche, amiga de los oprimidos,
di, noche, hermana de los solidarios,
¿dónde dejaste al que ayer fue mi amigo,
dónde dejaste al que ayer fue mi hermano?
-Verde le dejo junto al mar tranquilo;
joven le dejo junto al mar callado.
Di, noche, amiga de los oprimidos,
di, noche, hermana de los solidarios,
¿dónde dejaste al que ayer fue mi amigo,
dónde dejaste al que ayer fue mi hermano?
-Verde le dejo junto al mar tranquilo;
joven le dejo junto al mar callado.
Antonio Carvajal
Un Cuerpo Está Esperando
Detrás de la cortina un cuerpo espera.
Nada es verdad si no es su encarnizada
inminencia, esa insaciable culpa
que a mí mismo me absuelvo aborreciéndome.
Nada es verdad. Un cuerpo está esperando
tras el mudo estertor de la cortina.
En la oquedad propicia del instante
que mientras más deseo más maldigo,
quiero amar este cuerpo, que él no muera
hasta que su orfandad esté cumplida.
Paredes resignadas, tinto el suelo
de mercenaria obstinación, allí
nos conducimos mutuamente
al voraz simulacro de la vida.
(La amarra del amor nos hace libres.)
Solo yo estoy suspenso del engaño:
movible fuego oscuro,
mi memoria consume sus fronteras
entre las turbias órdenes del tiempo.
De todo cuanto amé, nada logró
sobrevivir a las abdicaciones.
(La noche se agazapa entre las telas
que un falaz movimiento hace carnales.)
Una mentira solo está esperando
detrás de la cortina. Soy
mi enemigo: consisto en mi deseo,
busco a ciegas la luz, me reconozco
después de extraviarme, despedazo
ese espejo de muerte en que el placer
se asoma, expío
con mi turno de amor mi propia vida.
De un hilo funeral pendiente el cuerpo,
ya no es posible reducir su lastre.
Detrás de la cortina un cuerpo espera.
Nada es verdad si no es su encarnizada
inminencia, esa insaciable culpa
que a mí mismo me absuelvo aborreciéndome.
Nada es verdad. Un cuerpo está esperando
tras el mudo estertor de la cortina.
En la oquedad propicia del instante
que mientras más deseo más maldigo,
quiero amar este cuerpo, que él no muera
hasta que su orfandad esté cumplida.
Paredes resignadas, tinto el suelo
de mercenaria obstinación, allí
nos conducimos mutuamente
al voraz simulacro de la vida.
(La amarra del amor nos hace libres.)
Solo yo estoy suspenso del engaño:
movible fuego oscuro,
mi memoria consume sus fronteras
entre las turbias órdenes del tiempo.
De todo cuanto amé, nada logró
sobrevivir a las abdicaciones.
(La noche se agazapa entre las telas
que un falaz movimiento hace carnales.)
Una mentira solo está esperando
detrás de la cortina. Soy
mi enemigo: consisto en mi deseo,
busco a ciegas la luz, me reconozco
después de extraviarme, despedazo
ese espejo de muerte en que el placer
se asoma, expío
con mi turno de amor mi propia vida.
De un hilo funeral pendiente el cuerpo,
ya no es posible reducir su lastre.
José Manuel Caballero Bonald
Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar.
Harriet Beecher Stowe
El Reloj de Arena
Está bien que se mida con la dura
Sombra que una columna en el estío
Arroja o con el agua de aquel río
En que Heráclito vio nuestra locura
El tiempo, ya que al tiempo y al destino
Se parecen los dos: la imponderable
Sombra diurna y el curso irrevocable
Del agua que prosigue su camino.
Está bien, pero el tiempo en los desiertos
Otra substancia halló, suave y pesada,
Que parece haber sido imaginada
Para medir el tiempo de los muertos.
Surge así el alegórico instrumento
De los grabados de los diccionarios,
La pieza que los grises anticuarios
Relegarán al mundo ceniciento
Del alfil desparejo, de la espada
Inerme, del borroso telescopio,
Del sándalo mordido por el opio
Del polvo, del azar y de la nada.
¿Quién no se ha demorado ante el severo
Y tétrico instrumento que acompaña
En la diestra del dios a la guadaña
Y cuyas líneas repitió Durero?
Por el ápice abierto el cono inverso
Deja caer la cautelosa arena,
Oro gradual que se desprende y llena
El cóncavo cristal de su universo.
Está bien que se mida con la dura
Sombra que una columna en el estío
Arroja o con el agua de aquel río
En que Heráclito vio nuestra locura
El tiempo, ya que al tiempo y al destino
Se parecen los dos: la imponderable
Sombra diurna y el curso irrevocable
Del agua que prosigue su camino.
Está bien, pero el tiempo en los desiertos
Otra substancia halló, suave y pesada,
Que parece haber sido imaginada
Para medir el tiempo de los muertos.
Surge así el alegórico instrumento
De los grabados de los diccionarios,
La pieza que los grises anticuarios
Relegarán al mundo ceniciento
Del alfil desparejo, de la espada
Inerme, del borroso telescopio,
Del sándalo mordido por el opio
Del polvo, del azar y de la nada.
¿Quién no se ha demorado ante el severo
Y tétrico instrumento que acompaña
En la diestra del dios a la guadaña
Y cuyas líneas repitió Durero?
Por el ápice abierto el cono inverso
Deja caer la cautelosa arena,
Oro gradual que se desprende y llena
El cóncavo cristal de su universo.
Jorge Luis Borges
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
Napoleón Bonaparte
No podemos tener un pensamiento tan simplista y constreñido como para negar todo lo que nos parezca imposible.
Dr LuÃs Linares de Mula
NADIDAD
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Este momento que tienes, sin duda no volverá,
Nada es lo que necesita, lleno de todo ya está.
No te apegues a la vida, pues de viaje solo estas,
Cuando sufras por todo ello, recuerda tu nadidad.
Vacio llegaste al mundo, con nada de tu propiedad,
Ni el conocimiento es tuyo, mucho menos la verdad.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Este momento que tienes, sin duda no volverá,
Nada es lo que necesita, lleno de todo ya está.
No te apegues a la vida, pues de viaje solo estas,
Cuando sufras por todo ello, recuerda tu nadidad.
Vacio llegaste al mundo, con nada de tu propiedad,
Ni el conocimiento es tuyo, mucho menos la verdad.
Nada causa tal placer, que sentir tu nadidad.
Si vives lo tienes todo, motivo para celebrar.
Gustavo Estrada Luque
OLVIDA
Olvida lo que te dije, por el amor de Dios,
Que lo que veo no existe, ni soy Yo ni es mi voz.
Soy el sueño de un dormido, que va sin pena ni gloria,
Peleando contra molinos, viviendo su propia historia.
Olvida lo que haz oído, no razones mi decir,
Que mientras esté dormido, mentiras habrás de oír.
Ama sin juicio mi alma, solo te pido mi amor,
Que mi pesadilla calma y quizá despierte hoy.
Olvida lo que te dije, por el amor de Dios,
Que lo que veo no existe, ni soy Yo ni es mi voz.
Soy el sueño de un dormido, que va sin pena ni gloria,
Peleando contra molinos, viviendo su propia historia.
Olvida lo que haz oído, no razones mi decir,
Que mientras esté dormido, mentiras habrás de oír.
Ama sin juicio mi alma, solo te pido mi amor,
Que mi pesadilla calma y quizá despierte hoy.
Gustavo Estrada Luque
PALABRAS
Pensamientos van y vienen, moviéndose en zigzag,
Demonios que me controlan y entorpecen mi andar.
Paz querida, paz de mi alma, haz de mi un dulce hogar,
Que mi mente quiere calma y mi corazón amar.
Extraño el jugueteo sin causa y la sonrisa natal.
No había mente, no había lenguas, solo admiración total,
Pero una sarta de palabras me dieron la gran razón,
Que ahora solo me estorban para hablar con el corazón.
Pensamientos van y vienen, moviéndose en zigzag,
Demonios que me controlan y entorpecen mi andar.
Paz querida, paz de mi alma, haz de mi un dulce hogar,
Que mi mente quiere calma y mi corazón amar.
Extraño el jugueteo sin causa y la sonrisa natal.
No había mente, no había lenguas, solo admiración total,
Pero una sarta de palabras me dieron la gran razón,
Que ahora solo me estorban para hablar con el corazón.
Gustavo Estrada Luque
El Parto
Mujer, toda mi sangre está presente
contigo en esa lucha que sostienes.
Contigo está mi amor incandescente
y en tu llanto y tu duelo me contienes.
Nunca en la vida estuve tan de prisa
tan lleno de relámpagos y ruegos,
como ahora que ha muerto tu sonrisa
y están con tu dolor todos los fuegos.
Nunca estuvo mi amor tan a tu lado,
nunca como esta noche de tortura
cuando sufre mi amor crucificado
en el mismo tablón de tu amargura.
Mujer, toda mi sangre está presente
contigo en esa lucha que sostienes.
Contigo está mi amor incandescente
y en tu llanto y tu duelo me contienes.
Nunca en la vida estuve tan de prisa
tan lleno de relámpagos y ruegos,
como ahora que ha muerto tu sonrisa
y están con tu dolor todos los fuegos.
Nunca estuvo mi amor tan a tu lado,
nunca como esta noche de tortura
cuando sufre mi amor crucificado
en el mismo tablón de tu amargura.
Jorge Debravo
Me he dado cuenta de que en la vida lo increible es cotidiano, lo imposible puede ser posible si lo intentamos. Y la distancia no es barrera para cualquier sentimiento.
CENCIC
VACIARME
Dios, ¿donde cabes en mí?, si estoy lleno de palabras, imágenes y pensamientos que ocupan mi mente.
Tú estas inmerso en todo lo que existe incluyéndome a mi mismo y no hay palabras que te describan ni mente que te razone.
¡Que lejos estoy de encontrarte si no me vacío de todo para llenarme de ti!
Dios, ¿donde cabes en mí?, si estoy lleno de palabras, imágenes y pensamientos que ocupan mi mente.
Tú estas inmerso en todo lo que existe incluyéndome a mi mismo y no hay palabras que te describan ni mente que te razone.
¡Que lejos estoy de encontrarte si no me vacío de todo para llenarme de ti!
Gustavo Estrada Luque
Igual, Igual
Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.
Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. Perded toda esperanza prohibido el paso o entren sin llamar y otras mentiras, pone siempre.
Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.
Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.
Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.
No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.
De "Todo es papel" 2002
Accésit del Premio Ciudad de Torrevieja, 2002
Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.
Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir. Perded toda esperanza prohibido el paso o entren sin llamar y otras mentiras, pone siempre.
Como la tarde, ahíta de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.
Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto e inservible.
Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.
No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.
De "Todo es papel" 2002
Accésit del Premio Ciudad de Torrevieja, 2002
Enrique Gracia Trinidad
El dinero es algo muy singular. Le da al hombre tanta alegría como el amor y tanta angustia como la muerte.
John Kenneth Galbraith
Las Gastadas Palabras de Siempre
Déjame recordarte las gastadas palabras de siempre,
los armarios que encierran la humedad de los puertos
y el sabor a betel que dejas en mis labios
cuando desapareces en el aire.
Déjame tender tu cabello a la sombra
para que la penumbra madure como el día.
Déjame ser una ciudad inmensa, un bote de cerveza
o el fruto desollado ante la espiga.
Déjame recordarte dónde me ahogué de niño
y por qué hace brillar mi sangre la tristeza.
O déjame tirado en la banqueta, cubierto de periódicos,
mientras la nave de los locos zarpa
hacia las islas griegas.
Déjame recordarte las gastadas palabras de siempre,
los armarios que encierran la humedad de los puertos
y el sabor a betel que dejas en mis labios
cuando desapareces en el aire.
Déjame tender tu cabello a la sombra
para que la penumbra madure como el día.
Déjame ser una ciudad inmensa, un bote de cerveza
o el fruto desollado ante la espiga.
Déjame recordarte dónde me ahogué de niño
y por qué hace brillar mi sangre la tristeza.
O déjame tirado en la banqueta, cubierto de periódicos,
mientras la nave de los locos zarpa
hacia las islas griegas.
Francisco Hernández
Dios es un pobre diablo, con un problema demasiado complicado para sus fuerzas. Lucha con la materia como un artista con su obra. Algunas veces, en algún momento logra ser Goya, pero generalmente es un desastre.
Ernesto Sábato
Las enzimas con unas cosas inventadas por los biólogos para explicar unos procesos que de otra forma requieren que pienses mucho más.
Jeromé Lettvin
Los Ángeles Sonámbulos
1
Pensad en aquella hora:
cuando se rebelaron contra un rey en tinieblas
los ojos invisibles de las alcobas.
Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!
Si a lo largo de mí se abren grietas de nieve,
tumbas de aguas paradas
nebulosas de sueños oxidados,
echad la llave para siempre a vuestros párpados.
¿Qué queréis?
Ojos invisibles, grandes, atacan.
Púas incandescentes se hunden en los tabiques.
Ruedan pupilas muertas,
sábanas.
Un rey es un erizo de pestañas.
2
También,
también los oídos invisibles de las alcobas,
contra un rey en tinieblas.
Ya sabéis que mi boca es un pozo de nombres
de números y letras difuntos.
Que los ecos se hastían sin mis palabras
y lo que jamás dije desprecia y odia al viento.
Nada tenéis que oír.
¡Dejadme!
Pero oídos se agrandan contra el pecho.
De escayola, fríos,
bajan a la garganta,
a los sótanos lentos de la sangre,
a los tubos de los huesos.
Un rey es un erizo sin secreto.
Como yo, como todos.
Y nadie espera ya la llegada del expreso,
la visita oficial de la luz a los mares necesitados,
la resurrección de las voces en los ecos que se calcinan.
1
Pensad en aquella hora:
cuando se rebelaron contra un rey en tinieblas
los ojos invisibles de las alcobas.
Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!
Si a lo largo de mí se abren grietas de nieve,
tumbas de aguas paradas
nebulosas de sueños oxidados,
echad la llave para siempre a vuestros párpados.
¿Qué queréis?
Ojos invisibles, grandes, atacan.
Púas incandescentes se hunden en los tabiques.
Ruedan pupilas muertas,
sábanas.
Un rey es un erizo de pestañas.
2
También,
también los oídos invisibles de las alcobas,
contra un rey en tinieblas.
Ya sabéis que mi boca es un pozo de nombres
de números y letras difuntos.
Que los ecos se hastían sin mis palabras
y lo que jamás dije desprecia y odia al viento.
Nada tenéis que oír.
¡Dejadme!
Pero oídos se agrandan contra el pecho.
De escayola, fríos,
bajan a la garganta,
a los sótanos lentos de la sangre,
a los tubos de los huesos.
Un rey es un erizo sin secreto.
Como yo, como todos.
Y nadie espera ya la llegada del expreso,
la visita oficial de la luz a los mares necesitados,
la resurrección de las voces en los ecos que se calcinan.
Rafael Alberti
La mejor receta para la novela policiaca: el detective no debe saber nunca más que el lector.
Agatha Christie