Palabras de un padre a su hijo graduado ( 7 )
Palabras de un padre a su hijo graduado. Encuentra docenas de palabras de un padre a su hijo graduado con fotos para copiar y compartir.
Cuando hice la prueba para mi banda de la escuela secundaria del director de la banda estaba emocionado porque mi padre era conocido por ser un gran músico. Cuando él me escuchó, me dijo: '¿Estás seguro de que eres el hijo de Ellis?
Wynton Marsalis
Recuerdo que mi padre la comprobación de un niño de montaña que no habían estado viniendo a la escuela. Mi padre tenía esta preciosa Harris tweed abrigo. Volvió con un cuchillo de cortar todo a un lado. Los padres le habían dicho que era de su incumbencia por qué su hijo no iba a la escuela.
Charles Frazier
Yo soy un padre. El nombre de mi hijo Max y el nombre de mi hija es Billie Gracia. Hace doce años Max nació con Síndrome de Down. Su viaje se ha complicado por las convulsiones infantiles, apnea del sueño, problemas alimenticios y ahora, la pubertad!
John C. McGinley
El hijo siempre se ha sentido como si fuera una nota al pie en una de las historias que el padre le dice. El padre es un narrador increíble y uno de los cuentos que él cuenta es cómo conoció a su esposa.
Danny DeVito
Los primeros 10 años de mi vida profesional solo tenían que ver con el funcionamiento de mi padre. Era un maravilloso ebanista, y que yo sea el hijo mayor, tenía que hacerse cargo de su taller, su profesión y así sucesivamente y así sucesivamente. Traté de escapar al ir a la escuela de arte y luego se pasa al diseño industrial y el diseño interior continuación.
Peter Zumthor
Lo que callaba en el padre habla en el hijo, y muchas veces me encontré que el hijo ha dado a conocer el secreto del padre.
Friedrich Nietzsche
Ahora tengo treinta años, y mis sienes jaspea
la ceniza precoz de la muerte. En mis días,
como la lluvia eterna de los polos, gotea
la amargura con lágrimas lentas, salobre y fría.
Mientras arde la llama del pino, sosegada,
mirando a mis entrañas pienso qué hubiera sido
un hijo mío, infante con mi boca cansada,
mi amargo corazón y mi voz de vencido.
Y con tu corazón, el fruto de veneno,
y tus labios que hubieran otra vez renegado.
Cuarenta lunas él no durmiera en mi seno,
que sólo por ser tuyo me hubiese abandonado.
Y en qué huertas en flor, junto a qué aguas corrientes
lavara, en primavera, su sangre de mi pena,
si fui triste en las landas y en las tierras clementes,
y en toda tarde mística hablaría en sus venas.
Y el horror de que un día, con la boca quemante
de rencor, me dijera lo que dije a mi padre:
«¿Por qué ha sido fecunda tu carne sollozante
y se henchieron de néctar los pechos de mi madre?»
Siento el amargo goce de que duermas abajo
en tu lecho de tierra, y un hijo no meciera
mi mano, por dormir yo también sin trabajos
y sin remordimientos, bajo una zarza fiera.
Porque yo no cerrara los párpados, y loca
escuchase a través de la muerte, y me hincara,
deshechas las rodillas, retorcida la boca,
si lo viera pasar con mi fiebre en su cara.
Y la tregua de Dios a mí no descendiera:
en la carne inocente me hirieran los malvados,
y por la eternidad mis venas exprimieran
sobre mis hijos de ojos y de frente extasiados.
¡Bendito pecho mío en que a mis gentes hundo
y bendito mi vientre en que mi raza muere!
¡La cara de mi madre ya no irá por el mundo
ni su voz sobre el viento, trocada en miserere!
La selva hecha cenizas retoñará cien veces
y caerá cien veces, bajo el hacha, madura.
Caeré para no alzarme en el mes de las mieses;
conmigo entran los míos a la noche que dura.
Y como si pagara la deuda de una raza,
taladran los dolores mi pecho cual colmena.
Vivo una vida entera en cada hora que pasa;
como el río hacia el mar, van amargas mis venas.
Mis pobres muertos miran el sol y los ponientes
con un ansia tremenda, porque ya en mí se ciegan.
Se me cansan los labios de las preces fervientes
que antes que yo enmudezca por mi canción entregan.
No sembré por mi troje, no enseñé para hacerme
un brazo con amor para la hora postrera,
cuando mi cuello roto no pueda sostenerme
y mi mano tantee la sábana ligera.
Apacenté los hijos ajenos, colmé el troje
con los trigos divinos, y sólo a Ti espero,
¡Padre nuestro que estás en los cielos!, recoge
mi cabeza mendiga, si en esta noche muero.
la ceniza precoz de la muerte. En mis días,
como la lluvia eterna de los polos, gotea
la amargura con lágrimas lentas, salobre y fría.
Mientras arde la llama del pino, sosegada,
mirando a mis entrañas pienso qué hubiera sido
un hijo mío, infante con mi boca cansada,
mi amargo corazón y mi voz de vencido.
Y con tu corazón, el fruto de veneno,
y tus labios que hubieran otra vez renegado.
Cuarenta lunas él no durmiera en mi seno,
que sólo por ser tuyo me hubiese abandonado.
Y en qué huertas en flor, junto a qué aguas corrientes
lavara, en primavera, su sangre de mi pena,
si fui triste en las landas y en las tierras clementes,
y en toda tarde mística hablaría en sus venas.
Y el horror de que un día, con la boca quemante
de rencor, me dijera lo que dije a mi padre:
«¿Por qué ha sido fecunda tu carne sollozante
y se henchieron de néctar los pechos de mi madre?»
Siento el amargo goce de que duermas abajo
en tu lecho de tierra, y un hijo no meciera
mi mano, por dormir yo también sin trabajos
y sin remordimientos, bajo una zarza fiera.
Porque yo no cerrara los párpados, y loca
escuchase a través de la muerte, y me hincara,
deshechas las rodillas, retorcida la boca,
si lo viera pasar con mi fiebre en su cara.
Y la tregua de Dios a mí no descendiera:
en la carne inocente me hirieran los malvados,
y por la eternidad mis venas exprimieran
sobre mis hijos de ojos y de frente extasiados.
¡Bendito pecho mío en que a mis gentes hundo
y bendito mi vientre en que mi raza muere!
¡La cara de mi madre ya no irá por el mundo
ni su voz sobre el viento, trocada en miserere!
La selva hecha cenizas retoñará cien veces
y caerá cien veces, bajo el hacha, madura.
Caeré para no alzarme en el mes de las mieses;
conmigo entran los míos a la noche que dura.
Y como si pagara la deuda de una raza,
taladran los dolores mi pecho cual colmena.
Vivo una vida entera en cada hora que pasa;
como el río hacia el mar, van amargas mis venas.
Mis pobres muertos miran el sol y los ponientes
con un ansia tremenda, porque ya en mí se ciegan.
Se me cansan los labios de las preces fervientes
que antes que yo enmudezca por mi canción entregan.
No sembré por mi troje, no enseñé para hacerme
un brazo con amor para la hora postrera,
cuando mi cuello roto no pueda sostenerme
y mi mano tantee la sábana ligera.
Apacenté los hijos ajenos, colmé el troje
con los trigos divinos, y sólo a Ti espero,
¡Padre nuestro que estás en los cielos!, recoge
mi cabeza mendiga, si en esta noche muero.
Gabriela Mistral
Los sentimientos de amor y temor de dios no tienen su origen en dios, si no en los seres humanos. Son sentimientos de frustración dirigidos por el hombre a un ser imaginario que pretende sea su padre.
Sigmund Freud
Madre, te bendigo porque supiste hacer de tu hijo un hombre real y enteramente humano.
Miguel Ãngel Asturias
Mi padre era poco amigo de explicaciones. Pienso que tal vez prefería enfrentarme al paisaje, a los hombres, a las cosas que pueden ayudar a entender la vida, para que poco a poco yo sacara mis propias conclusiones. Tenía, sí, el buen tacto de no ofrecerme espectáculos vulgares. Muchas veces, con una mirada o una palabra, me ordenaba alejarme de gentes que él no consideraba oportunas o dignas para mis ojos.
Atahualpa Yupanqui
¿Quién es, pues, el creador y padre de este Universo? Difícil es encontrarlo; y cuando se ha encontrado, imposible hacer que la multitud lo conozca.
Platón
Padre....... Que dificil ha de ser para ti
luchar día a dia
para dar el ejemplo
a tu familia
que aunque tu escudo
sea ese armazon de hierro
eres el mas noble y
dulce caballero
padre.... Tu que me enseñaste a andar
por el buen camino y a luchar
por lo que quiero
padre... Hoy me di cuenta
de algo que no creia
pues en tus cabellos se han pintado
algunas canas y es lo que no queria,
pero en tu rostro se refleja
esa tierna mirada
y tu brillante sonrisa
los años están pasando
y no quiciera que transcurrieran mas
para que te quedaras
siempre conmigo.... Papa!
luchar día a dia
para dar el ejemplo
a tu familia
que aunque tu escudo
sea ese armazon de hierro
eres el mas noble y
dulce caballero
padre.... Tu que me enseñaste a andar
por el buen camino y a luchar
por lo que quiero
padre... Hoy me di cuenta
de algo que no creia
pues en tus cabellos se han pintado
algunas canas y es lo que no queria,
pero en tu rostro se refleja
esa tierna mirada
y tu brillante sonrisa
los años están pasando
y no quiciera que transcurrieran mas
para que te quedaras
siempre conmigo.... Papa!
JULLY
A un padre siempre hay que ayudarlo. Hace falta enseñarle que la vida es difícil. Si después, como es justo, llegás donde él queria, debés convencerlo de que estaba equivocado y que lo hiciste por su bien.
Cesare Pavese
Creo que mi madre fue siempre fiel a la infidelidad de mi padre y eligió la castidad. La castidad de mi madre era peor que la de una virgen, porque ella había conocido el placer durante unos meses y luego renunció a él para toda la vida.
Reinaldo Arenas
Un padre que sabe dar rienda suelta a su infante interior, será capaz de valorizar el mundo interno de sus hijos, aunque éste sea uno con necesidad especial.
Pedro Pantoja Santiago
Los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.
Nicolás Maquiavelo
En la mujer, verdaderamente mujer, no hay nada que no esté en relación con su marido, con su hijo o con su amante.
Christian Friedrich Hebbel
¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que la da y los lloros del hijo que la recibe?
Baltasar Gracián
El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan solo el principio pasivo.
Tomás de Aquino
El hombre común se molesta si le dicen que su padre era deshonesto, pero se vanagloria si su descubre que su bisabuelo fue pirata.
Bern Williams
Ser padre es la única profesión en la que primero se otorga el título y luego se cursa la carrera.
Luis Alejandro Arango
El ser humano desea y anhela vivir una vida en paz, estando ajenos y divorciados del constructor de la paz; nuestro Padre celestial
Jonathan Colina
Si en cada momento de tu vida piensas y tienes presente al Padre celestial, vendrá su paz a tu vida para abrazarte y no soltarte jamás. LA PAZ SOLO PROVIENE DEL PADRE Y A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS EXISTE UNA PLENA CONFIANZA EN ÉL, Y GRANDES FORTALEZA POR LA IMPARTICIÓN DE SU GOZO.
Jonathan Colina
En mi vida han existido amores... pero ninguno tan inmenso e importante como tú... TE AMO HIJO
Mirna C. Martinez